10_No. 3 (1 enero 1864), p. 359-372 |
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reversivos á quienes llamamos de esta manera, porque, despues que han asimilado y elaborado las vesículas de la sangre mandan el producto de su desamilacion al torrente circulatorio . son el celular , el b:astodermo ó el que cons tituye las vejigas, las cápsulas y los conductos, el muscular voluntario y el involuntario. Los sociales á quienes damos esta denorninacion , porque por la digestion se asocian todo lo que hemos de digerir, son el biliar, el salival, el ganglio narlo y el mucoso; de los dos sexuales el individual es el erectil y el social es el seminal en el hombre y el lacte° en la mujer, y de los relacionadores el que pertenece á la parte terminal, es el vascular y el_que á la parte central é ner viosa, ese! nevrilemático. Sigue la funcion de saturacion , pero como hemos dicho que es nueva, será bueno el esplicarla. Para ello es útil advertir, que los tejidos, que entran en este grupo, no tie nen centros nerviosos propios. Los mismos vasos y los mis mos nervios, que están destinados á los tejidos de nutricion que son los que elaboran las vesículas de la sangre, se. em plean tambien en los tejidos 1 erminales, que expelen lo que hay de sobra é de no buena calidad en el cuerpo' 6 bien en tejidos, que saturan de fuerzas á los líquidos en areolas mas ó menos grandes como las cavidades y pequenas, como las que hay en las mallas del tejido celular; de suerte que sus vértebras solo cubren conmisuras de los centros nerviosos de los vasos y de los nervios, representados en el raquis por lo que se denomina cola de caballo. De estos tejidos, pues, hay, á la par, cuatro individuales, que saturan en areolas y son : el seroso, el synovial , el medular y el gra siento. De los cuatro eliminadores, el uno es el unal y den tal , porque ambos se exploran en la misma vértebra; el piloso, el pigmentoso y el dermoideo. De los dos sexuales, el individual es el esfinteral y el social en el hombre es el espermático , y el ovárico en la muger. De los relaciona dores el que lo es para los vasos, es al albuminoso y el que para los nervios es el epidérmico, asilador este, saturador aquel. Por lo que mira á los doce humores, no hay mas, que anadir, sino que son los doce tejidos de nutricion en es tado líquido. De los aparatos de digestion conviene esplicar, que tam bien son doce, cinco que digieren los elementos y cinco que digieren las fuerzas que no son puramente sexuales, porque los que digieren á estas son dos como en ,los grupos ante riores. Hemos dicho que se digieren las fuerzas, porque admitido, como ya no se puede dejar de admitir la existen cia de los flúidos nerveos 4 de qué podrian resultar estos sino de la digestion de los imponderables de la substancia á la que pertenece nuestro planeta? Lo que no hemos dicho, é importa saber es, que en cada cual de los aparatos de la digestion de los elementos, no se digiere tan solo uno de ellos, sino los cinco en estado diferente, segun sea el apa rato ; por esto es que en el pululen hay cinco lóbulos,.uno para la digestion del oxígeno , otro para la del azoe , otro para la del hidrógeno, otro para la del cloro y otro para la del carbono, todos en estado gaseoso. Prevenimos que con sideramos como elemento al cloro, porque se encuentra en la atmósfera gaseosa y es el que mas abunda en la atmós fera líquida 6 en la extension y profundidad de los mares. A los que se admiren y duden de lo que indicamos del pul mon , les suplicamos que mediten lo que pasa en la diges tion gastro-entérica . en la que por medio de seis esfinte res , hay cinco departamentos destinado cada cual de ellos para la digestion de su elemento orgánico en estado blando. Advertido lo que antecede, vamos á enumerar los apara tos de •digestion de quienes los cinco de los elementos son, el pulmon , como acabamos de mencionarlo , para los gases; el pelo para los vapores, el omento y restante aparato uro poiético para los líquidos, el gastro intestinal , como ya igualmente se ha anunciado, para los alimentos blandos y la piel ó los tegumentos para los sólidos, sobre todo en pol vo. Los cinco de las fuerzas son: las orejas para la electrici dad , la lengua para el galvanismo , las manos para el caló rico, la nariz para el magnético y los ojos para el luminico, En este grupo el individual sexual para el hombre es el es finteral erector y para la muger el constrictor, y el social para el primero es el que emite los zoospermos 6 el que en gendra , y para la segunda el que los modifica 6 los concibe; y no se juzgue que aquí hay repeticion de órganos, puesto que aquí se trata de una accion que está lejos de realizarse en el útero y partes circunvecinas; la cosa viene de mas le jos en el raquis. Es tambien conducente el insistir en que, de los aparatos de digestion de los elementos la piel es su relacionador, y de los de las fuerzas lo es el calórico; aun-. que no puede haber .sensacion en ninguno de ellos sin la electricidad. En el quinto grupo , que viene á ser el de la sensibilidad, los cinco que corresponden á la sensacion de los elementos, son el del anhelito para los gases , el del aseo para los va pores, el de la sed para los líquidos, el del hambre para los alimentos blandos y el de la limpieza para los cuerpos sóli dos, en particular en estado pulverulento. La sensibilidad sexual es la de la titilacion para la muger y la del éxtasis para el hombre. Los cinco que corresponden á la sensacion de las fuerzas son el ruido grave ó agudo y los sonidos para la electricidad del oido, el dejo sápido ó insípido y los sa bores para el galvanismo del gusto, el temple caliente ó frio y las temperaturas para el calórico del tacto, el aroma fragancioso ó inodoro y los olores para el magnetismo del olfato y el destello de la claridad y de la obscuridad y los colores para el lumínico de la vista. A mas de los centros nerviosos, que á cada cual de dichos tejidos, humores y aparatos compete , cada grupo disfruta de un centro ner vioso comun para las bases dementares y otro para las fuer zas 6 fluidos nérveos, centros en los que van á reunirse los que pertenecen á los órganos de la vida sideral , los del ins tinto y los de! pensamiento. Y no para aquí la localizacion orgánica, sino que cada cual de estos grupos tiene su extremidad en el cuerpo ; por ejemplo la de estabilidad, que empieza en los piés y en es pecial en su planta y en el talon y termina en las cejas, para la nutricion : la que de las caderas se dirije á los dedos de los piés, para la saturacion : la que empieza en parte del omóplato y concluye en los dedos de las manos, para la circulacion: la que se limita á las mandíbulas, para la di gestion : y la de variable inclinacion, que se destaca de la otra porcion del omoplato para concluir en la parte mas terminal de los aparatos de sensibilidad, pertenece esta. A fin de comprender como puede desembarazarse un lu gar esta correspondencia , es indispensable suponer lo que en realidad existe y es, que á uno de los elementos v. g. al de la caseína se le puede dar el título de empezable , al de la fibrina el de progresable, al de la albúmina el de soste nible, al de la gelatina el de declinable y al de la grasina el de terminable ; cuando por otro lado, á un flúido nerveo por ejemplo de carácter eléctrico se le puede dar el nombre de empezador, al de carácter galvánico el de progresador,, al de carácter calórico el de sostenedor, el de carácter mag nético el de declinador y al de carácter lumínico el de ter minador. Supuesto lo que, sin embargo de que así sucede en realidad de verdad, si sobre un elemento empezable obra 360 un flúido empezados y de lamisma manera sobre los demás elementos sus flúidos congéneres, el movimiento que resulte de la relacion de unos con otros será imperceptible, ó lo que es igual será la contractilidad 6 contraccion impercep tible de Bichat ; mas si sobre un elemento ernpezable obra un flúido nerveo terminados y en las demásrelaciones entre bases y fuerzas se verifica la propia contrariedad, entonces la contraccion será del todo manifiesta , atendida la dificul tad que ha de encontrar la fuerza para vencer la resistencia de la base ó esta el empuje de aquella. Pues bien, esto es lo que se nota en las cinco extremidades espresadas , no con tando entre ellas á la sexta, que es la síntesis de todas; y mas aun, porque no solo espresa lo que puede espresar cada cual de las mismas, sino cuanto se puede espresar del instinto y del pensamiento: estremidad fónica , que sube del pulmon y se refuerza en la tráquea y termina en los lábios. Se estranará , tal vez, que entre los tejidos no haya in cluido ni el oseo ni el cartilaginoso, ni al fibroso, ni el fibro cartilaginoso, pero cesará la admiracion cuando se sepa, que el oseo y el cartilaginoso se exploran en la misma vértebra que el tejido medulas: que el fibroso en parte se ex plora como tendinoso en la propia vértebra que el muscular voluntario ó rectilíneo, en parte en la del muscular invo luntario como aponeurótico y en parte en el oseo como li gamentoso; explorándose á la par en esta última el fibro cartilaginoso, porque cada cual de estas reuniones solo forman un tejido, como si dijéramos con dos polos. Parece que con lo espuesto bastaria para disipar cualquier duda de que podamos localizar en el espinazo, en la cabeza y en otras partes del cuerpo, cada uno de los grupos y de los centros nerviosos, no solo de la vida del desarrollo, sino de la de atraccion molecular, de la del instinto y de la del pensamiento. Sin embargo, para que no quede ninguna va cilacion acerca de ello, aunque ya sea declararse mucho, anadiremos, que los centros de los grupos ó de los elemen tos y fuerzas se exploran en el esternon : los tejidos de nu tricion en las vértebras dorsales y en todo lo que atane al aspecto y á la actitud de la fisonomía: los tejidos de satura cion en las vértebras lumbares, sacrales y coccígeas , en el apéndice xifoides y en el tarso y en el metatarso de los piés: los humores en las costillas y en el carpo y metacarpo de las manos: los aparatos de digestion en las vértebras cervica les , en los huesos de en medio de la cara y en lo esponjoso de las mandíbulas ; y los de la sensibilidad al rededor de la base del cráneo y en lo que en cada sentido corresponde á los dedos de la mano y del pié. Hemos dado á entender, que lo que acabamos de decir era declararse demasiado, pero han sido tantas hasta ahora las preocupacionesque se han injerido en nuestra ciencia, tanta la incredulidad que desconfia de estos hechos todavía en el terreno de la práctica, tanto el consiguiente poco caso que ,ejos l'e 'cid se ha hecho de ellos y lo que á nosotros nos costado su descubrimiento, que dudamos, que en mu cho tiempo se complete sino declaramos lo que á la anterior esplicacion le falta. Y no es porque su trascendencia no sea muchísima así para la medicina, como para el bien de la humanidad en sus dolencias en especial. A la anatomía, sin desechar nada de lo conocido hasta ahora, le ha dado un aspecto enteramente nuevo la locali zacion espresada. Distingue los músculos voluntarios que reciben el influjo nervioso de muy adentro, de los involun tarios que lo reciben por la extremidad de sus nervios : en músculos que por la atencion son involuntarios y por la reflexion se vuelven voluntarios : en músculos vocales y sexuales y por fin en músculos esfinterales. Deja patente, que las glándulas conglobadas y conglomeradas de los teji dos secretorios deben estar todas, junto con los demás teji dos y humores , en cada cual de los aparatos de sensibilidad y digestion ; pero lo están como las criptas mucosas en las membranas de este nombre. Encuentra glándulas sali vales donde jamás se han sospechado , como en el sobaco y en las ingles , la mitad de la prostata en las mugeres dentro del útero y la:otra mitad dentro de la vejiga urinaria y en cuentra conductos salivales donde nunca los hubiera de mostrado el escalpelo. Establece, que el feto empieza por la vida sideral y que esta comienza en el dorso por las cua tro secciones que presiden á la nutricion del corazon , las que por medio de los dos cordoncitos posteriores tambien dorsales, se comunican con los tubérculos cuadrigéminos , quienes , para dar el movimiento al órgano espresado, fun cionan por el empuje de las conmisuras que les envia el ce rebelo ; anade que despues se desarrolla la restante médula espinal , considerándola prolongada hasta lo mas anterior de la medianía y partes laterales de la base del cerebro : advierte que vienen despues los centros de los grupos, tanto en el cerebro como en el cerebelo y las circunvoluciones de 'ambos; de las cuales sale solo un nervio, que es el olfacto rio , que las pone en comunicacion con los huesos del crá neo : derivándose los demás que salen por dicha su base, 6 de las secciones nerviosas de sensibilidad y de digestion que en ella se observan, ó de las conmisuras , que le llegan su biendo aun desde las partes mas inferiores del raquis. Ve claro, que los nervios no han de sacar su nombre del lugar por donde pasan , sino de aquel á donde se encaminan; y en particular lo que es tan difícil de distinguir en las pier nas , el nervio que termina en el pulpejo de los dedos. La fisiología le agradecerá que le haya hecho mirar como una sola unidad orgánica á todo centro nervioso con su parte terminal y los vasos y los nervios que les relacionan. Le agradecerá tambien , que habiéndole ensenado que en cada grupo domina una base y una fuerza y que en el de la circulacion domina el calórico introducido y dijerido por el tacto, le haya hecho ver que allá donde haya vasos y nervios, allí ha de haber calor ó sentirse el frio. Seguirá su consejo de que siendo la nutricion la funcion mas principal y mas generalizada en el cuerpo, se ha de empenar en ha cerse duena de sus • dos agentes, los vasos y los nervios, con sus humores aquellos y sus flúidos nerviosos estos; por que en apoderándose de ellos podrá saber con mi explora cion cuanto puede pasar en el organismo y en el acto en que está pasando. Observará que todas las funciones tienen igual número y combinacion de elementos, de fuerzas, de medios, de modos y de objetos; sean ó no congéneres sus relaciones. Se convencerá al cabo por completo de que la voz no es una espiracion del aire, modificada por las pare des de la traquea, sino que con aquel flúido salen los ner veos del cuerpo y con ellos sus bases en estado gaseoso : é igualmente se convencerá de que las bases forman las vo cales y las fuerzas las consonantes, de que las primeras se desprenden del cérebro y espinazo y las segundas del cere belo y de que preguntar quien nos ensenó á hablar, es pre guntar quien nos ensenó á mover los brazos, las piernas y demás partes que movernos en nuestra máquina por efecto de la credulidad y certidumbre del instinto escitado por el pensamiento. De suerte que la fisiología, partiendo de la localizacion de los centros nerviosos, es la única que puede arreglar una gramática general, y el desiteratun de un idio ma general tambien para todo el mundo. LA patología interna será la que reciba mas beneficios de • )1 361 la localizacion de que se habla, porque palpará, por decirlo así , que cada tejido y cada aparato tiene su fiebre , por la razon de que cada cual tiene un humor que le corresponde, y que, circulando estos por dentro del corazon y de los va sos, han de influir en la modificacion de las fases de su movimiento. Observará que las enfermedades á mas de la predisposicion patológica individual del paciente , se com ponen con frecuencia de dos, tres y mayor número de ele mentos morbosos. Notará que las enfermedades se hacen contagiosas cuando pertenecen á un tejido secretorio. No le parecerá increíble, que las tenidas hasta hoy por hemorra gias, esceptuando las traumáticas y la díapedesis, no son sino profluvios de saliva de color de sangre, sin esceptuar el pe ríodo lunar del bello sexo. Hallará que las viruelas son una enfermedad de las vesículas seminales en el hombre y de las glándulas lácteas en la muger: que la escarlatina lo es del sistema muscular voluntario lo mismo que la parálisis, el reumatismo y el corea: que la gota lo es del sinovial : que la pulmonía y una especie de asma, lo son del blasto dermo : que la lithiasis , la melanosis, el cólera, el bubon pestilencial y la fiebre petequial de Hildebrand , lo son del sistema salival: que hay una variedad de la anasarca , mo tivada por una afeccion de las unas: que las fiebres inter mitentes que se desenvuelven con dolor en los lomos, fijan suasiento en los testes y en los ovarios : que la lepra pro viene del sistema ganglionario y del glandular linfático: que la sífilis nace del medular oseo: que la sicosis se origina del mal estar de la grasa: que del piloso se deriva la plica, que es mas comun y cruel de lo que se cree, aun en un grado no muy intenso: que la catalepsia es una pura neurorrhagia y la epilepsia una neurorrhagia acompanada de proíluvio de vapores orgánicos, lo mismo que las calenturas periódicas con la piel de carne de gallina : que por último no hay una dolencia que no se tenga que mirar de aquí adelante, bajo otro punto de vista muy diferente del de ahora. La patología externa tendrá mas confianza en el ausilio de la naturaleza y en los recursos medicamentosos de la ciencia y del arte, y se moderará en cortar mucho y preci pitadamente, cuidando en las denudaciones de las partes internas impedir por medio del aceite, que es el mejor ais lante de los flúidos imponderables, la salida de los nerviosos, causa de los deliquios y de las hemorragias por trasudacion capilar, que á menudo comprometen la vida de los opera dos; método que deberia observarse tambien con los epi lépticos y en las vivisecciones para el efecto; vivisecciones en las que , preocupado el experimentador con no atender mas que aquello que se propone investigar , no reflexiona que para llegar allá donde está el objeto de su estudio , se han de maltratar y mutilar otras partes y se ha de perder mucho flúido nérveo ; incidentes, que no se deben despre ciar al inferir las consecuencias de un trabajo , que preci samente ha de salir equivocado. Este ha sido entre otros el motivo de que las vivisecciones hayan ensenado tan poco y lo ha sido demasiado para escitar la compasion al ver á dos sábios, el uno francés é inglés el otro, disputándose la gloria ridícula de la primacía de un falso descubrimiento sobre los nervios. La embriologia , atribuyendo la posicion del engendro y de los mellizos á las leyes de la polarizacion , verá que siem pre que estas se perturban por la enfermedad de la madre ó la del hijo, la que tambien refleja en la madre, la posicion del feto se hace !u normal, y que basta para correjir esta perturbacion , el adoptar medios curativos durante el emba razo, y lo que es en el parto, sin necesidad de meter la ma no ni el forceps ni en el útero. En la terapéutica no se des TOMO III. defiará de creer en la poralisacion de los medicamentos, ni que por lo tanto no obran lo mismo en el lado dere cho , que en el izquierdo ; que en el hombre quien des pues de ser androgino, pasó á ser tal quedándose con el polo positivo de los elementos de su substancia y el negativo de sus fuerzas, mientras que á la mujer le toco el polo negati vo de aquellas y el positivo de estas, lo que forma el distinti vo de los dos agentes de la subsistencia de la humanidad, y no se debe acudir á los propios remedios: que en las dolen cias, las dósis se han de,calcular mas por la intensidad de es tas, que por la edad del sujeto en quien se emplean , lo mismo que por su temperamento y por su idiosincracia , la que con aquel ha sido muy mal esplicada hasta aquí : que en adelante no se dirá, que un agente medicinal es estimulan te y el de mas allá contra-estimulante , porque se notará, que el propio que hoy exalta , manana deprime la accion de un órgano, segun la disposicion del sujeto en quien aquel se emplea; tampoco se descuidará de advertir que los me dios terapéuticos no obran á veces de un modo idéntico en las vicisitudes atmosféricas, en las de los diferentes perío dos del dia y de la noche, en las estaciones y en diferentes climas: que á dichos medios se les abren dos caminos para introducirse en el interior del cuerpo, que son los vasos y los nervios : que por los primeros pueden entrar los ele mentos con los humores y por los segundos las fuerzas, pe ro que tambien pueden penetrar por ellos los elementos, reducidos á un estado de atenuacion tal , que se acerque muchísimo á la imponderabilidad dinámica : en fin, que to dos los agentes externos sean alimentos, medicamentos ó escitantes superficiales, obran siempre electivamente, sobre un tejido, un humor ó un aparato orgánico. A la física le dirá, que á mas de otros mal entendidos alardes, su dinámica no vale nada y que la venga á apren der en nuestros sentidos destinados ó á sentir las fuerzas ó á dijerirlas en su estado de sencillez como ruido y silencio, como dejo, como temple, como aroma y corno claridad ú obscuridad, ó bien en el de estado de combinacion de cada cual con las fuerzas restantes, esto es los sonidos, los sabo res, las temperaturas, los olores y los colores. Y se admira rá de que no los haya podido considerar así hasta el presen te. A la química se le obligará á que se abstenga de dictar leyes á la medicina: que la sirva en lo que se le encargue y que en el porvenir en sus análisis se precaba de no contar conlas corrientes de las fuerzas y otras particularidades de la atmósfera ; no le suceda, como 1.e podria juzgar, que le su cederia á un pescado, que pudiera manipular en el fondo de los mares y esperára que no hablan de salir mojadas las operaciones químicas á las que se dedicase. A la filosofía la tranquilizará para que no tenga tanto miedo á la fisiología, antes bien la tome por directora: pe ro no á la fisiología que predica doctrinas de mal carácter, sino aquella, que habiendo manifestado, que en el sistema nervioso hay partes, que ni las posee la vida del instinto ni los centros nerviosos de las demás vidas, prueba que ha de haber allí un agente superior á los que tienen á estas por distintivo y que por consiguiente ha de haber eu nosotrosuna alma. Ella aconsejará á los filósofos que dejen de dividir la substancia en material y espiritual, como nosotros lo hemos hecho, porque han dado lugar á que al hombre se le con cediesen dos substancias, no teniendo mas que dos entida des de substancia , esto es, una entidad corporal y otra entidad espiritual, y les dirá que estudien las substancias, á ladivina como divina v que á las creadas por esta las invest guen tales como ella las crió. En la medicina legal aprovecha rá de los adelantos de la frenología, que no será reducida y 46 -21 362 empírica como en la actualidad, sino enteramente científica, no confundiendo las potencias que sirven al pensamiento con las facultades que obedecen al instinto, con las funcio nes propias del desarrollo, ó con los agentes del movimiento molecular ó de equilibrio. ?Y no resolverá el problema de la realidad ó suposicion de la influencia de los astros en nosotros? Si lo hará, pero de - jando la astronomía á los aritméticos para que calculen los movimientos, mientras puedan no encontrar en las estre llas algun movimiento que no comprendan, la llevará al terreno de la filosofía, la que de seguro, encontrará su in flujo; pero considerando á la substancia sideral como una substancia individua, en la que hay nebulosas con Soles, que son en ellas como nuestros centros nerviosos para con las partes terminales de nuestro cuerpo y entre las que exis te una y única en la que hay un Sol, que no pudiendo en gendrar influye en que engendren los séres, que viven en la superficie de la tierra, una Luna, que no pudiendo con cebir ayuda á concebir á los mismoS y una Tierra, que no pudiendo crecer y desarrollarse, hace que en ella estos séres se desarrollen. Sin embargo como el que inventa puede hacerse ilusiones sobre las ventajas y la importancia del resultado de sus descu brimientos, los sujetamos á la sabiduría de la academia para convencernos de si nos hemos enganado 6 si hemos logrado para nuestra profesion lo que el que descubrió las letras para la escritura, una vezque como lo indicamos por nuestra nue va exploracion y por la localizacion de los tejidos, humores y aparatos orgánicos, con la de sus centros, podemos decir le á cualquier enfermo lo que padece sin preguntarle de an temano nada delos síntomas que siente, y podemos mani festarle, al instante de haberle propinado un medicamento, á que punto del cuerpo ha ido y al que préviamente le diji mos, que lo quena dirijir. ?Esto no será haber elevado la medicina á un grado de certidumbre , queen la práctica le envidiarán hasta las cien cias matemáticas? Historia natural. CARNIVOROS PLANTIGRADOS. El oso blanco y el oso fiero ó pardo, El OSO BLANCO ( Ursus rnarítimus , LIN., 6 el oso polar, de los viajeros es el tipo del thalarctos de GRA.y. Todo el mundo conoce este animal por las exageraciones y cuentosque han referido so bre su magnitud , voracidad é intrépido denuedo los viaje ros. Reducidas á su justo va lor todas esas historias, sin duda causará admiracion no hallar en el oso blanco mas que los hábitos propios de los demás animales de su mismo género, aunque acompanados de grande estupidez, la que se ha confundido con el valor. Los mayores individuosde esta especie no tienen mas allá de 6 piés y medio ('111) , de modo que los viajeros que di cen haberlos visto de 13 piés se equivocan precisamente del doble. Su cabeza es prolon gada ; su frente complanada en la misma línea del entre cejo; tiene los • ojos pequenos y negros, lo mismo que el hocico y el interior de la gargan ta , el cuello muy largo, y las plantas de los piés de nota ble extension , todo su cuerpo está cubierto de pelos blan cos, largos y sedosos. Como habita en los eternos hielos de los alrededores del polo boreal, en las costas de Groelandia y de Spitzberg , en una palabra, en las regiones mas frias del globo; ha debido contraer hábitos en armonía con unos climas tan rígidos. Retirado durante el verano en las tierras, divagapor los bosques, manteniéndose che semillas, frutas y hasta de rai ceS, lo cual no le impide devorar los cadáveres de animales cuando encuentra alguno. Hace sus crias en un lecho de musgo y de líquenes, y en él acostumbra á sus hijos poco á poco á comet sustancias ani males. Pero en esos desgracia dosclimas la estacion feliz pasa muy pronto, y viniendo la nieve á cubrir la tierra, obliga al oso blanco á abandonar los bosques por falta absoluta de alimento , y á dirijirse á la ri bera del mar, acompanado no solamente de su familia , sino tarn bien de una numerosa ma nada que el hambre ha echa do tambien de los bosques. Esta especie de sociabilidad es un carácter por el que se di ferencia esta especie de todas las demás, las cuales llevan una vida solitaria, y permane cen en un aislamiento bravío. Durante este viaje, los osos á combatir con los grandes animales marinos, atacando á los renos y otros séres tímidos que en cuentran al paso. Pero muy pronto de torpes cazadores se convierten en diestros pescadores, persiguen hasta el fondo de las olas á los peces y mamíferos anfibios, que son su presa. Acostúmbranse á zabullir, y á permanecer mucho tiempo debajo del agua ; nadan con facilidad y velocidad, pudiendo adelantar así muchas leguas sin tomar descanso; pero cuando un viage muy largo los fatiga , buscan un tém El oso blanco. del Norte se preparan y 363 It pano de hielo arrastrado por la corriente é impelido por el viento, cuya estrana embarcacion á veces los lleva á gran des distancias. Así es como en Islandia y en Noruega se ven á veces llegar encima de grandes témpanos de hielo nume rosas manadas de osos, tan hambrientos que se echan en cima de cuanto encuentran. Entonces son terribles, lo mismo para los hom bres que para los animales ; y esta cir cunstancia del todo accidental, pero que se reproduce todos los arios, no ha contribuido poco á darles fama de voraces y carniceros. Arrastrados á ve ces por los hielos hacia alta mar, y no pudiendo ganar otra vez la tierra, ni abandonar su isla flotante, mueren de hambre 6 se devoran mútuamente ellos mismos. Continuamente huronean por entre los hielos de la ribera del ruar, consistiendo su ordinaria presa en focas, morsas jóvenes, y hasta ballenatos, á los cuales se atreven á ata car á nado á mas de media legua de la costa. Para ello se juntan cinco 6 seis, aunque á pesar de su número, no siem pre salen con su intento pues que la ballena acude á la de fensa de su hijuelo, y con su terrible cola aturde, sacude y anega á los agresores. La foca á pesar de sus terribles qui jadas les ofrece poca resistencia, pues se le acercan poco á poco y sin hacer ruido mientras duerme, la cogen por de trás de la cabeza, y le rompen el cráneo antes que pueda oponer la mas ligera resistencia. No sucede lo mismo con la morsa, pues siendo mas desconfiada que la foca, es muy raro que lleguen á burlar su vigilancia. Sostenido el cuerpo sobre las patas, 6 mejor, aletas anteriores, la cabeza en hiesta, preséntale sus formidables colmillos, 'con que los hiere, les atraviesa la piel y los derriba mortalmente heridos ; luego precisada por el número á batir e.n retirada , se arroja al mar y desaparece á la vista de sus enemigos, los cuales la per siguen con tanto afan como inu tilidad. El oso blanco, en las comar cas donde vive, nunca ha ha llado un Sér bastante fuerte para vencerle, así es que no conoce el miedo , sentimiento del cual sin embargo es muy susceptible. Como nunca ha tenido que sos tener una lucha séria , ignora el Dicen que el oso blanco durante el invierno se retira á los huecos escavados debajo de la nieve, donde permanece completamente aletargado hasta la vuelta de la primavera. No negaremos absolutamente este hecho; pero sí diremos que nos parece muy dudoso. Las colecciones de animales de algunos soberanos han poseido varios osos blancos, y nunca se les ha visto mas vivos y despabilados que durante los friosdel mas riguroso invierno; solo se presentan lánguidos y débiles cuan do en verano se halla elevada la tem peratura . Hemos visto descender 4 termómetro de Reaumur á 20 gradas, es decir casi tan bajo como en la nue va Zembla; no obstante, el oso blanco que vivia en climas moderados no pa recía aletargado en lo mas mínimo. Luego , si leemos con atencion á los viajeros, se verá que precisamente en la estacion en que el frio es mas ri guroso, los osos acuden á la ribera del mar. La hembra pare en el mes de marzo, y se dice que solo produce uno ó dos hijos y muy rara vez tres, aunque no ha sido po sible asegurarse bien de este hecho, el cual deducen del número de osesnos que regularmente la acompanan. El grito de estos animales, segun relaciones, es mas pare cido al ladrido de un perro enronquecido, que al gra ve murmullo de las demás especies de osos. En estado de esclavitud no manifiesta la menor disposicion á ser adies trado, ni de adhesion ; antes bien, permanece en estado brutalmente salvaje y estúpido. El OSO FIERO (Ursus ferox , LEWIS Danis ferox , GRAY. ó el Oso pardo de los viajeros, es un tipo que merece parti cular mencion. It ""`--',_Zi,L,N•rt,:z. i',Ck,~N s.,..? "<, ,,,,..,4,1:.:s.s:c:, :: . _...›_,-.: • El Oso fiero. peligro, y suestupidez le impide conocerlo cuando lo aper cibe por la primera vez. Así, se le ha visto atacar deliberada mente siendo el animal uno solo, á una multitud de marine ros armados, y esto se ha confundido con el valor. Otras veces se echa á nado, y embiste sin titubear, contra una lan cha llena de hombres, y perece víctima, no de su intrepidez sino de su torpeza é indiscrecion. Cuando conoce que le re sisten , ó si queda herido, abandona el combate, y huye cobardemente, lo que no hacen nunca el oso castano, el tigre, y algunos otros animales dotados de verdadero valor. Los marinos que han invernado en el Norte, siempre se han visto incomodados por estos animales, quienes iban á hus mear su presa hasta la puerta de su cabana, llegando á tre par el techo para penetrar por la chimenea. Pero cuando se les recibia á tiros, ó simplewnte á lanzazos , al punto em prendian la fuga, ó al menos no se atrevian á sostenerla lucha. El oso pardo une á la estupi dez del oso blanco, la ferocidad del jaguar y la fuerza del lean ; de suerte que es el terror de los habitantes nómadas de los paises que,habita. Su enorme talla llega á veces á 8 piés y medio (2,760) y á veces mas; t'ene el cuerpo cubierto de pelos largos y muy poblados, principalmente en el cuello , de un pardo que á veces tira á castano ó á blanco. Es el mas fiero y acaso el mas terrible de todos los animales, dotado por la naturaleza, hasta con es ceso, de todas las cualidades es pantables. Su fisonomía es horrible, su agilidad igual á su prodigiosa fuerza y á su crueldad , y superior á la de todos los demás animales; su indómito valor es tanto mas temi ble , en cuanto participa siempre de furor y nace del cono cimiento brutal de sus grandes fuerzas. Siendo su índole solitaria , lo mismo que la del oso castano , cuyas formas generales se le asemejan , le gustan los inmensos bosques vírgenes que sombrean los montes escabrosos del gran Chi pewyan , las rnárge-.1es del Missuri, del Nebraska y del Ar kansas ; en fin la parte noroeste de la América septentrional conocida en los Estados-Unidos con el nombre de Pais in diano. Esta inmensa comarca, que empieza en el pais de los Osages y contiene los pueblos errantes de los Piés-ne gros, de los Narices-taladradas, de los Kansas, de los Cuervos, de los Camarchas , de los Koways, de los Barri gones , de los Cabezas achatadas y tantos .otros, es muy )1 364 g< embista desde luego y pueda el indio conservar la ventaja de ser el prgimero en el ataque. Cuando el cazador se cree á distancia conveniente del mónstruo , levántase de repente, se manifiesta y le arroja una flecha, en seguida se deja caer en el suelo tendido á lo largo boca arriba, y apoyado con los codos coge la carabina y apunta al animal. Furioso éste y herido vacila un momento entre el ataque y la fuga, pero viendo á su enemigo por el suelo se arroja á despeda zarlo; pero el cazador salvaje tiene la serenidad y valor su ficientes para aguardarle á la distancia de unos cinco pasos, y solo en este preciso instante le dispara la carabina al pecho y lo derriba muerto. Si por acaso no sale el tiro, el intré pido cazador se levanta de improviso, y con la navaja en la mano se dispone á luchar cuerpo á cuerpo. Por lo regular este cambio de posicion basta á dete ner al oso, el cual despues de vacilar otra vez algunos instantes, se retira lentamente volviendo la vista de cuan do en cuando al temerario indio. Pero tambien suele suceder que, irritado mas y mas por el dolor de la herida, levántase sobre sus dos piés , y con los brazos estendidossearroja á su agresor, quien le hunde la navaja en el corazon y lo derriba muerto ; pero si yerra el golpe, muere despedazado, víctima de la pueril vanidad que le hace esponerse por fanfarronada á un peligro inútil, 6 con la simple esperanza de conquistar una miserable piel. No dudamos que habrá mucha exageracion en lo que los viajeros cuentan de la ferocidad del oso pardo ; pero lo que acabamos de decir sobre el modo como los salvajes atacan á este animal, es cierto hasta en sus mas insignificantes por menores. Por lo demás puede aplicársele cuanto hemos di cho sobre el oso castano, con la única diferencia de que no se alimenta de substancias vegetales sino cuando le faltan los animales. Es un hecho singular el haber creido reconocer Cliton en el esqueleto de este oso una identidad completa con las osamentas fósiles que sirvieron á Jefferson y des pues á J. Cuvier para reconstruir el animal estraordina rio al que han dado el nombre paleontológico de mega lonyx. poco conocida de los hombres civilizados; algunos trafican tes en pieles, traperos y cazadores de castores, son los úni cos que hasta el dia han penetrado en esas profundas sole dades. En ellas domina como dueno absoluto el oso pardo sobre todos los animales del desierto, en quienes ejerce su desapiadada tiranía. Pasa el dia durmiendo en las profundas cuevas de los montes; despierta á la hora del crepúsculo y sale de su retiro. Desgraciados entonces los animales que encuentra. Acecha puesto en emboscada á los gamos, arga lis y otros animales ligeros, y al paso se les echa encima , los aterra y devora: hasta el oso con collar y el oso blanco le temen y huyen á su vista. Desciende á veces á losvalles donde pacen inmensos rebanos de bisontes; y estos mons truosos animales, á pesar de su número y de sus temibles cuernos, no pueden defenderse de su furor : en vano se estrechan entre sí presentando una fila compacta de ame nazadores cuernos, pues el oso se ar roja á ellos, los dispersa , los persigue con ligereza, les salta encima, los es trecha con sus brazos férreos, les frac tura el cráneo con sus dientes, y á menudo deja muertos á muchos antes de devorar alguno. Con todo, el oso 'fiero halla enemi gos entre los salvajes medio desnudos , hijos como él del de sierto , quienes le resisten, y hasta alguna vez le atacan , atreviéndose á sostener una terrible lucha cuerpo á cuerpo. El cazador indio del Arkansas tiene una perspicacia mara villosa para descubrir durante el invierno la cueva en don de el oso ha establecido su mansion ; y en las demás esta ciones sabe esperarle al asalto, sorprenderle en suemboscada, en ocasion en que el mismo animal está acechando una presa, seguirle la pista , y traspasarlo con sus flechas ó con sus ba las. Luego que ha descubierto los vestigios de su paso, sí guele armado con arco , carabina y una navaja india muy afilada, de que se sirve para cortar la cabellera á los ene migos vencidos. Aproxímase al feroz animal agachándose y ocultándose detrás de la maleza, y poniéndose á sotavento, no porque tema que advertido el oso de la presencia de un hombre por medio del olfato, huya; sino para que no le - 411/4 V¦t¦ 7.= Estudios históricos sobre la Alemania. SCHAFFHAUSEN. — LA CATARATA DEL RHIN. VÉVEY , CHILLON Y LAUSANA. XIV. Lo que dijimos de Zurich y de Basilea , debemos repetir respecto á Schaffhausen , palabra tan difícil de pronunciar y escribir por un espanol, como poblacion esencialmente alemana. Figúrese el lector un Anxur suizo, una Terracina alemana, una ciudad del siglo xv cuyas casas son un medio entre las cabanas de Unterseen y los edificios esculpidos de la ciudad mas rancia ; encaramada en la montana cortada por el Rhin que se retuerce en su lecho de rocas con gran clamor, dominado por torres ruinosas, lleno de calles per pendiculares y en zigzag, entregada al aturdidor barullo de las ninfas ó de las aguas, nymphis et lymphis ; transcríbase tá Horado como mejor plazca y anádase la batahola de las lavanderas. Despues de haber pasado la puerta de la ciudad que es una fortaleza del siglo xllf, mirando hácia atrás, vése encima de la ojiva esta inscripcion : SALUS EXEUNTIBUS. De esto debe deducirse que á la parte opuesta se leerá : Picx INTRANTIBUS. Es agradable esta clase de hospitalidad. De Schaffhausen puede escribirse lo que se quiera. Nada hay comparable á la obstinacion y diferentes opiniones de los arqueólogos, como no sean las de los gramáticos. Plati no escribe Schaphuse , Strumphius Schapfuse , Jorge Bruin Schaphusia , y Miconi escribe Probatopolis. De aquí puede deducir el lector las consecuencias. Despues del nombre viene la etimología. Schaffhausen significa la ciudad del carnero, dice Glerean.--INada de eso! -esclama Strumphius: Schaffhausenquiere decir puerto de los barcos de schafa, bar )5 365 tE co , y hause , casa.—! Ciudad del carnero ! responde Gla rean ; las armas de la ciudad son campo de oro y carnero de sable. — !Puerto de los barcoF! replica StruMphius, allí es d onde se detienen los barcos en la imposibilidad de con tinuar adelante.—Que sea lo que fuere, ya pueden pelearse si quieren Glarean y Strunriphius, que nosotros no tercia remos en el debate. Del mismomodo seria preciso batallar en cuanto al viejo castillo Munoth, que está próximo á Schaf f hausen , sobre el Emmersberg y que tiene por etimología Munitio , dicen los anticuarios , á causa de tina ciudadela romana que había allí. Hoy no hay sino algunas ruinas, una gran torre y una inmensa casamata que puede cubrir muchos centenares de hombres. Hacedos siglosSchaffhausen era todavía mas pintoresco. La casa de ayuntamiento , el convento de Todos los Santos y la iglesia de San Juan, es taban en todo su esplendor ; el recinto de torres se hallaba intacto y completo. Habia trece torres sin' contar el casti llo ni las dos altas torres sobre que se apoyaba aquel es trano y magnífico puente suspendido sobre el Rhin y que el general francés Oudinot hizo volar el 13 de abril de 1799 con la igno-ancia ó indiferencia por las obras maes tras, que solo se puede perdonar en tiempo de guerra. En fin, fuera de la ciudad , mas allá de la puerta-torreon que conduce á la Selva Negra, en la montana , sobre una emi nencia al lado de una capilla, se distinguía á lo lejos, en medio de la bruma del horizonte, un repugnante edificio de piedra y madera. Era la picota. En la edad media y aun no hace cien anos, en todo pueblo soberano, un cadalso con venientemente preparado era una cosa elegante y magistral. La ciudad adornada con picota, la picota adorna con su ahorcado, esto significaba Ciudad libre. De Schaffhausen á Laufen hay un paso. Laufen es un cas tillo del siglo xm , de bellísima masa y de estilo bellísimo. A la puerta hay dos grifos dorados con la boca abierta que parecen ladrar ; dijérase que son ellos los que hacen el mis terioso ruido que se oye. Al entrar en el patio del castillo , que ya no es un castillo sino una granja, vénse gallinas, ánades, pavos, estiércol ; carretas en un rincon y una cuba de cal. Se abre una puerta y aparece la catarata. !Espectáculo maravilloso ! !Espantoso tumulto! He aquí el primer efecto, despues se mira. La catarata marca golfos que llenan anchas escamas blancas. Como en los incen dios , hay pequenos espacios apacibles en medio de aquel conjunto de espanto : bosquecillos mezclados á la espuma ; encantadores arroyuelos en los musgos; fuentes para los pas tores arcadios de Pusino, sombreadas por arbustos dulce mente agitados. Y despues desaparecen estos detalles y vuelve á ocupar la impresion del conjunto. Tempestad eter na ; nieve viviente y furiosa. El agua es de una trasparen cia estraordinaria ; negras rocas dibujan sus siniestros ros tros bajo del agua ; parecen tocar su superficie y están á diez piés de profundidad. Debajo de :as dos principales co lumnas de la cascada , dos grandes surtidores de espuma se desvanecen sobre el rio y se dispersan en él en verdes nu bes. A la otra parte del Rhin vése un grupo de casitas tran quilas en donde las mugeres van de una parte á la otra. Mientras que el viajero observa, el guia le habla. —El lago de Constanza se heló durante el invierno de 1829 al 1830. No se habla helado hacia ciento cuatro arios. Se pa saba por él en carruaje y algunas pobres gentes perecieron de frio en Schaffhausen. Si se baja un poco mas hácia el abismo, óyese mujir la cascada como un tigre ; se percibe un espantoso ruido, des orienta aquella terrible rapidez, no se vé sino polvo de agua, decimos mal, agua convertida en polvo, humo y lluvia todo junto. A través de esta bruma se vé la catarata en todo su desarrollo ; cinco grandes rocas la cortan en cin co cascadas de aspectos diversos y de magnitudes diferen tes. Se cree estar mirando los cinco pilares roidos de un puente de Titanes. En el invierno los hielos forman azula dos arcos sobre estos mechones negruzcos. La mas cercana de estas rocas es de una forma estrana; parece que sale del agua llena de rabia la fea é impasible cabeza de un ídolo indio , con trompa de elefante. Varios arbustos y matorra les que se cruzan en su cúspide mezclados y confundidos entre sí , le forman una cabellera horrible y erizada. En el punto mas espantoso de la cascada desaparece y vuelve á aparecer una gran roca bajo la espuma , como el cráneo de un gigante ahogado por este horrible derrumbadero hace seis mil anos. El guia continúa su monólogo. — La cascada del Rhin está á una legua de Schaffhausen. La masa del río toda en tera cae desde una altura de setenta piés. El áspero sendero que baja desde el castillo de Laufen al abismo, atraviesa un jardín. Este sendero tiene variadas es taciones, en las que se paga un poco de vez en cuando. La pobre catarata no podria trabajar de balde. Es muy justo que entre toda aquella espuma que arroja sobre los árboles, las rocas, los nos y las nubes, arroje algo mas pesado y po sitivo al bolsillo de alguno. Por este sendero se llega á una especie de balcon vacilan te practicado allá en el fondo sobre el abismo y en el abis mo. Allí todo se conmueve á la vez; se vé uno deslumbra do , aturdido, trastornado, estupefacto y encantado. Se apoya el viajero en una barandilla de madera que tiembla; árboles amarillentos,—si es en otono ,—servales rojos, ro dean un pequeno pabellon por el estilo de nuestros cafés, desde donde se observa el horror de la cosa. Las mugeres se cubren con una túnica de hule ( á peseta por persona ); y finalmente, allí se halla el espectador bajo la impresion de una tempestad que descarga sobre él un aguacero en medio de truenos contínuos y espantosos. Lindas y amarillas plantas trepadoras se mecen volup tuosamente bajo este rocío sobre el borde del balcon. La roca que lo cubre como una bóveda, llora gota á gota en la cascada. Sobre la roca que está en medio de la catarata se eleva un caballero-trovador de madera pintada, apoyado en un escudo rojo con blanca cruz. Un hombre ha debido arriesgar su vida para ir á plantar esta decoracion teatral en medio de la grande y eterna poesía de Jehovah. Los dos gigantes que mas elevan sus cabezas, queremos decir las dos rocas mas grandes , parece que se están ha blando. El trueno es su voz. Por encima de un espantoso grupo de espuma , aparece una casita apacible con su pe queno vergel; se diría que esta espantosa piedra está eter namente condenada á llevar sobre sus espaldas aquella tranquila y feliz cabana. Si se llega hasta la estremidad del balcon , y se arrima el curioso á la roca , el aspecto en este caso es mas terrible : es un caos espantoso. El abismo horrible y espléndido ar roja con rabia una lluvia de perlas al semblante de los que osan mirarlo de tan cerca. Los cuatro brazos de la catarata, caen , suben y vuelven á bajar sin tregua ni descanso. Se cree estar viendo dar vueltas al lado de uno, las cuatro ful gurantes ruedas del carro de la tempestad. El puente de madera está inundado y sus tablas res baladizas, llenas de hojas que gimen bajo los piés que las pisan. En una anfractuosidad de la roca vimos con sor presa una mata de yerba seca casi del todo. !Muriendo de sed bajo la catarata de Schaffhausen En aquel diluvio le faltaba á ella una gota de agua. Corazones hay que se pa recen á aquella mata de yerba ; y se desecan en medio del torbellino de las prosperidades humanas. !Ay ! es que les falta esa gota de agua que no sale de la tierra sino que cae del cielo , ! el amor! En el pabellon turco que tiene vidrieras de color, y !qué vidrieras! hay un libro en el cual se ruega á los visitantes que pongan su nombre ; vale la pena de hojearlo por las rarezas que contiene. Cuanto tiempo estuvimos allí abismados en aquel gran dioso espectáculo, no lo pudiéramos decir porque durante aquella contemplacion, pasaron las horas en el espíritu como en el abismo las ondas, sin dejar serial ni recuerdo alguno. Solo si recordamos que se nos vino á advertir que iba á ano checer. Subimos al castillo y desde allí bajamos á la ribera por donde se puede atravesar el rio para pasar á la orilla derecha. Esta ribera está debajo de la catarata y se atraviesa el rio á pocas brazas de ella. Para este trayecto se aventura uno en un pequeno y encantador bote, ligero, delicado, de la figura de una piragua de salvage , construido de una ma dera elástica como el corcho , sólida, elástica, fibrosa, tro pezando á cada momento con las rocas y rozando apenas en ellas, manejado como todos los barquichuelos del Rhin y del Meuse con un garfio y un remo en forma de pala. Na da hay tan estrano como percibir en esta concha las pro fundas y tempestuosas sacudidas del agua. Mientras el bar co se alejaba del puerto, mirábamos encima de nuestra cabeza las almenas cubiertas de tejas y los dentellados techos del castillo que domina el ,precipicio ; en la orilla 'se estaban secando unas redes de pescadores. ?Se pesca acaso en este torbellino? Sí, sin duda: como los peces no pueden pasar por encima de la catarata, se coje allí mucho salmo n. Por otra parte ?en qué torbellino no pesca el hombre? Ahlra quisiéramos reasumir todas estas sensaciones tan vivas y casi punzantes. Primera impresion : no se sabe que decir; se vé uno anonadado como por todos los grandes poemas. Despues se desenreda el conjunto; se desprenden de la nube las bellezas. En resúrnen , la cascada del Rhin es grande, sombría, terrible, repugnante, magnífica, inesplicable. A la otra ribera del Rhin , este hace andar algunos mo linos. Sobre la una orilla el castillo ; sobre la otra la aldea, que se llama Neuhausen. Siguiendo el balanceo • del barco admirábamos el soberbio color del agua. Cree uno nadar en medio de líquida serpentina. Cosa notable, los dos grandes nos de los Alpes al dejar las montanas tienen el color del mar á donde van. El Ródano desembocando del lago de Ginebra es azul como el Medi terráneo; el Rhin al salir del lago de Constanza es verde como el Océano. Desgraciadamente estaba el cielo cubierto y no podemos de consiguiente decir que vimos la cascada de Laufen en todo su esplendor. Nada hay tan rico ni ma ravilloso como esta lluvia de perlas de que hemos hablado, y que la catarata esparce á lo lejos. Sin embargo debe ser esto mucho mas admirable cuando el sol cambia estas per las en diamantes y cuando el arco-iris hunde su deslum brante cuello de esmeralda en la espuma como un pájaro divino que viene á beber en el abismo. De la otra orilla del Rhin , aparece la catarata en toda su integridad dividida en cinco partes bien distintas, cada una de las cuales tiene su fisonomía particular formando juntas una especie de cas cada. La primera es como el salto de un molino ; la segun da casi simétricamente compuesta por el trabajo del chorro y el tiempo, es una fuente de un sitio real; la tercera es una cascada ; la cuarta un alud ; la quinta el caos. 366 ?I A pocos pasos de la catarata se esplota la piedra calcárea que es muy hermosa. Cuando pasamos por en medio de una de las canteras que hay allí , un presidario, con su uniforme rayado de gris y negro , su azadon en la mano, la doble ca dena al pié estaba mirando la catarata. Parece que algunas veces se complace el azar en confrontar por medio de antí tesis, ora melancólicas, oraespantosas, la obra de la natura leza y la obra de la sociedad. Vévey es una linda ciudadita, blanca, limpia, inglesa, confortable, calentada por los pendientes meridionales del monte Chardonne como con braseros y abrigada por los Al pes, como por una mampara. Tiene delante de sí un hermo so cielo de verano, el sol, collados cubiertos de maduras uvas y la magnífica esmeralda delLemati engastadaen mon tanas de nieve como en un adorno de plata. Vévey no tiene sino tres cosas; pero estas tres cosas son encantadoras; su limpieza, su clima y su iglesia. Deberiamos limitarnos á decir la torre de su iglesia , pues lo que es la iglesia nada tiene de particular en sí misma. Ha esperimentado esa especie de devastacion amanerada, metódica y lustrosa que el protestantismo inflige á las igle sias góticas. Todo está raspado, cepillado, limado , desfigu rado, blanqueado, barnizado y frotado. Es una estúpida mescolanza con sus puntas y collares de impertinente, de bar barie y pulcritud. Nada de altares, nada de capillas, nada de relicarios, nada de imágenes pintadas ni esculpidas; una mesa y una sillería de madera que obstruyen la nave, he aquí la iglesia de Vévey Nos paseábamos por ella bastante desalinadamente, escol tadospor la anciana, que hace veces de pertiguero en las igle sias calvinistas, y tropezando con nuestrasrodillasen los ban cos del senor prefecto, del senor juez de paz, de los senores pastores etc. etc., cuando al lado de una capilla condenada, hácia la que nos habían atraído algunas viejas cónsolas del sigloxiv olvidadas allí por el arquitecto puritano, percibimos en un oscuro hundimiento, una lápida de mármol negro aplicada á la pared. Era el sepulcro de Edmundo Ludlow, uno de los jueces de Carlos 1 muerto, hallándose re fugiado en Vévey, en 1698. Al bajarnos para recoger el la picero que se nos habia caído al suelo, hirió nuestra vista la palabra depositorium , grabada en la loza. Estábamos apo yando nuestras plantas sobre otro sepulcro, sobre otro re gicida, sobre otro proscrito: Andrés Diroughton. Andrés Broughton era amigo de Ludlow; como habia él matado á Carlos I, como él habia amado á Cromwell como él habla aborrecido á Cromwell , como él duerme en la fria iglesia de Vévey. En 1816 David hu yendocomo Ludlow y Broughton, pasó por Vévey. ?Visitó la iglesia? Lo ignoramos; peto los jueces de Carlos 1 tenían muchas cosas que decir al juez de Luis XVI. Podian decirle que todo se destruye hasta las fortunas construidas sobre un cadalso, que las revoluciones son olas, en que no conviene ser ni espuma ni lodo; que toda revolucion es una arma de dos filos, el uno con que se corta, el otro con que es uno cortado; que el desterrado que ha desterrado, que el proscrito que ha proscrito, arrastran en pos de sí una mala sombra, una compasion mezclada de có lera, el reflejo de las miserias de otro refulgurando como la espadadel ángel sobre su propia desgracia. Podían decir tam bien á este gran pintor, que para el pensador, en un dia de contemplacion, salen de la serenidad del cielo y del azur del Leman mas ideas nobles, mas ideas bienhechoras, mas ideas útiles á la humanidad, que no en diez siglos de veinte revo luciones como lasque han degollado á Carlos I y á Luis XVI; y que por encima de las agitaciones políticas, eternamente por encima de las tempestades climatericas de las naciones, )1 367 K. cuyo cenagoso fluido asi trae á Murat como á Mirabeau, hay, para las grandes almas el arte que contiene la inteligencia del hombre , y la naturaleza que contiene la inteligencia de Dios. Mientras que nos abandonábamos á todos estos ensuenos, un rayo de sol poniente,entrado por una humilde lumbrera y como perdido en aquella desnuda y triste iglesia , vino á posarse como una encendida antorcha sobre los sepulcros y leimos los epitafios. Estos son largas y graves protestaciones en las que parece respirar el alma de dos viejos regicidas. Ambos esponen los actos de su vida y el hecho de su muer te sin cólera , pero sin concesion. Son dos frases rígidas y altaneras, dignas en efecto de ser dichas por el mármol. Se conoce que ambos echan menos su patria; es la patria siem pre bella aunque sea Londres visto desde el Leman. Pero es chocante que cada uno de los ancianos ha tomado una posicion diferente en el sepulcro. Edrnti ndo Ludlow ha yola do gozoso á las eternas mansiones sedes (eternas lcetus advo lavit, dice el epitafio perpendicular del muro. AndrésBrough ton , fatigado de los trabajos de la vida, se durmió en el Senor, in Domino obdormivit , dice el epitafio echado en tierra. Así el uno gozoso, el otro cansado; el uno ha en contrado alas en el sepulcro, el otro ha hallado en él una almohada; el uno habia matado un rey y quena el paraiso; el otro había hecho la misma cosa y pedia el reposo. Nos pa rece,que en estas pequenas frases tan cortas, se halla lacia ve de los dos hombres y de las dos convicciones. Ludlow era un pensador ; habla olvidado al rey muerto, y no vela sino al pueblo emancipado. Broughton era un obrero; no pen saba ya en el pueblo y tenia siempre presente en su espíritu aquella ruda tarea de derribar un rey. Ludlow no habia visto jamás otra cosa que el fin , Broughton solo habia visto el medio. Ludlow miraba adelante, Broughton atrás; el uno habia muerto deslumbrado, el otro fatigado. Al ir á abandonar las dos tumbas nos llamó la atencion un tercer epitafio, largo y solemne apóstrofe al viajero, graba doen oro, sobre mármol negro como el de Ludlow. Al lado de toda cosa grande hay una parodia. Entre los dos regici das se halla un boticario. En un respetable práctico, llamado Lorenzo Matte, muy honrado y muy caritativo por otra parte, que solo por haber tenido la suerte de hacer fortu na en Liorna y retirarse del comercio en Vévey, quiere ab solutamente que el pasajero se detenga y reflexione sobre la inconstancia de las cosas humanas: Morare parumper,, qui hac transis, el respice rerum humanarum inconstantiam el ludibrium. Si jamás ha habido sepulcro enfático y ridículo, es seuramente el que ombrea al lado de' las severas lápi das bajo las cuales yacen Ludlow y Broughton con sus ma nos ensangrentadas. El hombre pensador debe abismarse en la contemplacion de este lago que Dios ha llenado de su paz y que los hombres han llenado de sus guerras. Es triste privilegio de los mas encantadores lugares , atraer las invasiones de los aludes. Los hombres son como la n'eve , se ablandan y precipitan en los valles iluminados por los rayos del sol. Toda la ma ravillosa costa del Leman ha sido devastada sin cesar du rante tres mil anos, por pasageros armados que venían, cosa estrana , asi del Mediodia como del Norte. Los romanos ha llaron allí rastros de los griegos ; los alemanes han hallado las huellas de los árabes. La torre de Glérolle ha sido cons truida por los romanos contra los hunos. Nuevecientos anos mas tarde la torre de Goure fué edificada por los de Vaud contra los húngaros; la una guarda á Vévey; la otra proteje á Lausana. En la biblioteca de Basilea, en un ejemplar bas tante curioso de los comentarios de César, puede leerse el pasage en que César dice que se encontraron en el campo de los helvecios tablillas escritas en caractéres griegos : Re pertce sunt tabulce lilleris grcecis confecke , (de Bell. gall. XL. 1.) Los romanos han dejado en este delicioso país dos tres torres de guerra, dos sepulcros,jentre otros, el triste y conmovedor epitafio de Juliz: Alpinula, armas, mojones mi liarlos , la gran via militar que corta estos admirables valles desde el Valais hasta Avenches , por Vévey y Attalins , y de la cual se descubren todavía acá y acullá algunos cimien tos. Los griegos le han dejado las procesiones-pantomími cas que recuerdan las teorías y en las que van jóvenes co ronadas de yedra que son conducidas en carros. Le han dejado tambien los koraules de la Gruyére , esas danzas que su nombre esplica , zoeol y Así pues fortalezas , sepul - cros , un epitafio , que es una elejía , un camino estratégi co , he aquí la marca de Roma ; procesiones semejantes á las que se ordenaban por Thespis y una danza al son de la flauta , he aquí el rastro de la Grecia. Chillon es un amontonamiento de torressobre un monton de rocas. Todo el castillo es del siglo xri y del xur, á es cepcion de algunas obras de madera, puertas, mesas, pa vimentos, etc. que son del siglo xvi. Hoy sirve de arsenal y polvorin al canton de Vaud. La boca de los canones ocupa la tronera de las catapultas. Una mujer es la que con mucho agrado é inteligencia acompana á los visitantes en el paseo por el castillo. La cripta, que se halla al nivel de las aguas del lago, se divide en tres subterráneos principales. El primero, que está ajustado como una cerraja á la entrada de los otros dos, era la sala de los guardias. Es una vasta nave formada por dos bóvedas ojivas justapuestas, cuyos nacimientos se apoyan, en medio de la sala, sobre una fila de pilares que la atra viesa. El segundo subterráneo, mas pequeno, se divide en dos compartimientos muy oscuros. El primero era un cala bozo, el segundo es un lugar siniestro. En el primero se di visa una gran cama de piedra labrada á pico en la roca viva ; en el segundo entre dos enormes pilares cuadrados, de los cuales uno es el mismo muro, se distingue confusamen te, despues de mirar algunos minutos, un madero metido por los dos estremos en el granito bruto y cuyo borde supe rior presenta una especie de dientes cíe sierra, como si hu biera sido mellado y profundamente dentellado por una cuerda ó por una cadena que hubiese estado anudada en él. En medio de este travesano hay un agujero cuadrado que da paso á la luz, si lui puede llamarse un resplandor muerto y terroso que se pega por acá y acullá á los ángulos de la bóveda. Este vago y horrible aparato es una horca; esas muescas que forman dentellones , han sido en efecto hechas por cadenas patibularias; ese agujero daba paso á la cuerda. Las dos escaleras del verdugo y la del paciente que estaban aplicadas á los dos pilares frente por frente, han desapare cido. En frente de la horca habia en el muro una aber tura por la cual se arrojaba el cadáver al lago. Esta aber tura ha sido tapiada y se ha cambiado en un nicho oscuro que parece una mancha negra al pié del muro. A dos pasos de este nicho desemboca la escalera de caracol de la sala del tribunal con su maciza puerta de encina apenas devastada. La tercera sala es semejante á la primera ; solamente que es mucho mas oscura. Las saeteras se han convertido en cerceras ó respiraderos ; en los intercolumnios habla un calabozo en cada uno; se han derribado las divisiones y los compartimientos que habian sido llenos por tan diversas mi serias durante tres siglos, han desaparecido. ,El quinto de estos compartimientos fué el que Bonnivard ha hecho tan D§ 368 tC célebre. No resta de su calabozo sino el pilar, de la cadena de su pié un anillo metido en el pilar , y de la cadena de su cuello el agujero en que estaba sujeta en la piedra. El ani llo de esta cadena ha sido arrancado. Hemos permanecido largo tiempo como si estuviéramos tambien ligados á aquel pilar, al rededor del cual aquel libre pensador dió vueltas du rante seis anos corno una bestia feroz. No podia acostarse sobre la pena viva sino con gran trabajo y sin poder estender las piernas. No tenia en efecto otras distracciones que las de las bestias feroces enjauladas ygastaba la parte inferior del pilar con el talon. Nosotros hemos puesto la mano en la concavidad que hizo de este modo; y tambien senalaba, ro zando del mismo modo con el pié, el saledizo de granito á que sucadena le permitia llegar. Por todo horizonte no tenia sino la repugnante muralla de pena viva opuesta al muro que el lago humedece. Tal era una de las jaulas en que se encerraba el pensamiento en 1530. El primero de los cinco compartimientos no interesa me nos que el quinto. En el calabozo de Bonnivard ha vivido su inteligencia, en este la abnegacion. Un mozo de Gine bra, llamado Miguel Cotié, profesaba al prior de San Victor un amor mezclado de admiracion ; cuando supo que Bonnivard estaba en Chillon quiso salvarlo. Conocia al cas tillo de Chillon por haber servido sus senores ; se introdujo en él de nuevo y logró que le empleasen en no sabemos que cosa dentro de la fortaleza. Alguna imprudencia lo vendió ; sele cogió tratando de comunicarse conBonnivard; se le trató como espia y se le metióen un calabozo, (el primero entran do á la derecha). Sin duda le hubieran ahorcado, pero el du que de Saboya quena declaraciones que comprometiesen á Bonnivard; Cotié resistió valientemente la tortura. Una no che trató de escaparse, limó su cadena é hizo un boquete en el muro con un clavo, se encaramó sobre una cercera 6 res piradero y arrancó una de las barras de hierro; allí ya, se creyó en salvo. La noche era muy oscura y se arrojó al la go. Él no habia habitado en el castillo sino durante el vera no y habia advertido que las aguas del lago subian hasta pocos piés por debajo de los respiraderos, pero era por el invierno cuando él trató de fugarse; en invierno no se der rite la nieve, el agua del lago baja y deja á descubierto las rocas en que está edificado el castillo de Chillon; no las vió y se hizo pedazos en ellas. Tal es la historia de Cotié. Nada queda de él sino algunos dibujos de carbon en la pared. Son figuras de medio cuerpo, que no dejan de te ner cierto estilo ; un Cristo en cruz casi borrado, una San ta arrodillada con su rótulo al rededor de la cabeza en ca ractéres góticos, y un San José. La lumbrera por la que se precipitó Miguel Cotil está enfrente del tercer pilar ; y so bre este pilar es donde. escribió Byron su nombre con un viejo punzon de mango de marfil, hallado en 1536 en la enmara del duque de Saboya por los berneses que libraron á Bonnivard. Este nombre Byron grabado sobre la columna de granito, en grandes letras un poco inclinadas., despide un resplandor estrano en aquel calabozo. El fenómeno de la Gruta de Azur tiene lugar en el subterráneo de Chillon , y el lago de Ginebra no es en esto menor que el Mediterrá neo. Por lo visto, la naturaleza á nadie olvida ; no olvida ba á Bonnivard en su tumba. A mediodia cambiaba el subterráneo en palacio ; tapizaba toda la bóveda de un be llísimo muer azul, y el Leman alfombraba el calabozo. Además enviaba al prisionero martin-pescadores que ve nian á reir y picotear en su lumbrera. —Los duques de Saboya han desaparecido del castillo de Chillon ; los mar tin-pescadores lo habitan siempre. La espantosa cripta no les dá miedo ; se (lira que la creen edificada exprofeso para ellos ; entran atrevidamente por las saeteras ; buscan un abrigo en ellas , tan pronto contra el sol , tan pronto contra la tempestad. . En la cripta hay siete columnas: habia siete calabozos. Las gentes de Berna hallaron encerrados seis presos , entre ellos á Bonnivard, yá todos los libraron, escepto á un asesino lla madoAlbrignan, á quien colgaron en el travesano de la cárna., ra negra. Aquella fué la última vez que sirvió aquella horca. Cada torre de Chillon podria contar sombrías aventuras. En la una se muestran tres calabozos sobrepuestos ; en el de arriba se entra por una puerta , en los otros dos por una trampa que se dejaba caer sobre el prisionero. El calabozode abajo recibia un poco de luz por una lumbrera ; el de en medio no tenia ni ventilacion ni luz. Hace algunos arios que se bajó á él por medio de cuerdas y se encontró en el suelo una cama de paja fina en la que estaba senalada toda vía la figura de un cuerpo, y acá y acullá osamentas huma nas. El calabozo superior está adornado de esas lúgubres pinturas de prisionero que parecen hechas con sangre. Son arabescos, flores, blasones, un palacio con fronton rebaja do por el estilo del renacimiento. Por la lumbrera veía el prisionero algunas hojas y un poco de yerba en el foso. En otra torre, despues de dar al gunos pasos sobre un carcomido entablado, que está ame nazando ruina y por el que está prohibido pasar, percíbese por un agujero cuadrado un abismo practicado en el mismo espesor de la torre; allí están los vade in pace. Tienen no venta piés de profundidad, y el fondo está erizado de cu chillos. Se encontró en ellos un esqueleto dislocado y una vieja manta de pelo de cabra de rayas grises y ne gras que ha estado allí tirada en un rincon por mucho tiem po. En otra torre habia un subterráneo lleno de tierra. Lord Byron pidió permiso en 1816 para hacer escavaciones, y no se le concedió no sabemos porque pretestos de arquitecto; despues se le ha vaciado. Allí estaba la sepultura de Pedro de Saboya, que fué uno de los grandes hombres de su tiempo y que fué apellidado el pequeno Carlomagno , dos palabras entre paréntesis) que se avienen mal. En el ano 1268 fué bajado á la cueva con gran pompa el duque Pedro ; al pre sente, el sepulcro y el duque , todo ha desaparecido. La vieja y podrida puerta de la cueva está sin goznes y sin cer raja, arrimada á la pared debajo de un tabladillo de un pa tio vecino, y no queda ya del gran duque Pedro sino la marca cuadrada de la cabecera de su sarcófago, arrancado del muro por los berneses. Ese mismo patio vecino era un cementerio en el que tenian su sepultura muchos senores saboyanos; pero ahora no hay sino un poco de yerba y una vieja yedra medio muerta al rededor de un viejo poste ya podrido. No se puede visitar la capilla porque está llena de cartu chos de canones. La cámara de los duques está encima del subterráneo sepulcral. Los berneses mutilaron todos los ar tesones é hicieron de ella un cuerpo de guardia; el humo de las pipas ha ennegrecido el techo de madera con casetones flor de lisados y con molduras sembradas de cruces de pla ta. El oso de Berna está pintado en la chimenea ; el escudo de Saboya raspado. En la pared se muestra un agujero en el que se dice que habia un tesoro y del que sacaron las gentes de Berna en medio de grandes gritos de alegría, ricas alhajas de oro y plata del senor Saboya. El hecho es que todos aquellos maravillosos vasos de Benvenuto y de Co lomb debieron hacer un admirable efecto rodando mezcla dos en un cuerpo de guardia. La cámara está adornada con una bella caceria pintada al fresco de la que aun se ven al gunas piernas y varios brazos. La ventana es rasgada y del >5 369 gusto del siglo xv, esculpida con bastante finura sobre todo por la parte de fuera. La puerta du la cámara ducal fué arrancada despues del asalto. Ensenase en una gran sala vecina en donde, entre paréntesis, hay algunas tablas vuriosas y una hermosa chi menea. Es una puerta de encina maciza forrada de corazas aplastadas en el yunque. Hácia la parte baja tiene un agu jero redondo en bisel por el que pasa el pico de un falco nete. Una basa bernesa hizo un agujero profundo en la ar madura de hierro y se detuvo en la encina ; metiendo el dedo en el agujero se toca la bala. La sala del tribunal está próxima á la ducal. Figúrese el lector una magnífica nave artesonada, calentada por medio de una chimenea inmensa, alumbrada por diez 6 doce ventanas ojivas de tres óvalos del siglo Ion , y amueblada hoy con canones, lo que no le está mal. Todas las salas vecinas están llenas de ba las , de bombas, de granadas, de canones de los cuales hay algunos que conservan todavía su bella forma monstruosa de los últimos siglos. Por las puertas medio abiertas se di visan esas formidables bocas de bronce que relucen en la sombra. Al estremo de esta pieza está la sa:a del tormento. A al gunos piés debajo del techo una gruesa viga la atraviesa de parte á parte : en esta viga hay tres agujeros por los cuales pasaba la cuerda para el tormento de la garrucha. Esta viga se apoya sobre un pilar de madera coronado de un magnífico capitel del siglo my que ha estado pintado y do rado. La parte inferior del pilar, á la que se ataba el pa ciente, está senalada por quemaduras negras y profundas. Los instrumentos de tortura , al pasearse sobre el hombre, encontraban á la madera una vez que otra ; de aquí esas repugnantes cicatrices. La cámara está alumbrada por una hermosa ventana ojiva que abraza un deslumbrante pai sage. Es de notar que el castillo de Chillon aunque rodeado de agua, se vé preservado de toda humedad hasta tal punto, que invierno y verano se dejan abiertas las ventanas. Por la primavera, entran en él los pajarillos y construyen sus nidos en la boca de los morteros. Despues de visitar á Chillon se vuelve á Vévey para ir á ver á Ludlow en su iglesia. Parece que la Providencia con gran designio ha acercado el sepulcro de Ludlow al calabo zo de Bonnivard. Un hilo misterioso, que atraviesa los acon tecimientos de dos siglos, liga á estos dos hombres. Bonni vard y Ludlow tenian el mismo pensamiento ; la emancipa cion del espíritu y del pueblo. La reforma de Lutero á la cual cooperaba Bonnivard , se convirtió á los ciento treinta arios en la revolucion de Cromwell en la que murió Lud low. Lo que Bonnivard quena para Ginebra, lo quena Lud low para , Lóndres. Solamente que Bonnivard era la idea perseguida; Ludlow era la idea perseguidora ; lo que el du que de Saboya habia hecho á Bonnivard, Ludlow se lo de volvió con usura á Cárlos I. La historia del pensamiento humano está llena de estas formas sorprendentes. Luego, y aquí se cierra el magnífico silogismo de la Providencia, cerca de la prision de Bonnivard era necesario colocar el se pulcro de Ludlow. Cosa rara : Vévey es la ciudad mas caliente de Suiza, Lausana la mas fria. Cuatro leguas separan á Lausana de Vévey ; la Provenza toca á la Siberia. Por término medio llueven en Berlin ciento cincuenta y un días de los trescientos sesenta y cinco que tiene el ano; en Vévey cincuenta y seis. No hay en Lausana ,..onumento alguno que no haya echado á perder el mal gusto purita no. Todas las deliciosas fuentes del siglo xv han sido reem plazadas por espantosos cipos de granito sin gusto, feos co mo cipos que son. La casa de ayuntamiento tiene si atalaya, su terrado y sus gárgolas de hierro labrado, ornamentada y pintada ; pero las ventanas y puertas han sido retocada lastimosamente. El viejo castillo de los ballios, cubo de pies dra realzado de ladrillo , con cuatro torrecillas en los án gulos, es una masa muy bella ; pero todos los vanos han sido retocados ; las contraventanas verdes de Juan Jacobo se han aliado estúpidamente con las venerables ventanas en forma de cruz de Guillermo de Challant. La catedral es un noble edificio de los siglos xra y my, pero casi todas las fi guras han sido cuidadosamente amputadas ; no hay un solo cuadro ; pero han reedificado de nuevo muy pobremente la flecha del campanario del crucero, y han colocado sobre el campanario de la portada el puntiagudo gorro del mági co Rotomago. Sin embargo aun existen soberbias estátuas bajo la portada meridional , y , esceptuando algunas figu ras, se conserva intacta la bella y resplandeciente puerta de M. de Montfaucon , el último obispo que ha habido en Lau sana. Nos enganábamos, en lo interior queda una vidriera; la del roseton. Tambien han respetado un maravilloso es cano de la época de transicion , mezclado de gótico florido y de renacimiento, don de ese mismo prelado ; un gran nú mero de capiteles romanos, de una esquisita complicacion, y algunos sepulcros admirables, entre otros el del caballe ro de Granson , que está echado sobre su tumba, con las manos cortadas, habiendo sido vencido en un duelo. De bajo del caballero vestido de hierro , vése en la losa sepul cral á M. Rebecque , abuelo de Benjamin Constant. Estudios fisiológicos. ESPECIES BE VOZ EN LOS DIVERSOS INDIVIDUOS. - VICIOS DE LOCUCION. La principal diferencia que hay entre las voces de hom bre y de muger,, es generalmente lo debido á la elevacion ; aunque tambien difieren con respecto al timbre, siendo mas duro en las del hombre; pero hay tambien variaciones par ticulares en el timbre de las cuales se cuentan dos para las voces de hombre y otras tantas para las de muger. Los tim bres de las voces de hombre son el bajo y el tenor, y los de la muger el alto y el soprano. El bajo canta, comunmente, en un tono mas grave que el tenor y despliega toda su fuer TOMO III. za en los tonos graves ; el tenor canta en un tono mas ele vado que el bajo con la voz de pecho. El alto es en general la voz mas grave que la del soprano y su fuerza está en los sonidos graves de la voz de muger; pero estas diferencias no son esenciales, porque hay bajos que pueden cantar notas muy altas; el alto se halla á veces tambien en el mismo caso, así como el soprano. La diferencia esencial entre el bajo y el tenor, entre el alto y el soprano, depende del timbre que tanto en los primeros como en los segundos, 47 >5 370 cion de cada letra. La tartamudez depende de la torpeza é inmovilidad de la lengua : la embriaguez la produce de un modo pasagero y la parálisis del nervio principal de la len gua de un modo permanente. Pero la palabra puede tambien ser imperfecta por no sucederse convenientemente los so nidos , aunque el sugeto tenga la facultad de formarlos pu ros. La tartamudez es la imposibilidad momentánea de pronunciar una consonante 6 vocal , 6 de unirla á las pre cedentes ; pudiendo encontrarse el obstáculo al principio ó al medio de las palabras. Si la letra difícil de pronunciar se encuentra en medio de una palabra , sucede con frecuencia que la sílaba precedente, 6 aquella que no puede salir de un modo completo, se repite muchas veces de seguido, , lillaceo. Falta en el primer caso la posibili dad de unir la consonante t, con la vocal i, que precede ; v en el segundo la de unir la consonante 1, con la vocal a, que la sigue. La repeticion de lo que precede, no constitu ye como lo ha hecho notar Schultenss, la esencia de la tar tamudez, y sí una especie de repeticion para hallar el paso la transaccion. Si la consonante precedente es esplosiva , el individuo se inclina á repetirla por no poderla someter á su arbitrio hasta que salga la vocal. Pero si esta consonante es sostenida como ni, n, i, f, .x, sch, r, 1, s, la repeticion es mas necesaria , porque el sonido puede prolongarse hasta que aparezca la vocal , ejemplos: Bbbbere , 1—leer (Bbbbeber,, 1.—leer). Sin embargo, sucede tambien que el tartamudo repite la consonante sostenida y pronuncia 111leer (filleer). Alguna vez, intercala involuntariamente en la palabra, letras que no la pertenecen, d, t, nd, y otras. Schultenss opina que son las vocales y no las consonantes , cuya arti culacion es difícil, las que producen la tartamudez. Esta opinion está fundada en una observacion atenta de la natu raleza; sin embargo, aunque rectifique un error acreditado hasta ahora, avanza mucho, porque sucede con frecuen cia que estando formada la vocal, la consonante que viene despues no se puede unir. Conocemos un jó ven muy versado en las matemáticas, y que ha tartamudeado mucho en otra época; de modo que cuando pronunciaba su nombre le solia suceder decir T-Tessot, en vez de Tessot. Hay además mu chas circunstancias en que existe el obstáculo en la primera consonante de una palabra. En este caso depende tambien menos el defecto de la articulacion por las partes activas de la boca, que de una oclusion repentina de la glotis sobre la que Arnott ha llamado mucho la atencion , y no sobreviene sino cuando se opone al paso del aire libre para otras, por ejemplo ; para la repeticion de la sílaba precedente ; de to dos modos, el obstáculo está en la glotis , ya sea que no produzca el sonido necesario cuando se trate de una vocal, ya que no deje pasar el aire y durante la tentativa que hace el sugeto para articular el sonido en su boca. Este trabajo de la glotis se anuncia claramente en las personas que tar tamudean mucho por la dificultad de la espiracion , y por la congestion de sangre en la cabeza y venas del cuello. La esencia de la tartamudez consiste, pues, en un estado pato lógico de los movimientos asociados de la laringe y de la boca, Cuando ha llegado á su mas alto grado, se observan tambien movimientos en los músculos de la cara; el efecto es el mismo que cuando queremos contraer un músculo de dicha region y lo ejecuta toda ella , porque se esperimenta gran dificultad en aislare! influjo nervioso. Parece favorecer la tartamudez tener muy baja la lengua en la boca; así que, el método de la senora Leigh, trata de corregir este defecto elevando la lengua hacia el paladar. Tambien los antiguos recurrian á un medio análogo cuando aconsejaban tener cuerpos estrafios debajo de la lengua. E! varia aun cuando canten los mismos sonidos. El barítono y el mezzo soprano están caracterizados por un timbre menos marcad g, y tienen tambien alturas medias en la escala de las voces del hombre y de muger. La diferencia entre la voz de los dos séres relativamente á la elevacion de los so nidos , depende de la longitud de las cuerdas vocales (1) en el hombre y en la muger , cuya proporcion es de 3. La que se refiere al timbre es debida á la disposicion y á la forma de las paredes resonantes que son mucho mayores en la laringe (2) del hombre en que el cartílago tiroides (3) forma un ángulo muy marcado en la parte anterior. La diferencia del timbre entre el tenor y el bajo por un lado , y el alto y soprano por otro, depende probablemente de cualidades aun desconocidas de las cuerdas vocales, y de las paredes reso nantes, así membranosas como cartilaginosas, cualidades á cuya investigacion habia que proceder examinando las la ringes de personas cuya voz ofreciese estos cuatro caracte res en un grado muy alto. Es preciso representarse esta diferencia:como del género de las que existen entre los instrumentos de música de ma teria diferente, las cuerdas de tripa y las de metal, los estrangules de madera , metal y de membranas , y los , instrumentos de columna de aire vibrante, ó de paredes resonantes de metal, madera 6 papel. Estos instrumentos pueden estar acordes entre sí, y sin embargo cada uno de ellos da los sonidos con el timbre que le es peculiar. La la ringe de los muchachos se parece mas á la de la muger que á la del hombre; antes de la edad de la pubertad sus cuerdas vocales no tienen todavía los dos tercios de la longitud que adquieren en esta época ; y el ángulo del cartílago tiroides es tan poco saliente como en la muger. El muchacho es alto ó soprano; mas despues del cambio de forma que sufre su laringe de los 14 á los 15 arios , se hace bajo ó tenor. Mien tras dura esta metamórfosis, la voz carece de pureza, mu chas veces es ronca, desagradable é impropia para el canto, hasta que el individuo contrae el hábito de poner en ejercicio las nuevas cualidades adquiridas. En los castrados á quienes se ha privado de sus testículos antes de la pubertad, no mu dan la voz y conservan la de las mugeres. Este desarrollo, como todo lo que caracteriza al sexo masculino, depende de la existencia de las partes genitales preparadoras del gér men. La voz de alto y de soprano de los muchachos y de los castrados, se parece á la de la muger respecto á la elevacion; pero se diferencia de ella hasta cierto punto por el timbre como la de los muchachos, lo cual se atribuye á que las paredes resonantes de las cavidades oral y nasal se hacen tan espaciosas como en el hombre, mientras que el órgano vocal queda en el mismo grado que en la infancia. Sin em bargo, las paredes son igualmente ámplias en la muger,, y quizá se haya de atribuir una influencia mas verdadera al cambio que los cartílagos y ligamentos relativamente á su solidez. Una buena pronunciacion supone que la cavidad bucal está bien conformada y el oido es exacto. Las imperfeccio nes de la palabra dependen de un vicio en cualquiera de estas dos condiciones; así que , es defectuosa, relativamente á la formacion de ciertos sonidos, y al mismo tiempo nasal cuando hay agujero en el cielo de la boca. Es incompleta en los que les faltan los dientes. Se puede consultar á Kern pelen y á Schultenss , respecto de los vicios de pronuncia (1) Cuerdas vocales.— Son unas hebras que se insertan en la parte posle rior de la nuez del cuello y sirven para hacerla ejecutar los movimientos necesarios para la formacion de la voz. (2, Laringe.—Es una cavidad oblonga situada en la parte anterior del cue llo debajo de las fauces. (3) Cartilago tiroides. — Es lo que vulgarmente se llama la nuez de Ad a!). Y 371 indicado por Arnott , está basado en nociones fisiológicas exactas, relativas á la tartamudez. Si fuesen visibles los lá bios de la glotis, como los de la boca, dice cierto escritor, no permaneceria por mas tiempo la naturaleza de esta afee cion cubierta bajo un velo. La glotis se cierra de cuando en cuando en el que tartamudea ; trátase de que la naturaleza pierda este hábito por el ejercicio. Arnott propone la union de todas las palabras en una sola por entonaciones interca ladas hasta que se agote el aliento: verdad es que este me dio es bueno, pero no basta , pues el obstáculo principal reside generalmente en el interior mismo de las palabras, y depende de los movimientos asociados que reclaman cier tas articulaciones. Luego que el sugeto esté bien acostumbrado á tener la glotis abierta sin interrupcion, aun entre las palabras, como lo aconseja Arnott , y á no cerrarla antes y despues de cada consonante y vocal, podremos pasar á la consonante muda h, y despues á las esplosivas ; porque cuando ya se ha con seguido esto, ya sabe el sugeto de que se trata. El proce der de la senora Leigh es un empirismo ciego; ni el maes tro ni el discípulo saben lo que deben hacer. Hay cierto vicio bastante comun de la locucion, que di fiere esencialmente de la tartamudez, y consiste en la en tonacion entre las palabras, la interpolacion de una e, oó a, mas 6 menos larga, de alguna de las vocales nasales, de un sonido particular modificado por la garganta durante la pronunciacion de aquellas mismas, por ejemplo yo...o (yo). Parécenos oir un instrumento de música cuyo sonido se prolonga mas allá de lo que quisiéramos. Estos sonidos estranos forman y facilitan el paso de una palabra á otra, y esto acaso sea la causa , si bien con frecuencia dependen de la rapidez del pensamiento. Encontramos muchas veces este defecto en los tartamudos , porque es un medio de evitar una interrupcion al pasar á la palabra siguiente. La formacion de los sonidos puros supone oído: así es que los sordo-mudos tienen gran dificultad en aprender á pronunciar los mas groseros. No les falta mas que el oido , en su totalidad ó en parte ; de modo que la mudez es con secuencia de la sordera. Con mucho trabajo aprenden á imi tar los movimientos para articular los sonidos que ven hacer delante de sí ; pero su lenguaje es siempre una especie de ladrido, que no puede servir en sociedad, pues la falta del oido les priva del regulador que necesitarian para articular debidamente. 'rémora. p r CANTO IV. Argumento. Continua la segunda noche. Fingal refiere en la liestq su primera espedicion á Irlanda y su casamiento con Roscrana , hija de Cormac , rey de aquella isla. Los jefes irlandeses se ponen de acuerdo en la presencia de Cathmor. Se describe la situacion del rey. Historia de Sul-malla , hija de Conmor,, rey de Inis-huna , que disfrazada de jóven guerrero habia seguido á Cathmor en la guerra. La tacita]. rna conducta de Foldath que habla mandado la batalla del dio precedente , renueva la disputa entre él y %tilos, pero Cathmor la concluye con su interposicion. Los caudillos tienen una fiesta y oyen la cancion del bardo Fonar. Cathmor vuelve para descansar á cierta distancia del ejército. El espíritu de su hermano Cairbar se le aparece en un sueno, y oscuramente predice el éxito de la guerra. Soliloquio del rey. Descubre éste á Sul-malla. Llega la manana. El soliloquio de Sol-molla acaba el canto. Bajo una encina, dijo el rey, me hallaba yo sentado en el húmedo penasco de Selma, cuando alzándose del Océano Connal, trajo consigo la rota lanza de Duth-caron. Distante de mí paróse el jóven , y volvió á un lado la entristecida vista. Acordábase de las pisadas de su padre en aquellos verdes oteros. Oscurecióse mi semblante, y vagaron por mi alma pensamientos funestos ; presentáronse á mi imagina clon los monarcas de Erin , y casi desnudó mi mano el em punado acero. Lentamente se aproximaron los caudillos, alzando en silencio los pensativos ojos. Semejante á una cordillera de tenebrosas nubes, aguardaban el tronar de mi voz. Mis acentos fueron para ellos cual la ráfaga del cielo que hace disipar la deshecha neblina (1). Mandé alzar mis velas ante el aliento de la brisa de Cona. Trescientos mancebos desde las olas fijaban la vista en el orlado escudo de Fingal. Alto pendia del mástil, y refleja ba en su órbita las ondas azuladas del oscuro mar. Mas (I) Este episodio tiene una conexion inmediata con la historia de Connal y Duth-caron en el fin del tercer canto. Fingal sentado debajo de una encina cerca del palacio de Selma•descubre á Connal en .el momento que acababa de desembarcar de Irlanda. FI peligro que amenazaba O. Cormac rey de Irlanda le induce a embarcarse inmediatamente para aquel 'a isla La historia se in troduce por ei rey cano un ej. sapio ;vira la conducta sucesiva de Filian, cuyo furor en la precedente batallase reprende. cuando bajó la noche, herí, por intérvalos , su orla avisa dora; la herí, y alzó los ojos al cielo para descubrir la flami gera cabellera de Ul-erin (1). La estrella del cielo caminaba enrojecida entre las nubes ; seguí la carrera de su amoroso rayo, á través del débil resplandor de las olas. Alzóse con la manana Erin coronada de niebla. Llegamos á la bahía de Moilena , donde sus azuladas aguas se pierden en el seno de losbosques resonantes. Allí Cormac en su se creto palacio evitaba la fuerza de Colc-ulla. Y no solo él se ocultaba del furor de sus contrarios ; allí estaban los ojos azules de Roscrana (2) ; de Roscrana , hija del rey, la de la blanca mano. Apoyado en una lanza, despuntada su canosa vejez, di - rijió hácia nosotros sus pasos el anciano Cormac. Sonrióse aunque el pesar residia en su alma. Vió cuan corto era nuestro número, y escapóse de su pecho un sollozo. Estoy ( 1) ul-crin, la guia de Irlanda , estrella conocida por este nombreen el tiempo de Final y muy útil tilos que navegaban de noche desde las Hébridas ó Caledonia á la costa de Ulster. 12; lloscrana, el rayo del sol al salir : era la madre de Osian. Los bardos irlandeses refieren ficciones estranas tocante á esta princesa. Sin embargo sus historias en cuanto á Fingal si le quieren dar á entender por Fion Mac Connal , sn tan inconsistentes y notoriamente fabulosas, que no merecen el ser mencionadas, pues traen evidentemente consigo los setiales de posterior tnvencion. )2 372 It viendo, esclamó , las armas de Trenmor , y aquellas' son las huellas de su monarca. Oh Fingal I tú eres cual un rayo de luz para el alma oscurecida de Cormac. Prematuro es tu renombre , oh hijo mio; pero los enemigos de Erin son poderosos. Son semejantes al rugido de los torrentes en la llanura, oh hijo de Comhal cabalgador del carro. Sin em bargo , podremos conseguir que ret, ocedan en su curso , repliqué yo en el orgullo de mi alma. No pertenecemos al linage del endeble , oh monarca de las cerúleas huestes. ?Por qué nos ha de invadir el miedo , bajando entre noso tros cual espectro no...turno? El alma del valiente acrecienta su valor, cuando se aumentan el número de sus enemigos. No cubras de tinieblas, oh rey de Erin , á los que son jóve nes en hechos de guerra 11). Anegáronse en lágrimas las mejillas del rey y asióme la mano en silencio. Hijo del atrevido Trenmor , esclamó al fin , no preterido cubrir de tinieblas tu alma; veo brillar en tí el fuego de tus antepasados ; tu renombre senala tu car rera en la batalla, como un arroyo de luz; pero aguarda la llegada de mi hijo Cairbar (2), que debe secundar los golpes de tu acero. A su voz acuden los hijos de Erin , de todos sus distantes arroyos. Entramos en el palacio del rey, que se elevaba entre pe nascos, en cuyas oscuras laderas estaban los surcos de los arroyosde otros tiempos. En contorno del edificio se encor van los copudos robles con todo su musgo, medio oculto en su bosquete umbrío, entona Roscrana sus cantares, y sus blancas manos se deslizan por las cuerdas. Ví el azulado girar de sus ojos, y parecióme un espíritu del cielo medio embozado en la orla de una nube. Tres días nos detuvimos en Moilena. La imágen de Ros crana se presentaba hermosa á mi turbada alma (3). Obser vó Cormac las tinieblas que oscurecían mi espíritu, y me concedió la doncella del albo pecho. Llegó á mi presencia , con los ojos inclinados al suelo, y sus, mejillas se sonrosea ban en medio de la sombra vagarosa de sus espesos rizos. A poco rato comenzó á rugir la batalla. Presentóse Cole tilla; empuné la lanza, y mi acero centelleó á la cabeza de (1) Cormac habla dicho que los enemigos eran como el ruido de los arro yos y Fingal continua la metá'ora. Las palabras del jóven héroe están llenas del espíritu y de aquella intrepidez calmosa que siempre distingue eminente mente su carácter. (2) Cairbar,, hijo de Cornac , fui despues rey de Irlanda. Su reinado fui corto. Le sucedió su hijo Artho , padre de aquel Cortnac que fui asesinado por Cairbar,, hijo de Borbar-duthul. Cairbar, hijo de Cormac , mucho tiempo despues que su hijo Artho llegará al estado varonil, tuvo de su rouger Bel latina, otro hijo llamado Ferrard-artho. Fui el único que quedó de la raza de Cenar primer rey de Irlandaen el tiempo de la espedicion de Fingal contra Cairbar,, hijo de Borbar-duthul. Se habla mas de Ferrard-artho en el canto cuarto. (3) La actitud de Roscrana está adornada por esta comparacion ; porque las ideas de aquellos tiempos en cuanto á los espíritus de los muertos no eran tan sombrías y desagradables como las de los siglos sucesivos. Se suponia que los espíritus de !as mugeres retenian aquella hermosura que poseyeron en la vida, y se trasportaban de lugar en lugar con aquel movimiento como del agua que Hornero atribuye á los dioses. Las descripciones que los poetas menos antiguos que Osian nos han dejado de estas hermosas figuras, que se aparecian á veces en los montes , son elegantes y pintorescas. Las comparan al arco iris ó á los arroyos; ó á los rayos del sol que doran los montes. Un jefe que vivió tres siglos atrás al volver de la guerra, entendió quesu muger ó querida halda muerto. Un bardo le introduce pronunciando el si guiente soliloquio cuando llegó á la vista del lugar en que la habia dejado 'cuando se marchó : «Mi alma está oscura en la tristeza. Noveo el humo de mi morada ni los le breles están atados cerca de mis arroyos. El silencio mora en el valle de los árboles. Es aquel el iris de Crunatb? El huye y el cielo está oscuro. Otra vez se mueve ; resplandece en los matorrales , tú, rayo del sol revestido en agua cero. ! Ay esella, mi amor ! Su curso se halla en el seno de los vientos !» En los tiempos sucesivos la Iterniosura de lt,scrana pasó á proverbio ; Y el cumplimiento mas lisongero que se podia hacer á una niuger , era com parar su persona con la hija de Cormac. Sta fein an Roserna Siol chormaec na n'i ornalan. mis guerreros , contra el apinado enemigo. Huyó Alucema, cayó Colc-ulla ; y volvió Fingal cenido de su renombre. Famoso es oh Filian el que pelea confiado en el vigor de su hueste. El bardo sigue sus pisadas á través de las comar cas enemigas. Aquel empero, que combate solo , brilla hoy con poderosa luz; pero yace muerto manana. Pocos son sus hechos para transmitirlos á los tiempos futuros. En un solo cántico está comprendido su renombre; y su fama solo está en un lóbrego campo. Y el único parage en que no se ha olvidado su memoria , e; donde la poblada yerba brota de Sil sombrea,lo sepulcro (1). Tales fueron las palabras de Fingal en Mora de los cier vos. Tres bardos desde la pena de Cormul, entonan el hala - güerlo cántico. Con su sonido se esparce el sueno por las anchurosas alas de la hueste. Con los bardos volvió Carril del sepulcro del jefe de Dun-lora. No mas la voz de la ma nana llegará al sombrío lecho de Duth-caron; no mas oirá este caudillo las pisadas de los ciervos , en torno de su es trecha morada. Así como ruedan las turbadasnubes alrededor de un me teóro de la noche, así se reunió Erin en torno de la forma brilladora de Cathmor. Este caudillo se alza erguido en medio de ellos , levantando por intérvalos la pesada lanza á medida que se engruesa 6 desfallece en la brisa el sonido de la distante arpa de Fonar. Cerca de él, se reclina contra un penasco, Sul-malla (2), la de los ojos azules, la del albo seno , hija de Con-mor , rey de Inis-huna. Cathmor del cerúleo escudo, habia marchado en su ausilio , y arrollado á sus contrarios. Vióle erguido en el salon de los festines la hermosa Sul-malla ; y los ojos de Cathmor no miraron con indiferencia á la doncella de los lindos cabellos. Al nacer el tercer día llegó Fiht de Erin (3) de los arro yos. Dijo que en Selma se habla levantado el escudo ; y re (1) Para aclarar este pasaje referiremos la historia en la cual está fundado del modo que la hemos recogido por tradicion. La nacion de los Fir-bolg que habitaban el mediodía de Irlanda descendiendo originalmente de los belgas que poseían el mediodía y el sudueste de las costas de Bretana , mantuvieron por muchos siglos una correspondencia amigable con su pais nativo; y envia ban socOrro á los belgas británicos cuando eran hostigados por los romanos ó por otros recen llegados del continente. Con-mor, rey de Inis-huna, (aquella parte del mediodía de la Bretana que está enfrente de las costas de Irlanda) viéndose acometido , no se dice porque enemigo , pidió socorro á Cairbar,, senor de Atila , el mas poderoso caudillo de los Fir-bolg. Cairbar despachó á su hermano Cathmor para asistir á Con-mor. Cathmor despues de muchas vicisitudes de fortuna, concluyó la guerra por el total esterminio de los ene migos de Inis-huna , y volvió triunfante á la corte de Con-mor. Alti en una fiesta la hija de Con-mor se enamoró perdidamente de Cathmor,, que an tes que descubriese la pasion de la que amaba, fui vuelto á llamar á Ir landa por su hermano Cairbar , por motivo de las nuevas de la espedicion intentada por Fingal para reinstalar la familia de Conar en el trono de Irlan da. Siendo el viento contrario , Cathmor se quedó tres dias en una bahía ve cina, durante cuyo tiempo Sul-malla se disfrazó de joven guerrero y fui á ofrecerle su brazo en la guerra. Catlimor aceptó la propuesta, se embarcó para Irlanda y llegó á Ulster pocos dias despues de la muerte de Cairbar. (2) Sul-malla, ojos que semueven suavemente. Cathmor. blando y alto. mis huna, isla verde. (3) nihil , bardo inferior. Se puede deducir do aquí por el nombre propio de un hombre ó en el sentido literal, que los bardos eran los heraldos y em bajadores de aquel tiempo. Es probable que Cathinor estuviese ausente en el tiempo de la rebelion de su hermano Cairbar y del asesinato de Cormac, rey de Irlanda. Cathmor y los suyos hablan llegado de Inis-huna solamente tres dias antes de. la muerte de Cairbar , lo que prueba suficientemente que no tuvo ninguna parte en la conspiracion contra su hermano. La ceremonia que usaba Fingal cuando se preparaba para una espedicion es esta segun tradicion : un bardo á la media noche iba al local donde las tribus estaban reunidas en las fiestas solemnes, entonaba la eancion de guer ra y llamaba por tres veces á los espíritus de los antepasados para quo vi niesen en sus nubes á presenciar las acciones de sus hijos. Despues clavaba el escudo de Fretimor en un árbol de la roca de Selma dándole golpes de cuan do en cuando con el cuento de una lanza , y cantando entre tanto la. cancion d» guerra. A si lo hazla por tres noches sucesivas y al mismo tiempo se des pachaban mensageros para reunir las tribus ; ó para valernos de la antigua espresion llamarlos de todos sus arroyos Esta frase alude á la situacion de las residencias de las trlus que ge erainten!t, estaban lijada,. en valles donde los torrentes de las montanas vecinas se reuajan vil un uerpo convirtiéndo se en anchos arroyos ó nos. El levantar el escudo, era la frase para empezar la guerra.
Descripció
Puntuació | |
Títol | Abeja, La. No. 3 (1 enero 1864), p. 359-398 |
Descripció | Informació addicional del títol: revista científica y literaria ilustrada, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes por una sociedad literaria |
Títol addicional | Revista científica y literaria ilustrada, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes por una sociedad literaria |
Editor | Biblioteca de Catalunya |
Data de publicació | 2008 |
Data del document original | 1864 |
Tipus de recurs | Text |
Format | |
Font | Publicació original: Barcelona : Librería de D. Juan Oliveres, [1862-1870], No. 1 (1 enero 1862)-No. 3 (1 enero 1964) |
Llengua | spa |
Relació | http://cataleg.bnc.cat/record=b1056597~S10*cat |
Gestió de drets | Còpia permesa amb finalitat d'estudi o recerca, citant la font "Ateneu Barcelonès". Per a qualsevol altre ús cal demanar autorització |
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Definició | 8 bits |
Història de canvis | Imatge original TIFF, sense compressió, a 300ppp |
Descripció de la pàgina
Títol | 10_No. 3 (1 enero 1864), p. 359-372 |
Transcript | reversivos á quienes llamamos de esta manera, porque, despues que han asimilado y elaborado las vesículas de la sangre mandan el producto de su desamilacion al torrente circulatorio . son el celular , el b:astodermo ó el que cons tituye las vejigas, las cápsulas y los conductos, el muscular voluntario y el involuntario. Los sociales á quienes damos esta denorninacion , porque por la digestion se asocian todo lo que hemos de digerir, son el biliar, el salival, el ganglio narlo y el mucoso; de los dos sexuales el individual es el erectil y el social es el seminal en el hombre y el lacte° en la mujer, y de los relacionadores el que pertenece á la parte terminal, es el vascular y el_que á la parte central é ner viosa, ese! nevrilemático. Sigue la funcion de saturacion , pero como hemos dicho que es nueva, será bueno el esplicarla. Para ello es útil advertir, que los tejidos, que entran en este grupo, no tie nen centros nerviosos propios. Los mismos vasos y los mis mos nervios, que están destinados á los tejidos de nutricion que son los que elaboran las vesículas de la sangre, se. em plean tambien en los tejidos 1 erminales, que expelen lo que hay de sobra é de no buena calidad en el cuerpo' 6 bien en tejidos, que saturan de fuerzas á los líquidos en areolas mas ó menos grandes como las cavidades y pequenas, como las que hay en las mallas del tejido celular; de suerte que sus vértebras solo cubren conmisuras de los centros nerviosos de los vasos y de los nervios, representados en el raquis por lo que se denomina cola de caballo. De estos tejidos, pues, hay, á la par, cuatro individuales, que saturan en areolas y son : el seroso, el synovial , el medular y el gra siento. De los cuatro eliminadores, el uno es el unal y den tal , porque ambos se exploran en la misma vértebra; el piloso, el pigmentoso y el dermoideo. De los dos sexuales, el individual es el esfinteral y el social en el hombre es el espermático , y el ovárico en la muger. De los relaciona dores el que lo es para los vasos, es al albuminoso y el que para los nervios es el epidérmico, asilador este, saturador aquel. Por lo que mira á los doce humores, no hay mas, que anadir, sino que son los doce tejidos de nutricion en es tado líquido. De los aparatos de digestion conviene esplicar, que tam bien son doce, cinco que digieren los elementos y cinco que digieren las fuerzas que no son puramente sexuales, porque los que digieren á estas son dos como en ,los grupos ante riores. Hemos dicho que se digieren las fuerzas, porque admitido, como ya no se puede dejar de admitir la existen cia de los flúidos nerveos 4 de qué podrian resultar estos sino de la digestion de los imponderables de la substancia á la que pertenece nuestro planeta? Lo que no hemos dicho, é importa saber es, que en cada cual de los aparatos de la digestion de los elementos, no se digiere tan solo uno de ellos, sino los cinco en estado diferente, segun sea el apa rato ; por esto es que en el pululen hay cinco lóbulos,.uno para la digestion del oxígeno , otro para la del azoe , otro para la del hidrógeno, otro para la del cloro y otro para la del carbono, todos en estado gaseoso. Prevenimos que con sideramos como elemento al cloro, porque se encuentra en la atmósfera gaseosa y es el que mas abunda en la atmós fera líquida 6 en la extension y profundidad de los mares. A los que se admiren y duden de lo que indicamos del pul mon , les suplicamos que mediten lo que pasa en la diges tion gastro-entérica . en la que por medio de seis esfinte res , hay cinco departamentos destinado cada cual de ellos para la digestion de su elemento orgánico en estado blando. Advertido lo que antecede, vamos á enumerar los apara tos de •digestion de quienes los cinco de los elementos son, el pulmon , como acabamos de mencionarlo , para los gases; el pelo para los vapores, el omento y restante aparato uro poiético para los líquidos, el gastro intestinal , como ya igualmente se ha anunciado, para los alimentos blandos y la piel ó los tegumentos para los sólidos, sobre todo en pol vo. Los cinco de las fuerzas son: las orejas para la electrici dad , la lengua para el galvanismo , las manos para el caló rico, la nariz para el magnético y los ojos para el luminico, En este grupo el individual sexual para el hombre es el es finteral erector y para la muger el constrictor, y el social para el primero es el que emite los zoospermos 6 el que en gendra , y para la segunda el que los modifica 6 los concibe; y no se juzgue que aquí hay repeticion de órganos, puesto que aquí se trata de una accion que está lejos de realizarse en el útero y partes circunvecinas; la cosa viene de mas le jos en el raquis. Es tambien conducente el insistir en que, de los aparatos de digestion de los elementos la piel es su relacionador, y de los de las fuerzas lo es el calórico; aun-. que no puede haber .sensacion en ninguno de ellos sin la electricidad. En el quinto grupo , que viene á ser el de la sensibilidad, los cinco que corresponden á la sensacion de los elementos, son el del anhelito para los gases , el del aseo para los va pores, el de la sed para los líquidos, el del hambre para los alimentos blandos y el de la limpieza para los cuerpos sóli dos, en particular en estado pulverulento. La sensibilidad sexual es la de la titilacion para la muger y la del éxtasis para el hombre. Los cinco que corresponden á la sensacion de las fuerzas son el ruido grave ó agudo y los sonidos para la electricidad del oido, el dejo sápido ó insípido y los sa bores para el galvanismo del gusto, el temple caliente ó frio y las temperaturas para el calórico del tacto, el aroma fragancioso ó inodoro y los olores para el magnetismo del olfato y el destello de la claridad y de la obscuridad y los colores para el lumínico de la vista. A mas de los centros nerviosos, que á cada cual de dichos tejidos, humores y aparatos compete , cada grupo disfruta de un centro ner vioso comun para las bases dementares y otro para las fuer zas 6 fluidos nérveos, centros en los que van á reunirse los que pertenecen á los órganos de la vida sideral , los del ins tinto y los de! pensamiento. Y no para aquí la localizacion orgánica, sino que cada cual de estos grupos tiene su extremidad en el cuerpo ; por ejemplo la de estabilidad, que empieza en los piés y en es pecial en su planta y en el talon y termina en las cejas, para la nutricion : la que de las caderas se dirije á los dedos de los piés, para la saturacion : la que empieza en parte del omóplato y concluye en los dedos de las manos, para la circulacion: la que se limita á las mandíbulas, para la di gestion : y la de variable inclinacion, que se destaca de la otra porcion del omoplato para concluir en la parte mas terminal de los aparatos de sensibilidad, pertenece esta. A fin de comprender como puede desembarazarse un lu gar esta correspondencia , es indispensable suponer lo que en realidad existe y es, que á uno de los elementos v. g. al de la caseína se le puede dar el título de empezable , al de la fibrina el de progresable, al de la albúmina el de soste nible, al de la gelatina el de declinable y al de la grasina el de terminable ; cuando por otro lado, á un flúido nerveo por ejemplo de carácter eléctrico se le puede dar el nombre de empezador, al de carácter galvánico el de progresador,, al de carácter calórico el de sostenedor, el de carácter mag nético el de declinador y al de carácter lumínico el de ter minador. Supuesto lo que, sin embargo de que así sucede en realidad de verdad, si sobre un elemento empezable obra 360 un flúido empezados y de lamisma manera sobre los demás elementos sus flúidos congéneres, el movimiento que resulte de la relacion de unos con otros será imperceptible, ó lo que es igual será la contractilidad 6 contraccion impercep tible de Bichat ; mas si sobre un elemento ernpezable obra un flúido nerveo terminados y en las demásrelaciones entre bases y fuerzas se verifica la propia contrariedad, entonces la contraccion será del todo manifiesta , atendida la dificul tad que ha de encontrar la fuerza para vencer la resistencia de la base ó esta el empuje de aquella. Pues bien, esto es lo que se nota en las cinco extremidades espresadas , no con tando entre ellas á la sexta, que es la síntesis de todas; y mas aun, porque no solo espresa lo que puede espresar cada cual de las mismas, sino cuanto se puede espresar del instinto y del pensamiento: estremidad fónica , que sube del pulmon y se refuerza en la tráquea y termina en los lábios. Se estranará , tal vez, que entre los tejidos no haya in cluido ni el oseo ni el cartilaginoso, ni al fibroso, ni el fibro cartilaginoso, pero cesará la admiracion cuando se sepa, que el oseo y el cartilaginoso se exploran en la misma vértebra que el tejido medulas: que el fibroso en parte se ex plora como tendinoso en la propia vértebra que el muscular voluntario ó rectilíneo, en parte en la del muscular invo luntario como aponeurótico y en parte en el oseo como li gamentoso; explorándose á la par en esta última el fibro cartilaginoso, porque cada cual de estas reuniones solo forman un tejido, como si dijéramos con dos polos. Parece que con lo espuesto bastaria para disipar cualquier duda de que podamos localizar en el espinazo, en la cabeza y en otras partes del cuerpo, cada uno de los grupos y de los centros nerviosos, no solo de la vida del desarrollo, sino de la de atraccion molecular, de la del instinto y de la del pensamiento. Sin embargo, para que no quede ninguna va cilacion acerca de ello, aunque ya sea declararse mucho, anadiremos, que los centros de los grupos ó de los elemen tos y fuerzas se exploran en el esternon : los tejidos de nu tricion en las vértebras dorsales y en todo lo que atane al aspecto y á la actitud de la fisonomía: los tejidos de satura cion en las vértebras lumbares, sacrales y coccígeas , en el apéndice xifoides y en el tarso y en el metatarso de los piés: los humores en las costillas y en el carpo y metacarpo de las manos: los aparatos de digestion en las vértebras cervica les , en los huesos de en medio de la cara y en lo esponjoso de las mandíbulas ; y los de la sensibilidad al rededor de la base del cráneo y en lo que en cada sentido corresponde á los dedos de la mano y del pié. Hemos dado á entender, que lo que acabamos de decir era declararse demasiado, pero han sido tantas hasta ahora las preocupacionesque se han injerido en nuestra ciencia, tanta la incredulidad que desconfia de estos hechos todavía en el terreno de la práctica, tanto el consiguiente poco caso que ,ejos l'e 'cid se ha hecho de ellos y lo que á nosotros nos costado su descubrimiento, que dudamos, que en mu cho tiempo se complete sino declaramos lo que á la anterior esplicacion le falta. Y no es porque su trascendencia no sea muchísima así para la medicina, como para el bien de la humanidad en sus dolencias en especial. A la anatomía, sin desechar nada de lo conocido hasta ahora, le ha dado un aspecto enteramente nuevo la locali zacion espresada. Distingue los músculos voluntarios que reciben el influjo nervioso de muy adentro, de los involun tarios que lo reciben por la extremidad de sus nervios : en músculos que por la atencion son involuntarios y por la reflexion se vuelven voluntarios : en músculos vocales y sexuales y por fin en músculos esfinterales. Deja patente, que las glándulas conglobadas y conglomeradas de los teji dos secretorios deben estar todas, junto con los demás teji dos y humores , en cada cual de los aparatos de sensibilidad y digestion ; pero lo están como las criptas mucosas en las membranas de este nombre. Encuentra glándulas sali vales donde jamás se han sospechado , como en el sobaco y en las ingles , la mitad de la prostata en las mugeres dentro del útero y la:otra mitad dentro de la vejiga urinaria y en cuentra conductos salivales donde nunca los hubiera de mostrado el escalpelo. Establece, que el feto empieza por la vida sideral y que esta comienza en el dorso por las cua tro secciones que presiden á la nutricion del corazon , las que por medio de los dos cordoncitos posteriores tambien dorsales, se comunican con los tubérculos cuadrigéminos , quienes , para dar el movimiento al órgano espresado, fun cionan por el empuje de las conmisuras que les envia el ce rebelo ; anade que despues se desarrolla la restante médula espinal , considerándola prolongada hasta lo mas anterior de la medianía y partes laterales de la base del cerebro : advierte que vienen despues los centros de los grupos, tanto en el cerebro como en el cerebelo y las circunvoluciones de 'ambos; de las cuales sale solo un nervio, que es el olfacto rio , que las pone en comunicacion con los huesos del crá neo : derivándose los demás que salen por dicha su base, 6 de las secciones nerviosas de sensibilidad y de digestion que en ella se observan, ó de las conmisuras , que le llegan su biendo aun desde las partes mas inferiores del raquis. Ve claro, que los nervios no han de sacar su nombre del lugar por donde pasan , sino de aquel á donde se encaminan; y en particular lo que es tan difícil de distinguir en las pier nas , el nervio que termina en el pulpejo de los dedos. La fisiología le agradecerá que le haya hecho mirar como una sola unidad orgánica á todo centro nervioso con su parte terminal y los vasos y los nervios que les relacionan. Le agradecerá tambien , que habiéndole ensenado que en cada grupo domina una base y una fuerza y que en el de la circulacion domina el calórico introducido y dijerido por el tacto, le haya hecho ver que allá donde haya vasos y nervios, allí ha de haber calor ó sentirse el frio. Seguirá su consejo de que siendo la nutricion la funcion mas principal y mas generalizada en el cuerpo, se ha de empenar en ha cerse duena de sus • dos agentes, los vasos y los nervios, con sus humores aquellos y sus flúidos nerviosos estos; por que en apoderándose de ellos podrá saber con mi explora cion cuanto puede pasar en el organismo y en el acto en que está pasando. Observará que todas las funciones tienen igual número y combinacion de elementos, de fuerzas, de medios, de modos y de objetos; sean ó no congéneres sus relaciones. Se convencerá al cabo por completo de que la voz no es una espiracion del aire, modificada por las pare des de la traquea, sino que con aquel flúido salen los ner veos del cuerpo y con ellos sus bases en estado gaseoso : é igualmente se convencerá de que las bases forman las vo cales y las fuerzas las consonantes, de que las primeras se desprenden del cérebro y espinazo y las segundas del cere belo y de que preguntar quien nos ensenó á hablar, es pre guntar quien nos ensenó á mover los brazos, las piernas y demás partes que movernos en nuestra máquina por efecto de la credulidad y certidumbre del instinto escitado por el pensamiento. De suerte que la fisiología, partiendo de la localizacion de los centros nerviosos, es la única que puede arreglar una gramática general, y el desiteratun de un idio ma general tambien para todo el mundo. LA patología interna será la que reciba mas beneficios de • )1 361 la localizacion de que se habla, porque palpará, por decirlo así , que cada tejido y cada aparato tiene su fiebre , por la razon de que cada cual tiene un humor que le corresponde, y que, circulando estos por dentro del corazon y de los va sos, han de influir en la modificacion de las fases de su movimiento. Observará que las enfermedades á mas de la predisposicion patológica individual del paciente , se com ponen con frecuencia de dos, tres y mayor número de ele mentos morbosos. Notará que las enfermedades se hacen contagiosas cuando pertenecen á un tejido secretorio. No le parecerá increíble, que las tenidas hasta hoy por hemorra gias, esceptuando las traumáticas y la díapedesis, no son sino profluvios de saliva de color de sangre, sin esceptuar el pe ríodo lunar del bello sexo. Hallará que las viruelas son una enfermedad de las vesículas seminales en el hombre y de las glándulas lácteas en la muger: que la escarlatina lo es del sistema muscular voluntario lo mismo que la parálisis, el reumatismo y el corea: que la gota lo es del sinovial : que la pulmonía y una especie de asma, lo son del blasto dermo : que la lithiasis , la melanosis, el cólera, el bubon pestilencial y la fiebre petequial de Hildebrand , lo son del sistema salival: que hay una variedad de la anasarca , mo tivada por una afeccion de las unas: que las fiebres inter mitentes que se desenvuelven con dolor en los lomos, fijan suasiento en los testes y en los ovarios : que la lepra pro viene del sistema ganglionario y del glandular linfático: que la sífilis nace del medular oseo: que la sicosis se origina del mal estar de la grasa: que del piloso se deriva la plica, que es mas comun y cruel de lo que se cree, aun en un grado no muy intenso: que la catalepsia es una pura neurorrhagia y la epilepsia una neurorrhagia acompanada de proíluvio de vapores orgánicos, lo mismo que las calenturas periódicas con la piel de carne de gallina : que por último no hay una dolencia que no se tenga que mirar de aquí adelante, bajo otro punto de vista muy diferente del de ahora. La patología externa tendrá mas confianza en el ausilio de la naturaleza y en los recursos medicamentosos de la ciencia y del arte, y se moderará en cortar mucho y preci pitadamente, cuidando en las denudaciones de las partes internas impedir por medio del aceite, que es el mejor ais lante de los flúidos imponderables, la salida de los nerviosos, causa de los deliquios y de las hemorragias por trasudacion capilar, que á menudo comprometen la vida de los opera dos; método que deberia observarse tambien con los epi lépticos y en las vivisecciones para el efecto; vivisecciones en las que , preocupado el experimentador con no atender mas que aquello que se propone investigar , no reflexiona que para llegar allá donde está el objeto de su estudio , se han de maltratar y mutilar otras partes y se ha de perder mucho flúido nérveo ; incidentes, que no se deben despre ciar al inferir las consecuencias de un trabajo , que preci samente ha de salir equivocado. Este ha sido entre otros el motivo de que las vivisecciones hayan ensenado tan poco y lo ha sido demasiado para escitar la compasion al ver á dos sábios, el uno francés é inglés el otro, disputándose la gloria ridícula de la primacía de un falso descubrimiento sobre los nervios. La embriologia , atribuyendo la posicion del engendro y de los mellizos á las leyes de la polarizacion , verá que siem pre que estas se perturban por la enfermedad de la madre ó la del hijo, la que tambien refleja en la madre, la posicion del feto se hace !u normal, y que basta para correjir esta perturbacion , el adoptar medios curativos durante el emba razo, y lo que es en el parto, sin necesidad de meter la ma no ni el forceps ni en el útero. En la terapéutica no se des TOMO III. defiará de creer en la poralisacion de los medicamentos, ni que por lo tanto no obran lo mismo en el lado dere cho , que en el izquierdo ; que en el hombre quien des pues de ser androgino, pasó á ser tal quedándose con el polo positivo de los elementos de su substancia y el negativo de sus fuerzas, mientras que á la mujer le toco el polo negati vo de aquellas y el positivo de estas, lo que forma el distinti vo de los dos agentes de la subsistencia de la humanidad, y no se debe acudir á los propios remedios: que en las dolen cias, las dósis se han de,calcular mas por la intensidad de es tas, que por la edad del sujeto en quien se emplean , lo mismo que por su temperamento y por su idiosincracia , la que con aquel ha sido muy mal esplicada hasta aquí : que en adelante no se dirá, que un agente medicinal es estimulan te y el de mas allá contra-estimulante , porque se notará, que el propio que hoy exalta , manana deprime la accion de un órgano, segun la disposicion del sujeto en quien aquel se emplea; tampoco se descuidará de advertir que los me dios terapéuticos no obran á veces de un modo idéntico en las vicisitudes atmosféricas, en las de los diferentes perío dos del dia y de la noche, en las estaciones y en diferentes climas: que á dichos medios se les abren dos caminos para introducirse en el interior del cuerpo, que son los vasos y los nervios : que por los primeros pueden entrar los ele mentos con los humores y por los segundos las fuerzas, pe ro que tambien pueden penetrar por ellos los elementos, reducidos á un estado de atenuacion tal , que se acerque muchísimo á la imponderabilidad dinámica : en fin, que to dos los agentes externos sean alimentos, medicamentos ó escitantes superficiales, obran siempre electivamente, sobre un tejido, un humor ó un aparato orgánico. A la física le dirá, que á mas de otros mal entendidos alardes, su dinámica no vale nada y que la venga á apren der en nuestros sentidos destinados ó á sentir las fuerzas ó á dijerirlas en su estado de sencillez como ruido y silencio, como dejo, como temple, como aroma y corno claridad ú obscuridad, ó bien en el de estado de combinacion de cada cual con las fuerzas restantes, esto es los sonidos, los sabo res, las temperaturas, los olores y los colores. Y se admira rá de que no los haya podido considerar así hasta el presen te. A la química se le obligará á que se abstenga de dictar leyes á la medicina: que la sirva en lo que se le encargue y que en el porvenir en sus análisis se precaba de no contar conlas corrientes de las fuerzas y otras particularidades de la atmósfera ; no le suceda, como 1.e podria juzgar, que le su cederia á un pescado, que pudiera manipular en el fondo de los mares y esperára que no hablan de salir mojadas las operaciones químicas á las que se dedicase. A la filosofía la tranquilizará para que no tenga tanto miedo á la fisiología, antes bien la tome por directora: pe ro no á la fisiología que predica doctrinas de mal carácter, sino aquella, que habiendo manifestado, que en el sistema nervioso hay partes, que ni las posee la vida del instinto ni los centros nerviosos de las demás vidas, prueba que ha de haber allí un agente superior á los que tienen á estas por distintivo y que por consiguiente ha de haber eu nosotrosuna alma. Ella aconsejará á los filósofos que dejen de dividir la substancia en material y espiritual, como nosotros lo hemos hecho, porque han dado lugar á que al hombre se le con cediesen dos substancias, no teniendo mas que dos entida des de substancia , esto es, una entidad corporal y otra entidad espiritual, y les dirá que estudien las substancias, á ladivina como divina v que á las creadas por esta las invest guen tales como ella las crió. En la medicina legal aprovecha rá de los adelantos de la frenología, que no será reducida y 46 -21 362 empírica como en la actualidad, sino enteramente científica, no confundiendo las potencias que sirven al pensamiento con las facultades que obedecen al instinto, con las funcio nes propias del desarrollo, ó con los agentes del movimiento molecular ó de equilibrio. ?Y no resolverá el problema de la realidad ó suposicion de la influencia de los astros en nosotros? Si lo hará, pero de - jando la astronomía á los aritméticos para que calculen los movimientos, mientras puedan no encontrar en las estre llas algun movimiento que no comprendan, la llevará al terreno de la filosofía, la que de seguro, encontrará su in flujo; pero considerando á la substancia sideral como una substancia individua, en la que hay nebulosas con Soles, que son en ellas como nuestros centros nerviosos para con las partes terminales de nuestro cuerpo y entre las que exis te una y única en la que hay un Sol, que no pudiendo en gendrar influye en que engendren los séres, que viven en la superficie de la tierra, una Luna, que no pudiendo con cebir ayuda á concebir á los mismoS y una Tierra, que no pudiendo crecer y desarrollarse, hace que en ella estos séres se desarrollen. Sin embargo como el que inventa puede hacerse ilusiones sobre las ventajas y la importancia del resultado de sus descu brimientos, los sujetamos á la sabiduría de la academia para convencernos de si nos hemos enganado 6 si hemos logrado para nuestra profesion lo que el que descubrió las letras para la escritura, una vezque como lo indicamos por nuestra nue va exploracion y por la localizacion de los tejidos, humores y aparatos orgánicos, con la de sus centros, podemos decir le á cualquier enfermo lo que padece sin preguntarle de an temano nada delos síntomas que siente, y podemos mani festarle, al instante de haberle propinado un medicamento, á que punto del cuerpo ha ido y al que préviamente le diji mos, que lo quena dirijir. ?Esto no será haber elevado la medicina á un grado de certidumbre , queen la práctica le envidiarán hasta las cien cias matemáticas? Historia natural. CARNIVOROS PLANTIGRADOS. El oso blanco y el oso fiero ó pardo, El OSO BLANCO ( Ursus rnarítimus , LIN., 6 el oso polar, de los viajeros es el tipo del thalarctos de GRA.y. Todo el mundo conoce este animal por las exageraciones y cuentosque han referido so bre su magnitud , voracidad é intrépido denuedo los viaje ros. Reducidas á su justo va lor todas esas historias, sin duda causará admiracion no hallar en el oso blanco mas que los hábitos propios de los demás animales de su mismo género, aunque acompanados de grande estupidez, la que se ha confundido con el valor. Los mayores individuosde esta especie no tienen mas allá de 6 piés y medio ('111) , de modo que los viajeros que di cen haberlos visto de 13 piés se equivocan precisamente del doble. Su cabeza es prolon gada ; su frente complanada en la misma línea del entre cejo; tiene los • ojos pequenos y negros, lo mismo que el hocico y el interior de la gargan ta , el cuello muy largo, y las plantas de los piés de nota ble extension , todo su cuerpo está cubierto de pelos blan cos, largos y sedosos. Como habita en los eternos hielos de los alrededores del polo boreal, en las costas de Groelandia y de Spitzberg , en una palabra, en las regiones mas frias del globo; ha debido contraer hábitos en armonía con unos climas tan rígidos. Retirado durante el verano en las tierras, divagapor los bosques, manteniéndose che semillas, frutas y hasta de rai ceS, lo cual no le impide devorar los cadáveres de animales cuando encuentra alguno. Hace sus crias en un lecho de musgo y de líquenes, y en él acostumbra á sus hijos poco á poco á comet sustancias ani males. Pero en esos desgracia dosclimas la estacion feliz pasa muy pronto, y viniendo la nieve á cubrir la tierra, obliga al oso blanco á abandonar los bosques por falta absoluta de alimento , y á dirijirse á la ri bera del mar, acompanado no solamente de su familia , sino tarn bien de una numerosa ma nada que el hambre ha echa do tambien de los bosques. Esta especie de sociabilidad es un carácter por el que se di ferencia esta especie de todas las demás, las cuales llevan una vida solitaria, y permane cen en un aislamiento bravío. Durante este viaje, los osos á combatir con los grandes animales marinos, atacando á los renos y otros séres tímidos que en cuentran al paso. Pero muy pronto de torpes cazadores se convierten en diestros pescadores, persiguen hasta el fondo de las olas á los peces y mamíferos anfibios, que son su presa. Acostúmbranse á zabullir, y á permanecer mucho tiempo debajo del agua ; nadan con facilidad y velocidad, pudiendo adelantar así muchas leguas sin tomar descanso; pero cuando un viage muy largo los fatiga , buscan un tém El oso blanco. del Norte se preparan y 363 It pano de hielo arrastrado por la corriente é impelido por el viento, cuya estrana embarcacion á veces los lleva á gran des distancias. Así es como en Islandia y en Noruega se ven á veces llegar encima de grandes témpanos de hielo nume rosas manadas de osos, tan hambrientos que se echan en cima de cuanto encuentran. Entonces son terribles, lo mismo para los hom bres que para los animales ; y esta cir cunstancia del todo accidental, pero que se reproduce todos los arios, no ha contribuido poco á darles fama de voraces y carniceros. Arrastrados á ve ces por los hielos hacia alta mar, y no pudiendo ganar otra vez la tierra, ni abandonar su isla flotante, mueren de hambre 6 se devoran mútuamente ellos mismos. Continuamente huronean por entre los hielos de la ribera del ruar, consistiendo su ordinaria presa en focas, morsas jóvenes, y hasta ballenatos, á los cuales se atreven á ata car á nado á mas de media legua de la costa. Para ello se juntan cinco 6 seis, aunque á pesar de su número, no siem pre salen con su intento pues que la ballena acude á la de fensa de su hijuelo, y con su terrible cola aturde, sacude y anega á los agresores. La foca á pesar de sus terribles qui jadas les ofrece poca resistencia, pues se le acercan poco á poco y sin hacer ruido mientras duerme, la cogen por de trás de la cabeza, y le rompen el cráneo antes que pueda oponer la mas ligera resistencia. No sucede lo mismo con la morsa, pues siendo mas desconfiada que la foca, es muy raro que lleguen á burlar su vigilancia. Sostenido el cuerpo sobre las patas, 6 mejor, aletas anteriores, la cabeza en hiesta, preséntale sus formidables colmillos, 'con que los hiere, les atraviesa la piel y los derriba mortalmente heridos ; luego precisada por el número á batir e.n retirada , se arroja al mar y desaparece á la vista de sus enemigos, los cuales la per siguen con tanto afan como inu tilidad. El oso blanco, en las comar cas donde vive, nunca ha ha llado un Sér bastante fuerte para vencerle, así es que no conoce el miedo , sentimiento del cual sin embargo es muy susceptible. Como nunca ha tenido que sos tener una lucha séria , ignora el Dicen que el oso blanco durante el invierno se retira á los huecos escavados debajo de la nieve, donde permanece completamente aletargado hasta la vuelta de la primavera. No negaremos absolutamente este hecho; pero sí diremos que nos parece muy dudoso. Las colecciones de animales de algunos soberanos han poseido varios osos blancos, y nunca se les ha visto mas vivos y despabilados que durante los friosdel mas riguroso invierno; solo se presentan lánguidos y débiles cuan do en verano se halla elevada la tem peratura . Hemos visto descender 4 termómetro de Reaumur á 20 gradas, es decir casi tan bajo como en la nue va Zembla; no obstante, el oso blanco que vivia en climas moderados no pa recía aletargado en lo mas mínimo. Luego , si leemos con atencion á los viajeros, se verá que precisamente en la estacion en que el frio es mas ri guroso, los osos acuden á la ribera del mar. La hembra pare en el mes de marzo, y se dice que solo produce uno ó dos hijos y muy rara vez tres, aunque no ha sido po sible asegurarse bien de este hecho, el cual deducen del número de osesnos que regularmente la acompanan. El grito de estos animales, segun relaciones, es mas pare cido al ladrido de un perro enronquecido, que al gra ve murmullo de las demás especies de osos. En estado de esclavitud no manifiesta la menor disposicion á ser adies trado, ni de adhesion ; antes bien, permanece en estado brutalmente salvaje y estúpido. El OSO FIERO (Ursus ferox , LEWIS Danis ferox , GRAY. ó el Oso pardo de los viajeros, es un tipo que merece parti cular mencion. It ""`--',_Zi,L,N•rt,:z. i',Ck,~N s.,..? "<, ,,,,..,4,1:.:s.s:c:, :: . _...›_,-.: • El Oso fiero. peligro, y suestupidez le impide conocerlo cuando lo aper cibe por la primera vez. Así, se le ha visto atacar deliberada mente siendo el animal uno solo, á una multitud de marine ros armados, y esto se ha confundido con el valor. Otras veces se echa á nado, y embiste sin titubear, contra una lan cha llena de hombres, y perece víctima, no de su intrepidez sino de su torpeza é indiscrecion. Cuando conoce que le re sisten , ó si queda herido, abandona el combate, y huye cobardemente, lo que no hacen nunca el oso castano, el tigre, y algunos otros animales dotados de verdadero valor. Los marinos que han invernado en el Norte, siempre se han visto incomodados por estos animales, quienes iban á hus mear su presa hasta la puerta de su cabana, llegando á tre par el techo para penetrar por la chimenea. Pero cuando se les recibia á tiros, ó simplewnte á lanzazos , al punto em prendian la fuga, ó al menos no se atrevian á sostenerla lucha. El oso pardo une á la estupi dez del oso blanco, la ferocidad del jaguar y la fuerza del lean ; de suerte que es el terror de los habitantes nómadas de los paises que,habita. Su enorme talla llega á veces á 8 piés y medio (2,760) y á veces mas; t'ene el cuerpo cubierto de pelos largos y muy poblados, principalmente en el cuello , de un pardo que á veces tira á castano ó á blanco. Es el mas fiero y acaso el mas terrible de todos los animales, dotado por la naturaleza, hasta con es ceso, de todas las cualidades es pantables. Su fisonomía es horrible, su agilidad igual á su prodigiosa fuerza y á su crueldad , y superior á la de todos los demás animales; su indómito valor es tanto mas temi ble , en cuanto participa siempre de furor y nace del cono cimiento brutal de sus grandes fuerzas. Siendo su índole solitaria , lo mismo que la del oso castano , cuyas formas generales se le asemejan , le gustan los inmensos bosques vírgenes que sombrean los montes escabrosos del gran Chi pewyan , las rnárge-.1es del Missuri, del Nebraska y del Ar kansas ; en fin la parte noroeste de la América septentrional conocida en los Estados-Unidos con el nombre de Pais in diano. Esta inmensa comarca, que empieza en el pais de los Osages y contiene los pueblos errantes de los Piés-ne gros, de los Narices-taladradas, de los Kansas, de los Cuervos, de los Camarchas , de los Koways, de los Barri gones , de los Cabezas achatadas y tantos .otros, es muy )1 364 g< embista desde luego y pueda el indio conservar la ventaja de ser el prgimero en el ataque. Cuando el cazador se cree á distancia conveniente del mónstruo , levántase de repente, se manifiesta y le arroja una flecha, en seguida se deja caer en el suelo tendido á lo largo boca arriba, y apoyado con los codos coge la carabina y apunta al animal. Furioso éste y herido vacila un momento entre el ataque y la fuga, pero viendo á su enemigo por el suelo se arroja á despeda zarlo; pero el cazador salvaje tiene la serenidad y valor su ficientes para aguardarle á la distancia de unos cinco pasos, y solo en este preciso instante le dispara la carabina al pecho y lo derriba muerto. Si por acaso no sale el tiro, el intré pido cazador se levanta de improviso, y con la navaja en la mano se dispone á luchar cuerpo á cuerpo. Por lo regular este cambio de posicion basta á dete ner al oso, el cual despues de vacilar otra vez algunos instantes, se retira lentamente volviendo la vista de cuan do en cuando al temerario indio. Pero tambien suele suceder que, irritado mas y mas por el dolor de la herida, levántase sobre sus dos piés , y con los brazos estendidossearroja á su agresor, quien le hunde la navaja en el corazon y lo derriba muerto ; pero si yerra el golpe, muere despedazado, víctima de la pueril vanidad que le hace esponerse por fanfarronada á un peligro inútil, 6 con la simple esperanza de conquistar una miserable piel. No dudamos que habrá mucha exageracion en lo que los viajeros cuentan de la ferocidad del oso pardo ; pero lo que acabamos de decir sobre el modo como los salvajes atacan á este animal, es cierto hasta en sus mas insignificantes por menores. Por lo demás puede aplicársele cuanto hemos di cho sobre el oso castano, con la única diferencia de que no se alimenta de substancias vegetales sino cuando le faltan los animales. Es un hecho singular el haber creido reconocer Cliton en el esqueleto de este oso una identidad completa con las osamentas fósiles que sirvieron á Jefferson y des pues á J. Cuvier para reconstruir el animal estraordina rio al que han dado el nombre paleontológico de mega lonyx. poco conocida de los hombres civilizados; algunos trafican tes en pieles, traperos y cazadores de castores, son los úni cos que hasta el dia han penetrado en esas profundas sole dades. En ellas domina como dueno absoluto el oso pardo sobre todos los animales del desierto, en quienes ejerce su desapiadada tiranía. Pasa el dia durmiendo en las profundas cuevas de los montes; despierta á la hora del crepúsculo y sale de su retiro. Desgraciados entonces los animales que encuentra. Acecha puesto en emboscada á los gamos, arga lis y otros animales ligeros, y al paso se les echa encima , los aterra y devora: hasta el oso con collar y el oso blanco le temen y huyen á su vista. Desciende á veces á losvalles donde pacen inmensos rebanos de bisontes; y estos mons truosos animales, á pesar de su número y de sus temibles cuernos, no pueden defenderse de su furor : en vano se estrechan entre sí presentando una fila compacta de ame nazadores cuernos, pues el oso se ar roja á ellos, los dispersa , los persigue con ligereza, les salta encima, los es trecha con sus brazos férreos, les frac tura el cráneo con sus dientes, y á menudo deja muertos á muchos antes de devorar alguno. Con todo, el oso 'fiero halla enemi gos entre los salvajes medio desnudos , hijos como él del de sierto , quienes le resisten, y hasta alguna vez le atacan , atreviéndose á sostener una terrible lucha cuerpo á cuerpo. El cazador indio del Arkansas tiene una perspicacia mara villosa para descubrir durante el invierno la cueva en don de el oso ha establecido su mansion ; y en las demás esta ciones sabe esperarle al asalto, sorprenderle en suemboscada, en ocasion en que el mismo animal está acechando una presa, seguirle la pista , y traspasarlo con sus flechas ó con sus ba las. Luego que ha descubierto los vestigios de su paso, sí guele armado con arco , carabina y una navaja india muy afilada, de que se sirve para cortar la cabellera á los ene migos vencidos. Aproxímase al feroz animal agachándose y ocultándose detrás de la maleza, y poniéndose á sotavento, no porque tema que advertido el oso de la presencia de un hombre por medio del olfato, huya; sino para que no le - 411/4 V¦t¦ 7.= Estudios históricos sobre la Alemania. SCHAFFHAUSEN. — LA CATARATA DEL RHIN. VÉVEY , CHILLON Y LAUSANA. XIV. Lo que dijimos de Zurich y de Basilea , debemos repetir respecto á Schaffhausen , palabra tan difícil de pronunciar y escribir por un espanol, como poblacion esencialmente alemana. Figúrese el lector un Anxur suizo, una Terracina alemana, una ciudad del siglo xv cuyas casas son un medio entre las cabanas de Unterseen y los edificios esculpidos de la ciudad mas rancia ; encaramada en la montana cortada por el Rhin que se retuerce en su lecho de rocas con gran clamor, dominado por torres ruinosas, lleno de calles per pendiculares y en zigzag, entregada al aturdidor barullo de las ninfas ó de las aguas, nymphis et lymphis ; transcríbase tá Horado como mejor plazca y anádase la batahola de las lavanderas. Despues de haber pasado la puerta de la ciudad que es una fortaleza del siglo xllf, mirando hácia atrás, vése encima de la ojiva esta inscripcion : SALUS EXEUNTIBUS. De esto debe deducirse que á la parte opuesta se leerá : Picx INTRANTIBUS. Es agradable esta clase de hospitalidad. De Schaffhausen puede escribirse lo que se quiera. Nada hay comparable á la obstinacion y diferentes opiniones de los arqueólogos, como no sean las de los gramáticos. Plati no escribe Schaphuse , Strumphius Schapfuse , Jorge Bruin Schaphusia , y Miconi escribe Probatopolis. De aquí puede deducir el lector las consecuencias. Despues del nombre viene la etimología. Schaffhausen significa la ciudad del carnero, dice Glerean.--INada de eso! -esclama Strumphius: Schaffhausenquiere decir puerto de los barcos de schafa, bar )5 365 tE co , y hause , casa.—! Ciudad del carnero ! responde Gla rean ; las armas de la ciudad son campo de oro y carnero de sable. — !Puerto de los barcoF! replica StruMphius, allí es d onde se detienen los barcos en la imposibilidad de con tinuar adelante.—Que sea lo que fuere, ya pueden pelearse si quieren Glarean y Strunriphius, que nosotros no tercia remos en el debate. Del mismomodo seria preciso batallar en cuanto al viejo castillo Munoth, que está próximo á Schaf f hausen , sobre el Emmersberg y que tiene por etimología Munitio , dicen los anticuarios , á causa de tina ciudadela romana que había allí. Hoy no hay sino algunas ruinas, una gran torre y una inmensa casamata que puede cubrir muchos centenares de hombres. Hacedos siglosSchaffhausen era todavía mas pintoresco. La casa de ayuntamiento , el convento de Todos los Santos y la iglesia de San Juan, es taban en todo su esplendor ; el recinto de torres se hallaba intacto y completo. Habia trece torres sin' contar el casti llo ni las dos altas torres sobre que se apoyaba aquel es trano y magnífico puente suspendido sobre el Rhin y que el general francés Oudinot hizo volar el 13 de abril de 1799 con la igno-ancia ó indiferencia por las obras maes tras, que solo se puede perdonar en tiempo de guerra. En fin, fuera de la ciudad , mas allá de la puerta-torreon que conduce á la Selva Negra, en la montana , sobre una emi nencia al lado de una capilla, se distinguía á lo lejos, en medio de la bruma del horizonte, un repugnante edificio de piedra y madera. Era la picota. En la edad media y aun no hace cien anos, en todo pueblo soberano, un cadalso con venientemente preparado era una cosa elegante y magistral. La ciudad adornada con picota, la picota adorna con su ahorcado, esto significaba Ciudad libre. De Schaffhausen á Laufen hay un paso. Laufen es un cas tillo del siglo xm , de bellísima masa y de estilo bellísimo. A la puerta hay dos grifos dorados con la boca abierta que parecen ladrar ; dijérase que son ellos los que hacen el mis terioso ruido que se oye. Al entrar en el patio del castillo , que ya no es un castillo sino una granja, vénse gallinas, ánades, pavos, estiércol ; carretas en un rincon y una cuba de cal. Se abre una puerta y aparece la catarata. !Espectáculo maravilloso ! !Espantoso tumulto! He aquí el primer efecto, despues se mira. La catarata marca golfos que llenan anchas escamas blancas. Como en los incen dios , hay pequenos espacios apacibles en medio de aquel conjunto de espanto : bosquecillos mezclados á la espuma ; encantadores arroyuelos en los musgos; fuentes para los pas tores arcadios de Pusino, sombreadas por arbustos dulce mente agitados. Y despues desaparecen estos detalles y vuelve á ocupar la impresion del conjunto. Tempestad eter na ; nieve viviente y furiosa. El agua es de una trasparen cia estraordinaria ; negras rocas dibujan sus siniestros ros tros bajo del agua ; parecen tocar su superficie y están á diez piés de profundidad. Debajo de :as dos principales co lumnas de la cascada , dos grandes surtidores de espuma se desvanecen sobre el rio y se dispersan en él en verdes nu bes. A la otra parte del Rhin vése un grupo de casitas tran quilas en donde las mugeres van de una parte á la otra. Mientras que el viajero observa, el guia le habla. —El lago de Constanza se heló durante el invierno de 1829 al 1830. No se habla helado hacia ciento cuatro arios. Se pa saba por él en carruaje y algunas pobres gentes perecieron de frio en Schaffhausen. Si se baja un poco mas hácia el abismo, óyese mujir la cascada como un tigre ; se percibe un espantoso ruido, des orienta aquella terrible rapidez, no se vé sino polvo de agua, decimos mal, agua convertida en polvo, humo y lluvia todo junto. A través de esta bruma se vé la catarata en todo su desarrollo ; cinco grandes rocas la cortan en cin co cascadas de aspectos diversos y de magnitudes diferen tes. Se cree estar mirando los cinco pilares roidos de un puente de Titanes. En el invierno los hielos forman azula dos arcos sobre estos mechones negruzcos. La mas cercana de estas rocas es de una forma estrana; parece que sale del agua llena de rabia la fea é impasible cabeza de un ídolo indio , con trompa de elefante. Varios arbustos y matorra les que se cruzan en su cúspide mezclados y confundidos entre sí , le forman una cabellera horrible y erizada. En el punto mas espantoso de la cascada desaparece y vuelve á aparecer una gran roca bajo la espuma , como el cráneo de un gigante ahogado por este horrible derrumbadero hace seis mil anos. El guia continúa su monólogo. — La cascada del Rhin está á una legua de Schaffhausen. La masa del río toda en tera cae desde una altura de setenta piés. El áspero sendero que baja desde el castillo de Laufen al abismo, atraviesa un jardín. Este sendero tiene variadas es taciones, en las que se paga un poco de vez en cuando. La pobre catarata no podria trabajar de balde. Es muy justo que entre toda aquella espuma que arroja sobre los árboles, las rocas, los nos y las nubes, arroje algo mas pesado y po sitivo al bolsillo de alguno. Por este sendero se llega á una especie de balcon vacilan te practicado allá en el fondo sobre el abismo y en el abis mo. Allí todo se conmueve á la vez; se vé uno deslumbra do , aturdido, trastornado, estupefacto y encantado. Se apoya el viajero en una barandilla de madera que tiembla; árboles amarillentos,—si es en otono ,—servales rojos, ro dean un pequeno pabellon por el estilo de nuestros cafés, desde donde se observa el horror de la cosa. Las mugeres se cubren con una túnica de hule ( á peseta por persona ); y finalmente, allí se halla el espectador bajo la impresion de una tempestad que descarga sobre él un aguacero en medio de truenos contínuos y espantosos. Lindas y amarillas plantas trepadoras se mecen volup tuosamente bajo este rocío sobre el borde del balcon. La roca que lo cubre como una bóveda, llora gota á gota en la cascada. Sobre la roca que está en medio de la catarata se eleva un caballero-trovador de madera pintada, apoyado en un escudo rojo con blanca cruz. Un hombre ha debido arriesgar su vida para ir á plantar esta decoracion teatral en medio de la grande y eterna poesía de Jehovah. Los dos gigantes que mas elevan sus cabezas, queremos decir las dos rocas mas grandes , parece que se están ha blando. El trueno es su voz. Por encima de un espantoso grupo de espuma , aparece una casita apacible con su pe queno vergel; se diría que esta espantosa piedra está eter namente condenada á llevar sobre sus espaldas aquella tranquila y feliz cabana. Si se llega hasta la estremidad del balcon , y se arrima el curioso á la roca , el aspecto en este caso es mas terrible : es un caos espantoso. El abismo horrible y espléndido ar roja con rabia una lluvia de perlas al semblante de los que osan mirarlo de tan cerca. Los cuatro brazos de la catarata, caen , suben y vuelven á bajar sin tregua ni descanso. Se cree estar viendo dar vueltas al lado de uno, las cuatro ful gurantes ruedas del carro de la tempestad. El puente de madera está inundado y sus tablas res baladizas, llenas de hojas que gimen bajo los piés que las pisan. En una anfractuosidad de la roca vimos con sor presa una mata de yerba seca casi del todo. !Muriendo de sed bajo la catarata de Schaffhausen En aquel diluvio le faltaba á ella una gota de agua. Corazones hay que se pa recen á aquella mata de yerba ; y se desecan en medio del torbellino de las prosperidades humanas. !Ay ! es que les falta esa gota de agua que no sale de la tierra sino que cae del cielo , ! el amor! En el pabellon turco que tiene vidrieras de color, y !qué vidrieras! hay un libro en el cual se ruega á los visitantes que pongan su nombre ; vale la pena de hojearlo por las rarezas que contiene. Cuanto tiempo estuvimos allí abismados en aquel gran dioso espectáculo, no lo pudiéramos decir porque durante aquella contemplacion, pasaron las horas en el espíritu como en el abismo las ondas, sin dejar serial ni recuerdo alguno. Solo si recordamos que se nos vino á advertir que iba á ano checer. Subimos al castillo y desde allí bajamos á la ribera por donde se puede atravesar el rio para pasar á la orilla derecha. Esta ribera está debajo de la catarata y se atraviesa el rio á pocas brazas de ella. Para este trayecto se aventura uno en un pequeno y encantador bote, ligero, delicado, de la figura de una piragua de salvage , construido de una ma dera elástica como el corcho , sólida, elástica, fibrosa, tro pezando á cada momento con las rocas y rozando apenas en ellas, manejado como todos los barquichuelos del Rhin y del Meuse con un garfio y un remo en forma de pala. Na da hay tan estrano como percibir en esta concha las pro fundas y tempestuosas sacudidas del agua. Mientras el bar co se alejaba del puerto, mirábamos encima de nuestra cabeza las almenas cubiertas de tejas y los dentellados techos del castillo que domina el ,precipicio ; en la orilla 'se estaban secando unas redes de pescadores. ?Se pesca acaso en este torbellino? Sí, sin duda: como los peces no pueden pasar por encima de la catarata, se coje allí mucho salmo n. Por otra parte ?en qué torbellino no pesca el hombre? Ahlra quisiéramos reasumir todas estas sensaciones tan vivas y casi punzantes. Primera impresion : no se sabe que decir; se vé uno anonadado como por todos los grandes poemas. Despues se desenreda el conjunto; se desprenden de la nube las bellezas. En resúrnen , la cascada del Rhin es grande, sombría, terrible, repugnante, magnífica, inesplicable. A la otra ribera del Rhin , este hace andar algunos mo linos. Sobre la una orilla el castillo ; sobre la otra la aldea, que se llama Neuhausen. Siguiendo el balanceo • del barco admirábamos el soberbio color del agua. Cree uno nadar en medio de líquida serpentina. Cosa notable, los dos grandes nos de los Alpes al dejar las montanas tienen el color del mar á donde van. El Ródano desembocando del lago de Ginebra es azul como el Medi terráneo; el Rhin al salir del lago de Constanza es verde como el Océano. Desgraciadamente estaba el cielo cubierto y no podemos de consiguiente decir que vimos la cascada de Laufen en todo su esplendor. Nada hay tan rico ni ma ravilloso como esta lluvia de perlas de que hemos hablado, y que la catarata esparce á lo lejos. Sin embargo debe ser esto mucho mas admirable cuando el sol cambia estas per las en diamantes y cuando el arco-iris hunde su deslum brante cuello de esmeralda en la espuma como un pájaro divino que viene á beber en el abismo. De la otra orilla del Rhin , aparece la catarata en toda su integridad dividida en cinco partes bien distintas, cada una de las cuales tiene su fisonomía particular formando juntas una especie de cas cada. La primera es como el salto de un molino ; la segun da casi simétricamente compuesta por el trabajo del chorro y el tiempo, es una fuente de un sitio real; la tercera es una cascada ; la cuarta un alud ; la quinta el caos. 366 ?I A pocos pasos de la catarata se esplota la piedra calcárea que es muy hermosa. Cuando pasamos por en medio de una de las canteras que hay allí , un presidario, con su uniforme rayado de gris y negro , su azadon en la mano, la doble ca dena al pié estaba mirando la catarata. Parece que algunas veces se complace el azar en confrontar por medio de antí tesis, ora melancólicas, oraespantosas, la obra de la natura leza y la obra de la sociedad. Vévey es una linda ciudadita, blanca, limpia, inglesa, confortable, calentada por los pendientes meridionales del monte Chardonne como con braseros y abrigada por los Al pes, como por una mampara. Tiene delante de sí un hermo so cielo de verano, el sol, collados cubiertos de maduras uvas y la magnífica esmeralda delLemati engastadaen mon tanas de nieve como en un adorno de plata. Vévey no tiene sino tres cosas; pero estas tres cosas son encantadoras; su limpieza, su clima y su iglesia. Deberiamos limitarnos á decir la torre de su iglesia , pues lo que es la iglesia nada tiene de particular en sí misma. Ha esperimentado esa especie de devastacion amanerada, metódica y lustrosa que el protestantismo inflige á las igle sias góticas. Todo está raspado, cepillado, limado , desfigu rado, blanqueado, barnizado y frotado. Es una estúpida mescolanza con sus puntas y collares de impertinente, de bar barie y pulcritud. Nada de altares, nada de capillas, nada de relicarios, nada de imágenes pintadas ni esculpidas; una mesa y una sillería de madera que obstruyen la nave, he aquí la iglesia de Vévey Nos paseábamos por ella bastante desalinadamente, escol tadospor la anciana, que hace veces de pertiguero en las igle sias calvinistas, y tropezando con nuestrasrodillasen los ban cos del senor prefecto, del senor juez de paz, de los senores pastores etc. etc., cuando al lado de una capilla condenada, hácia la que nos habían atraído algunas viejas cónsolas del sigloxiv olvidadas allí por el arquitecto puritano, percibimos en un oscuro hundimiento, una lápida de mármol negro aplicada á la pared. Era el sepulcro de Edmundo Ludlow, uno de los jueces de Carlos 1 muerto, hallándose re fugiado en Vévey, en 1698. Al bajarnos para recoger el la picero que se nos habia caído al suelo, hirió nuestra vista la palabra depositorium , grabada en la loza. Estábamos apo yando nuestras plantas sobre otro sepulcro, sobre otro re gicida, sobre otro proscrito: Andrés Diroughton. Andrés Broughton era amigo de Ludlow; como habia él matado á Carlos I, como él habia amado á Cromwell como él habla aborrecido á Cromwell , como él duerme en la fria iglesia de Vévey. En 1816 David hu yendocomo Ludlow y Broughton, pasó por Vévey. ?Visitó la iglesia? Lo ignoramos; peto los jueces de Carlos 1 tenían muchas cosas que decir al juez de Luis XVI. Podian decirle que todo se destruye hasta las fortunas construidas sobre un cadalso, que las revoluciones son olas, en que no conviene ser ni espuma ni lodo; que toda revolucion es una arma de dos filos, el uno con que se corta, el otro con que es uno cortado; que el desterrado que ha desterrado, que el proscrito que ha proscrito, arrastran en pos de sí una mala sombra, una compasion mezclada de có lera, el reflejo de las miserias de otro refulgurando como la espadadel ángel sobre su propia desgracia. Podían decir tam bien á este gran pintor, que para el pensador, en un dia de contemplacion, salen de la serenidad del cielo y del azur del Leman mas ideas nobles, mas ideas bienhechoras, mas ideas útiles á la humanidad, que no en diez siglos de veinte revo luciones como lasque han degollado á Carlos I y á Luis XVI; y que por encima de las agitaciones políticas, eternamente por encima de las tempestades climatericas de las naciones, )1 367 K. cuyo cenagoso fluido asi trae á Murat como á Mirabeau, hay, para las grandes almas el arte que contiene la inteligencia del hombre , y la naturaleza que contiene la inteligencia de Dios. Mientras que nos abandonábamos á todos estos ensuenos, un rayo de sol poniente,entrado por una humilde lumbrera y como perdido en aquella desnuda y triste iglesia , vino á posarse como una encendida antorcha sobre los sepulcros y leimos los epitafios. Estos son largas y graves protestaciones en las que parece respirar el alma de dos viejos regicidas. Ambos esponen los actos de su vida y el hecho de su muer te sin cólera , pero sin concesion. Son dos frases rígidas y altaneras, dignas en efecto de ser dichas por el mármol. Se conoce que ambos echan menos su patria; es la patria siem pre bella aunque sea Londres visto desde el Leman. Pero es chocante que cada uno de los ancianos ha tomado una posicion diferente en el sepulcro. Edrnti ndo Ludlow ha yola do gozoso á las eternas mansiones sedes (eternas lcetus advo lavit, dice el epitafio perpendicular del muro. AndrésBrough ton , fatigado de los trabajos de la vida, se durmió en el Senor, in Domino obdormivit , dice el epitafio echado en tierra. Así el uno gozoso, el otro cansado; el uno ha en contrado alas en el sepulcro, el otro ha hallado en él una almohada; el uno habia matado un rey y quena el paraiso; el otro había hecho la misma cosa y pedia el reposo. Nos pa rece,que en estas pequenas frases tan cortas, se halla lacia ve de los dos hombres y de las dos convicciones. Ludlow era un pensador ; habla olvidado al rey muerto, y no vela sino al pueblo emancipado. Broughton era un obrero; no pen saba ya en el pueblo y tenia siempre presente en su espíritu aquella ruda tarea de derribar un rey. Ludlow no habia visto jamás otra cosa que el fin , Broughton solo habia visto el medio. Ludlow miraba adelante, Broughton atrás; el uno habia muerto deslumbrado, el otro fatigado. Al ir á abandonar las dos tumbas nos llamó la atencion un tercer epitafio, largo y solemne apóstrofe al viajero, graba doen oro, sobre mármol negro como el de Ludlow. Al lado de toda cosa grande hay una parodia. Entre los dos regici das se halla un boticario. En un respetable práctico, llamado Lorenzo Matte, muy honrado y muy caritativo por otra parte, que solo por haber tenido la suerte de hacer fortu na en Liorna y retirarse del comercio en Vévey, quiere ab solutamente que el pasajero se detenga y reflexione sobre la inconstancia de las cosas humanas: Morare parumper,, qui hac transis, el respice rerum humanarum inconstantiam el ludibrium. Si jamás ha habido sepulcro enfático y ridículo, es seuramente el que ombrea al lado de' las severas lápi das bajo las cuales yacen Ludlow y Broughton con sus ma nos ensangrentadas. El hombre pensador debe abismarse en la contemplacion de este lago que Dios ha llenado de su paz y que los hombres han llenado de sus guerras. Es triste privilegio de los mas encantadores lugares , atraer las invasiones de los aludes. Los hombres son como la n'eve , se ablandan y precipitan en los valles iluminados por los rayos del sol. Toda la ma ravillosa costa del Leman ha sido devastada sin cesar du rante tres mil anos, por pasageros armados que venían, cosa estrana , asi del Mediodia como del Norte. Los romanos ha llaron allí rastros de los griegos ; los alemanes han hallado las huellas de los árabes. La torre de Glérolle ha sido cons truida por los romanos contra los hunos. Nuevecientos anos mas tarde la torre de Goure fué edificada por los de Vaud contra los húngaros; la una guarda á Vévey; la otra proteje á Lausana. En la biblioteca de Basilea, en un ejemplar bas tante curioso de los comentarios de César, puede leerse el pasage en que César dice que se encontraron en el campo de los helvecios tablillas escritas en caractéres griegos : Re pertce sunt tabulce lilleris grcecis confecke , (de Bell. gall. XL. 1.) Los romanos han dejado en este delicioso país dos tres torres de guerra, dos sepulcros,jentre otros, el triste y conmovedor epitafio de Juliz: Alpinula, armas, mojones mi liarlos , la gran via militar que corta estos admirables valles desde el Valais hasta Avenches , por Vévey y Attalins , y de la cual se descubren todavía acá y acullá algunos cimien tos. Los griegos le han dejado las procesiones-pantomími cas que recuerdan las teorías y en las que van jóvenes co ronadas de yedra que son conducidas en carros. Le han dejado tambien los koraules de la Gruyére , esas danzas que su nombre esplica , zoeol y Así pues fortalezas , sepul - cros , un epitafio , que es una elejía , un camino estratégi co , he aquí la marca de Roma ; procesiones semejantes á las que se ordenaban por Thespis y una danza al son de la flauta , he aquí el rastro de la Grecia. Chillon es un amontonamiento de torressobre un monton de rocas. Todo el castillo es del siglo xri y del xur, á es cepcion de algunas obras de madera, puertas, mesas, pa vimentos, etc. que son del siglo xvi. Hoy sirve de arsenal y polvorin al canton de Vaud. La boca de los canones ocupa la tronera de las catapultas. Una mujer es la que con mucho agrado é inteligencia acompana á los visitantes en el paseo por el castillo. La cripta, que se halla al nivel de las aguas del lago, se divide en tres subterráneos principales. El primero, que está ajustado como una cerraja á la entrada de los otros dos, era la sala de los guardias. Es una vasta nave formada por dos bóvedas ojivas justapuestas, cuyos nacimientos se apoyan, en medio de la sala, sobre una fila de pilares que la atra viesa. El segundo subterráneo, mas pequeno, se divide en dos compartimientos muy oscuros. El primero era un cala bozo, el segundo es un lugar siniestro. En el primero se di visa una gran cama de piedra labrada á pico en la roca viva ; en el segundo entre dos enormes pilares cuadrados, de los cuales uno es el mismo muro, se distingue confusamen te, despues de mirar algunos minutos, un madero metido por los dos estremos en el granito bruto y cuyo borde supe rior presenta una especie de dientes cíe sierra, como si hu biera sido mellado y profundamente dentellado por una cuerda ó por una cadena que hubiese estado anudada en él. En medio de este travesano hay un agujero cuadrado que da paso á la luz, si lui puede llamarse un resplandor muerto y terroso que se pega por acá y acullá á los ángulos de la bóveda. Este vago y horrible aparato es una horca; esas muescas que forman dentellones , han sido en efecto hechas por cadenas patibularias; ese agujero daba paso á la cuerda. Las dos escaleras del verdugo y la del paciente que estaban aplicadas á los dos pilares frente por frente, han desapare cido. En frente de la horca habia en el muro una aber tura por la cual se arrojaba el cadáver al lago. Esta aber tura ha sido tapiada y se ha cambiado en un nicho oscuro que parece una mancha negra al pié del muro. A dos pasos de este nicho desemboca la escalera de caracol de la sala del tribunal con su maciza puerta de encina apenas devastada. La tercera sala es semejante á la primera ; solamente que es mucho mas oscura. Las saeteras se han convertido en cerceras ó respiraderos ; en los intercolumnios habla un calabozo en cada uno; se han derribado las divisiones y los compartimientos que habian sido llenos por tan diversas mi serias durante tres siglos, han desaparecido. ,El quinto de estos compartimientos fué el que Bonnivard ha hecho tan D§ 368 tC célebre. No resta de su calabozo sino el pilar, de la cadena de su pié un anillo metido en el pilar , y de la cadena de su cuello el agujero en que estaba sujeta en la piedra. El ani llo de esta cadena ha sido arrancado. Hemos permanecido largo tiempo como si estuviéramos tambien ligados á aquel pilar, al rededor del cual aquel libre pensador dió vueltas du rante seis anos corno una bestia feroz. No podia acostarse sobre la pena viva sino con gran trabajo y sin poder estender las piernas. No tenia en efecto otras distracciones que las de las bestias feroces enjauladas ygastaba la parte inferior del pilar con el talon. Nosotros hemos puesto la mano en la concavidad que hizo de este modo; y tambien senalaba, ro zando del mismo modo con el pié, el saledizo de granito á que sucadena le permitia llegar. Por todo horizonte no tenia sino la repugnante muralla de pena viva opuesta al muro que el lago humedece. Tal era una de las jaulas en que se encerraba el pensamiento en 1530. El primero de los cinco compartimientos no interesa me nos que el quinto. En el calabozo de Bonnivard ha vivido su inteligencia, en este la abnegacion. Un mozo de Gine bra, llamado Miguel Cotié, profesaba al prior de San Victor un amor mezclado de admiracion ; cuando supo que Bonnivard estaba en Chillon quiso salvarlo. Conocia al cas tillo de Chillon por haber servido sus senores ; se introdujo en él de nuevo y logró que le empleasen en no sabemos que cosa dentro de la fortaleza. Alguna imprudencia lo vendió ; sele cogió tratando de comunicarse conBonnivard; se le trató como espia y se le metióen un calabozo, (el primero entran do á la derecha). Sin duda le hubieran ahorcado, pero el du que de Saboya quena declaraciones que comprometiesen á Bonnivard; Cotié resistió valientemente la tortura. Una no che trató de escaparse, limó su cadena é hizo un boquete en el muro con un clavo, se encaramó sobre una cercera 6 res piradero y arrancó una de las barras de hierro; allí ya, se creyó en salvo. La noche era muy oscura y se arrojó al la go. Él no habia habitado en el castillo sino durante el vera no y habia advertido que las aguas del lago subian hasta pocos piés por debajo de los respiraderos, pero era por el invierno cuando él trató de fugarse; en invierno no se der rite la nieve, el agua del lago baja y deja á descubierto las rocas en que está edificado el castillo de Chillon; no las vió y se hizo pedazos en ellas. Tal es la historia de Cotié. Nada queda de él sino algunos dibujos de carbon en la pared. Son figuras de medio cuerpo, que no dejan de te ner cierto estilo ; un Cristo en cruz casi borrado, una San ta arrodillada con su rótulo al rededor de la cabeza en ca ractéres góticos, y un San José. La lumbrera por la que se precipitó Miguel Cotil está enfrente del tercer pilar ; y so bre este pilar es donde. escribió Byron su nombre con un viejo punzon de mango de marfil, hallado en 1536 en la enmara del duque de Saboya por los berneses que libraron á Bonnivard. Este nombre Byron grabado sobre la columna de granito, en grandes letras un poco inclinadas., despide un resplandor estrano en aquel calabozo. El fenómeno de la Gruta de Azur tiene lugar en el subterráneo de Chillon , y el lago de Ginebra no es en esto menor que el Mediterrá neo. Por lo visto, la naturaleza á nadie olvida ; no olvida ba á Bonnivard en su tumba. A mediodia cambiaba el subterráneo en palacio ; tapizaba toda la bóveda de un be llísimo muer azul, y el Leman alfombraba el calabozo. Además enviaba al prisionero martin-pescadores que ve nian á reir y picotear en su lumbrera. —Los duques de Saboya han desaparecido del castillo de Chillon ; los mar tin-pescadores lo habitan siempre. La espantosa cripta no les dá miedo ; se (lira que la creen edificada exprofeso para ellos ; entran atrevidamente por las saeteras ; buscan un abrigo en ellas , tan pronto contra el sol , tan pronto contra la tempestad. . En la cripta hay siete columnas: habia siete calabozos. Las gentes de Berna hallaron encerrados seis presos , entre ellos á Bonnivard, yá todos los libraron, escepto á un asesino lla madoAlbrignan, á quien colgaron en el travesano de la cárna., ra negra. Aquella fué la última vez que sirvió aquella horca. Cada torre de Chillon podria contar sombrías aventuras. En la una se muestran tres calabozos sobrepuestos ; en el de arriba se entra por una puerta , en los otros dos por una trampa que se dejaba caer sobre el prisionero. El calabozode abajo recibia un poco de luz por una lumbrera ; el de en medio no tenia ni ventilacion ni luz. Hace algunos arios que se bajó á él por medio de cuerdas y se encontró en el suelo una cama de paja fina en la que estaba senalada toda vía la figura de un cuerpo, y acá y acullá osamentas huma nas. El calabozo superior está adornado de esas lúgubres pinturas de prisionero que parecen hechas con sangre. Son arabescos, flores, blasones, un palacio con fronton rebaja do por el estilo del renacimiento. Por la lumbrera veía el prisionero algunas hojas y un poco de yerba en el foso. En otra torre, despues de dar al gunos pasos sobre un carcomido entablado, que está ame nazando ruina y por el que está prohibido pasar, percíbese por un agujero cuadrado un abismo practicado en el mismo espesor de la torre; allí están los vade in pace. Tienen no venta piés de profundidad, y el fondo está erizado de cu chillos. Se encontró en ellos un esqueleto dislocado y una vieja manta de pelo de cabra de rayas grises y ne gras que ha estado allí tirada en un rincon por mucho tiem po. En otra torre habia un subterráneo lleno de tierra. Lord Byron pidió permiso en 1816 para hacer escavaciones, y no se le concedió no sabemos porque pretestos de arquitecto; despues se le ha vaciado. Allí estaba la sepultura de Pedro de Saboya, que fué uno de los grandes hombres de su tiempo y que fué apellidado el pequeno Carlomagno , dos palabras entre paréntesis) que se avienen mal. En el ano 1268 fué bajado á la cueva con gran pompa el duque Pedro ; al pre sente, el sepulcro y el duque , todo ha desaparecido. La vieja y podrida puerta de la cueva está sin goznes y sin cer raja, arrimada á la pared debajo de un tabladillo de un pa tio vecino, y no queda ya del gran duque Pedro sino la marca cuadrada de la cabecera de su sarcófago, arrancado del muro por los berneses. Ese mismo patio vecino era un cementerio en el que tenian su sepultura muchos senores saboyanos; pero ahora no hay sino un poco de yerba y una vieja yedra medio muerta al rededor de un viejo poste ya podrido. No se puede visitar la capilla porque está llena de cartu chos de canones. La cámara de los duques está encima del subterráneo sepulcral. Los berneses mutilaron todos los ar tesones é hicieron de ella un cuerpo de guardia; el humo de las pipas ha ennegrecido el techo de madera con casetones flor de lisados y con molduras sembradas de cruces de pla ta. El oso de Berna está pintado en la chimenea ; el escudo de Saboya raspado. En la pared se muestra un agujero en el que se dice que habia un tesoro y del que sacaron las gentes de Berna en medio de grandes gritos de alegría, ricas alhajas de oro y plata del senor Saboya. El hecho es que todos aquellos maravillosos vasos de Benvenuto y de Co lomb debieron hacer un admirable efecto rodando mezcla dos en un cuerpo de guardia. La cámara está adornada con una bella caceria pintada al fresco de la que aun se ven al gunas piernas y varios brazos. La ventana es rasgada y del >5 369 gusto del siglo xv, esculpida con bastante finura sobre todo por la parte de fuera. La puerta du la cámara ducal fué arrancada despues del asalto. Ensenase en una gran sala vecina en donde, entre paréntesis, hay algunas tablas vuriosas y una hermosa chi menea. Es una puerta de encina maciza forrada de corazas aplastadas en el yunque. Hácia la parte baja tiene un agu jero redondo en bisel por el que pasa el pico de un falco nete. Una basa bernesa hizo un agujero profundo en la ar madura de hierro y se detuvo en la encina ; metiendo el dedo en el agujero se toca la bala. La sala del tribunal está próxima á la ducal. Figúrese el lector una magnífica nave artesonada, calentada por medio de una chimenea inmensa, alumbrada por diez 6 doce ventanas ojivas de tres óvalos del siglo Ion , y amueblada hoy con canones, lo que no le está mal. Todas las salas vecinas están llenas de ba las , de bombas, de granadas, de canones de los cuales hay algunos que conservan todavía su bella forma monstruosa de los últimos siglos. Por las puertas medio abiertas se di visan esas formidables bocas de bronce que relucen en la sombra. Al estremo de esta pieza está la sa:a del tormento. A al gunos piés debajo del techo una gruesa viga la atraviesa de parte á parte : en esta viga hay tres agujeros por los cuales pasaba la cuerda para el tormento de la garrucha. Esta viga se apoya sobre un pilar de madera coronado de un magnífico capitel del siglo my que ha estado pintado y do rado. La parte inferior del pilar, á la que se ataba el pa ciente, está senalada por quemaduras negras y profundas. Los instrumentos de tortura , al pasearse sobre el hombre, encontraban á la madera una vez que otra ; de aquí esas repugnantes cicatrices. La cámara está alumbrada por una hermosa ventana ojiva que abraza un deslumbrante pai sage. Es de notar que el castillo de Chillon aunque rodeado de agua, se vé preservado de toda humedad hasta tal punto, que invierno y verano se dejan abiertas las ventanas. Por la primavera, entran en él los pajarillos y construyen sus nidos en la boca de los morteros. Despues de visitar á Chillon se vuelve á Vévey para ir á ver á Ludlow en su iglesia. Parece que la Providencia con gran designio ha acercado el sepulcro de Ludlow al calabo zo de Bonnivard. Un hilo misterioso, que atraviesa los acon tecimientos de dos siglos, liga á estos dos hombres. Bonni vard y Ludlow tenian el mismo pensamiento ; la emancipa cion del espíritu y del pueblo. La reforma de Lutero á la cual cooperaba Bonnivard , se convirtió á los ciento treinta arios en la revolucion de Cromwell en la que murió Lud low. Lo que Bonnivard quena para Ginebra, lo quena Lud low para , Lóndres. Solamente que Bonnivard era la idea perseguida; Ludlow era la idea perseguidora ; lo que el du que de Saboya habia hecho á Bonnivard, Ludlow se lo de volvió con usura á Cárlos I. La historia del pensamiento humano está llena de estas formas sorprendentes. Luego, y aquí se cierra el magnífico silogismo de la Providencia, cerca de la prision de Bonnivard era necesario colocar el se pulcro de Ludlow. Cosa rara : Vévey es la ciudad mas caliente de Suiza, Lausana la mas fria. Cuatro leguas separan á Lausana de Vévey ; la Provenza toca á la Siberia. Por término medio llueven en Berlin ciento cincuenta y un días de los trescientos sesenta y cinco que tiene el ano; en Vévey cincuenta y seis. No hay en Lausana ,..onumento alguno que no haya echado á perder el mal gusto purita no. Todas las deliciosas fuentes del siglo xv han sido reem plazadas por espantosos cipos de granito sin gusto, feos co mo cipos que son. La casa de ayuntamiento tiene si atalaya, su terrado y sus gárgolas de hierro labrado, ornamentada y pintada ; pero las ventanas y puertas han sido retocada lastimosamente. El viejo castillo de los ballios, cubo de pies dra realzado de ladrillo , con cuatro torrecillas en los án gulos, es una masa muy bella ; pero todos los vanos han sido retocados ; las contraventanas verdes de Juan Jacobo se han aliado estúpidamente con las venerables ventanas en forma de cruz de Guillermo de Challant. La catedral es un noble edificio de los siglos xra y my, pero casi todas las fi guras han sido cuidadosamente amputadas ; no hay un solo cuadro ; pero han reedificado de nuevo muy pobremente la flecha del campanario del crucero, y han colocado sobre el campanario de la portada el puntiagudo gorro del mági co Rotomago. Sin embargo aun existen soberbias estátuas bajo la portada meridional , y , esceptuando algunas figu ras, se conserva intacta la bella y resplandeciente puerta de M. de Montfaucon , el último obispo que ha habido en Lau sana. Nos enganábamos, en lo interior queda una vidriera; la del roseton. Tambien han respetado un maravilloso es cano de la época de transicion , mezclado de gótico florido y de renacimiento, don de ese mismo prelado ; un gran nú mero de capiteles romanos, de una esquisita complicacion, y algunos sepulcros admirables, entre otros el del caballe ro de Granson , que está echado sobre su tumba, con las manos cortadas, habiendo sido vencido en un duelo. De bajo del caballero vestido de hierro , vése en la losa sepul cral á M. Rebecque , abuelo de Benjamin Constant. Estudios fisiológicos. ESPECIES BE VOZ EN LOS DIVERSOS INDIVIDUOS. - VICIOS DE LOCUCION. La principal diferencia que hay entre las voces de hom bre y de muger,, es generalmente lo debido á la elevacion ; aunque tambien difieren con respecto al timbre, siendo mas duro en las del hombre; pero hay tambien variaciones par ticulares en el timbre de las cuales se cuentan dos para las voces de hombre y otras tantas para las de muger. Los tim bres de las voces de hombre son el bajo y el tenor, y los de la muger el alto y el soprano. El bajo canta, comunmente, en un tono mas grave que el tenor y despliega toda su fuer TOMO III. za en los tonos graves ; el tenor canta en un tono mas ele vado que el bajo con la voz de pecho. El alto es en general la voz mas grave que la del soprano y su fuerza está en los sonidos graves de la voz de muger; pero estas diferencias no son esenciales, porque hay bajos que pueden cantar notas muy altas; el alto se halla á veces tambien en el mismo caso, así como el soprano. La diferencia esencial entre el bajo y el tenor, entre el alto y el soprano, depende del timbre que tanto en los primeros como en los segundos, 47 >5 370 cion de cada letra. La tartamudez depende de la torpeza é inmovilidad de la lengua : la embriaguez la produce de un modo pasagero y la parálisis del nervio principal de la len gua de un modo permanente. Pero la palabra puede tambien ser imperfecta por no sucederse convenientemente los so nidos , aunque el sugeto tenga la facultad de formarlos pu ros. La tartamudez es la imposibilidad momentánea de pronunciar una consonante 6 vocal , 6 de unirla á las pre cedentes ; pudiendo encontrarse el obstáculo al principio ó al medio de las palabras. Si la letra difícil de pronunciar se encuentra en medio de una palabra , sucede con frecuencia que la sílaba precedente, 6 aquella que no puede salir de un modo completo, se repite muchas veces de seguido, , lillaceo. Falta en el primer caso la posibili dad de unir la consonante t, con la vocal i, que precede ; v en el segundo la de unir la consonante 1, con la vocal a, que la sigue. La repeticion de lo que precede, no constitu ye como lo ha hecho notar Schultenss, la esencia de la tar tamudez, y sí una especie de repeticion para hallar el paso la transaccion. Si la consonante precedente es esplosiva , el individuo se inclina á repetirla por no poderla someter á su arbitrio hasta que salga la vocal. Pero si esta consonante es sostenida como ni, n, i, f, .x, sch, r, 1, s, la repeticion es mas necesaria , porque el sonido puede prolongarse hasta que aparezca la vocal , ejemplos: Bbbbere , 1—leer (Bbbbeber,, 1.—leer). Sin embargo, sucede tambien que el tartamudo repite la consonante sostenida y pronuncia 111leer (filleer). Alguna vez, intercala involuntariamente en la palabra, letras que no la pertenecen, d, t, nd, y otras. Schultenss opina que son las vocales y no las consonantes , cuya arti culacion es difícil, las que producen la tartamudez. Esta opinion está fundada en una observacion atenta de la natu raleza; sin embargo, aunque rectifique un error acreditado hasta ahora, avanza mucho, porque sucede con frecuen cia que estando formada la vocal, la consonante que viene despues no se puede unir. Conocemos un jó ven muy versado en las matemáticas, y que ha tartamudeado mucho en otra época; de modo que cuando pronunciaba su nombre le solia suceder decir T-Tessot, en vez de Tessot. Hay además mu chas circunstancias en que existe el obstáculo en la primera consonante de una palabra. En este caso depende tambien menos el defecto de la articulacion por las partes activas de la boca, que de una oclusion repentina de la glotis sobre la que Arnott ha llamado mucho la atencion , y no sobreviene sino cuando se opone al paso del aire libre para otras, por ejemplo ; para la repeticion de la sílaba precedente ; de to dos modos, el obstáculo está en la glotis , ya sea que no produzca el sonido necesario cuando se trate de una vocal, ya que no deje pasar el aire y durante la tentativa que hace el sugeto para articular el sonido en su boca. Este trabajo de la glotis se anuncia claramente en las personas que tar tamudean mucho por la dificultad de la espiracion , y por la congestion de sangre en la cabeza y venas del cuello. La esencia de la tartamudez consiste, pues, en un estado pato lógico de los movimientos asociados de la laringe y de la boca, Cuando ha llegado á su mas alto grado, se observan tambien movimientos en los músculos de la cara; el efecto es el mismo que cuando queremos contraer un músculo de dicha region y lo ejecuta toda ella , porque se esperimenta gran dificultad en aislare! influjo nervioso. Parece favorecer la tartamudez tener muy baja la lengua en la boca; así que, el método de la senora Leigh, trata de corregir este defecto elevando la lengua hacia el paladar. Tambien los antiguos recurrian á un medio análogo cuando aconsejaban tener cuerpos estrafios debajo de la lengua. E! varia aun cuando canten los mismos sonidos. El barítono y el mezzo soprano están caracterizados por un timbre menos marcad g, y tienen tambien alturas medias en la escala de las voces del hombre y de muger. La diferencia entre la voz de los dos séres relativamente á la elevacion de los so nidos , depende de la longitud de las cuerdas vocales (1) en el hombre y en la muger , cuya proporcion es de 3. La que se refiere al timbre es debida á la disposicion y á la forma de las paredes resonantes que son mucho mayores en la laringe (2) del hombre en que el cartílago tiroides (3) forma un ángulo muy marcado en la parte anterior. La diferencia del timbre entre el tenor y el bajo por un lado , y el alto y soprano por otro, depende probablemente de cualidades aun desconocidas de las cuerdas vocales, y de las paredes reso nantes, así membranosas como cartilaginosas, cualidades á cuya investigacion habia que proceder examinando las la ringes de personas cuya voz ofreciese estos cuatro caracte res en un grado muy alto. Es preciso representarse esta diferencia:como del género de las que existen entre los instrumentos de música de ma teria diferente, las cuerdas de tripa y las de metal, los estrangules de madera , metal y de membranas , y los , instrumentos de columna de aire vibrante, ó de paredes resonantes de metal, madera 6 papel. Estos instrumentos pueden estar acordes entre sí, y sin embargo cada uno de ellos da los sonidos con el timbre que le es peculiar. La la ringe de los muchachos se parece mas á la de la muger que á la del hombre; antes de la edad de la pubertad sus cuerdas vocales no tienen todavía los dos tercios de la longitud que adquieren en esta época ; y el ángulo del cartílago tiroides es tan poco saliente como en la muger. El muchacho es alto ó soprano; mas despues del cambio de forma que sufre su laringe de los 14 á los 15 arios , se hace bajo ó tenor. Mien tras dura esta metamórfosis, la voz carece de pureza, mu chas veces es ronca, desagradable é impropia para el canto, hasta que el individuo contrae el hábito de poner en ejercicio las nuevas cualidades adquiridas. En los castrados á quienes se ha privado de sus testículos antes de la pubertad, no mu dan la voz y conservan la de las mugeres. Este desarrollo, como todo lo que caracteriza al sexo masculino, depende de la existencia de las partes genitales preparadoras del gér men. La voz de alto y de soprano de los muchachos y de los castrados, se parece á la de la muger respecto á la elevacion; pero se diferencia de ella hasta cierto punto por el timbre como la de los muchachos, lo cual se atribuye á que las paredes resonantes de las cavidades oral y nasal se hacen tan espaciosas como en el hombre, mientras que el órgano vocal queda en el mismo grado que en la infancia. Sin em bargo, las paredes son igualmente ámplias en la muger,, y quizá se haya de atribuir una influencia mas verdadera al cambio que los cartílagos y ligamentos relativamente á su solidez. Una buena pronunciacion supone que la cavidad bucal está bien conformada y el oido es exacto. Las imperfeccio nes de la palabra dependen de un vicio en cualquiera de estas dos condiciones; así que , es defectuosa, relativamente á la formacion de ciertos sonidos, y al mismo tiempo nasal cuando hay agujero en el cielo de la boca. Es incompleta en los que les faltan los dientes. Se puede consultar á Kern pelen y á Schultenss , respecto de los vicios de pronuncia (1) Cuerdas vocales.— Son unas hebras que se insertan en la parte posle rior de la nuez del cuello y sirven para hacerla ejecutar los movimientos necesarios para la formacion de la voz. (2, Laringe.—Es una cavidad oblonga situada en la parte anterior del cue llo debajo de las fauces. (3) Cartilago tiroides. — Es lo que vulgarmente se llama la nuez de Ad a!). Y 371 indicado por Arnott , está basado en nociones fisiológicas exactas, relativas á la tartamudez. Si fuesen visibles los lá bios de la glotis, como los de la boca, dice cierto escritor, no permaneceria por mas tiempo la naturaleza de esta afee cion cubierta bajo un velo. La glotis se cierra de cuando en cuando en el que tartamudea ; trátase de que la naturaleza pierda este hábito por el ejercicio. Arnott propone la union de todas las palabras en una sola por entonaciones interca ladas hasta que se agote el aliento: verdad es que este me dio es bueno, pero no basta , pues el obstáculo principal reside generalmente en el interior mismo de las palabras, y depende de los movimientos asociados que reclaman cier tas articulaciones. Luego que el sugeto esté bien acostumbrado á tener la glotis abierta sin interrupcion, aun entre las palabras, como lo aconseja Arnott , y á no cerrarla antes y despues de cada consonante y vocal, podremos pasar á la consonante muda h, y despues á las esplosivas ; porque cuando ya se ha con seguido esto, ya sabe el sugeto de que se trata. El proce der de la senora Leigh es un empirismo ciego; ni el maes tro ni el discípulo saben lo que deben hacer. Hay cierto vicio bastante comun de la locucion, que di fiere esencialmente de la tartamudez, y consiste en la en tonacion entre las palabras, la interpolacion de una e, oó a, mas 6 menos larga, de alguna de las vocales nasales, de un sonido particular modificado por la garganta durante la pronunciacion de aquellas mismas, por ejemplo yo...o (yo). Parécenos oir un instrumento de música cuyo sonido se prolonga mas allá de lo que quisiéramos. Estos sonidos estranos forman y facilitan el paso de una palabra á otra, y esto acaso sea la causa , si bien con frecuencia dependen de la rapidez del pensamiento. Encontramos muchas veces este defecto en los tartamudos , porque es un medio de evitar una interrupcion al pasar á la palabra siguiente. La formacion de los sonidos puros supone oído: así es que los sordo-mudos tienen gran dificultad en aprender á pronunciar los mas groseros. No les falta mas que el oido , en su totalidad ó en parte ; de modo que la mudez es con secuencia de la sordera. Con mucho trabajo aprenden á imi tar los movimientos para articular los sonidos que ven hacer delante de sí ; pero su lenguaje es siempre una especie de ladrido, que no puede servir en sociedad, pues la falta del oido les priva del regulador que necesitarian para articular debidamente. 'rémora. p r CANTO IV. Argumento. Continua la segunda noche. Fingal refiere en la liestq su primera espedicion á Irlanda y su casamiento con Roscrana , hija de Cormac , rey de aquella isla. Los jefes irlandeses se ponen de acuerdo en la presencia de Cathmor. Se describe la situacion del rey. Historia de Sul-malla , hija de Conmor,, rey de Inis-huna , que disfrazada de jóven guerrero habia seguido á Cathmor en la guerra. La tacita]. rna conducta de Foldath que habla mandado la batalla del dio precedente , renueva la disputa entre él y %tilos, pero Cathmor la concluye con su interposicion. Los caudillos tienen una fiesta y oyen la cancion del bardo Fonar. Cathmor vuelve para descansar á cierta distancia del ejército. El espíritu de su hermano Cairbar se le aparece en un sueno, y oscuramente predice el éxito de la guerra. Soliloquio del rey. Descubre éste á Sul-malla. Llega la manana. El soliloquio de Sol-molla acaba el canto. Bajo una encina, dijo el rey, me hallaba yo sentado en el húmedo penasco de Selma, cuando alzándose del Océano Connal, trajo consigo la rota lanza de Duth-caron. Distante de mí paróse el jóven , y volvió á un lado la entristecida vista. Acordábase de las pisadas de su padre en aquellos verdes oteros. Oscurecióse mi semblante, y vagaron por mi alma pensamientos funestos ; presentáronse á mi imagina clon los monarcas de Erin , y casi desnudó mi mano el em punado acero. Lentamente se aproximaron los caudillos, alzando en silencio los pensativos ojos. Semejante á una cordillera de tenebrosas nubes, aguardaban el tronar de mi voz. Mis acentos fueron para ellos cual la ráfaga del cielo que hace disipar la deshecha neblina (1). Mandé alzar mis velas ante el aliento de la brisa de Cona. Trescientos mancebos desde las olas fijaban la vista en el orlado escudo de Fingal. Alto pendia del mástil, y refleja ba en su órbita las ondas azuladas del oscuro mar. Mas (I) Este episodio tiene una conexion inmediata con la historia de Connal y Duth-caron en el fin del tercer canto. Fingal sentado debajo de una encina cerca del palacio de Selma•descubre á Connal en .el momento que acababa de desembarcar de Irlanda. FI peligro que amenazaba O. Cormac rey de Irlanda le induce a embarcarse inmediatamente para aquel 'a isla La historia se in troduce por ei rey cano un ej. sapio ;vira la conducta sucesiva de Filian, cuyo furor en la precedente batallase reprende. cuando bajó la noche, herí, por intérvalos , su orla avisa dora; la herí, y alzó los ojos al cielo para descubrir la flami gera cabellera de Ul-erin (1). La estrella del cielo caminaba enrojecida entre las nubes ; seguí la carrera de su amoroso rayo, á través del débil resplandor de las olas. Alzóse con la manana Erin coronada de niebla. Llegamos á la bahía de Moilena , donde sus azuladas aguas se pierden en el seno de losbosques resonantes. Allí Cormac en su se creto palacio evitaba la fuerza de Colc-ulla. Y no solo él se ocultaba del furor de sus contrarios ; allí estaban los ojos azules de Roscrana (2) ; de Roscrana , hija del rey, la de la blanca mano. Apoyado en una lanza, despuntada su canosa vejez, di - rijió hácia nosotros sus pasos el anciano Cormac. Sonrióse aunque el pesar residia en su alma. Vió cuan corto era nuestro número, y escapóse de su pecho un sollozo. Estoy ( 1) ul-crin, la guia de Irlanda , estrella conocida por este nombreen el tiempo de Final y muy útil tilos que navegaban de noche desde las Hébridas ó Caledonia á la costa de Ulster. 12; lloscrana, el rayo del sol al salir : era la madre de Osian. Los bardos irlandeses refieren ficciones estranas tocante á esta princesa. Sin embargo sus historias en cuanto á Fingal si le quieren dar á entender por Fion Mac Connal , sn tan inconsistentes y notoriamente fabulosas, que no merecen el ser mencionadas, pues traen evidentemente consigo los setiales de posterior tnvencion. )2 372 It viendo, esclamó , las armas de Trenmor , y aquellas' son las huellas de su monarca. Oh Fingal I tú eres cual un rayo de luz para el alma oscurecida de Cormac. Prematuro es tu renombre , oh hijo mio; pero los enemigos de Erin son poderosos. Son semejantes al rugido de los torrentes en la llanura, oh hijo de Comhal cabalgador del carro. Sin em bargo , podremos conseguir que ret, ocedan en su curso , repliqué yo en el orgullo de mi alma. No pertenecemos al linage del endeble , oh monarca de las cerúleas huestes. ?Por qué nos ha de invadir el miedo , bajando entre noso tros cual espectro no...turno? El alma del valiente acrecienta su valor, cuando se aumentan el número de sus enemigos. No cubras de tinieblas, oh rey de Erin , á los que son jóve nes en hechos de guerra 11). Anegáronse en lágrimas las mejillas del rey y asióme la mano en silencio. Hijo del atrevido Trenmor , esclamó al fin , no preterido cubrir de tinieblas tu alma; veo brillar en tí el fuego de tus antepasados ; tu renombre senala tu car rera en la batalla, como un arroyo de luz; pero aguarda la llegada de mi hijo Cairbar (2), que debe secundar los golpes de tu acero. A su voz acuden los hijos de Erin , de todos sus distantes arroyos. Entramos en el palacio del rey, que se elevaba entre pe nascos, en cuyas oscuras laderas estaban los surcos de los arroyosde otros tiempos. En contorno del edificio se encor van los copudos robles con todo su musgo, medio oculto en su bosquete umbrío, entona Roscrana sus cantares, y sus blancas manos se deslizan por las cuerdas. Ví el azulado girar de sus ojos, y parecióme un espíritu del cielo medio embozado en la orla de una nube. Tres días nos detuvimos en Moilena. La imágen de Ros crana se presentaba hermosa á mi turbada alma (3). Obser vó Cormac las tinieblas que oscurecían mi espíritu, y me concedió la doncella del albo pecho. Llegó á mi presencia , con los ojos inclinados al suelo, y sus, mejillas se sonrosea ban en medio de la sombra vagarosa de sus espesos rizos. A poco rato comenzó á rugir la batalla. Presentóse Cole tilla; empuné la lanza, y mi acero centelleó á la cabeza de (1) Cormac habla dicho que los enemigos eran como el ruido de los arro yos y Fingal continua la metá'ora. Las palabras del jóven héroe están llenas del espíritu y de aquella intrepidez calmosa que siempre distingue eminente mente su carácter. (2) Cairbar,, hijo de Cornac , fui despues rey de Irlanda. Su reinado fui corto. Le sucedió su hijo Artho , padre de aquel Cortnac que fui asesinado por Cairbar,, hijo de Borbar-duthul. Cairbar, hijo de Cormac , mucho tiempo despues que su hijo Artho llegará al estado varonil, tuvo de su rouger Bel latina, otro hijo llamado Ferrard-artho. Fui el único que quedó de la raza de Cenar primer rey de Irlandaen el tiempo de la espedicion de Fingal contra Cairbar,, hijo de Borbar-duthul. Se habla mas de Ferrard-artho en el canto cuarto. (3) La actitud de Roscrana está adornada por esta comparacion ; porque las ideas de aquellos tiempos en cuanto á los espíritus de los muertos no eran tan sombrías y desagradables como las de los siglos sucesivos. Se suponia que los espíritus de !as mugeres retenian aquella hermosura que poseyeron en la vida, y se trasportaban de lugar en lugar con aquel movimiento como del agua que Hornero atribuye á los dioses. Las descripciones que los poetas menos antiguos que Osian nos han dejado de estas hermosas figuras, que se aparecian á veces en los montes , son elegantes y pintorescas. Las comparan al arco iris ó á los arroyos; ó á los rayos del sol que doran los montes. Un jefe que vivió tres siglos atrás al volver de la guerra, entendió quesu muger ó querida halda muerto. Un bardo le introduce pronunciando el si guiente soliloquio cuando llegó á la vista del lugar en que la habia dejado 'cuando se marchó : «Mi alma está oscura en la tristeza. Noveo el humo de mi morada ni los le breles están atados cerca de mis arroyos. El silencio mora en el valle de los árboles. Es aquel el iris de Crunatb? El huye y el cielo está oscuro. Otra vez se mueve ; resplandece en los matorrales , tú, rayo del sol revestido en agua cero. ! Ay esella, mi amor ! Su curso se halla en el seno de los vientos !» En los tiempos sucesivos la Iterniosura de lt,scrana pasó á proverbio ; Y el cumplimiento mas lisongero que se podia hacer á una niuger , era com parar su persona con la hija de Cormac. Sta fein an Roserna Siol chormaec na n'i ornalan. mis guerreros , contra el apinado enemigo. Huyó Alucema, cayó Colc-ulla ; y volvió Fingal cenido de su renombre. Famoso es oh Filian el que pelea confiado en el vigor de su hueste. El bardo sigue sus pisadas á través de las comar cas enemigas. Aquel empero, que combate solo , brilla hoy con poderosa luz; pero yace muerto manana. Pocos son sus hechos para transmitirlos á los tiempos futuros. En un solo cántico está comprendido su renombre; y su fama solo está en un lóbrego campo. Y el único parage en que no se ha olvidado su memoria , e; donde la poblada yerba brota de Sil sombrea,lo sepulcro (1). Tales fueron las palabras de Fingal en Mora de los cier vos. Tres bardos desde la pena de Cormul, entonan el hala - güerlo cántico. Con su sonido se esparce el sueno por las anchurosas alas de la hueste. Con los bardos volvió Carril del sepulcro del jefe de Dun-lora. No mas la voz de la ma nana llegará al sombrío lecho de Duth-caron; no mas oirá este caudillo las pisadas de los ciervos , en torno de su es trecha morada. Así como ruedan las turbadasnubes alrededor de un me teóro de la noche, así se reunió Erin en torno de la forma brilladora de Cathmor. Este caudillo se alza erguido en medio de ellos , levantando por intérvalos la pesada lanza á medida que se engruesa 6 desfallece en la brisa el sonido de la distante arpa de Fonar. Cerca de él, se reclina contra un penasco, Sul-malla (2), la de los ojos azules, la del albo seno , hija de Con-mor , rey de Inis-huna. Cathmor del cerúleo escudo, habia marchado en su ausilio , y arrollado á sus contrarios. Vióle erguido en el salon de los festines la hermosa Sul-malla ; y los ojos de Cathmor no miraron con indiferencia á la doncella de los lindos cabellos. Al nacer el tercer día llegó Fiht de Erin (3) de los arro yos. Dijo que en Selma se habla levantado el escudo ; y re (1) Para aclarar este pasaje referiremos la historia en la cual está fundado del modo que la hemos recogido por tradicion. La nacion de los Fir-bolg que habitaban el mediodía de Irlanda descendiendo originalmente de los belgas que poseían el mediodía y el sudueste de las costas de Bretana , mantuvieron por muchos siglos una correspondencia amigable con su pais nativo; y envia ban socOrro á los belgas británicos cuando eran hostigados por los romanos ó por otros recen llegados del continente. Con-mor, rey de Inis-huna, (aquella parte del mediodía de la Bretana que está enfrente de las costas de Irlanda) viéndose acometido , no se dice porque enemigo , pidió socorro á Cairbar,, senor de Atila , el mas poderoso caudillo de los Fir-bolg. Cairbar despachó á su hermano Cathmor para asistir á Con-mor. Cathmor despues de muchas vicisitudes de fortuna, concluyó la guerra por el total esterminio de los ene migos de Inis-huna , y volvió triunfante á la corte de Con-mor. Alti en una fiesta la hija de Con-mor se enamoró perdidamente de Cathmor,, que an tes que descubriese la pasion de la que amaba, fui vuelto á llamar á Ir landa por su hermano Cairbar , por motivo de las nuevas de la espedicion intentada por Fingal para reinstalar la familia de Conar en el trono de Irlan da. Siendo el viento contrario , Cathmor se quedó tres dias en una bahía ve cina, durante cuyo tiempo Sul-malla se disfrazó de joven guerrero y fui á ofrecerle su brazo en la guerra. Catlimor aceptó la propuesta, se embarcó para Irlanda y llegó á Ulster pocos dias despues de la muerte de Cairbar. (2) Sul-malla, ojos que semueven suavemente. Cathmor. blando y alto. mis huna, isla verde. (3) nihil , bardo inferior. Se puede deducir do aquí por el nombre propio de un hombre ó en el sentido literal, que los bardos eran los heraldos y em bajadores de aquel tiempo. Es probable que Cathinor estuviese ausente en el tiempo de la rebelion de su hermano Cairbar y del asesinato de Cormac, rey de Irlanda. Cathmor y los suyos hablan llegado de Inis-huna solamente tres dias antes de. la muerte de Cairbar , lo que prueba suficientemente que no tuvo ninguna parte en la conspiracion contra su hermano. La ceremonia que usaba Fingal cuando se preparaba para una espedicion es esta segun tradicion : un bardo á la media noche iba al local donde las tribus estaban reunidas en las fiestas solemnes, entonaba la eancion de guer ra y llamaba por tres veces á los espíritus de los antepasados para quo vi niesen en sus nubes á presenciar las acciones de sus hijos. Despues clavaba el escudo de Fretimor en un árbol de la roca de Selma dándole golpes de cuan do en cuando con el cuento de una lanza , y cantando entre tanto la. cancion d» guerra. A si lo hazla por tres noches sucesivas y al mismo tiempo se des pachaban mensageros para reunir las tribus ; ó para valernos de la antigua espresion llamarlos de todos sus arroyos Esta frase alude á la situacion de las residencias de las trlus que ge erainten!t, estaban lijada,. en valles donde los torrentes de las montanas vecinas se reuajan vil un uerpo convirtiéndo se en anchos arroyos ó nos. El levantar el escudo, era la frase para empezar la guerra. |
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