06_No. 6 (1 enero 1870), p. 199-212 |
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; 199 Pero en Italia presto se mudó de gusto; acaso costaba de masiado hacer bajar á la tierra aquellos celestes persona ges, v mirados de cerca conservaban poco su celestial n'a gestad; pens6se pues en desterrar esta sobrenatural mara vida, y la ópera en música ha venido á parar en una ver dadera tragedia, puesta en pompa por la música , danza 'y variedad de las acotaciones: esta es la Opera italiana, ele vada á tan alto concepto, que domina en todos los teatros de Europa, escepto en Francia y Espana, que hace algun tiempo se ha ido desterrando de nuestros teatros en clase de diversion estrangera. Los italianos , queriéndose hacer maestros como en otras ciencias en el arte dramático de las demás naciones, alegan en apología de su gusto dominante hácia la música y danza, que si la tragedia es por sí misma la produccion mas sublime de la poesía tlramática, para hacer desterrar el vicio con horror, y para inflamar el al ma en las virtudes mas sólidas, qué será si se expresa con música? ?Con aquella arte encantadora con que Orfeo se llevaba tras sí los hombres, las fieras, los bosques , las ro cas, y por medio de quien edificaba ciudades, bajaba á los infiernos, persuadia á los jueces de aquella rigurosa man sion, suspendia los tormentos á los condenados, superaba las barreras de la muerte, y quebrantaba los irrevocables decretos del destino ? Y así ? qué será esta tragedia musi cal adornada con danzas, pintura, escultura , arquitectura, y con la mas pomposa. riqueza de vestidos, y de las mas elegantes decoraciones? Todas las bellas artes se acrisolan para este espectáeulo. Si la Ifferope de Maffei nos mueve, nos enternece, nos hace verter lágrimas , fuerza será que puesta en ópera , las angustias , los mortales temores de aquella desventurada madre nos traspasen el alma; fuerza será que las imágenes que la asaltan nos atierren, y que su dolor y turbacion nos quebranten y arranquen el cerazon. Así la ópera será el dechado de los espectáculos, el non plus ultra del recreo y utilidad: entremos á verla. fié aquí un vastísimo pozo, cuya área está arreglada de filas de gentes: unos conversan , otros vuelven la cabeza acá y allá : uno lee, y otro bosteza, y aun hay quien duer me: todo el rededor está por la mayor parte de arriba á bajo agujereado de celdillas, y en cada una hay anichada una mujer por lo menos, circuida de un murmullo de hombres armados de telescopios, los cuales les sirven de brújula para ir de celda en celda charlando, jugando , co miendo y bebiendo. ?Y la ópera, la grande ópera, dónde la tenernos? « Allá en el fondo (dice Milicia en su Teatro) despues de aquella doble batería de instrumentos, se ven mover y caminar adelante y atrás algunas figuras con há bitos extraordinarios, jamás usados de pueblo alguno ; y mas si es bufa (4) , 6 de carácter ridículo, que las mas son un tegido de disparates: pero en las mas sublimes se nota un extraordinario lujo de trajes, joyas y perlas, que no po seen tantas todos los soberanos del mundo. Oyese salir de cuando en cuando de aquellas estrailas figuras alguna te (1) El Anfiparnaso de Horacio Vechi, recitado en 1591, es la Primera (Me rabufa que sabemos se ejecutó, y despues del Orfeo y Euridice, la Dafue y la Ariadna de Octavlo Elinuclijni. Ab:'?te Andrés, toni. 4. cap. 4. p. 292. nuísima voz ; pero nunca se entienden las palabras : vemos que se mueven ; pero apenas se alcanzan á ver los gestos. Pónese la ópera en los cuernos de la luna, si las cuatro ó cinco horas de su duracion da indicio la mayor parte de los espectadores (todos nunca). de querer oir lo que por un medio cuarto de hora canta uno solo, ó un par de actores. A este silencio se sigue un solemne palmoteo, y algun grito del cortés auditorio , inventor de semejante antisomnífero. Interrumpen ópera tan bella dos bailes, á que todos los es pectadores están atentísimos y mudos, como si los hubiesen de ver por los oidos; y el bailarín que mas salta, y mas tuerce los piés y el cuerpo, es quien se lleva mas aplausos. Terminado el segundo baile, aunque falte todavía una ter cera parte del drama , se va la mayor parte de la gente, bien recreada y en estrerno instruida. Si hay en el mundo espectáculo de quien se pueda de cir : Spectalum:.wintissi risum teneatis amici ? es ciertamente la ópera italiana. Necedad magnífica , dis puesta con gran cuidado y •mayores gastos; pero siempre necedad. Necedad comparada al agua de aquella fuente de Tesalia , la cual por la virtud- que tenia de entorpecer, no se podia guardar en otro vaso que en cráneo de borri co» (1). No obstante debemos confesar que se le debe á la nacion italiana la introduccion y propagado') del buen gus to en la música á todas las naciones mas cultas; de lo que dan un buen testimonio el espanol Arteaga en su tratado de la ópera italiana : las representaciones dadas en el teatro de San Cárlos de Nápoles, Milán, Venecia, Turin , Floren cia , Parma , Roma etc.; y que entre los muchos y buenos compositores que ha poseido la italia , no se nos podrán borrar jamás de la memoria las obras de Pargolesi, Delfan te , Zingareli , Maestro Per, Domenico Cimarosa y Gio vanni Paisiello , con los poetas cesáreos Silvio Stampiglia, Apostol Zoilo, y Pedro Metastasio , reformadores del teatro lírico , y autores del melodrama ; en particular el último, . que por su vasta erudicion y gusto es bien conocido y es timado en la república literaria : como tambien el Taso, el Guarini, autores de la 'Intima y el Pastor L'ido , modelos de la poesía pastoral, el tierno y dulce Francisco.Petrarca, el delicado Ariosto , el célebre abogado Carlos Goldoni, Casalbigui autor del Alcesle , y 'Cliiari , Albergati , Vili, CherloPi, etc. que han merecido opinion entre los cultos por su mérito dramático ; agregándose asimismo los dies tros actores y actrices que ha logrado este arte encantador, nativo en el gusto y propension nacional de la Italia que no se ignoran : á los cuales han acompanado siempre los mas hábiles, teóricos y prácticos profesores en toda clase de.mstrunien tos, que seria molesto referir, pues es notoria la fama y progresos .de los que mas han sobresalido, y que hasta ahora se conocen. (I) « Apóstol Zeno condenaba los dramas líricos, ,• in embar,ço de que te nia tantos compuestos ; porque los llenan de abusos al representarlos, no buscando en ellos mas que un vano deleite auricular. Teatro de O. Francisco Milicia, obra escrita en italiano, y traducida al espaiiol, cap. J. p. 80. )1 200 In Historia natural. LAS CIGUENAS. No existe quizás ningun ave que haya sido mas univer salmente protejida en los diversos paises del Mundo como la cigüena ; y esta proteccion deriva de les servicios que presta al hombre, ya aislado, ya viviendo en sociedad , so bre todo en las comarcas agrícolas, purgando el suelo de animales daninos y no ocasionando jamás ningun dano. Es ta veneracion era tan grande entre los antiguos pueblos, que llegó á ser considerado como un crímen dar muerte á una cigüena. El tribunal del crímen de Thesalia , condena ba á pena de muerte al matador de alguna de esas aves. La cigüena era como el ibis , un objeto de culto entre los egip cios y las costumbres contribui rian sin duda á aumentar aquel respeto que se ha peaspetuado en tre los orientales y del cual se hallan todavía algunos rastros en Suiza y en Holanda. Esta ave pro fesa un carino tan grande á su prole que no la abandona jamás.. La historia ha consagrado el ras go admirable de la cigüena de Delft. la cual , despues de haber se esforzado inútilmente para sal var á sus pequenuelos, se dejó quemar con ellos en el incendio de aquella poblacion, antes que abandonarlos. Los tiernos cuida dos que esas aves rinden á .sus padres cuando viejos no son me nos notables; por manera que en su honor los griegos hicieron la ley que lleva su nombre (lex ..eiconia)., la cual obliga á los hi josá mantener á aquellos de quie nes han recibido el ser, aun que se hallen reducidos á la indigencia. Si bien las cigüenas en los paises en que se las respeta y proteje, no les asusta la presencia del hombre y algunas veces su confianza es tal que dejan acercarse hasta muy corta distancia, no obstante no se ha logrado hasta ahora, al menos que sepamos, domesticarlas de un modo comple to como sucede con otras varias aves. Sea que á causa de su instinto de emigracion conserve, y mantenga , su carácter montaraz, sea que por su:índole especial la domesticidad la aleja de los sitios que le son predilectos y en los que halla su natural sustento, sean en fin, otros los motivos, es un hecho que la cigüena ni libre ni aprisionada vive en constante con tacto con el hombre. Si este la obliga á permanecer á su lado, se entristece, enferma mas 6 menos tarde y muere. Las cigüenas parece que tarnbien conocen el sentimiento del reconocimiento por la proteccion que se les concede, volviendo cada ano á los mismos sitios que escojen por mo rada; pero su propio interés basta para esplicar estas vuel tas constantes de las cuales tambien ofrecen ejemplo las golondrinas y varias otras aves. Por otra parte, et.vulgo está todavía persuadido que traen la dicha en la casa en que se establecen ; y en algunos paises colocan en las azoteas, torres ó terrados , esterillas y cajas destinadas á servir de base para la construccion de strs nidos. Cuando las cigüenas vuelven á hallar estos ni los á su regreso por la primavera,. se establecen en ellos con signos de manifiesto júbilo, y cuando se ven forzadas á practicar otros nuevos se las yé afanosas acumular pajas , tronquitos y juncos, con cuyos materiales los forman. Los sitios que les son más predilec tos son los remates de las torres y de los campanarios, las cimas de los árboles corpulentos, las orillas de algun ria chuelo y las recodos de elevados penascos; y el cuidado que se toman para sustraer á sus pequenuelos de la vista de todos los damás animales, hasta en tos mismos sitios, donde se les deja en perfecta libertad y reposo, no permite que se crea ligeramente en el re lato de lady Montagu quien indu dablemente se enganó tomando a aaaaa,, por nidos de estas aves algunos materiales reunidos en las sucias calles de Constantinopla donde las había vi4o pasearse tranqui b, lamente merced á la proteceion ' que, como llevamos dicho, se les dispensa en todas partes. ?( awalcuaLtraos chiugeüveonsasdepounnencoldoer bdlaonscoá, sgiocuro y algo amarillento, un poco nienores, pero mas prolongados , 11 ampolla mientras que la hembra ./`1)\ que los de la oca. El macho los va en busca de su alimento; los pequenos nacen al cabo de un mes, y en las primeras semanas están cubiertos de un pluinon de un co lor parduzco. El padre y la ma dre no van al mismo tiempo á la. caza para alimentarlos, sino que Ajdu,i'dC¦ Las cigüenas. • uno de ellos permanece á su lada para vigilarlos hasta el momento. en que ya son bastante fuertes para procurarse ellos mismos el alimento. Las cigüenas tienen el pico grande y grueso y mediana mente hendido ; sus anchas y ligeras mandíbulas producen al chocar unas con otras un chasquido particular. Sus pier nas son reticuladas y sus jarretes poco musculosos. Sus mo vimientos son lentos y grandes y mesurados sus pasos; en. su potente y sostenido vuelo, llevan ;a cabeza erguida y sus patas estendidas hacia atrás les sirven de timon. Etv cuanto llegan los primeros frios del otono van reuniéndose. esas aves, abandonando sus nidos y los sitios que le son, mas predilectos en las comarcas septentrionales para em prender en grupos mas ó menos numerosos su emigraciois á paises mas templados. Los puntos de reunion que escojen, para la partida son generalmente sitios elevados y apenas se hallan reunidas algunas de estas aves despiden un graz nido particular; como anuncio de la partida para advertir á las que se hallan dispersas. Generalmente acostumbran partir en las primeras horas del dia. Forman como las gru llas una especie de semicírculo y parece va capitaneado 6. guiado el .grupo por una cigüena que precede á las demás. Los pantanos, prados sombríos y orillas de los nos y es tanques son su morada habitual , y los pececillos, reptiles, pequenos mamíferos, antes triturados y macerados , gusanos &Insectos de todas clases, forman su cornun ali mento. 201 Pr El día y la noche en la naturaleza. par eton ttle. LA MANANA. No empleamos una vana metáfora al decir que por la manana se despierta el mundo vegetal. En efecto, al des puntar del día dan principio las plantas á una bulliciosa y nueva faena , que se manifiesta exteriormente por medio de un caudaloso desprendimiento de oxígeno., pero que en realidad consiste en la nutricion de las plantas mismas, 6 sea en la poderosa transforrnacion de sus jugos en la subs tancia de sus cuerpos. Las partes verdes de la planta son los principales agentes de este importante procedimiento vivificador , el cual se efectua bajo la influencia de la luz. Las hojas , por medio de sus poros, ponen la parte interior de la planta en comunicacion constante con la atmósfera en que aquella se mece. Pero la rapidez con que por este pro cedimiento se Consumen los alimentos, da muy en breve por resultado la carencia de esos medios de sustento. Él ácido carbónico que absorbe la planta del agua que la hu medece, no es suficiente para proveerla de la cantidad ne cesaria de carbono, y las partes que se hallan completa mente exhaustas de aquel ácido, tratan de procurárselo por otras vias. El ácido carbónico contenido en la atmósfera que rodea la piante , les facilita el medio de suplir esta falta. Siempre que el agua se halla expuesta al aire atrae gran cantidad de ácido carbónico, por tanto lo absorben tambien exteriormente los jugos de las plantas , en tanta abundancia á veces , qee el volúmen del ácido absorbido viene á ser igual á la cantidad total de líquido que en si contiene la planta. Resulta pues que dos veces durante el trascurso de un dia purifican las plantas el aire, primera mente por medio de la emision de oxígeno y luego por la absorcion de ácido carbónico. Por lo tanto , no solamente nos convida el árbol por la frescura de su sombra á que nos cobijemos debajo de su frondosa copa, sino tambien por el saludable efecto que insensiblemente experimentamos al inhalar la atmósfera más pura en que , llenándola de oxí geno, se mecen sus hojas. En la obscuridad de la noche funcrona la naturaleza de un modo enteramente distinto. Es verdad que la facultad de los órganos de absorcion parece ser próximamente la misma á todas horas , siempre que la planta no carezca de alimento ; pero el consumo por medio de la similacion es otro bajo la influencia de la luz. De noche disminuye el consumo de alimentos absorbidos , y se aglomera en el ju go tal cantidad de ácido carbónico, que no pudiendo con tenerla la planta en estado disuelto, lo arroja nuevamente á la atmósfera sin utilizarlo. Las partes verdes de la planta qué se hallan en contacto con el aire, es decir, los mismos órganos que durante el dia trataban de absorber del aire atmosférico la pequena cantidad de ácido carbónico en él contenida, son las que durante la noche facilitan la emision de aquel gas, eMision mucho más caudalosa á estas horas que durante el dia. Naturalmente debe verificarse al mismo tiempo en el interior de la planta, á consecuencia de la. falta de oxígeno que esperimentan los jugos vegetales, un acopio de este gas, absorbiéndolo la planta , aunque en TOMO VI. corta eantidad, de la atmósfera , de tal modo que la canti dad de gas absorbida durante la noche asciende á lo sumo de 4 y 112 á 6 y 112 por ciento del volúmen total do líquido contenido en la planta. Se comprende fácilmente que la emision de ácido carbónico durante la noche , de ninguna manera puede ser igual á la absorcion de aquel gas verificada bajo la influencia de la luz; porque si para la formacion de su cuerpo necesita la planta carbono, debe consumir por lo mismo, mayor cantidad de ácido carbónico de la que devuelve á la "atmósfera. Podría suceder , por lo *tanto, que á veces contuviera menos ácido carbónico la at mósfera de los valles que se hallan cubiertos de poblados bosques , que la de las regiones superiores ; pero el .movi miento continuo del aire restablece muy pronto entre sus elementos el equilibrio que perdieran á consecuencia de esta nutricion de los vegetales. Poi lo que acabamos de exponer vése claramente cual es el efecto producido por este doble procedimiento químico á que da lugar la diaria tarea de los vegetales. El desprendi miento de oxígeno no es mas que el resultado de la trans formador) del carbono contenido en el ácido carbónico en materias sólidas vegetales. Durante el día, mientras disfru tan de la accion vivificadora de la luz , se dedican , por tanto, las plantas á la formacion de sus cuerpos, ó sea al desarrollo de sus formas exteriores; su vida nocturna no es mas que un período de preparador) Para sus diarias fun ciones. La absorcion de oxígeno durante la noche sirve tan solo para descomponer las materias carbónicas conte nidas en el interior de la planta, y para formar nuevamente ácido carbónico, el cual descomponiéndose cede su carbono para la forreacion de la materia celular. Es evidente que la materia colorante verde, en cuya composicion entra muy corta cantidad de- oxígeno, no se forma sino bajo la in fluencia de la luz del dia , por medio de la descornposicion de cuerpos muy abundantes en oxígeno ; pero no es menos cierto que para formarse, tuvieron estos cuerpos que absor ber el oxígeno durante la noche. La prueba mas patente de este cambio de elementos tan indispensable para la existencia de los vegetales , es la que nos ofrece la muerte, por falta de nutricion que experi menta el vegetal cuando se le expone á la iefluencia Cons tante de la luz encerrado en un espacio limitado, en donde aquel poderoso agente le excita á fomentar una vida para. Ja cual no halla el necesario sustento en la atmósfera limi tada que le rodea. Durante el día aspira el mismo ácido. carbónico que exhaló la noche anterior, y durante la noche cambia el oxígeno por el ácido carbónico que, bajo la in fluencia de la luz, descompone él mismo al día siguiente. :Por lo tanto, la planta hambrienta, lo mismo que el animal hambriento, se consume por sí sola. Por fin llega á alimen tarse de su propio cuerpo. Es posible que en este estad° arrastre aun por algun tiempo una existencia achacosa' mientras absorba por medio de sus hojas su propio excre mento. Poro su crecimiento no adelanta , cesa su desarrollo' 26 202 1-1 Draper ha demostrado que la descomposicion del ácido car bónico solo se. verifica baje la influencia de los rayos ilumi y que ni los ra¦ os químicos ni los caloríficos del es solar son capaces de fomentar la mariden de los y desvaneciéndose el objeto de la vida se desvanece la vida misma. La cantidad de oxígeno que d'imante un risueno dia de verano se desarrolla en los prados y los bosques no es nada insignificante, ni lo es tampoco el trabajo que interiormente 'ejecutan.' las plantas y del cual resulta aquella emanacion de oxígeno.. Puede compararse ei• trabajo que lleva á cabo durante el verano un bosque de un solo morgen de exten sien , para transformar el alimento inorgánico en materias orgánicas, trabajo que tan solo se verifica bajo la influen cia de la luz , al trabajó no interrumpido que ejecutaran durante el mismo tiempoence caballos. Pero esto no debe admirarnos si consideramos que el trabajo total de un solo árbol robusto, trabajo que comprende ademas del de la lransformacion química de los elementos, el de la evapora - clon del agua, que es mucho mas cuantioso, equivale pró ximamente al de siete caballos. !Cuán equivocadamente afirma el sabio Salomon que no trabajan los lirios del cam po (I)! Nosotros vemos, Por cierto, que es bastante ardua la tarea que diariamente emprenden los vegetales. Ciertamente el trabajo no está igualmente distribuido entre los diferentes individuos del mundo vegetal. La ab sorcion y emision de ácido carbónico y. de oxígeno están muy *lejos de ser las mismas en todos los segetales, y esta diferencia sube de punto en las diferentes partes de cada planta. Cuanto mas carnosas sean las partes verdes de la planta y cuanto más jugo contengan, tanto menor será la cantidad de ácido carbónico que emitan durante !a noche. Las hojas y partes verdes de las plantas que contienen ele mentos volátiles , los cuales se transforman en resina por medio de la absorcion de oxígeno, aspiran, segun los esperimentos hechos por Liebig, mayor cantidad de oxíge no que las de otras plantas. Aquellas partes del vegetal, cuyos elementos carecen por completo de nitrógeno, ab sorben igualmente más oxígeno que otras de cuya composi cion forma parte dicho gas.. Pero una misma planta no puede producir á todas horas del dia igual cantidad de trabajo, puesto que la facultad para el desarrollo de oxígeno depende no solamente del grado sino tambien de la especie de luz a-que se halla ex puesta. Hace tiempo que á los físicos les consta que no solo poseen desigual refrangibilidad los rayos en que se descom pone la luz solar por medio del prisma , sino que obran tambien de distinto modo sobre los cuerpos naturales. Al gunos de estos rayos no producen impresion alguna en la retina de nuestros ojos, por lo tanto son invisibles para no sotros, y sin embargo bajo otros respectos producen efectos poderosísimos. Más allá de los rayos más refrangibles del espectro visible, es decir más allá de los rayos helados, hay otros más refrangibles aun, pero invisibles, los cuales solo se descubren por su accion química. Más allá de los rayos rojos menos refrangibles-, se extienden otros invisi bles y menos refrangibles aun, los cuales solo pueden per cibizse por medio del termómetro. El físico americano (1) El mismo autor es quien cornete aquí una no insignificante equivoca clon.- No fué el sabio Salomon sino el divino Jesucristo quien estableció aquella sublime comparado') entre los reyes de la t'erra y los lirios del campo, diciendo: «Mirad los lirios como crecen : que ni trabajan , ni hilan : piles os digo, que ni Salomon en toda su gloria se vistió como uno de estos. -:4.ocAs u, 1,7 » Y por cierto, la palabra trabajo solo puede aplicarse en seutido figurado á las funciones que interiormente ejecutan los vegetales, pues en realidad no hay tal trabajo. La absorcion y emision del gases en que estriba la existencia de los vegetales , corresponden á la resptracion, diges tion y demás funciones naturales de los animales y del hombre, y no al tra bajo corporal, á los cuidados y desvelos que pasa el hombre ambicioso y sediento de bienes mundanales, que es á lo que se refiere nuestro Senor. k Nota del Traductor. nantes peetro vegetales. Todo cuanto pueda disminuir la claridad de la luz solar debe contribuir tarnbien al entorpecimiento de la energía vital de las plantas. Solo una nube que de paso llegue á ocultar el sol , es suficiente para retardar el desarrollo de oxígeno , y si fuera mayor el oscurecimiento podria inver tirse completamente el orden del procedimiento. Desde el anochecer empieza á cortarse la alimentacion de los vegeta les, y en la sombra ó durante un eclipse se nota , siempre que no haya disminuido demasiado el calor , que los vege tales absorben oxígeno y emiten en su vez ácido carbónico, con tanta más viveza cuanto más abundantes sean los ele mentos albuminoSos contenidos en las partes verdes de la planta. Las vegetaciones de las diferentes zonas de la tierra nos demuestran , en grande escala , cuán variable debe ser la facultad nutritiva del vegetal durante el trascurso del dia, á consecuencia de las frecuentes variaciones que esperi.- menta la luz, ya sea por causa de la posicion en que se ha lla el sol , ya por la pureza del cielo , ya por. la mayor ó menor humedad de la atmósfera. Es costumbre entre no sotros ensalzar la extraordinaria riqueza y feracidad de la vegctacion tropical ; y sin embargo, nadie ignora que es en extremo difícil conseguir que crezcan y prosperen allá las hortalizas en que tanto abundan las zonas más templadas en que nosotros vivimos. Es verdad que en los trópicos se crian alpinas de ellas , cuales son las lentejas , las cebollas, las alcachofas y las habas; pero para lograr que prosperen siquiera medianamente , es preciso tener sumo cuidado con ellas. Requieren que esté el suelo mucho mejor abonado y labrado que en nuestros huertos , es menester regarlas abundantemente todos los dias mientras dure la estacion cálida y seca ; y en la época de las lluvias librarlas inme diatamente del agua supérflua por medio de canales de des agüe. Es indispensable evitar ademas, que ningun árbol vecino les prive , acaso con su sombra, ni aun parcialmente de la luz, ni pueden soportar el que se desarrolle junto ellas ninguna planta tropical, cuya extraordinaria feracidad aeabaria por ahogarlas. La duracion de su existencia dismi, nuye notablemente á veces de una cuarta y hasta de una tercera parte. Sus hojas permanecen pálidas, pequenas y' caldas; sus raices débiles y poco desarrolladas. Muchas de ellas no echan flor, por ejemplo la acedera ,.la col y el pe regil ; otras, como el guisante y el haba, aunque echan flor; nadan semilla. ?A qué causa debemos, pues, atribuir estos maravillosos fenómenos ? Es indudable que' en gran parte deben su orígen abcalor y á la humedad.,, pero la ac don mas decisiva es, á pesar de todo, la que ejerce la luz. Nuestro clima templado se distingue especialmente por las' notables variaciones que diariamente tienen lugar en la temperatura, las cuales en combinacion con los frecuentes cambios de .viento y la escasa cantidad de lluvia, mantienen el aíre en un estado bastante seco, ópor lo menos en un estado que no llega ni con mucho al punto de saturacion. A consecuencia de la pureza del cielo y dela larga duracion del dia es mucho 'mayor y á la paternas completa la .distri bucion de la luz sobre la faz de la tierra , y su influencia favorece, por tanto, así la evaporacion del agua por medio de las hojas, como el procedimiento químico de la nutri cion. Como se reemplaza contínuamente el agua evaporada por la que la planta absorbe nuevamente de la tierra, ex m 203 perimenta el jugo .antes de su elaboracion , á medida que va ascendiendo por el tronco , una notable concentracion. La planta .forma un tejido menos acuoso y más sólido , que al mismo tiempo contiene más materias albuminosas, aun cuando en el agua absorbida abundan mas las materias ali menticias en cuya comoosicion entra mayor cantidad de carbono que de nitrógeno , por razon sin duda á que halla salida por las hojas el ácido carbónico , pero no las oxisales de nitrógeno ni las sales amoniacales. En los trópicos , al menos en las comarcas bajas allí si tuadas , la temperatura es por el contrario muy igual. Esta circunstancia y las frecuentes lluvias, hacen que esté la at mósfera abundantemente cargada de vapor. Pero esta at mósfera saturada de vaeor absorbe la luz , cuya distribu clon es aun sin eso mucho menos completa que en nuestras zonas , á consecuencia de la aglomei aciun de las nubes y en parte tambien á consecuencia de la corta duracion del dia. En esto estriba principalmente el rápido y poderoso desarrollo de las plantas tropicales ; sus jugos son , sin em bargo , menos concentrados; puesto que la evaporacion del agua por medio de las hojas es muy inferior , y las sustan cias alimenticias que de la tierra absorben aquellas , se ha llan en una solucion muy diluida. Por tanto, abundan mas en las plantas tropicales los elementos carboníferos qué los que contienen nitrógeno, y forman aquellas más materia fibrosa, y menos materias albuminosas. De acuerdo Con el naturalista francés Sagot podemos es tablecer como regla general la siguiente : mucha luz eu combinacion con escasa humedad da por resultado una ve jetacion pequena, pero abundante en materias al bumino sas; escasa luz en combinacion con mucho calor y humedad engendra una vegetacion rica y frondosa , pero comparati vamente pobre en cuanto á materias albuminosas. Esta es la razon porque en la vegetacion tropical predo minan los árboles y arbustos. Los árboles se desarrollan allá con mucha mas prontitud que en el norte; un árbol de cinco anos tiene en los trópicos la Misma robustez que uno de veinte arios en nuestras regiones. Pero no florecen allá con tanta frecuencia como en las zonas templadas ó en los paises cálidos pero secos, y las frutas contienen menos substancia alimenticia. Una cosecha de arroz en los trópi cos es muy inferior á la que produce un campo de igual ex tension en un clima en que haya más luz. Las especies dolichos , phascolus, cajanus que en los trópicos reemplazan á nuestras habas y guisantes, dan mucho menos producto que nuestras legumbres de igual clase. Las mismas raices y frutas farináceas que tanto abundan en los trópicos, la raiz de la yuca, la batata, el plátano, valen bastante poco consideradas como alimento. Lo propio sucede con las yer bas tropicales, y el peso de sus granos es en extremo escaso comparado con el de sus hojas y tallos. En la Cayena han menester los caballos que se les dé parte del pienso en heno europeo. Cuando es mediano el terreno en que crecen esas yerbas tropicales cuya altura escede á veces la de un hom bre, carecen aquellas tan completamente de nitrógeno que no solo no las come el ganado, sino que ni siquiera sirven arrancadas de cuajo, para fertilizar el suelo. Nadie podrá dudar de la gran influencia que ejercen el calor y la humedad sobre las diferentes condiciones de los vegetales. Es sabido que para cada planta hay en la tempe ratura ciertos límites dentro de los cuales únicamente pue de prosperar. Un exceso de humedad es tan perjudicial para la planta como podría serio un exceso de sequedad, á pesar de que la sequedad, por estar necesariamente relacionada con la abundancia de luz, tiende, no siendo excesiva su duracion , á fortalecer el crecimiento del vegetal. Sin em bargo la influencia más poderosa es la que ejerce la luz. Su mágico poder es lo que pone la planta en estado de des componer el ácido carbónico y de formar los tejidos. La su perabundancia de calor podrá ser parte á que crezca y se desarrolle con mas rapidez; el exceso de luz aumenta su lozanía y la hace mas fecunda. Durante la germinacion no necesita la planta luz alguna , porque en este caso solo se emplean, para el desarrollo de nuevos órganos , elementos acopiados ya hace tiempo. Pero cuando la requiere la fa cultad asimiladora de la planta , entonces de ninguna ma nera puede faltar ; es decir, la luz es más que nunca indis pensable durante el tiempo en que empieza la planta á echar raices y hojas; en este caso el grado y la cantidad de luz están en relacion directa con el desarrollo y el producto de la planta. Por lo tanto no debiera sorprendernos el ver que un cogollo , que al anochecer parecia estar á punto de descubrir sus primorosos pétalos , no haya abierto su pin tado cáliz hasta que viniera la aurora á inundarle con su vivificadora luz. Tal vez no comprenda fácilmente el lector cómo pueda separarse la accion de la luz de la del calor , puesto que en nuestras regiones los rayos mas ilurninantes son al mismo tiempo los mas caloríficos; pero acuérdese de los inverna - cleros, en donde tienen las plantas mucho calor y escasa luz; pues á estos se asemeja el clima de los trópicos. No enteramente sin provecho regresamos de esta expe dicion por los trópicos. Traemos con nosotros un pensa miento que arroja nueva luz sobre la materia de que en estos artículos nos ocupamos, sobre la vida diaria de la naturaleza. La luz es lo que principalmente presta á las plantas la facultad de producir las substancias que nos sir ven de sustento á nosotros y al mundo animal. Por lo tanto, la importancia de los vegetales no estriba tan solo en el trabajo que diariamente ejecutan, sino en que ese mismo trabajo redunda en beneficio nuestro. Pero no solamente trabaja la planta, se adorna tambien; y su adorno, lo mismo que. su fruta, es obra de la luz. En el obscuro sótano se vuelven pálidas y amarillentas las plantas, porque la materia colorante verde solo puede for marse á la luz del dia. En parajes donde no es suficiente la luz , no ostentan nunca las flores todo el brillo de sus pri morosos matices. El cambio de colores que notamos en ciertas plantas durante el trascurso del dia , nos demuestra cuán delicado es este adorno. Las flores del hibiscus mula bilis que por la manana aparecen completamente blancas, toman hácia el medio dia un matiz rojo dei color de la carne humana, y al anochecer cambian aquel por un colar son rosado obscuro. Por el contrario la flor de la Franciscea amanece de color azul y se vuelve blanca durante el dia. El perfume de la flor, lo mismo que su color, es hijo de la luz. Mientras arrojan las plantas oxígeno y adquieren el colorido, sus aceites volátiles, combinándose ckan el oxíge 110 desarrollan el olor. Y puesto que crece en la luz la atraccion entre esos aceites y el oxígeno, la capacidad de un jardin floreciente para alhagar nuestro olfato , depende hasta cierto punto de su buena ó mala disposicion respecto de la luz. Es sabido que cada flor tiene una hora especial en que suele exhalar su perfume; muchas esparcen su aro ma por la manana, otras al medio dia , otras al anochecer, y por último, hay algunas, como la viola nocturna , que solo exhalan su perfume durante la noche. Hay no pucas plantas, las cuales expuestas á la luz del dia llenan de un grato aroma el aire que les rodea , y que trasladadas á un paraje obscuro pierde° inmediatamente todo su perfume. 20í Sobre otras ejerce el calor una influencia poderosísima. Durante una fresca manana de primavera la violeta no ex hala olor alguno, y no adquiere aroma hasta que se halla rodeada de una atmósfera mas caliente. Lo expuesto en este y en los anteriores artículos es, por cierto, suficiente para demostrar que en nada exageramos al calificar de mágica la luz del dia , la que despierta el mundo vegetal y lo inicia en su importante diaria tarea, tarea que nos procura alivio y sustento y que cubre la tier ra de primorosas flores, ricas en matices y en perfumes. El Ramayana, POEMA. SANSCRITO POR VALMIKI. VI. La consagracion de Rama habia sido saludada como el más fausto de los acontecimientos, y excitado la curiosidad pública hasta el .mas alto grado. La calle real de Ayodhya estaba llena de hombres cuyas alegres danzas producian un rumor parecido al del mar cuando el viento encrespa sus olas. Todas las demás calles de la noble ciudad estaban tambien adornadas de guirnaldas y banderas. Todos los habitantes de Ayodhya sin distincion de clases, sexos ni edad, suspiraban por la salida del sol que habia de preceder á la consagracion de Rama. Despues de haberse purificado Rama con el mayor reco gimiento, entró con la hermosa Videhana, su esposa, corno Narayana con Lakshmi, en el santuario doméstico, é hizo, segun costumbre, una libacion de manteca en honor del Omnipotente. Cuando hubo comido lo que quedaba de aquella oblacion , pidió á los inmortales que le acordasen todo lo útil; y entregado luego aquel hijo del mejor de los reyes al silencio y á la rneditacion acerca del dios Narayana, se acostó con la hermosa Videhaina en un lecho de verbe na, dispuesto cuidadosamente en la brillante capilla consa grada á Visnhu , guardando la mayor continencia. Antes de romper el dia hizo disponer ya su habitacion con el mayor órden , y al oir á los poetas y bardos entonar dulcemente las palabras de buen agüero, adoró al alba na ciente, murmurando con recogimiento una plegaria , y luego que devotamente postrado acabó por celebrar hasta el inefable homicida de Madhu , se revistió una túnica de lino sin mancha y dió libre rienda á la voz de los brahmas. No tardaron sus graves cantos seguidos de la dulce ar monía de las instrumentos en resonar por toda la ciudad de Ayodhya , en aquel dia festivo. Al saberse que el noble hijo de Raghu habia cumplido con su esposa la ceremonia del ayuno, todos los habitantes se entregaron á la espansion y la alegría; y viendo que iba á brillar el dia en que debia celebrarse la consagracion de Rama, empezaron á adornar la ciudad por segunda vez á los primeros albores del alba. En los templos de los inmortales , cuyas altas cúspides parecían nubes blanquecinas ; en las encrucijadas, en las grandes calles; en los plátanos sagrados; en las plataformas de los palacios, en los bazares del comercio atestados de infi nitas mercancias; en los opulentos palacios de los ricos pa dres de familia ; en todas las casas de alguna importancia, y finalmente, hasta en los árboles mis majestuosos, flotaban al viento banderas y gallardetes de variados colores. Por do quiera se oian coros de danzantes cómicos y cantores, cu yas voces modulaban dulces acentos capaces de embargar el alma y los oidos. Cuando llegó el dia de la consagracion , los hombres conversaban en los patios ó en sus casas, consistiendo todas sus conversaciones en elogiar á Rama ; y hasta los mismos ninos que se divertian frente á sus casas, daban tregua al juego, para deshacerse en elogios de Rama. Solo para fes tejar la consagracion del jóven príncipe , embellecieron, perfumaron y adornaron de flores toda la calle real; y, á fin de evitar la llegada de la noche, y para que hasta en las tinieblas no cesase de brillar el dia, plantaron á lo largo de las calles en toda la ciudad árboles profusamente ilumi nados. A la sazon una confidenta de Kekeyi, parienta lejana , y á la cual esta se llevó á Ayodhya , subió á la plataforma del palacio y , abarcando con la mirada toda la ciudad , vió la calle Real lujosamente adornada, las hermosas banderas y gallardetes que ondeaban en todas direcciones y las vias atestadas de gente alegre y satisfecha. Al ver el aspecto de aquella ciudad riente cuyos mora dores iban en traje de fiesta , se diriji6 á una nodriza que estaba cerca de ella y la hizo esta pregunta : ?De qué pro cede la alegría que hoy se nota en los habitantes? Decidme, ?qué es lo que ha hecho el poderoso monarca para escitar de este modo el entusiasmo de los ciudadanos? ?Llega aca so la dicha á su colmo por haber derramado la madre de Rama sus tesoros como. una lluvia benéfica y copiosa? Admirada la nodriza al oir las preguntas de aquella mu jer gibosa, empezó á contarle lo que era aquella consagra cion tan ansiada. «Manana , la dijo, en el momento en que la luna se junte con la constelacion Pushya , el rey hará ungir como sucesor del trono á su hijo Rama, rico venero de todas las virtudes, lié aquí la alegría de ese inmenso pueblo , hé aquí por qué ha sido adornada la ciudad y por qué ves á la madre de Rama radiante de dicha.» Enfurecida la mujer gibosa al oir tales palabras, descen dió precipitadamente de la plataforma, y se fué corriendo hacia Kekeyi que no se habia levantado aun, y la dijo: « Duerme, duerme mujer ciega , mientras se te envuelVe en el peligro y se te arrastra al abismo 1» Kakeyi, en cuyos oidos resonaban aun las amargas pa labras de la infernal jorobada , la hizo á su vez esta pre gunta : « Manthara , ?por qué esa cólera ? Dime, ?qué es lo que causa en tí esa tristeza y palidez; ó mejor, dime cuál es el dolor amargo de que estás poseida? » Manthara , mujer astuta, que se halaia propuesto separar enteramente á Kekeyi y Rama, por profesar á este un ódio á muerte, contestó á su ama en estos términos; « Grave, muy grave es el peligro que te amenaza. El rey Dazaratha quiere que se consagre á su hijo Rama, como sucesor del trono ; y tú de ningun modo, reina mia, puedes permi tirlo. »Has alimentado una serpiente en tu seno, pareciéndote á la madre confiada y benéfica, que se deja enganar por 205 falsas promesas. Con efecto , todo el mal que pudiera ha certe un enemigo oeulto , una serpiente escondida entre las llores , os le hace Dazaratha hoy á tí y á tu hijo. La es posa amada de aquel rey falaz ara á poner á Rama en el trono , mientras que tu hijo y tú seréis inmolados.» Llena de gozo Kekeyi al oir las palabras de la jorobada, desengastó de su adorno un brillante y se lo ofreció en re compensa. Luego de haber dado aquella joya á la pérfida Manthara , en prueba del placer que le causaba su noticia, Ja dijo : « Lo que acabas de comunicarme es para mí tan grato y lo deseaba tan ardientemente , que con placer te doy por segunda vez esta Prenda ó testimonio de mi dicha: Bilarata y Rama me son igualmente queridos , y por ello veré con satisfaccion que el rey unja á este último. s Nfanthara á semejantes palabras arrojó la joya de Kekeyi y respondió indignada :» ? Cómo , mujer ignorante, puede alegrarte un acontecimiento que ha de labrar tu ruina ? ?No comprendes que vas á quedar sumergida en un océa no de tristeza ? Tú lo quieres, insensata, pues bien, que el gusano del remordimiento te devore , ya que la ciencia no te ilumina , y que ves las cosas al revés. Sea pues dichosa esa Kaaucalya que, en este dia , en que la luna va á unir_ se con la constelacion Pushya , verá á su hijo ungido y consagrado como sucesor del trono paterno ; mientras que tú, mujer ignorante, despojada de tu grandeza, quedarás sometida como esclava á Kaauealya enaltecida hasta la cuna. bre del poder y la gloria. La esposa de Rama saboreará los goces del trono y la fortuna, y tu propia nuera se verá humillada y escarnecida!» Fijando entonces Kekeyi la vista en Manthara, que aca baba de hablar en tono aflijido, empezó á ponderar con sa. tisfaccion las virtudes de Rama. Al oir Manthara á su duena hablar de aquel modo, res_ pondi6 en compungido acento, despues de exhalar un hon. do suspiro: «Oh tú, cuya vista se te turba, mujer ignorante, ? no ves que te arrojas tú misma al precipicio, á la muerte, á un infierno de penas? Si Rama ocupa el trono , si le su cede en él su hijo, si siguen á este su nieto y luego su biz nieto, ? no verás Kekeyi á tu hijo Bharata expulsado de la familia del monarca? Bien sé que no todos los hijos de un rey están llamados á ocupar el trono , y que uno solo de entre ellos ha de recibir la uncion real , porque si todos tuviesen derecho á cenir la diadema, se vena cada estado envuelto en completa anarquía; pero tambien sé que los duenos de la tierra confian las riendas del gobierno á sus hijos primogénitos sean ó no virtuosos. Por su parte estos, al llegar al término de la vida, trasmiten tambien el reino á sus primogénitos, y nunca á los. demas hijos. Y, si todo esto es incontestable, como en efecto lo es, qué se sigue de ello? Que tu hijo quedará excluido para siempre del trono como si fuese un pobre huérfano. Por esto he volado aquí guiada por tu interés; pero tú no me has comprendi do , puesto que quieres hacerme un regalo por haberte anunciado el encumbramiento de tu enemigo. Es innegable que luego que Rama haya logrado cenir la diadema des broce el camino que le obstruye aquella incómoda zarza, ordene el destierro de Bharata, ó lo que es aun mas seguro, su muerte. »Prendada de tu belleza, has despreciado siempre á la madre de Rama , esposa como tú del mismo esposo ; y ?có mo quieres que no haga ahora caer sobre ti todo el peso de su ódio?» Kekeyi entonces lanzó un suspiro y habló de esta mane ra : « Es muy cierto todo cuanto me dices, Manthara , y estoy convencida de tu sincero afecto; pero no veo medio alguno por el cual pueda alcanzar á viva fuerza para m hijo el trono de sus antepasados.» A semejantes palabras, la jorobada , que proseguía en su fatal intento , se puso en ademan reflexivo , y luego dijo: «Si quieres pronto tendré á Rama en un espeso bosque, y haré ungir á Baratha.» Al oir esto Kekeyi se incorporó muellemente en la ca ma , y con toda la satisfaccion de su alma, respondió de esta manera : «Dime, muger superior, dime, Manthara, ? cómo podria elevar mi hijo al trono y arrojar á Rama en un bosque? Manthara , que persistía en su fatal designio de aniqui lar á Rama , dijo entonces á la reina : « Escúchame y luego reflexiona. Cuando durante la guerra de los dioses y los demonios , tu invencible esposo , cuyo ausilio imploró el rey de los !inmortales, tomó parte en la lucha , descen dió hácia la playa meridional de un país llamado Dandaka, en el que el Dios que lleva en sutestandarte el pescado Timi tiene la ciudad de Vedjazanta. «Allí un gran Asura, que no fué vencido por las cohortes celestes, poderoso á causa de la mágia, presentó batalla á Zakra. El rey fué herido de un flechazo en aquella san grienta jornada ; y por esto al volver aquí triunfante , fué curado, oh reina, por tus propias manos. Merced á tu tier na solicitud , no tardó su herida en ser cicatrizada , y en su reconocimiento el augusto enfermo se acordó , muger au gusta, de los dos favores que tú le pediste, si bien apla zando su cumplimiento para cuando tú se lo exigieses. ? No fué esto lo que exigiste á tu magnánimo esposo, y á lo que él accedió con gusto ? Circunstancias son estas que yo ig noraba hasta que tú te dignaste referírmelas. . «Reclama pues ahora de tu esposo el cumplimiento de aquellas dos gracias: consiste la primera en pedir la consa gracion de Bharata , y sea la otra el destierro de Rama por espacio de catorce anos. Preséntate indignada, oh tú, cuyo padre es monarca , penetra en la habitacion de la ira , y cubierta de manchas y tendida en el duro suelo, no fijes la vista en el rey ni le dirijas palabra alguna , cual corres ponde hacerlo á la'muger que era ayer tan feliz como hoy desgraciada. Pronto el monarca sumido en la tristeza acu dirá á la mansion del dolor, y pisará el duro suelo en que estarás echada , pidiéndote lo que deseas, porque no puedo dudar que te ama en gran manera. Caso de' que te ofrezca perlas, oro y toda clase de alhajas, no te dignes siquiera . mirar sus presentes. « Pero , si queriendo dar á sus dos gracias toda la 'vapor tanda debida, te levantase tu esposo por sus propias ma nos, oblígale desde luego por medio del juramento ; y pí dele , radiante hermosura, como gracia primera el destier ro de Rama por nueve anos anadido& á otros cinco , y como segunda merced , la inmediata sucesion de Bharata al trono. « De este modo, dichosa madre, alcanzará tu hijo, sin duda alguna , la mayor fortuna que puede alcanzarse en la tierra: y únicamente así podrá Rama emprender el camino del destierro. « Oh tú, cuyo carácter es del todo cándido, comprende al fin el inmenso poder que te dá la hermosura. No podrá el rey excitar tu cólera, ni mucho menos prescindir de ella; ? cómo podrá el soberano de la tierra oponerse á una pala bra que pronuncien tus labios, cuando daria por tu amor su propia vida ?.» Excaada por la doncella, vi6 su ama como un bien lo que ele un mal , y turbada su alma por la fatal influencia de una maldicion , no comprendió que era aquel acto cul 206 gc En su infancia , cuando Vivia aun en él -país de los kekeyanos , la reina habia injuriado de palabra á un brah rna , al parecer estúpido , y aquel magnánimo maldijo en estos términos á la jóven inconsiderada: «! Ya que en la embriaguez del orgullo que en tan temprana edad te ins pira tu hermosura desprecias á un brahma , plegue al cielo que te veas un dia objeto del desprecio y la irrision del mundo t » Dijo , y bajo el peso de su maldicion, cayó Kekeyi des - graciadamente en poder de Manthara; puesto que estrechó contra su corazon á la gibosa de pérfidas miras, y en el ex ceso de la alegría que turbaba su razon , habló resuelta mente á Manthara en estos términos:.« Lejos de despreciar tu exquisita prevision , estoy pronta á seguir tus sábios consejos: no hay muger en el mundo que te iguale en in « teligencia » Así adulada por Kekeyi , solo pensó la gibosa en animar mas y mas á la reina acostada en su lecho , y á cuyo objeto la habló de esta manera : « Inútil es echar un puente sobre un rio cuyo cauce esté en seco : levántate , pues, ilustre dama, y asegura tu fortuna, turbando desde luego el co razon del monarca. » Sí, contestó Kekeyi , y siguiendo los consejos de Manthara , se afirmó en la resolucion de hacer ungir á Bharata. Se quitó la noble reina su collar de perlas, adornado de otras alhajas y magníficas joyas ; despojóse de todos sus de más adornos, y con el alma llena del odio que la infundió Manthara , penetró en la mansion de la cólera, donde se encerró sola con el orgullo que le inspiraba el deseo de su prosperidad. Con el aspecto sombrío que daba á su rostro la cólera excitada, empezó la hermosa esposa del Indra de los hom bres á quitarse todos los adornos ; quedándose luego como el cielo envuelto en tinieblas, cuando se ha eclipsado el astro del dia. Luego que el poderoso monarca hubo senalado el dia y la hora en que recibirla Rama la uncion real, entró en sugi neceo para anunciar á Kekeyi tan fausta noticia ; pero al saber el dueno del inundo que su esposa estaba echada en el duro suelo, y en una posicion tan indigna de su rango, se quedó aterrado. Vivamente afligido mitre] anciano se acercó á su jóven esposa, á la que amaba mas que su propia vida, aunque fuese menos digna que él por meditar un acto cul pable. Habiéndose acercado pues á su esposa , que deseaba una accion injusta , capaz de excitar el ódio de los hombres y la execracion del mundo, vió á la noble dama echada en el suelo, empezó á acariciarla , como acaricia el elefante. con su trompa á la pobre companera herida por el envenenado dardo del cazador. Despues de haber prodigado las mas tiernas caricias á la jóven desconsolada, cuya respiracíon entrecortada parecia el silbido de un reptil, dijo el rey con trémula voz á Kekeyi lo siguiente : « No sé lo que de tal modo puede atizar en tu corazon el fuego de la cólera. Oh reina , ? quién se atrevió á ofenderte ? ? Quién se atrevió á faltarte al respeto que to dos te deben? ?Cómo es que eras poco ha tan dichosa, y estás ahora tan desconsolada ?? Por qué con vivo dolor mio, te veo desnuda y recostada en el polvo, como una triste viuda sin apoyo, en este dia en que mi alma se inunda de gozo?)) Dijo, y levantó á su desconsolada esposa. Esta , que ar dia en deseos de comunicarle la pretension funesta que tan to habia de aumentar el dolor de su marido, coMestó de repente: « Nadie me ha ofendido, rey magnánimo, nadie me ha faltado al respeto que todos me deben ; pero cual quiera que sea mi deseo , dígnate acceder á él en este dia. Dame la seguridad de que quieres complacerme y luego de haber recibido tu promesa , sabrás cual es mi deseo. » Al grato acento de aquella muger querida, cayó el mo narca en el lazo tendido por su esposa , como cae el antílo pe en la red que l._: priva de la libertad y la vida. El prín cipe , que veia á aquella Kekeyi entregada á su dolor, á aquella esposa querida , modelo de fidelidad conyugal , que !labia procurado siempre labrar su ventura y su dicha : « Muger encantadora, la dijo bien sabes que despues de Rama , eres la criatura que mas amo. « Me arrancaria el corazon para ofrecértelo ; así pues, Ke. keyi mia, fija en mí los ojos y dime cual es tu deseo. Ya que es inmenso mi poder , no vaciles ; te juro por mis bue nas obras que he de complacerte » Satisfecha Kekeyi á se mejantes palabras, reveló suodioso y depravado intento. « Que todos los dioses presididos por su jefe Indra oigan el juramento solemne que me haces de concederme la gra cia que te pido ; que la luna, el sol y todos los dernAs pla netas , que el éter , el dia, la noche, las plagas del cielo , el mundo y la tierra ; que los gandharvas y los rakshasas , los demonios nocturnos que odian la luz del dia , y los dioses domésticos que gozan viviendo en nuestras moradas; que los seres animados en fin , cualesquiera que sean su natu raleza y su especie, sepan la palabra que acabas de darme ! « Dioses, sed testigos de que ese gran rey , al que es de bida la verdad , para quien es el deber una práctica cons tante y todos sus actos efecto de una reflexion profunda, me ha hecho una promesa. » Cuando la reina hubo envuelto al héroe del gran arco en la red del juramento, habló así al monarca ciego de amor que dispensaba las gracias. « Oh rey , satisfecho de mil: tiernos cuidados cuando la guerra que los dioses sostenian contra el infierno, me hi ciste la promesa de concederme dos gracias, y hoy vengo á reclamar su cumplimiento. La primera gracia consiste ea que mi hijo Bharata reciba hoy mismo la 119Ci011 real „como sucesor del trono, en la ceremonia misma que dispones p ra la coronacion de Rama. Luego quiero que éste , lle vando el djata , la piel de ciervo y el traje de corteza, se vaya á los bosques y permanezca en ellos catorce anos. Asi que, si eres capaz de cumplir tus promesas , destierra á Rama y consagra á Bharata , mi hijo, para que pueda su- cederte en el trono. » De tal modo las palabras de Kekeyi desgarraron el co razon del monarca , que se le erizaron los cabellos, como se le eriza el pelo al antílope macho al verse cerca de la tigra ; y, cediendo de repente á aquel golpe terrible, mi dió con si cuerpo el duro suelo. ! Desgracia horrible ! esclamó , y traspasada de dolor el alma , quedó sin sentido. Cuando despues de un gran rato empezó á volver en sí, dijo á Kekeyi con concentrada cólera: «Malvada, rnuger de miras corrompidas, ? qué te hemos hecho Rama y yo, pa ra que así quieras la destruccion de mi familia ? ? Acaso no te presto el homenaje antes que á Kaauzalya ? ? Por qué, pues , te empenas tanto en perseguir á Rama ? «Puedo abandonar á Kaatizalya, Sumitra, mi trono y mi vida, pero nunca á Rama, tierno modelo de amor filial. Pero basta ; ! desiste de tu empeno , muger de criminales designios: ya que me ves besar humilde tus plantas , per dóname ! » Con el corazon desgarrado, las facciones alteradas y con centrado acento pronunció el rey aquellas palabras , ter DI 2017 ribles aun para fa misma reina., semejándOse al vigoroso búfalo que se ve de repente atacado por el tigre. Aquel do minador del mundo, aquel protector de los desgraciados estaba postrado abrazando las rodillas de su esposa ; cuyas manos, por decirlo así, le oprimian cruelmente el corezon, mientras él le decia con voz entrecortada, « ! Perdon, per don , reina mia » En tanto que el gran rey continuaba á los piés de Keke yi , guardando una actitud tan poco digna , acabó esta de aumentar su dolor con las siguientes palabras: « Tú , de quien los sábios ponderan tanto la veracidad y el respeto á la fé jurada , ?cómo es que vacilas en concederme las dos gracias que te pido, despues de haber jurado hacerlo ? » Irritado al oir estas palabras de Kekeyi , contestóle el rey Dazaratha con emocion profunda « Muger innoble , ene miga mia , goza pues el bárbaro placer de ver muerto á tu esposo y desterrado á Rama, ese altivo elefante de los hom bres. « ! De que modo tan cruel correspondo al amor de un hijo magnánimo , dotado de todas las virtudes, por ser mi alma esclava vil de una muger ! En vez de sonar para él la hora de la dicha despues de tantos ayunos prescritos por sus jefes espirituales, sonará la hora del destierro «.! Hombre cruel sojuzgado por una mujer, sin energía, y hasta sin voluntad propia , sé que voy á cometer una infa mia sin igual y no retrocedo ante el deber y la execracion del mundo ! Mientras que el monarca así exhalaba el dolor que tur baba su alma , el sol se ocultó en el ocaso y sobrevinieron las sombras de la noche. Como toda noche pasada en el dolor, tuvo aquella para Dazaratha la daracion de un siglo. Viendo la inutilidad de sus quejas, apeló el rey á !asá« plicas, con las que procuró enternecer á Kekeyi , dicién dola : «i Amada mia , apiádate de un pobre anciano que, débil y esclavo de tu voluntad viene á implorar tu ausilio ; atiende benigna á mi súplica , mujer encantadora ! Si ha sido tu exigencia un ardid para penetrar hasta el fondo de mi alma, puedes quedar satisfecha , mujer de dulce sonri sa , pues sabes que te amo y que seré siempre tu esclavo. Te concedo to/o cuanto exijas de mi, escepto el destierro de Rama : todo cuanto me pertenece es tuyo, hasta mi. vi da si la quieres. » Así es que el suplicante y la suplicada, esta dotada de un alma tan corrompida , y aquel de un alma tan pura, nada quiso aquella mujer cruel conceder al rey su esposo, en cuyas mejillas se veian rodar gruesas lágrimas, y cuyos tor mentos interiores revelaban claramente sus hinchados ojos. Cuando el monarca vió á su esposa tan aferrada á la mal dad, y que continuaba en la resolucion funesta de hacer desterrar á su hijo, perdió el monarca nuevamente el sen tido, exhalando tan solo de vez en cuando algun suspiro ahogado. Mientras que su esposo continuaba en una convulsion terrible, causada por el injusto destierro del hijo que ama ba , Kekeyi le diriji6 aun estas palabras: «No sé por qué yacer sin sentido en el duro suelo, como si hubieses come tido un pecado enorme, cuando tú mismo faiste quien me ofrecieeespontáneamente las dos gracias. Lo digno de tí es que sepas con energía cumplir tu promesa. »El primer deber es la verdad, han dicho aquellos hom bres sinceros que conocen todos los deberes. Si algo te pedí, fué porque creia conocerte y me dije: «Su palabra es una verdad.» Zivi , el dueno de la tierra, habiendo salvado la vida á una paloma,, se arrancó el corazon por no faltará su promesa, dándola á comer á un buitre, y al dejar á la tier ra aquella accion le valió el cielo. En otro tiempo el Océg. no aceptó ciertos límites ; y desde entonces aquel rey de los ríos, fiel observador del tratado , no ha traspasado sus orillas , á pesar de su fuerza impetuosa. El mismo Alarka se arrancó los tijos para ofrecerlos al brahma que implora ba su ausilio , y por lo cual, despues de esta vida , mereció el santo rey subir á las celestes moradas. »Y siendo .esto así , ? por qué no sabes tú cumplir las promesas, tú que tiempo atrás me acordaste aquellas dos gracias, y que ahora no quieres concedérmelas, portándote como un miserable ? Haz que en lo sucesivo sean los bos ques morada de Rama. Si desde luego no colmas mi deseo, voy aquí mismo, y ante tus propios ojos á atentar contra mi vida. » Preso por Kekeyi , como en otro tiempo lo fué Bali por Vishnu , no pudo el monarca romper la artificiosa red que le sujetaba. Cuando empezaron á brillar los primeros albores del alba, Surnantra se dirijió á la puerta , y juntando las manos des pertó á su dueno , diciendo: «Ya asoma, oh rey, el nuevo día , ojalá descienda en él la felicidad sobre tí. Despiértate, oh tigre de los hombres , y recoje la dicha y los bienes que te son debidos. Cree en riquezas , poderoso monarca de la tierra , cree en la abundancia , y te asemejarás al mar que se hincha y crece al empezar el plenilunio. Así como el sol , la luna, Indra y Varuna gozan de su opulencia y su dicha , goza tú tambien de una y otra , dominador augusto de la tierra..» Al oir el monarca los acostumbrados votos que el escude ro hacia cada manana por su felicidad , lleno de tristeza le habló en estos términos : «?Por qué vienes, conductor de mis carros , por qué vienes á felicitarme, cuando de nin gun modo la tristeza que me inunda debe ser felicitada ? No anadas con tus palabras un nuevo dolor á los que tanto me abruman.» Luego de oidas las palabras pronunciadas por el desgra ciado monarca, se alejó Suma ntra de aquel sitio , no sin que sintiera antes el fuego del rubor en su frente. Entre tanto Kekeyi obstinada en su fatal intento, pro curó aguijonear nuevamente á su esposo con las siguientes palabras :. «? Por qué desesperarte así, como si fueses un hombre de la más baja condicion? Llama á Rama, y envíalo resuel tamente á vivir en los bosques. Muéstrame que eres capaz de cumplir tus promesas, accediendo desde luego á lo que con tanta instancia te pido.» Aguijoneado el rey por estas palabras, como lo es el ele fante por la aguda punta de su colmillo, habló á Sumantra de esta manera ! «Conductor de mi carro , el cumplimiento de un deber me turba el alma ; preséntame desde luego á Rama , porque quiero verlo.» Apenas oyó Kekeyi la &den del rey , dijo á su vez al escudero: «Ve en busca de Rama, y haz que se presente lo más pronto posible.» Sumantra salió desde luego , viendo antes de llegar á la puerta principal los reyes de la tierra : así como vió des pues de haber pasado su umbral á los consejeros y sacer dotes del palacio , aguardando á que se les llamase. En aquel mismo día , en que la luna acababa de unirse, con la constelacion Pushya , había sido dispuesto en pre sencia de Rama todo lo necesario para la ceremonia de la consagracion. Acababa de levantarse un trono de oro, magníficamente adornado, y en el que se notaba una piel, rico despojo del rey de los cuadrúpedos. El agua habia sido recogida en la confluencia misma del Gangas y el Yamuna, en los demás ríos sagrados qne se dirijan á oriente 6 á oc .cidente , 6 bien que serpentean en sinuoso curso. Tam poco faltaba agua que habia sido recojida en todos los mares. Las urnas que la contenian eran de orcapuro y estaban entrelazadas de flores, de loto y verdes hojas. Se había he cho acopio de manteca clarificada , miel . leche , y otros dones que fueron ofrecidos por los tirthas.mas piadosos , así como de las mas ricas frutas conoaidas y de todo cuanto pudiese apetecer el paladar mas delicado. Así mismo fueron dispuestos á la vista de Rama un cetro suntuosamente adornado de piedras preciosas que brillaban como los rayos de la luna , un espantamoscas, y un mag nífico abanico, con una brillante guirnalda , que parecia el disco del astro nocturno durante el plenilunio. Tambien habia un gran quitasol , emblema del poder para simboli zar el encumbramiento de llama al trono paterno. Tampo• co faltaban allí un toro y un caballo blancos, un elefante escojido , ocho jóvenes hermosas , en las que brillaban ri quísimos adornos , varios poetas para l cantar la virtud y el valor del joven príncipe , y toda clase de instrumentos de música. Solo á duras penas pudo Supurara abrirse paso por en_ tre la multitud al llegar á la calle real , en la que todas las conversaciones consistian en ponderar las virtudes de Rama. « Hoy es el dia en que Rama, va á ser declarado suce sor del reino por órden de su padre. Grande es la fiesta que hoy se prepara en obsequio del jó ven héroe cuyas virtudes labrarán nuestra felicidad , y que solo se complace en hacer bien á todas las criaturas. Desde hoy será Rama el príncipe de nuestra juventud ; desde hoy va á procurarnos todos los bienes que tur pueblo tiene derecho á esperar de Un príncipe virtuoso y magnánimo que ama á sus súbditos como sus propios hijos. » Tales eran las palabras que por do guiar llegaban á oidos de Sumantra , mientras se dirigia apresuradamente en bus ca de Rama para conducirle al palacio de su padre. Cuando el ilustre cochera se apeó frente á la casa de Ra ma, en la que reinaba tanta abundancia , esperimentó una satisfaccion vivísima, y contemplaba con asombro los ador nos lujosos de aquel gran palacio que igualaba en pedrería al del celeste esposo que diereció ser elegido por la hermo sa Zatzhi. Estaban agrupados en sus puertas una multitud de poe tas, bardos, cantores y panegiristas que formaban parte de su servidumbre para procurarle un grato sueno 6 halagar SUS oidos celebrando las virtudes de su real persona. Despues de haber atravesado seis recintos de aquel sun tuoso palacio cuajado de espectadores, penetró en el sépti mo, admirable por su acertada distribucion. Surnantra se acercó respetuosamente, é inclinándose sa ludó á Rama, cuya hermosura era deslumbradora y seme jante á la del sol cuando aparece en un cielo sin nubes. Dichosa mil veces la .reina Kaauzalya , á la que plugo 208 i< al cielo dotar de un tal hijo! El rey y Kekeyi desean, verte; así que, dígnate seguirme , noble Rama. » Oida la órden de su padre, que acababa de escuchar con la cabeza inclinada , Rama , el de los ojos de loto, habló de este modo á Sita: « Sita , el rey y la reina se han reunido, sin duda para deliberar acerca de mi consagracion como sucesor del trono. De seguro que mi madre Kekeyi, deseosa de complacerme en todo , está pugnando ahora para cenir con sus propias manos la diadema en mi frente. Parto aho ra mismo porque me tarda ver á aquel dueno de la tierra en su cámara , libre de cuidados y sentado junto á Kekeyi.» Sita le respondió: « Ve, mi noble esposo á saludar á tus padres. » Numerosos eran los espectadores que agrupados en las puertas ansiaban saludar al noble dueno cuando salió de su palacio. llama al verlos se les acercó, saludándolos á todos; .luego sin perder un momento se lanzó á su carro de plata que estaba ya dispuesto, y partió este produciendo un es truendo igual al retumbo del trueno. Rama salió de su pa lacio, como sale la luna de entre nubes blanquecinas. Lakhmana se colocó detrt5s del. augusto llama, corno Upendra detrás del dios Indra , para hacerle sentir suave mente los dulces efectos del quita-sol y el espantamoscas. Un grito unánime é inmenso de Halá ! Halá ! resonó por do guiar, dilatando tedos los corazones cuando se vió á Rama en su coche, por ser el hombre mas noble de cuan tos le usaban. A medida que iba ádelantando el jóven príncipe saluda ba á la multitud , distinguiendo á muchos de los especta dores con una palabra, una sonrisa, una mirada ú otro signo cualquiera. Las mugeres , asomadas á sus ventanas, contemplaban con amoroso asombro aquella marcha triunfal de Rama, del que ponderaban sus virtudes, no sin sentirse el alma dulcemente aprisionada. « Rama, decian unas, seguirá el glorioso camino de sus antepasados, y en el que aun les adelantará por sus infini tas virtudes. Nos gobernará como su abuelo y su padre , y aun mucho mejor sin duda alguna. Demos tregua á todos los goces hasta que el jóven príncipe haya sido asociado al trono. » , « Ah! deeian otras, nada hay preferible á la consagra cion del valiente Rama, al que queremos mas que á nues tra propia vida. Regocíjese la reina Kaauzalva de tener un hijo como tú, y que Sita comparta contigo, noble hijo de Raghu el poder y la gloria. Cuando el amor paterno haya cenido tus sienes con la corona ansiada, goza , Rama, una prolongada vida, que ojalá endulce la derrota de tus ene migos! » Tales eran las gratas palabras que llegaban á oidos d el hermoso jóven mientras se dirigía al palacio del ~narra. Ningun hombre, ninguna mugar había que pudiese apartar de él la vista , ni que dejase de tener el alma arrobada por la anagestad y las demás cualidades del héroe. 209 g< Botánica. EL LUPULO. El lúpulo crece naturalmente en Europa en los prados riberenos y en los márgenes de los bosques. Como la hi guera , el moral , el árbol del pan , el cánamo , la hortiga y la parietaria , es sabido que el lúpulo, forma parte de la familia de las urtíceas; sus tallos son recojidos, angulosos, algo ásperos al tacto, encorvados, largos de diez á doce piés y algunas veces mas ; sus hojas tienen una forma re cortada á guisa de un corazon y dentadas como una sierra; algunas reces enteras, á veces divididas hasta una mitad en tres, cuatro y hasta cinco lóbulos. Sus flores unas son machos y otras hembras, de un color verdoso y repartidas en diferentes tallos; las flores machos están dispuestas en pequenos grupos en el remate de las ramas; las hembras nacen en unos conos escamosos y comprimidos que ,forman pequenos hacecillos en el arranque de las hojas. El fruto es un pequeno grano de forma redondeada, algo compri mido, rojizo y está cubierto de una membrana. Se cultiva esta planta en Alemania, F!andes, Inglaterra y Francia, para obtener los conos escamosos que como acabamos de decir, llevan los tallos del lúpulo hembra yen los cuales nacen las flores de aquel sexo. Estos conos des piden un olor que tiene mucha analogía con el del ajo, y su sabor, aunque es muy amargo, no tiene nada de des agradable. La principal aplicacion del lúpulo es su empleo en la fa bricacion de ciertas clases de cerveza , como diremos lue -• -• • - - • _ • • - • •••••• ¦••¦•• % , •-•-• La cosecha del lúpulo go ; pero tambien se emplea, en medicina. Los conos que hemos indicado son las partes del lúpulo que mas se em plean ; las hojas y las ramas apenas tienen utilidad. La opi nion general es que la cerveza en cuya composicion ha entrado el lúpulo, preserva del mal de piedra ; varios mé dicos han creido poder afirmar por las observaciones hechas en Lóndres, que en esta ciudad habla muchas menos per sonas atacadas del mal de piedra desde que se hacia uso del lúpulo. Antiguamente hasta se creia que esta planta tenia la propiedad de disolver los cálculos de la vejiga, TOMO VI. - pero ya hace mucho tiempo que los médicos reconocieron' la falsedad de semejante suposicion. Lo que sí es probado que el lúpulo es muy diurético. En otro tiempo tambien se empleaba esta planta fermentada para calmar los dolo res causados por la gota, las luxaciones y las contusiones; pero entonces se la hacia hervir con cerveza. Se emplean igualmente los conos del lúpulo por la propiedad que tiene su principio amargo de entonizar el estómago ; al efecto se hace disolver aquel principio , ya sea en alcohol ya en agua caliente. Estos estractos del lúpulo por medio del agua ea 27 liente , se preparan comun mente como el té ordinario. Se emplea como remedio para el escorbuto, las enfermedades escrofulosas , la ragua:3 y sobre todo en las enfermedades cutáneas, etc. En algunas comarcas del Norte la tintura alcohólica ó el estracto del lúpulo se prescriben como una especie de adormidera. Tambien en los paises del Norte los retonos del lúpulo, cojidos aun tiernos al principio de la primavera, se sirven en la mesa á modo de espárragos y ton preferencia á estos por ser, segun aquellas personas que están acostumbradas á comerlos, mucho mas sabrosos. En fin, para no omitir ninguno de los principales usos del lúpulo, diremos que la corteza de su tallo da una hi laza grosera que se hace entrar en la confeccion de las cuerdas. Los frutos del lúpulo , por su inmenso empleo en la fa bricacion deja cerveza , forman al presente un ramo con - siderable de comercio y su cultivo ha sido un objeto de preferente atencion para los agrónomos. Recordaremos en pocas palabras los detalles de su cultivo. En una tierra lijera y no obstante muy sustanciosa , al abrigo de los vientos y en una localidad sombría, se co locan, en agujeros espaciados á una distancia de seis piés entre sí, las cepas vivaces sacadas de una antigua planta cion. En el segundo ario se hacen salir nuevos tallos, des pues de haber cortado los primeros cerca del suelo y que alcanzan algunas veces hasta cerca de treinta piés. Dos meses despues de haber florecido, el lúpulo llega á su grado de perfecta madurez. El momento favorable para la cosecha es aquel en que las escamas de los frutos pasan del color verde á una gradacion pardo oscura. Entonces, como lo indica el grabado que acompana este artículo, los tallos del lúpulo se cortan á unos tres piés del suelo y los •tonos se arrancan enseguida. Para conservar los frutos del lúpulo, se les hace secar con rapidez en un horno ó por cualquier otro medio aná logo; y despues á fin de impedir que dichos frutos se re duzcan mas tarde á polvo, se les estiende en aposentos bien secos y en los que circule el aire, donde vuelven á tomar su primitiva elasticidad. Por último, se recogen di chos frutos y se guandsan en sacos. Los ingleses que han perfeccionado el cultivo del lúpulo quizá mucho mas que otras naciones, no se contentan con reunir en haces los tallos del lúpalo, formando densas ma sas, como lo indica el grabado y se verifica en Alemania y otros paises del norte; si no que han sustituido en primer lugar á esta especie de setos unos emparrados ó empaliza das sostenidos por una hilera de'larchas verticales entre lazadas por varias hileras de perchas horizontales. Estos emparrados colocados dando la cara al mediodía, se car gan mas prontamente de hermosos frutos que se recojen con el ausilio de escaleras dobles y á medida que madu ran. En fin , en estos últimos tiempos se ha sustituido á los rodrigones 6 estacas de madera, unas barras de hierro pun tiagudas que favorecen mucho mas la fructifieacion y cuya accion se esplica comparándolas con los para-rayos. Indu dablemente la imensidad de la corriente eléctrica, que aquellas barras hacen circular por la plantacion , debe ace lerar la vegetacion. El cuadro de la cosecha del hipalo que ofrecemos á nues tros lectores, está tomado del natural no habiendo omitido ningun detalle. En Inglaterra sigue á la cosecha una fiesta agrícola que preside una de las trabajadoras que mas se ha distinguido y á la cual se da el pomposo título de reina. Adornada con su mas hermoso traje, la reina elegida por los trabajadores, lleva cenida una corona de lúpulo ; su falda va tambien con guirnaldas de flores de la misma plan ta, con las cuales se forma igualmente un gran ramo que sostiene con su diestra á guisa de cetro. Así como en Fran cia, por ejemplo se celebra con frecuentes libaciones la cosecha del vino en la Gran Bretana que carecen de aquel suave licor que tanto enriquece á las comarcas meridiona les, festejan la cerveza que lo reemplaza y á los que mejor cultivan el lúpulo y recojen con mas provecho y cuidado los frutos que sirven para fabricarla y que tanto nombre le dan entre las cervezas conocidas. Historia. DEL ORtEEN DE LAS LEYES, ARTES, CIENCIAS Y SUS PROGRESOS EN LOS TIEMPOS ANTIGUOS Del primer órden de las leyes positivas.— Del segundo órden de estas mismas leyes llamadas civiles. Nada se puede decir con seguridad de las primeras cons tituc!ones políticas; cuanto se ha escrito sobre este parti cular se reduce á conjeturas. El exceso del desórden hizo .que se pensase en establecer leyes, las cuales son debidas á la necesidad, frecuentemente á los delitos y rara vez á la prevision. Hay bastantes fundamentos para asegurar que las mas de las leyes necesarias á la conservacion de la so ' tiedad tienen casi la misma fecha que esta. Los reglamen tos concernientes á los bienes de los particulares, las leyes penales, las formalidades del matrimonio y el estableci miento de un culto público habrán sido, á nuestro enten der, los primeros objetos en que los legisladores se ocupa sian. El orígen ,del derecho de propiedad es tan antiguo como las sociedades; desde el instante en que se han reunido las familias ha tenido lugar la distincion del TUYO Y mio. Sin embargo, este derecho no fié bien determinado, ni bien conocido hasta despues de la forrnacion del gobierno políti co , y entonces ha sido necesario un cierto órden y coloca cion en los negocios de la sociedad ; se hicieron reglamen tos para asegurar á cada uno la pacífica posesion de lo que disfrutaba, y estos han producido el derecho civil ; pero, como hemos dicho ya, el código civil de los primeros pue blos habrá, sido muy poco dilatado, porque privados los hombres de la mayor parte de las artes no tenían otros bie nes que sus bestias, algunos muebles y utensilios , cuyo uso les era absolutamente indispensable. Siéndoles incógnitos los principales objetos para que han sido instituidas las le yes civiles no tenian necesidad de muchas formalidades pa ra patentizar sus obligaciones, y terminar los litigios: Si tenemos suficientes pruebas para decir que en los primeros tiempos los hombres casi no han tenido leyes ci viles, mayores las hay para asegurar que no ha sucedido así con las penales, pues el establecimiento de estas era in dispensable para reprimir los impulsos y tentaciones, que cada particular regularmente tendría de volverse á su an tigua libertad natural. Es una de las desdichas de la humanidad el que todos los hombres no sean igualmente inclinados al bien y á la justicia. El fin de la sociedad política es asegurar la tran quilidad de los ciudadanos. Ha sido preciso tomar precau ciones para contener los excesos que la podian turbar, la experiencia ha hecho conocer que el apoyo de la- sociedad depende enteramente del poder coactivo , que con castigos ejemplares intimida á los malos y refrena la fuerza de las pasiones, y de aquí proviene la necesidad de leyes penales. Sabemos por las leyes mas antiguas que nos han quedado ser su principal materia los delitos, y aun los mas frecuen tes entre pueblos sin género de policía, como el robo, el homicidio, el rapto, las injurias y en una palabra todo lo que se comete por violencia. No nos es posible averiguar por menor la cualidad de las antiguas leyes penales. La del Talion seria la primera de cuantas se han establecido ; es dictada por la equidad mas sana y natural ; se observaba exactísimamente entre los hebreos, y estamos persuadidos que en este punto Moisés no hizo mas que conformarse con los usos primitivos. Aun los salvages la observan ; los legisladores griegos y ro manos tambien la habian autorizado. Es cierto que su eje cucion podia tener en varias circunstancias inconvenientes grandes y alguna vez imposibilidades, pero para evitar este dano se han imaginado despues castigos y compensacio nes , que reparasen debidamente la ofensa que la ley cas tigaba; entre los hebreos tenemos ejemplos, de los que hablaremos cuando tratemos de las antiguas constituciones de la Grecia. Se puede asegurar que las antiguas leyes penales gene ralmente habrán sido severísimas ; desde los primerostiem. pos se ve á, Thamar condenado al fuego por adúltero; igual rigor se nota en las leyes de los egipcios, de que pronto hablaremos; las de los chinos prueban esto mismo ; y otro tanto se debe decir de las de Moisés ; la blasfemia, la ido latría , la violacion del Sábado, el sortilegio, el homicidio, el adulterio, el incesto, el rapto , el pecado contra la na naturaleza y las violencias contra los padres, se castigaban con muerte, y con un género de muerte cruelísima. Se decia que las leyes de Dracon , uno de los primeros le gisladores de Atenas, hablan sido escritas con sangre; la ley de las doce tablas entre los romanos se hallaba llena de disposiciones cruelísimas, pues á casi todos los delitos im ponia pena capital ; el suplicio de los delincuentes entre los galos se reducia á ser quemados vivos estos infelices en ho nor de los dioses. Las leyes no solo deben asegurar la vida y tranquilidad de los ciudadanos, sino tambien manifestar el estado de los particulares, buscar medios para su manutencion , preca ver todas las causas de discordia y formar el espíritu y co razon de los pueblos, inspirándoles sentimientos propios á mantener la paz y concordia entre las familias. Notamos en todas las naciones cultas dos usos que se deben contemplar como base y fundamento de todas las sociedades políticas; el uno, las formalidades que arreglan la union del hombre con la muger,, que fijan las obligaciones del matrimonio y el estado de los hijos; el otro las ceremonias de un culto público y solemne hecho á la Divinidad Estos dos particu lares han sido los medios mas propios y eficaces , de que los legisladores se han servido para conservar y arreglar los estados , de cuyo gobierno han sido encargados. La inclinacion recíproca que los dos sexos se tienen es el principio que perpetúa y mantiene la sociedad , pero si esta inclinacion escede de ciertos límites, ocasiona muchos males. Antes del establecimiento de las sociedades políticas en el' comercio que entre sí tenian los d os sexos no seguian otra regla que sus apetitos brutales, las mugeres se hacian del primero que las ocupaba, pasaban á los brazos de cual quiera que tenia fuerza para robarlas 46 destreza para sedu - cirlas. Los hijos , que provenian de estos comercios desar reglados , nunca podian saber quienes eran sus padres, solo conocian á sus madres de quienes por este motivo tomaban el nombre. Nadie estaba encargado de su educacion y crianza , por lo que se veian expuestos continuamente á perecer. Semejante desérden no podia dejar de ser perjudicialísi mo; importaba mucho establecer reglas en el comercio de los dos sexos para asegurar la vida de los hijos , y dar mo do de educarlos, lo que se ha podido conseguir sujetando á ciertas formalidades la union del hombre con la muger. Las leyes del matrimonio han puesto freno á una pasion que no quisiera sufrirle; han hecho mas, determinando los grados de consanguinidad que hacen ilegítimas, las alianzas manifestaron, á los hombres que debian reconocer y respetar los derechos de la naturaleza; finalmente ellas son las que patentizando la condicion de los hijos, han perpe tuado ciudadanos al estado, y dado á las sociedades una forma fija y segura. No hay otras que mas hayan contribui do á mantener la paz y union entre los hombres. La institucion de las leyes y formalidades del matrimonio es antiquísima ; la Escritura nos presenta ejemplos del res peto , que ya en los primeros tiempos se tenia á un esta blecimiento tan necesario á la quietud y conservacion de la sociedad. La historia profana depone igualmente esta verdad ; to das las antiguas tradiciones concuerdan en atribuir á los primeros soberanos los reglamentos concernientes á la union del hombre con la muger. Menés, que pasa por el primer monarca de los egipcios, ha establecido la ley del matri monio entre sus vasallos; los chinos dan este honor á Fo-hi, su primer soberano; los griegos confesaban ser deudores de establecimiento tan útil á Crecrops , que debe ser repu tado por el primer legislador de la Grecia. La fábula, cuyo orígen es de la mayor antigüedad , jamás nos presenta sino una esposa legítima ; Júpiter, Osiris , Pluton , etc., no tie nen mas que una esposa. Los cretenses pretendian conser var la memoria del lugar, donde se hablan celebrado las bodas de Júpiter con Juno ; cada ano se celebraba en aquel sitio un aniversario con la fiel representacion de las cere monias que la tradicion decia haberse observado en el ta/ matrimonio. Finalmente en las leyes de todos los pueblos cultos se ve el gran cuidado que los legisladores han tenido en favore cer el matrimonio. Moisés ordené que los nuevos casados estuviesen exentos por el primer ano de ir á la guerra, y dispensados de toda gabela pública; entre los peruvianos ningun tributo pagaban el primer ano los casados. Los antiguos legisladores hicieron mas ; para asegurar los nudos del matrimonio, y hacer este lazo mas respeta ble, decretaron penas contra los que quisiesen turbar su union y concordia. En todos los tiempos y entre todas 1 naciones. cultas fué prohibido el adulterio. Los legisladores eran demasiado instruidos para no conocer cuan contrario es este delito al buen &den y quietud pública ; lo mismo han hecho con el rapto y con el estupro. No se podían to mar demasiadas precauciones contra una pasion ,§ cuyas consecuencias hubieran causado infaliblemente la rraina to talde 1a-sociedad. Pasemos á la institucion .de las ceremo nias religiosas. El establecimiento de un culto público y sole'mne, es sin duda lo que mas ha contribuido á moderar y humanizar los. pueblos , á conservar y fortalecer las sociedades. La existencia de un Sér supremo , árbitro soberano de todas las-cosas, y dueno absoluto de los sucesos, es una de las -primeras verdades que siente y conoce toda criatura inte ligente, y que quiere hacer uso de la razon. De este co nocimiento proviene la idea natural de recurrir en los in fortunies. á aquel Sér todo poderoso, de invocarle en los mayores peligros, y de procurar su gracia y proteccion por actos esteriores de sumiaion y respeto. La religion es ante rior á las sociedades civiles é independiente de todo con venio humano. Pero la depravacion del corazon , la ceguedad del espí ritu y sobre todo la supersticion muchísimas veces han obs •cureeido y trastornado las ideas que el hombre debe tener de la Divinidad ; frecuentemente adoró varios séres , que creia capaces de protegerle. Luego que muchas familias se 'han sujetado á una forma de gobierno político, se conoció -cuan peligroso seria dejar á cada particular en la libertad de formarse una religion á su gusto , por cuya causa se pretendió reunir en un culto público y uniforme todos los homenajes de cada . miembro de la sociedad. a Que nadie tenga en particular nuevos dioses , dicen las leyes romanas, que ninguno adore aun en secreto dioses estranos , á menos que su culto haya sido admitido por autoridad pública.» -Todas las naciones civilizadas han conocido la verdad de este principio, han comprendido fácilmente que ninguna -sociedad podia subsistir sin un culto público. A cualquiera país que še vaya, se hallan altares, sacrificios, fiestas, ce remonias religiosas, sacerdotes, templos y lugares consa grados pública y solemnemente á la Divinidad (I). Por los mas antiguos monumentos de la historia, sabe mos que fueron los primeros soberanos quienes instituye • ron las ceremonias de la religion , y los que arreglaron el culto público, que siempre han hecho á la Divinidad todos los pueblos civilizados. Se ve que en los primeros siglos y aun mucho tiempo -clespues el sacerdocio se halló unido con el cetro en la per_ -sona de los reyes, cuya noticia consta por la Sagrada Es critura, por Hornero y los demás autores profanos, por lo -que seria inútil insistir mas en este asunto. Digamos alguna cosa de ciertos usos particulares, que habrán provenido del -establecimiento de las primeras leyes positivas. La institucion del derecho de propiedad y las leyes del -matrimonio han sido causa de varios usos y costumbres, (1) Las proposiciones y reglas ma3 generales padecen algunas escepci o_ . ,nes. Se nos objetará acaso que varios escritores antiguos y modernos hablan de pueblos , en quienes ningtma senal de relIgion se advierte , pero es pre •clso notar que estos se reducen cuando mas á cinco ó seis, é igualmente de bemos observar que no forman sociedades numerosas; ypreguntarnos, ?este corto nomero de hombres comparado con el resto del género humano puede abolir la regla general, á saber , que una sociedad no puede subistir sin un culto exterior, máxima cuya verdad se confirma por la práctica y ejem p10 de todas las naciones, asi civilizadas como salvajes ? Por otra parte ?no admite pop ventura duda alguna que hayan existido, ó que aun existen so ciedades, en las que no hay culto alguno exterior ? ?Los escritores ó viajan tes citados se hanmantenido bastante tiempo entre los pueblos de que hablan para asegurarnos esta noticia? que se deben considerar como el arígen y base de todas las leyes civiles. N9 debiéramos en rigor hablar de estos usos hasta en el artículo de dichas leyes; pero siendo una serie na tural de leyes políticas , habiendo tenido lugar en todas las sociedades cultas , y habiendo aun precedido á las leyes civiles que fueron creadas solo para perfeccionarlos, nos es forzoso hablar ahora de ellos , para seguir los progresos de los establecimientos que sucesivamente han concurrido á formar los estados y cuerpos políticos. Estos usos parti culares son los que se han observado en los convenios ma trimoniales , sucesiones , contratos , obligaciones y final mente en los juicios. El uso quiere hoy que la muger lleve al marido cierta cantidad de bienes , cuyo usufruto tenga éste durante el matrimonio; lo contrario sucedia entre los antiguos; la costumbre quería entonces que el que se casaba se viese obligado de algun modo á comprar la muger , ya por ser vicios que hacia al padre de la que pretendía, 6 ya por presentes con que regalaba á la misma esposa. Abrahán entrega á Eliecer muchas alhajas magníficas cuando le en.. via á pedir á Rebeca para Isaac ; Jacob por casar cán Ra quel sirvió á Laban siete anos ; Sichen cuando pidió por esposa á Dina , hija de Jacob, dijo á los hijos de este pa triarca : « pedid por su matrimonio cuanto gusteis , y los presentes que querais os los daré muy contento. » Esta costumbre ha subsistido por mucho tiempo en varios pue blos; Hornero hace mencion de ella con bastante frecuen cia. El uso de comprar las mugeres que se pretendian por esposas, se practicaba entre los antiguos habitantes de la India, Grecia , Espana , Alemania, Tracia y Galia ; y aun hoy sé compran las rnugeres entre los chinos, tártaros, pueblos de Tonquin , Pegu , moros de Africa ,.turcos, ha bitantes de Transilvania y salvajes. La division de las sucesiones es uno de los objetos mas importantes de la sociedad ; asunto , que á la verdad solo debió ser interesante en los pueblos cultivadores; pero del que se ha pensado sin embargo en todas las sociedades po líticas, pues vemos qué en los primeros tiempos se han establecido reglas sobre este particular, y parece que en tonces los padres eran duenos absolutos de sus haciendas. Los hijos que Abrahán habia tenido fuera de Sara nada heredan de su padre, quien les excluye de la sucesion por dejar todo su patrimonio á Isaac; aquel patriarca se con tenta con hacer algunas donaciones en vida á los demás hijos. Tarribien vemos que Jacob mejora á José en todas las tierras que habla ganado á los amorrheos. El autor del li bro de Job nota que este santo hombre dejó á sus hijas en herencia una parte igual á la de sus hermanos. Ya entonces el primogénito tenia ciertas prerogativas, de lo que nos da suficientes pruebas la historia de Jacob y Esaú. El derecho de primogenitura sirve de pretesto á La ban para justificarse con Jacob de la traicion que le ha he cho substituyéndole á Lia en lugar de Raquel, que había sido la prometida. Finalmente los mejores escritores de la antigüedad nos aseguran que segun el uso universal y cos tumbre de todas las naciones cultas los primogénitos tenian autoridad sobre sus hermanos. Tambien se debe poner en el número de los mas anti guos conocimientos la invencion de ciertos medios y usos, propios para manifestar los principales actos de la vida civil. Los negocios importantes de la sociedad, como las obli gaciones recíprocas, las ventas, el estado de las personas, la propiedad y cantidad de bienes, los matrimonios, los juicios, etc. en todos los tiempos han tenido necesidad de
Descripció
Puntuació | |
Títol | Abeja, La. No. 6 (1 enero 1870), p. 199-238 |
Descripció | Informació addicional del títol: revista científica y literaria ilustrada, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes por una sociedad literaria |
Títol addicional | Revista científica y literaria ilustrada, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes por una sociedad literaria |
Editor | Biblioteca de Catalunya |
Data de publicació | 2008 |
Data del document original | 1870 |
Tipus de recurs | Text |
Format | |
Font | Publicació original: Barcelona : Librería de D. Juan Oliveres, [1862-1870], No. 1 (1 enero 1862)-No. 3 (1 enero 1964) |
Llengua | spa |
Relació | http://cataleg.bnc.cat/record=b1056597~S10*cat |
Gestió de drets | Còpia permesa amb finalitat d'estudi o recerca, citant la font "Ateneu Barcelonès". Per a qualsevol altre ús cal demanar autorització |
Resolució | 150 ppp |
Compressió | JPEG, compressió baixa |
Definició | 8 bits |
Història de canvis | Imatge original TIFF, sense compressió, a 300ppp |
Descripció de la pàgina
Títol | 06_No. 6 (1 enero 1870), p. 199-212 |
Transcript | ; 199 Pero en Italia presto se mudó de gusto; acaso costaba de masiado hacer bajar á la tierra aquellos celestes persona ges, v mirados de cerca conservaban poco su celestial n'a gestad; pens6se pues en desterrar esta sobrenatural mara vida, y la ópera en música ha venido á parar en una ver dadera tragedia, puesta en pompa por la música , danza 'y variedad de las acotaciones: esta es la Opera italiana, ele vada á tan alto concepto, que domina en todos los teatros de Europa, escepto en Francia y Espana, que hace algun tiempo se ha ido desterrando de nuestros teatros en clase de diversion estrangera. Los italianos , queriéndose hacer maestros como en otras ciencias en el arte dramático de las demás naciones, alegan en apología de su gusto dominante hácia la música y danza, que si la tragedia es por sí misma la produccion mas sublime de la poesía tlramática, para hacer desterrar el vicio con horror, y para inflamar el al ma en las virtudes mas sólidas, qué será si se expresa con música? ?Con aquella arte encantadora con que Orfeo se llevaba tras sí los hombres, las fieras, los bosques , las ro cas, y por medio de quien edificaba ciudades, bajaba á los infiernos, persuadia á los jueces de aquella rigurosa man sion, suspendia los tormentos á los condenados, superaba las barreras de la muerte, y quebrantaba los irrevocables decretos del destino ? Y así ? qué será esta tragedia musi cal adornada con danzas, pintura, escultura , arquitectura, y con la mas pomposa. riqueza de vestidos, y de las mas elegantes decoraciones? Todas las bellas artes se acrisolan para este espectáeulo. Si la Ifferope de Maffei nos mueve, nos enternece, nos hace verter lágrimas , fuerza será que puesta en ópera , las angustias , los mortales temores de aquella desventurada madre nos traspasen el alma; fuerza será que las imágenes que la asaltan nos atierren, y que su dolor y turbacion nos quebranten y arranquen el cerazon. Así la ópera será el dechado de los espectáculos, el non plus ultra del recreo y utilidad: entremos á verla. fié aquí un vastísimo pozo, cuya área está arreglada de filas de gentes: unos conversan , otros vuelven la cabeza acá y allá : uno lee, y otro bosteza, y aun hay quien duer me: todo el rededor está por la mayor parte de arriba á bajo agujereado de celdillas, y en cada una hay anichada una mujer por lo menos, circuida de un murmullo de hombres armados de telescopios, los cuales les sirven de brújula para ir de celda en celda charlando, jugando , co miendo y bebiendo. ?Y la ópera, la grande ópera, dónde la tenernos? « Allá en el fondo (dice Milicia en su Teatro) despues de aquella doble batería de instrumentos, se ven mover y caminar adelante y atrás algunas figuras con há bitos extraordinarios, jamás usados de pueblo alguno ; y mas si es bufa (4) , 6 de carácter ridículo, que las mas son un tegido de disparates: pero en las mas sublimes se nota un extraordinario lujo de trajes, joyas y perlas, que no po seen tantas todos los soberanos del mundo. Oyese salir de cuando en cuando de aquellas estrailas figuras alguna te (1) El Anfiparnaso de Horacio Vechi, recitado en 1591, es la Primera (Me rabufa que sabemos se ejecutó, y despues del Orfeo y Euridice, la Dafue y la Ariadna de Octavlo Elinuclijni. Ab:'?te Andrés, toni. 4. cap. 4. p. 292. nuísima voz ; pero nunca se entienden las palabras : vemos que se mueven ; pero apenas se alcanzan á ver los gestos. Pónese la ópera en los cuernos de la luna, si las cuatro ó cinco horas de su duracion da indicio la mayor parte de los espectadores (todos nunca). de querer oir lo que por un medio cuarto de hora canta uno solo, ó un par de actores. A este silencio se sigue un solemne palmoteo, y algun grito del cortés auditorio , inventor de semejante antisomnífero. Interrumpen ópera tan bella dos bailes, á que todos los es pectadores están atentísimos y mudos, como si los hubiesen de ver por los oidos; y el bailarín que mas salta, y mas tuerce los piés y el cuerpo, es quien se lleva mas aplausos. Terminado el segundo baile, aunque falte todavía una ter cera parte del drama , se va la mayor parte de la gente, bien recreada y en estrerno instruida. Si hay en el mundo espectáculo de quien se pueda de cir : Spectalum:.wintissi risum teneatis amici ? es ciertamente la ópera italiana. Necedad magnífica , dis puesta con gran cuidado y •mayores gastos; pero siempre necedad. Necedad comparada al agua de aquella fuente de Tesalia , la cual por la virtud- que tenia de entorpecer, no se podia guardar en otro vaso que en cráneo de borri co» (1). No obstante debemos confesar que se le debe á la nacion italiana la introduccion y propagado') del buen gus to en la música á todas las naciones mas cultas; de lo que dan un buen testimonio el espanol Arteaga en su tratado de la ópera italiana : las representaciones dadas en el teatro de San Cárlos de Nápoles, Milán, Venecia, Turin , Floren cia , Parma , Roma etc.; y que entre los muchos y buenos compositores que ha poseido la italia , no se nos podrán borrar jamás de la memoria las obras de Pargolesi, Delfan te , Zingareli , Maestro Per, Domenico Cimarosa y Gio vanni Paisiello , con los poetas cesáreos Silvio Stampiglia, Apostol Zoilo, y Pedro Metastasio , reformadores del teatro lírico , y autores del melodrama ; en particular el último, . que por su vasta erudicion y gusto es bien conocido y es timado en la república literaria : como tambien el Taso, el Guarini, autores de la 'Intima y el Pastor L'ido , modelos de la poesía pastoral, el tierno y dulce Francisco.Petrarca, el delicado Ariosto , el célebre abogado Carlos Goldoni, Casalbigui autor del Alcesle , y 'Cliiari , Albergati , Vili, CherloPi, etc. que han merecido opinion entre los cultos por su mérito dramático ; agregándose asimismo los dies tros actores y actrices que ha logrado este arte encantador, nativo en el gusto y propension nacional de la Italia que no se ignoran : á los cuales han acompanado siempre los mas hábiles, teóricos y prácticos profesores en toda clase de.mstrunien tos, que seria molesto referir, pues es notoria la fama y progresos .de los que mas han sobresalido, y que hasta ahora se conocen. (I) « Apóstol Zeno condenaba los dramas líricos, ,• in embar,ço de que te nia tantos compuestos ; porque los llenan de abusos al representarlos, no buscando en ellos mas que un vano deleite auricular. Teatro de O. Francisco Milicia, obra escrita en italiano, y traducida al espaiiol, cap. J. p. 80. )1 200 In Historia natural. LAS CIGUENAS. No existe quizás ningun ave que haya sido mas univer salmente protejida en los diversos paises del Mundo como la cigüena ; y esta proteccion deriva de les servicios que presta al hombre, ya aislado, ya viviendo en sociedad , so bre todo en las comarcas agrícolas, purgando el suelo de animales daninos y no ocasionando jamás ningun dano. Es ta veneracion era tan grande entre los antiguos pueblos, que llegó á ser considerado como un crímen dar muerte á una cigüena. El tribunal del crímen de Thesalia , condena ba á pena de muerte al matador de alguna de esas aves. La cigüena era como el ibis , un objeto de culto entre los egip cios y las costumbres contribui rian sin duda á aumentar aquel respeto que se ha peaspetuado en tre los orientales y del cual se hallan todavía algunos rastros en Suiza y en Holanda. Esta ave pro fesa un carino tan grande á su prole que no la abandona jamás.. La historia ha consagrado el ras go admirable de la cigüena de Delft. la cual , despues de haber se esforzado inútilmente para sal var á sus pequenuelos, se dejó quemar con ellos en el incendio de aquella poblacion, antes que abandonarlos. Los tiernos cuida dos que esas aves rinden á .sus padres cuando viejos no son me nos notables; por manera que en su honor los griegos hicieron la ley que lleva su nombre (lex ..eiconia)., la cual obliga á los hi josá mantener á aquellos de quie nes han recibido el ser, aun que se hallen reducidos á la indigencia. Si bien las cigüenas en los paises en que se las respeta y proteje, no les asusta la presencia del hombre y algunas veces su confianza es tal que dejan acercarse hasta muy corta distancia, no obstante no se ha logrado hasta ahora, al menos que sepamos, domesticarlas de un modo comple to como sucede con otras varias aves. Sea que á causa de su instinto de emigracion conserve, y mantenga , su carácter montaraz, sea que por su:índole especial la domesticidad la aleja de los sitios que le son predilectos y en los que halla su natural sustento, sean en fin, otros los motivos, es un hecho que la cigüena ni libre ni aprisionada vive en constante con tacto con el hombre. Si este la obliga á permanecer á su lado, se entristece, enferma mas 6 menos tarde y muere. Las cigüenas parece que tarnbien conocen el sentimiento del reconocimiento por la proteccion que se les concede, volviendo cada ano á los mismos sitios que escojen por mo rada; pero su propio interés basta para esplicar estas vuel tas constantes de las cuales tambien ofrecen ejemplo las golondrinas y varias otras aves. Por otra parte, et.vulgo está todavía persuadido que traen la dicha en la casa en que se establecen ; y en algunos paises colocan en las azoteas, torres ó terrados , esterillas y cajas destinadas á servir de base para la construccion de strs nidos. Cuando las cigüenas vuelven á hallar estos ni los á su regreso por la primavera,. se establecen en ellos con signos de manifiesto júbilo, y cuando se ven forzadas á practicar otros nuevos se las yé afanosas acumular pajas , tronquitos y juncos, con cuyos materiales los forman. Los sitios que les son más predilec tos son los remates de las torres y de los campanarios, las cimas de los árboles corpulentos, las orillas de algun ria chuelo y las recodos de elevados penascos; y el cuidado que se toman para sustraer á sus pequenuelos de la vista de todos los damás animales, hasta en tos mismos sitios, donde se les deja en perfecta libertad y reposo, no permite que se crea ligeramente en el re lato de lady Montagu quien indu dablemente se enganó tomando a aaaaa,, por nidos de estas aves algunos materiales reunidos en las sucias calles de Constantinopla donde las había vi4o pasearse tranqui b, lamente merced á la proteceion ' que, como llevamos dicho, se les dispensa en todas partes. ?( awalcuaLtraos chiugeüveonsasdepounnencoldoer bdlaonscoá, sgiocuro y algo amarillento, un poco nienores, pero mas prolongados , 11 ampolla mientras que la hembra ./`1)\ que los de la oca. El macho los va en busca de su alimento; los pequenos nacen al cabo de un mes, y en las primeras semanas están cubiertos de un pluinon de un co lor parduzco. El padre y la ma dre no van al mismo tiempo á la. caza para alimentarlos, sino que Ajdu,i'dC¦ Las cigüenas. • uno de ellos permanece á su lada para vigilarlos hasta el momento. en que ya son bastante fuertes para procurarse ellos mismos el alimento. Las cigüenas tienen el pico grande y grueso y mediana mente hendido ; sus anchas y ligeras mandíbulas producen al chocar unas con otras un chasquido particular. Sus pier nas son reticuladas y sus jarretes poco musculosos. Sus mo vimientos son lentos y grandes y mesurados sus pasos; en. su potente y sostenido vuelo, llevan ;a cabeza erguida y sus patas estendidas hacia atrás les sirven de timon. Etv cuanto llegan los primeros frios del otono van reuniéndose. esas aves, abandonando sus nidos y los sitios que le son, mas predilectos en las comarcas septentrionales para em prender en grupos mas ó menos numerosos su emigraciois á paises mas templados. Los puntos de reunion que escojen, para la partida son generalmente sitios elevados y apenas se hallan reunidas algunas de estas aves despiden un graz nido particular; como anuncio de la partida para advertir á las que se hallan dispersas. Generalmente acostumbran partir en las primeras horas del dia. Forman como las gru llas una especie de semicírculo y parece va capitaneado 6. guiado el .grupo por una cigüena que precede á las demás. Los pantanos, prados sombríos y orillas de los nos y es tanques son su morada habitual , y los pececillos, reptiles, pequenos mamíferos, antes triturados y macerados , gusanos &Insectos de todas clases, forman su cornun ali mento. 201 Pr El día y la noche en la naturaleza. par eton ttle. LA MANANA. No empleamos una vana metáfora al decir que por la manana se despierta el mundo vegetal. En efecto, al des puntar del día dan principio las plantas á una bulliciosa y nueva faena , que se manifiesta exteriormente por medio de un caudaloso desprendimiento de oxígeno., pero que en realidad consiste en la nutricion de las plantas mismas, 6 sea en la poderosa transforrnacion de sus jugos en la subs tancia de sus cuerpos. Las partes verdes de la planta son los principales agentes de este importante procedimiento vivificador , el cual se efectua bajo la influencia de la luz. Las hojas , por medio de sus poros, ponen la parte interior de la planta en comunicacion constante con la atmósfera en que aquella se mece. Pero la rapidez con que por este pro cedimiento se Consumen los alimentos, da muy en breve por resultado la carencia de esos medios de sustento. Él ácido carbónico que absorbe la planta del agua que la hu medece, no es suficiente para proveerla de la cantidad ne cesaria de carbono, y las partes que se hallan completa mente exhaustas de aquel ácido, tratan de procurárselo por otras vias. El ácido carbónico contenido en la atmósfera que rodea la piante , les facilita el medio de suplir esta falta. Siempre que el agua se halla expuesta al aire atrae gran cantidad de ácido carbónico, por tanto lo absorben tambien exteriormente los jugos de las plantas , en tanta abundancia á veces , qee el volúmen del ácido absorbido viene á ser igual á la cantidad total de líquido que en si contiene la planta. Resulta pues que dos veces durante el trascurso de un dia purifican las plantas el aire, primera mente por medio de la emision de oxígeno y luego por la absorcion de ácido carbónico. Por lo tanto , no solamente nos convida el árbol por la frescura de su sombra á que nos cobijemos debajo de su frondosa copa, sino tambien por el saludable efecto que insensiblemente experimentamos al inhalar la atmósfera más pura en que , llenándola de oxí geno, se mecen sus hojas. En la obscuridad de la noche funcrona la naturaleza de un modo enteramente distinto. Es verdad que la facultad de los órganos de absorcion parece ser próximamente la misma á todas horas , siempre que la planta no carezca de alimento ; pero el consumo por medio de la similacion es otro bajo la influencia de la luz. De noche disminuye el consumo de alimentos absorbidos , y se aglomera en el ju go tal cantidad de ácido carbónico, que no pudiendo con tenerla la planta en estado disuelto, lo arroja nuevamente á la atmósfera sin utilizarlo. Las partes verdes de la planta qué se hallan en contacto con el aire, es decir, los mismos órganos que durante el dia trataban de absorber del aire atmosférico la pequena cantidad de ácido carbónico en él contenida, son las que durante la noche facilitan la emision de aquel gas, eMision mucho más caudalosa á estas horas que durante el dia. Naturalmente debe verificarse al mismo tiempo en el interior de la planta, á consecuencia de la. falta de oxígeno que esperimentan los jugos vegetales, un acopio de este gas, absorbiéndolo la planta , aunque en TOMO VI. corta eantidad, de la atmósfera , de tal modo que la canti dad de gas absorbida durante la noche asciende á lo sumo de 4 y 112 á 6 y 112 por ciento del volúmen total do líquido contenido en la planta. Se comprende fácilmente que la emision de ácido carbónico durante la noche , de ninguna manera puede ser igual á la absorcion de aquel gas verificada bajo la influencia de la luz; porque si para la formacion de su cuerpo necesita la planta carbono, debe consumir por lo mismo, mayor cantidad de ácido carbónico de la que devuelve á la "atmósfera. Podría suceder , por lo *tanto, que á veces contuviera menos ácido carbónico la at mósfera de los valles que se hallan cubiertos de poblados bosques , que la de las regiones superiores ; pero el .movi miento continuo del aire restablece muy pronto entre sus elementos el equilibrio que perdieran á consecuencia de esta nutricion de los vegetales. Poi lo que acabamos de exponer vése claramente cual es el efecto producido por este doble procedimiento químico á que da lugar la diaria tarea de los vegetales. El desprendi miento de oxígeno no es mas que el resultado de la trans formador) del carbono contenido en el ácido carbónico en materias sólidas vegetales. Durante el día, mientras disfru tan de la accion vivificadora de la luz , se dedican , por tanto, las plantas á la formacion de sus cuerpos, ó sea al desarrollo de sus formas exteriores; su vida nocturna no es mas que un período de preparador) Para sus diarias fun ciones. La absorcion de oxígeno durante la noche sirve tan solo para descomponer las materias carbónicas conte nidas en el interior de la planta, y para formar nuevamente ácido carbónico, el cual descomponiéndose cede su carbono para la forreacion de la materia celular. Es evidente que la materia colorante verde, en cuya composicion entra muy corta cantidad de- oxígeno, no se forma sino bajo la in fluencia de la luz del dia , por medio de la descornposicion de cuerpos muy abundantes en oxígeno ; pero no es menos cierto que para formarse, tuvieron estos cuerpos que absor ber el oxígeno durante la noche. La prueba mas patente de este cambio de elementos tan indispensable para la existencia de los vegetales , es la que nos ofrece la muerte, por falta de nutricion que experi menta el vegetal cuando se le expone á la iefluencia Cons tante de la luz encerrado en un espacio limitado, en donde aquel poderoso agente le excita á fomentar una vida para. Ja cual no halla el necesario sustento en la atmósfera limi tada que le rodea. Durante el día aspira el mismo ácido. carbónico que exhaló la noche anterior, y durante la noche cambia el oxígeno por el ácido carbónico que, bajo la in fluencia de la luz, descompone él mismo al día siguiente. :Por lo tanto, la planta hambrienta, lo mismo que el animal hambriento, se consume por sí sola. Por fin llega á alimen tarse de su propio cuerpo. Es posible que en este estad° arrastre aun por algun tiempo una existencia achacosa' mientras absorba por medio de sus hojas su propio excre mento. Poro su crecimiento no adelanta , cesa su desarrollo' 26 202 1-1 Draper ha demostrado que la descomposicion del ácido car bónico solo se. verifica baje la influencia de los rayos ilumi y que ni los ra¦ os químicos ni los caloríficos del es solar son capaces de fomentar la mariden de los y desvaneciéndose el objeto de la vida se desvanece la vida misma. La cantidad de oxígeno que d'imante un risueno dia de verano se desarrolla en los prados y los bosques no es nada insignificante, ni lo es tampoco el trabajo que interiormente 'ejecutan.' las plantas y del cual resulta aquella emanacion de oxígeno.. Puede compararse ei• trabajo que lleva á cabo durante el verano un bosque de un solo morgen de exten sien , para transformar el alimento inorgánico en materias orgánicas, trabajo que tan solo se verifica bajo la influen cia de la luz , al trabajó no interrumpido que ejecutaran durante el mismo tiempoence caballos. Pero esto no debe admirarnos si consideramos que el trabajo total de un solo árbol robusto, trabajo que comprende ademas del de la lransformacion química de los elementos, el de la evapora - clon del agua, que es mucho mas cuantioso, equivale pró ximamente al de siete caballos. !Cuán equivocadamente afirma el sabio Salomon que no trabajan los lirios del cam po (I)! Nosotros vemos, Por cierto, que es bastante ardua la tarea que diariamente emprenden los vegetales. Ciertamente el trabajo no está igualmente distribuido entre los diferentes individuos del mundo vegetal. La ab sorcion y emision de ácido carbónico y. de oxígeno están muy *lejos de ser las mismas en todos los segetales, y esta diferencia sube de punto en las diferentes partes de cada planta. Cuanto mas carnosas sean las partes verdes de la planta y cuanto más jugo contengan, tanto menor será la cantidad de ácido carbónico que emitan durante !a noche. Las hojas y partes verdes de las plantas que contienen ele mentos volátiles , los cuales se transforman en resina por medio de la absorcion de oxígeno, aspiran, segun los esperimentos hechos por Liebig, mayor cantidad de oxíge no que las de otras plantas. Aquellas partes del vegetal, cuyos elementos carecen por completo de nitrógeno, ab sorben igualmente más oxígeno que otras de cuya composi cion forma parte dicho gas.. Pero una misma planta no puede producir á todas horas del dia igual cantidad de trabajo, puesto que la facultad para el desarrollo de oxígeno depende no solamente del grado sino tambien de la especie de luz a-que se halla ex puesta. Hace tiempo que á los físicos les consta que no solo poseen desigual refrangibilidad los rayos en que se descom pone la luz solar por medio del prisma , sino que obran tambien de distinto modo sobre los cuerpos naturales. Al gunos de estos rayos no producen impresion alguna en la retina de nuestros ojos, por lo tanto son invisibles para no sotros, y sin embargo bajo otros respectos producen efectos poderosísimos. Más allá de los rayos más refrangibles del espectro visible, es decir más allá de los rayos helados, hay otros más refrangibles aun, pero invisibles, los cuales solo se descubren por su accion química. Más allá de los rayos rojos menos refrangibles-, se extienden otros invisi bles y menos refrangibles aun, los cuales solo pueden per cibizse por medio del termómetro. El físico americano (1) El mismo autor es quien cornete aquí una no insignificante equivoca clon.- No fué el sabio Salomon sino el divino Jesucristo quien estableció aquella sublime comparado') entre los reyes de la t'erra y los lirios del campo, diciendo: «Mirad los lirios como crecen : que ni trabajan , ni hilan : piles os digo, que ni Salomon en toda su gloria se vistió como uno de estos. -:4.ocAs u, 1,7 » Y por cierto, la palabra trabajo solo puede aplicarse en seutido figurado á las funciones que interiormente ejecutan los vegetales, pues en realidad no hay tal trabajo. La absorcion y emision del gases en que estriba la existencia de los vegetales , corresponden á la resptracion, diges tion y demás funciones naturales de los animales y del hombre, y no al tra bajo corporal, á los cuidados y desvelos que pasa el hombre ambicioso y sediento de bienes mundanales, que es á lo que se refiere nuestro Senor. k Nota del Traductor. nantes peetro vegetales. Todo cuanto pueda disminuir la claridad de la luz solar debe contribuir tarnbien al entorpecimiento de la energía vital de las plantas. Solo una nube que de paso llegue á ocultar el sol , es suficiente para retardar el desarrollo de oxígeno , y si fuera mayor el oscurecimiento podria inver tirse completamente el orden del procedimiento. Desde el anochecer empieza á cortarse la alimentacion de los vegeta les, y en la sombra ó durante un eclipse se nota , siempre que no haya disminuido demasiado el calor , que los vege tales absorben oxígeno y emiten en su vez ácido carbónico, con tanta más viveza cuanto más abundantes sean los ele mentos albuminoSos contenidos en las partes verdes de la planta. Las vegetaciones de las diferentes zonas de la tierra nos demuestran , en grande escala , cuán variable debe ser la facultad nutritiva del vegetal durante el trascurso del dia, á consecuencia de las frecuentes variaciones que esperi.- menta la luz, ya sea por causa de la posicion en que se ha lla el sol , ya por la pureza del cielo , ya por. la mayor ó menor humedad de la atmósfera. Es costumbre entre no sotros ensalzar la extraordinaria riqueza y feracidad de la vegctacion tropical ; y sin embargo, nadie ignora que es en extremo difícil conseguir que crezcan y prosperen allá las hortalizas en que tanto abundan las zonas más templadas en que nosotros vivimos. Es verdad que en los trópicos se crian alpinas de ellas , cuales son las lentejas , las cebollas, las alcachofas y las habas; pero para lograr que prosperen siquiera medianamente , es preciso tener sumo cuidado con ellas. Requieren que esté el suelo mucho mejor abonado y labrado que en nuestros huertos , es menester regarlas abundantemente todos los dias mientras dure la estacion cálida y seca ; y en la época de las lluvias librarlas inme diatamente del agua supérflua por medio de canales de des agüe. Es indispensable evitar ademas, que ningun árbol vecino les prive , acaso con su sombra, ni aun parcialmente de la luz, ni pueden soportar el que se desarrolle junto ellas ninguna planta tropical, cuya extraordinaria feracidad aeabaria por ahogarlas. La duracion de su existencia dismi, nuye notablemente á veces de una cuarta y hasta de una tercera parte. Sus hojas permanecen pálidas, pequenas y' caldas; sus raices débiles y poco desarrolladas. Muchas de ellas no echan flor, por ejemplo la acedera ,.la col y el pe regil ; otras, como el guisante y el haba, aunque echan flor; nadan semilla. ?A qué causa debemos, pues, atribuir estos maravillosos fenómenos ? Es indudable que' en gran parte deben su orígen abcalor y á la humedad.,, pero la ac don mas decisiva es, á pesar de todo, la que ejerce la luz. Nuestro clima templado se distingue especialmente por las' notables variaciones que diariamente tienen lugar en la temperatura, las cuales en combinacion con los frecuentes cambios de .viento y la escasa cantidad de lluvia, mantienen el aíre en un estado bastante seco, ópor lo menos en un estado que no llega ni con mucho al punto de saturacion. A consecuencia de la pureza del cielo y dela larga duracion del dia es mucho 'mayor y á la paternas completa la .distri bucion de la luz sobre la faz de la tierra , y su influencia favorece, por tanto, así la evaporacion del agua por medio de las hojas, como el procedimiento químico de la nutri cion. Como se reemplaza contínuamente el agua evaporada por la que la planta absorbe nuevamente de la tierra, ex m 203 perimenta el jugo .antes de su elaboracion , á medida que va ascendiendo por el tronco , una notable concentracion. La planta .forma un tejido menos acuoso y más sólido , que al mismo tiempo contiene más materias albuminosas, aun cuando en el agua absorbida abundan mas las materias ali menticias en cuya comoosicion entra mayor cantidad de carbono que de nitrógeno , por razon sin duda á que halla salida por las hojas el ácido carbónico , pero no las oxisales de nitrógeno ni las sales amoniacales. En los trópicos , al menos en las comarcas bajas allí si tuadas , la temperatura es por el contrario muy igual. Esta circunstancia y las frecuentes lluvias, hacen que esté la at mósfera abundantemente cargada de vapor. Pero esta at mósfera saturada de vaeor absorbe la luz , cuya distribu clon es aun sin eso mucho menos completa que en nuestras zonas , á consecuencia de la aglomei aciun de las nubes y en parte tambien á consecuencia de la corta duracion del dia. En esto estriba principalmente el rápido y poderoso desarrollo de las plantas tropicales ; sus jugos son , sin em bargo , menos concentrados; puesto que la evaporacion del agua por medio de las hojas es muy inferior , y las sustan cias alimenticias que de la tierra absorben aquellas , se ha llan en una solucion muy diluida. Por tanto, abundan mas en las plantas tropicales los elementos carboníferos qué los que contienen nitrógeno, y forman aquellas más materia fibrosa, y menos materias albuminosas. De acuerdo Con el naturalista francés Sagot podemos es tablecer como regla general la siguiente : mucha luz eu combinacion con escasa humedad da por resultado una ve jetacion pequena, pero abundante en materias al bumino sas; escasa luz en combinacion con mucho calor y humedad engendra una vegetacion rica y frondosa , pero comparati vamente pobre en cuanto á materias albuminosas. Esta es la razon porque en la vegetacion tropical predo minan los árboles y arbustos. Los árboles se desarrollan allá con mucha mas prontitud que en el norte; un árbol de cinco anos tiene en los trópicos la Misma robustez que uno de veinte arios en nuestras regiones. Pero no florecen allá con tanta frecuencia como en las zonas templadas ó en los paises cálidos pero secos, y las frutas contienen menos substancia alimenticia. Una cosecha de arroz en los trópi cos es muy inferior á la que produce un campo de igual ex tension en un clima en que haya más luz. Las especies dolichos , phascolus, cajanus que en los trópicos reemplazan á nuestras habas y guisantes, dan mucho menos producto que nuestras legumbres de igual clase. Las mismas raices y frutas farináceas que tanto abundan en los trópicos, la raiz de la yuca, la batata, el plátano, valen bastante poco consideradas como alimento. Lo propio sucede con las yer bas tropicales, y el peso de sus granos es en extremo escaso comparado con el de sus hojas y tallos. En la Cayena han menester los caballos que se les dé parte del pienso en heno europeo. Cuando es mediano el terreno en que crecen esas yerbas tropicales cuya altura escede á veces la de un hom bre, carecen aquellas tan completamente de nitrógeno que no solo no las come el ganado, sino que ni siquiera sirven arrancadas de cuajo, para fertilizar el suelo. Nadie podrá dudar de la gran influencia que ejercen el calor y la humedad sobre las diferentes condiciones de los vegetales. Es sabido que para cada planta hay en la tempe ratura ciertos límites dentro de los cuales únicamente pue de prosperar. Un exceso de humedad es tan perjudicial para la planta como podría serio un exceso de sequedad, á pesar de que la sequedad, por estar necesariamente relacionada con la abundancia de luz, tiende, no siendo excesiva su duracion , á fortalecer el crecimiento del vegetal. Sin em bargo la influencia más poderosa es la que ejerce la luz. Su mágico poder es lo que pone la planta en estado de des componer el ácido carbónico y de formar los tejidos. La su perabundancia de calor podrá ser parte á que crezca y se desarrolle con mas rapidez; el exceso de luz aumenta su lozanía y la hace mas fecunda. Durante la germinacion no necesita la planta luz alguna , porque en este caso solo se emplean, para el desarrollo de nuevos órganos , elementos acopiados ya hace tiempo. Pero cuando la requiere la fa cultad asimiladora de la planta , entonces de ninguna ma nera puede faltar ; es decir, la luz es más que nunca indis pensable durante el tiempo en que empieza la planta á echar raices y hojas; en este caso el grado y la cantidad de luz están en relacion directa con el desarrollo y el producto de la planta. Por lo tanto no debiera sorprendernos el ver que un cogollo , que al anochecer parecia estar á punto de descubrir sus primorosos pétalos , no haya abierto su pin tado cáliz hasta que viniera la aurora á inundarle con su vivificadora luz. Tal vez no comprenda fácilmente el lector cómo pueda separarse la accion de la luz de la del calor , puesto que en nuestras regiones los rayos mas ilurninantes son al mismo tiempo los mas caloríficos; pero acuérdese de los inverna - cleros, en donde tienen las plantas mucho calor y escasa luz; pues á estos se asemeja el clima de los trópicos. No enteramente sin provecho regresamos de esta expe dicion por los trópicos. Traemos con nosotros un pensa miento que arroja nueva luz sobre la materia de que en estos artículos nos ocupamos, sobre la vida diaria de la naturaleza. La luz es lo que principalmente presta á las plantas la facultad de producir las substancias que nos sir ven de sustento á nosotros y al mundo animal. Por lo tanto, la importancia de los vegetales no estriba tan solo en el trabajo que diariamente ejecutan, sino en que ese mismo trabajo redunda en beneficio nuestro. Pero no solamente trabaja la planta, se adorna tambien; y su adorno, lo mismo que. su fruta, es obra de la luz. En el obscuro sótano se vuelven pálidas y amarillentas las plantas, porque la materia colorante verde solo puede for marse á la luz del dia. En parajes donde no es suficiente la luz , no ostentan nunca las flores todo el brillo de sus pri morosos matices. El cambio de colores que notamos en ciertas plantas durante el trascurso del dia , nos demuestra cuán delicado es este adorno. Las flores del hibiscus mula bilis que por la manana aparecen completamente blancas, toman hácia el medio dia un matiz rojo dei color de la carne humana, y al anochecer cambian aquel por un colar son rosado obscuro. Por el contrario la flor de la Franciscea amanece de color azul y se vuelve blanca durante el dia. El perfume de la flor, lo mismo que su color, es hijo de la luz. Mientras arrojan las plantas oxígeno y adquieren el colorido, sus aceites volátiles, combinándose ckan el oxíge 110 desarrollan el olor. Y puesto que crece en la luz la atraccion entre esos aceites y el oxígeno, la capacidad de un jardin floreciente para alhagar nuestro olfato , depende hasta cierto punto de su buena ó mala disposicion respecto de la luz. Es sabido que cada flor tiene una hora especial en que suele exhalar su perfume; muchas esparcen su aro ma por la manana, otras al medio dia , otras al anochecer, y por último, hay algunas, como la viola nocturna , que solo exhalan su perfume durante la noche. Hay no pucas plantas, las cuales expuestas á la luz del dia llenan de un grato aroma el aire que les rodea , y que trasladadas á un paraje obscuro pierde° inmediatamente todo su perfume. 20í Sobre otras ejerce el calor una influencia poderosísima. Durante una fresca manana de primavera la violeta no ex hala olor alguno, y no adquiere aroma hasta que se halla rodeada de una atmósfera mas caliente. Lo expuesto en este y en los anteriores artículos es, por cierto, suficiente para demostrar que en nada exageramos al calificar de mágica la luz del dia , la que despierta el mundo vegetal y lo inicia en su importante diaria tarea, tarea que nos procura alivio y sustento y que cubre la tier ra de primorosas flores, ricas en matices y en perfumes. El Ramayana, POEMA. SANSCRITO POR VALMIKI. VI. La consagracion de Rama habia sido saludada como el más fausto de los acontecimientos, y excitado la curiosidad pública hasta el .mas alto grado. La calle real de Ayodhya estaba llena de hombres cuyas alegres danzas producian un rumor parecido al del mar cuando el viento encrespa sus olas. Todas las demás calles de la noble ciudad estaban tambien adornadas de guirnaldas y banderas. Todos los habitantes de Ayodhya sin distincion de clases, sexos ni edad, suspiraban por la salida del sol que habia de preceder á la consagracion de Rama. Despues de haberse purificado Rama con el mayor reco gimiento, entró con la hermosa Videhana, su esposa, corno Narayana con Lakshmi, en el santuario doméstico, é hizo, segun costumbre, una libacion de manteca en honor del Omnipotente. Cuando hubo comido lo que quedaba de aquella oblacion , pidió á los inmortales que le acordasen todo lo útil; y entregado luego aquel hijo del mejor de los reyes al silencio y á la rneditacion acerca del dios Narayana, se acostó con la hermosa Videhaina en un lecho de verbe na, dispuesto cuidadosamente en la brillante capilla consa grada á Visnhu , guardando la mayor continencia. Antes de romper el dia hizo disponer ya su habitacion con el mayor órden , y al oir á los poetas y bardos entonar dulcemente las palabras de buen agüero, adoró al alba na ciente, murmurando con recogimiento una plegaria , y luego que devotamente postrado acabó por celebrar hasta el inefable homicida de Madhu , se revistió una túnica de lino sin mancha y dió libre rienda á la voz de los brahmas. No tardaron sus graves cantos seguidos de la dulce ar monía de las instrumentos en resonar por toda la ciudad de Ayodhya , en aquel dia festivo. Al saberse que el noble hijo de Raghu habia cumplido con su esposa la ceremonia del ayuno, todos los habitantes se entregaron á la espansion y la alegría; y viendo que iba á brillar el dia en que debia celebrarse la consagracion de Rama, empezaron á adornar la ciudad por segunda vez á los primeros albores del alba. En los templos de los inmortales , cuyas altas cúspides parecían nubes blanquecinas ; en las encrucijadas, en las grandes calles; en los plátanos sagrados; en las plataformas de los palacios, en los bazares del comercio atestados de infi nitas mercancias; en los opulentos palacios de los ricos pa dres de familia ; en todas las casas de alguna importancia, y finalmente, hasta en los árboles mis majestuosos, flotaban al viento banderas y gallardetes de variados colores. Por do quiera se oian coros de danzantes cómicos y cantores, cu yas voces modulaban dulces acentos capaces de embargar el alma y los oidos. Cuando llegó el dia de la consagracion , los hombres conversaban en los patios ó en sus casas, consistiendo todas sus conversaciones en elogiar á Rama ; y hasta los mismos ninos que se divertian frente á sus casas, daban tregua al juego, para deshacerse en elogios de Rama. Solo para fes tejar la consagracion del jóven príncipe , embellecieron, perfumaron y adornaron de flores toda la calle real; y, á fin de evitar la llegada de la noche, y para que hasta en las tinieblas no cesase de brillar el dia, plantaron á lo largo de las calles en toda la ciudad árboles profusamente ilumi nados. A la sazon una confidenta de Kekeyi, parienta lejana , y á la cual esta se llevó á Ayodhya , subió á la plataforma del palacio y , abarcando con la mirada toda la ciudad , vió la calle Real lujosamente adornada, las hermosas banderas y gallardetes que ondeaban en todas direcciones y las vias atestadas de gente alegre y satisfecha. Al ver el aspecto de aquella ciudad riente cuyos mora dores iban en traje de fiesta , se diriji6 á una nodriza que estaba cerca de ella y la hizo esta pregunta : ?De qué pro cede la alegría que hoy se nota en los habitantes? Decidme, ?qué es lo que ha hecho el poderoso monarca para escitar de este modo el entusiasmo de los ciudadanos? ?Llega aca so la dicha á su colmo por haber derramado la madre de Rama sus tesoros como. una lluvia benéfica y copiosa? Admirada la nodriza al oir las preguntas de aquella mu jer gibosa, empezó á contarle lo que era aquella consagra cion tan ansiada. «Manana , la dijo, en el momento en que la luna se junte con la constelacion Pushya , el rey hará ungir como sucesor del trono á su hijo Rama, rico venero de todas las virtudes, lié aquí la alegría de ese inmenso pueblo , hé aquí por qué ha sido adornada la ciudad y por qué ves á la madre de Rama radiante de dicha.» Enfurecida la mujer gibosa al oir tales palabras, descen dió precipitadamente de la plataforma, y se fué corriendo hacia Kekeyi que no se habia levantado aun, y la dijo: « Duerme, duerme mujer ciega , mientras se te envuelVe en el peligro y se te arrastra al abismo 1» Kakeyi, en cuyos oidos resonaban aun las amargas pa labras de la infernal jorobada , la hizo á su vez esta pre gunta : « Manthara , ?por qué esa cólera ? Dime, ?qué es lo que causa en tí esa tristeza y palidez; ó mejor, dime cuál es el dolor amargo de que estás poseida? » Manthara , mujer astuta, que se halaia propuesto separar enteramente á Kekeyi y Rama, por profesar á este un ódio á muerte, contestó á su ama en estos términos; « Grave, muy grave es el peligro que te amenaza. El rey Dazaratha quiere que se consagre á su hijo Rama, como sucesor del trono ; y tú de ningun modo, reina mia, puedes permi tirlo. »Has alimentado una serpiente en tu seno, pareciéndote á la madre confiada y benéfica, que se deja enganar por 205 falsas promesas. Con efecto , todo el mal que pudiera ha certe un enemigo oeulto , una serpiente escondida entre las llores , os le hace Dazaratha hoy á tí y á tu hijo. La es posa amada de aquel rey falaz ara á poner á Rama en el trono , mientras que tu hijo y tú seréis inmolados.» Llena de gozo Kekeyi al oir las palabras de la jorobada, desengastó de su adorno un brillante y se lo ofreció en re compensa. Luego de haber dado aquella joya á la pérfida Manthara , en prueba del placer que le causaba su noticia, Ja dijo : « Lo que acabas de comunicarme es para mí tan grato y lo deseaba tan ardientemente , que con placer te doy por segunda vez esta Prenda ó testimonio de mi dicha: Bilarata y Rama me son igualmente queridos , y por ello veré con satisfaccion que el rey unja á este último. s Nfanthara á semejantes palabras arrojó la joya de Kekeyi y respondió indignada :» ? Cómo , mujer ignorante, puede alegrarte un acontecimiento que ha de labrar tu ruina ? ?No comprendes que vas á quedar sumergida en un océa no de tristeza ? Tú lo quieres, insensata, pues bien, que el gusano del remordimiento te devore , ya que la ciencia no te ilumina , y que ves las cosas al revés. Sea pues dichosa esa Kaaucalya que, en este dia , en que la luna va á unir_ se con la constelacion Pushya , verá á su hijo ungido y consagrado como sucesor del trono paterno ; mientras que tú, mujer ignorante, despojada de tu grandeza, quedarás sometida como esclava á Kaauealya enaltecida hasta la cuna. bre del poder y la gloria. La esposa de Rama saboreará los goces del trono y la fortuna, y tu propia nuera se verá humillada y escarnecida!» Fijando entonces Kekeyi la vista en Manthara, que aca baba de hablar en tono aflijido, empezó á ponderar con sa. tisfaccion las virtudes de Rama. Al oir Manthara á su duena hablar de aquel modo, res_ pondi6 en compungido acento, despues de exhalar un hon. do suspiro: «Oh tú, cuya vista se te turba, mujer ignorante, ? no ves que te arrojas tú misma al precipicio, á la muerte, á un infierno de penas? Si Rama ocupa el trono , si le su cede en él su hijo, si siguen á este su nieto y luego su biz nieto, ? no verás Kekeyi á tu hijo Bharata expulsado de la familia del monarca? Bien sé que no todos los hijos de un rey están llamados á ocupar el trono , y que uno solo de entre ellos ha de recibir la uncion real , porque si todos tuviesen derecho á cenir la diadema, se vena cada estado envuelto en completa anarquía; pero tambien sé que los duenos de la tierra confian las riendas del gobierno á sus hijos primogénitos sean ó no virtuosos. Por su parte estos, al llegar al término de la vida, trasmiten tambien el reino á sus primogénitos, y nunca á los. demas hijos. Y, si todo esto es incontestable, como en efecto lo es, qué se sigue de ello? Que tu hijo quedará excluido para siempre del trono como si fuese un pobre huérfano. Por esto he volado aquí guiada por tu interés; pero tú no me has comprendi do , puesto que quieres hacerme un regalo por haberte anunciado el encumbramiento de tu enemigo. Es innegable que luego que Rama haya logrado cenir la diadema des broce el camino que le obstruye aquella incómoda zarza, ordene el destierro de Bharata, ó lo que es aun mas seguro, su muerte. »Prendada de tu belleza, has despreciado siempre á la madre de Rama , esposa como tú del mismo esposo ; y ?có mo quieres que no haga ahora caer sobre ti todo el peso de su ódio?» Kekeyi entonces lanzó un suspiro y habló de esta mane ra : « Es muy cierto todo cuanto me dices, Manthara , y estoy convencida de tu sincero afecto; pero no veo medio alguno por el cual pueda alcanzar á viva fuerza para m hijo el trono de sus antepasados.» A semejantes palabras, la jorobada , que proseguía en su fatal intento , se puso en ademan reflexivo , y luego dijo: «Si quieres pronto tendré á Rama en un espeso bosque, y haré ungir á Baratha.» Al oir esto Kekeyi se incorporó muellemente en la ca ma , y con toda la satisfaccion de su alma, respondió de esta manera : «Dime, muger superior, dime, Manthara, ? cómo podria elevar mi hijo al trono y arrojar á Rama en un bosque? Manthara , que persistía en su fatal designio de aniqui lar á Rama , dijo entonces á la reina : « Escúchame y luego reflexiona. Cuando durante la guerra de los dioses y los demonios , tu invencible esposo , cuyo ausilio imploró el rey de los !inmortales, tomó parte en la lucha , descen dió hácia la playa meridional de un país llamado Dandaka, en el que el Dios que lleva en sutestandarte el pescado Timi tiene la ciudad de Vedjazanta. «Allí un gran Asura, que no fué vencido por las cohortes celestes, poderoso á causa de la mágia, presentó batalla á Zakra. El rey fué herido de un flechazo en aquella san grienta jornada ; y por esto al volver aquí triunfante , fué curado, oh reina, por tus propias manos. Merced á tu tier na solicitud , no tardó su herida en ser cicatrizada , y en su reconocimiento el augusto enfermo se acordó , muger au gusta, de los dos favores que tú le pediste, si bien apla zando su cumplimiento para cuando tú se lo exigieses. ? No fué esto lo que exigiste á tu magnánimo esposo, y á lo que él accedió con gusto ? Circunstancias son estas que yo ig noraba hasta que tú te dignaste referírmelas. . «Reclama pues ahora de tu esposo el cumplimiento de aquellas dos gracias: consiste la primera en pedir la consa gracion de Bharata , y sea la otra el destierro de Rama por espacio de catorce anos. Preséntate indignada, oh tú, cuyo padre es monarca , penetra en la habitacion de la ira , y cubierta de manchas y tendida en el duro suelo, no fijes la vista en el rey ni le dirijas palabra alguna , cual corres ponde hacerlo á la'muger que era ayer tan feliz como hoy desgraciada. Pronto el monarca sumido en la tristeza acu dirá á la mansion del dolor, y pisará el duro suelo en que estarás echada , pidiéndote lo que deseas, porque no puedo dudar que te ama en gran manera. Caso de' que te ofrezca perlas, oro y toda clase de alhajas, no te dignes siquiera . mirar sus presentes. « Pero , si queriendo dar á sus dos gracias toda la 'vapor tanda debida, te levantase tu esposo por sus propias ma nos, oblígale desde luego por medio del juramento ; y pí dele , radiante hermosura, como gracia primera el destier ro de Rama por nueve anos anadido& á otros cinco , y como segunda merced , la inmediata sucesion de Bharata al trono. « De este modo, dichosa madre, alcanzará tu hijo, sin duda alguna , la mayor fortuna que puede alcanzarse en la tierra: y únicamente así podrá Rama emprender el camino del destierro. « Oh tú, cuyo carácter es del todo cándido, comprende al fin el inmenso poder que te dá la hermosura. No podrá el rey excitar tu cólera, ni mucho menos prescindir de ella; ? cómo podrá el soberano de la tierra oponerse á una pala bra que pronuncien tus labios, cuando daria por tu amor su propia vida ?.» Excaada por la doncella, vi6 su ama como un bien lo que ele un mal , y turbada su alma por la fatal influencia de una maldicion , no comprendió que era aquel acto cul 206 gc En su infancia , cuando Vivia aun en él -país de los kekeyanos , la reina habia injuriado de palabra á un brah rna , al parecer estúpido , y aquel magnánimo maldijo en estos términos á la jóven inconsiderada: «! Ya que en la embriaguez del orgullo que en tan temprana edad te ins pira tu hermosura desprecias á un brahma , plegue al cielo que te veas un dia objeto del desprecio y la irrision del mundo t » Dijo , y bajo el peso de su maldicion, cayó Kekeyi des - graciadamente en poder de Manthara; puesto que estrechó contra su corazon á la gibosa de pérfidas miras, y en el ex ceso de la alegría que turbaba su razon , habló resuelta mente á Manthara en estos términos:.« Lejos de despreciar tu exquisita prevision , estoy pronta á seguir tus sábios consejos: no hay muger en el mundo que te iguale en in « teligencia » Así adulada por Kekeyi , solo pensó la gibosa en animar mas y mas á la reina acostada en su lecho , y á cuyo objeto la habló de esta manera : « Inútil es echar un puente sobre un rio cuyo cauce esté en seco : levántate , pues, ilustre dama, y asegura tu fortuna, turbando desde luego el co razon del monarca. » Sí, contestó Kekeyi , y siguiendo los consejos de Manthara , se afirmó en la resolucion de hacer ungir á Bharata. Se quitó la noble reina su collar de perlas, adornado de otras alhajas y magníficas joyas ; despojóse de todos sus de más adornos, y con el alma llena del odio que la infundió Manthara , penetró en la mansion de la cólera, donde se encerró sola con el orgullo que le inspiraba el deseo de su prosperidad. Con el aspecto sombrío que daba á su rostro la cólera excitada, empezó la hermosa esposa del Indra de los hom bres á quitarse todos los adornos ; quedándose luego como el cielo envuelto en tinieblas, cuando se ha eclipsado el astro del dia. Luego que el poderoso monarca hubo senalado el dia y la hora en que recibirla Rama la uncion real, entró en sugi neceo para anunciar á Kekeyi tan fausta noticia ; pero al saber el dueno del inundo que su esposa estaba echada en el duro suelo, y en una posicion tan indigna de su rango, se quedó aterrado. Vivamente afligido mitre] anciano se acercó á su jóven esposa, á la que amaba mas que su propia vida, aunque fuese menos digna que él por meditar un acto cul pable. Habiéndose acercado pues á su esposa , que deseaba una accion injusta , capaz de excitar el ódio de los hombres y la execracion del mundo, vió á la noble dama echada en el suelo, empezó á acariciarla , como acaricia el elefante. con su trompa á la pobre companera herida por el envenenado dardo del cazador. Despues de haber prodigado las mas tiernas caricias á la jóven desconsolada, cuya respiracíon entrecortada parecia el silbido de un reptil, dijo el rey con trémula voz á Kekeyi lo siguiente : « No sé lo que de tal modo puede atizar en tu corazon el fuego de la cólera. Oh reina , ? quién se atrevió á ofenderte ? ? Quién se atrevió á faltarte al respeto que to dos te deben? ?Cómo es que eras poco ha tan dichosa, y estás ahora tan desconsolada ?? Por qué con vivo dolor mio, te veo desnuda y recostada en el polvo, como una triste viuda sin apoyo, en este dia en que mi alma se inunda de gozo?)) Dijo, y levantó á su desconsolada esposa. Esta , que ar dia en deseos de comunicarle la pretension funesta que tan to habia de aumentar el dolor de su marido, coMestó de repente: « Nadie me ha ofendido, rey magnánimo, nadie me ha faltado al respeto que todos me deben ; pero cual quiera que sea mi deseo , dígnate acceder á él en este dia. Dame la seguridad de que quieres complacerme y luego de haber recibido tu promesa , sabrás cual es mi deseo. » Al grato acento de aquella muger querida, cayó el mo narca en el lazo tendido por su esposa , como cae el antílo pe en la red que l._: priva de la libertad y la vida. El prín cipe , que veia á aquella Kekeyi entregada á su dolor, á aquella esposa querida , modelo de fidelidad conyugal , que !labia procurado siempre labrar su ventura y su dicha : « Muger encantadora, la dijo bien sabes que despues de Rama , eres la criatura que mas amo. « Me arrancaria el corazon para ofrecértelo ; así pues, Ke. keyi mia, fija en mí los ojos y dime cual es tu deseo. Ya que es inmenso mi poder , no vaciles ; te juro por mis bue nas obras que he de complacerte » Satisfecha Kekeyi á se mejantes palabras, reveló suodioso y depravado intento. « Que todos los dioses presididos por su jefe Indra oigan el juramento solemne que me haces de concederme la gra cia que te pido ; que la luna, el sol y todos los dernAs pla netas , que el éter , el dia, la noche, las plagas del cielo , el mundo y la tierra ; que los gandharvas y los rakshasas , los demonios nocturnos que odian la luz del dia , y los dioses domésticos que gozan viviendo en nuestras moradas; que los seres animados en fin , cualesquiera que sean su natu raleza y su especie, sepan la palabra que acabas de darme ! « Dioses, sed testigos de que ese gran rey , al que es de bida la verdad , para quien es el deber una práctica cons tante y todos sus actos efecto de una reflexion profunda, me ha hecho una promesa. » Cuando la reina hubo envuelto al héroe del gran arco en la red del juramento, habló así al monarca ciego de amor que dispensaba las gracias. « Oh rey , satisfecho de mil: tiernos cuidados cuando la guerra que los dioses sostenian contra el infierno, me hi ciste la promesa de concederme dos gracias, y hoy vengo á reclamar su cumplimiento. La primera gracia consiste ea que mi hijo Bharata reciba hoy mismo la 119Ci011 real „como sucesor del trono, en la ceremonia misma que dispones p ra la coronacion de Rama. Luego quiero que éste , lle vando el djata , la piel de ciervo y el traje de corteza, se vaya á los bosques y permanezca en ellos catorce anos. Asi que, si eres capaz de cumplir tus promesas , destierra á Rama y consagra á Bharata , mi hijo, para que pueda su- cederte en el trono. » De tal modo las palabras de Kekeyi desgarraron el co razon del monarca , que se le erizaron los cabellos, como se le eriza el pelo al antílope macho al verse cerca de la tigra ; y, cediendo de repente á aquel golpe terrible, mi dió con si cuerpo el duro suelo. ! Desgracia horrible ! esclamó , y traspasada de dolor el alma , quedó sin sentido. Cuando despues de un gran rato empezó á volver en sí, dijo á Kekeyi con concentrada cólera: «Malvada, rnuger de miras corrompidas, ? qué te hemos hecho Rama y yo, pa ra que así quieras la destruccion de mi familia ? ? Acaso no te presto el homenaje antes que á Kaauzalya ? ? Por qué, pues , te empenas tanto en perseguir á Rama ? «Puedo abandonar á Kaatizalya, Sumitra, mi trono y mi vida, pero nunca á Rama, tierno modelo de amor filial. Pero basta ; ! desiste de tu empeno , muger de criminales designios: ya que me ves besar humilde tus plantas , per dóname ! » Con el corazon desgarrado, las facciones alteradas y con centrado acento pronunció el rey aquellas palabras , ter DI 2017 ribles aun para fa misma reina., semejándOse al vigoroso búfalo que se ve de repente atacado por el tigre. Aquel do minador del mundo, aquel protector de los desgraciados estaba postrado abrazando las rodillas de su esposa ; cuyas manos, por decirlo así, le oprimian cruelmente el corezon, mientras él le decia con voz entrecortada, « ! Perdon, per don , reina mia » En tanto que el gran rey continuaba á los piés de Keke yi , guardando una actitud tan poco digna , acabó esta de aumentar su dolor con las siguientes palabras: « Tú , de quien los sábios ponderan tanto la veracidad y el respeto á la fé jurada , ?cómo es que vacilas en concederme las dos gracias que te pido, despues de haber jurado hacerlo ? » Irritado al oir estas palabras de Kekeyi , contestóle el rey Dazaratha con emocion profunda « Muger innoble , ene miga mia , goza pues el bárbaro placer de ver muerto á tu esposo y desterrado á Rama, ese altivo elefante de los hom bres. « ! De que modo tan cruel correspondo al amor de un hijo magnánimo , dotado de todas las virtudes, por ser mi alma esclava vil de una muger ! En vez de sonar para él la hora de la dicha despues de tantos ayunos prescritos por sus jefes espirituales, sonará la hora del destierro «.! Hombre cruel sojuzgado por una mujer, sin energía, y hasta sin voluntad propia , sé que voy á cometer una infa mia sin igual y no retrocedo ante el deber y la execracion del mundo ! Mientras que el monarca así exhalaba el dolor que tur baba su alma , el sol se ocultó en el ocaso y sobrevinieron las sombras de la noche. Como toda noche pasada en el dolor, tuvo aquella para Dazaratha la daracion de un siglo. Viendo la inutilidad de sus quejas, apeló el rey á !asá« plicas, con las que procuró enternecer á Kekeyi , dicién dola : «i Amada mia , apiádate de un pobre anciano que, débil y esclavo de tu voluntad viene á implorar tu ausilio ; atiende benigna á mi súplica , mujer encantadora ! Si ha sido tu exigencia un ardid para penetrar hasta el fondo de mi alma, puedes quedar satisfecha , mujer de dulce sonri sa , pues sabes que te amo y que seré siempre tu esclavo. Te concedo to/o cuanto exijas de mi, escepto el destierro de Rama : todo cuanto me pertenece es tuyo, hasta mi. vi da si la quieres. » Así es que el suplicante y la suplicada, esta dotada de un alma tan corrompida , y aquel de un alma tan pura, nada quiso aquella mujer cruel conceder al rey su esposo, en cuyas mejillas se veian rodar gruesas lágrimas, y cuyos tor mentos interiores revelaban claramente sus hinchados ojos. Cuando el monarca vió á su esposa tan aferrada á la mal dad, y que continuaba en la resolucion funesta de hacer desterrar á su hijo, perdió el monarca nuevamente el sen tido, exhalando tan solo de vez en cuando algun suspiro ahogado. Mientras que su esposo continuaba en una convulsion terrible, causada por el injusto destierro del hijo que ama ba , Kekeyi le diriji6 aun estas palabras: «No sé por qué yacer sin sentido en el duro suelo, como si hubieses come tido un pecado enorme, cuando tú mismo faiste quien me ofrecieeespontáneamente las dos gracias. Lo digno de tí es que sepas con energía cumplir tu promesa. »El primer deber es la verdad, han dicho aquellos hom bres sinceros que conocen todos los deberes. Si algo te pedí, fué porque creia conocerte y me dije: «Su palabra es una verdad.» Zivi , el dueno de la tierra, habiendo salvado la vida á una paloma,, se arrancó el corazon por no faltará su promesa, dándola á comer á un buitre, y al dejar á la tier ra aquella accion le valió el cielo. En otro tiempo el Océg. no aceptó ciertos límites ; y desde entonces aquel rey de los ríos, fiel observador del tratado , no ha traspasado sus orillas , á pesar de su fuerza impetuosa. El mismo Alarka se arrancó los tijos para ofrecerlos al brahma que implora ba su ausilio , y por lo cual, despues de esta vida , mereció el santo rey subir á las celestes moradas. »Y siendo .esto así , ? por qué no sabes tú cumplir las promesas, tú que tiempo atrás me acordaste aquellas dos gracias, y que ahora no quieres concedérmelas, portándote como un miserable ? Haz que en lo sucesivo sean los bos ques morada de Rama. Si desde luego no colmas mi deseo, voy aquí mismo, y ante tus propios ojos á atentar contra mi vida. » Preso por Kekeyi , como en otro tiempo lo fué Bali por Vishnu , no pudo el monarca romper la artificiosa red que le sujetaba. Cuando empezaron á brillar los primeros albores del alba, Surnantra se dirijió á la puerta , y juntando las manos des pertó á su dueno , diciendo: «Ya asoma, oh rey, el nuevo día , ojalá descienda en él la felicidad sobre tí. Despiértate, oh tigre de los hombres , y recoje la dicha y los bienes que te son debidos. Cree en riquezas , poderoso monarca de la tierra , cree en la abundancia , y te asemejarás al mar que se hincha y crece al empezar el plenilunio. Así como el sol , la luna, Indra y Varuna gozan de su opulencia y su dicha , goza tú tambien de una y otra , dominador augusto de la tierra..» Al oir el monarca los acostumbrados votos que el escude ro hacia cada manana por su felicidad , lleno de tristeza le habló en estos términos : «?Por qué vienes, conductor de mis carros , por qué vienes á felicitarme, cuando de nin gun modo la tristeza que me inunda debe ser felicitada ? No anadas con tus palabras un nuevo dolor á los que tanto me abruman.» Luego de oidas las palabras pronunciadas por el desgra ciado monarca, se alejó Suma ntra de aquel sitio , no sin que sintiera antes el fuego del rubor en su frente. Entre tanto Kekeyi obstinada en su fatal intento, pro curó aguijonear nuevamente á su esposo con las siguientes palabras :. «? Por qué desesperarte así, como si fueses un hombre de la más baja condicion? Llama á Rama, y envíalo resuel tamente á vivir en los bosques. Muéstrame que eres capaz de cumplir tus promesas, accediendo desde luego á lo que con tanta instancia te pido.» Aguijoneado el rey por estas palabras, como lo es el ele fante por la aguda punta de su colmillo, habló á Sumantra de esta manera ! «Conductor de mi carro , el cumplimiento de un deber me turba el alma ; preséntame desde luego á Rama , porque quiero verlo.» Apenas oyó Kekeyi la &den del rey , dijo á su vez al escudero: «Ve en busca de Rama, y haz que se presente lo más pronto posible.» Sumantra salió desde luego , viendo antes de llegar á la puerta principal los reyes de la tierra : así como vió des pues de haber pasado su umbral á los consejeros y sacer dotes del palacio , aguardando á que se les llamase. En aquel mismo día , en que la luna acababa de unirse, con la constelacion Pushya , había sido dispuesto en pre sencia de Rama todo lo necesario para la ceremonia de la consagracion. Acababa de levantarse un trono de oro, magníficamente adornado, y en el que se notaba una piel, rico despojo del rey de los cuadrúpedos. El agua habia sido recogida en la confluencia misma del Gangas y el Yamuna, en los demás ríos sagrados qne se dirijan á oriente 6 á oc .cidente , 6 bien que serpentean en sinuoso curso. Tam poco faltaba agua que habia sido recojida en todos los mares. Las urnas que la contenian eran de orcapuro y estaban entrelazadas de flores, de loto y verdes hojas. Se había he cho acopio de manteca clarificada , miel . leche , y otros dones que fueron ofrecidos por los tirthas.mas piadosos , así como de las mas ricas frutas conoaidas y de todo cuanto pudiese apetecer el paladar mas delicado. Así mismo fueron dispuestos á la vista de Rama un cetro suntuosamente adornado de piedras preciosas que brillaban como los rayos de la luna , un espantamoscas, y un mag nífico abanico, con una brillante guirnalda , que parecia el disco del astro nocturno durante el plenilunio. Tambien habia un gran quitasol , emblema del poder para simboli zar el encumbramiento de llama al trono paterno. Tampo• co faltaban allí un toro y un caballo blancos, un elefante escojido , ocho jóvenes hermosas , en las que brillaban ri quísimos adornos , varios poetas para l cantar la virtud y el valor del joven príncipe , y toda clase de instrumentos de música. Solo á duras penas pudo Supurara abrirse paso por en_ tre la multitud al llegar á la calle real , en la que todas las conversaciones consistian en ponderar las virtudes de Rama. « Hoy es el dia en que Rama, va á ser declarado suce sor del reino por órden de su padre. Grande es la fiesta que hoy se prepara en obsequio del jó ven héroe cuyas virtudes labrarán nuestra felicidad , y que solo se complace en hacer bien á todas las criaturas. Desde hoy será Rama el príncipe de nuestra juventud ; desde hoy va á procurarnos todos los bienes que tur pueblo tiene derecho á esperar de Un príncipe virtuoso y magnánimo que ama á sus súbditos como sus propios hijos. » Tales eran las palabras que por do guiar llegaban á oidos de Sumantra , mientras se dirigia apresuradamente en bus ca de Rama para conducirle al palacio de su padre. Cuando el ilustre cochera se apeó frente á la casa de Ra ma, en la que reinaba tanta abundancia , esperimentó una satisfaccion vivísima, y contemplaba con asombro los ador nos lujosos de aquel gran palacio que igualaba en pedrería al del celeste esposo que diereció ser elegido por la hermo sa Zatzhi. Estaban agrupados en sus puertas una multitud de poe tas, bardos, cantores y panegiristas que formaban parte de su servidumbre para procurarle un grato sueno 6 halagar SUS oidos celebrando las virtudes de su real persona. Despues de haber atravesado seis recintos de aquel sun tuoso palacio cuajado de espectadores, penetró en el sépti mo, admirable por su acertada distribucion. Surnantra se acercó respetuosamente, é inclinándose sa ludó á Rama, cuya hermosura era deslumbradora y seme jante á la del sol cuando aparece en un cielo sin nubes. Dichosa mil veces la .reina Kaauzalya , á la que plugo 208 i< al cielo dotar de un tal hijo! El rey y Kekeyi desean, verte; así que, dígnate seguirme , noble Rama. » Oida la órden de su padre, que acababa de escuchar con la cabeza inclinada , Rama , el de los ojos de loto, habló de este modo á Sita: « Sita , el rey y la reina se han reunido, sin duda para deliberar acerca de mi consagracion como sucesor del trono. De seguro que mi madre Kekeyi, deseosa de complacerme en todo , está pugnando ahora para cenir con sus propias manos la diadema en mi frente. Parto aho ra mismo porque me tarda ver á aquel dueno de la tierra en su cámara , libre de cuidados y sentado junto á Kekeyi.» Sita le respondió: « Ve, mi noble esposo á saludar á tus padres. » Numerosos eran los espectadores que agrupados en las puertas ansiaban saludar al noble dueno cuando salió de su palacio. llama al verlos se les acercó, saludándolos á todos; .luego sin perder un momento se lanzó á su carro de plata que estaba ya dispuesto, y partió este produciendo un es truendo igual al retumbo del trueno. Rama salió de su pa lacio, como sale la luna de entre nubes blanquecinas. Lakhmana se colocó detrt5s del. augusto llama, corno Upendra detrás del dios Indra , para hacerle sentir suave mente los dulces efectos del quita-sol y el espantamoscas. Un grito unánime é inmenso de Halá ! Halá ! resonó por do guiar, dilatando tedos los corazones cuando se vió á Rama en su coche, por ser el hombre mas noble de cuan tos le usaban. A medida que iba ádelantando el jóven príncipe saluda ba á la multitud , distinguiendo á muchos de los especta dores con una palabra, una sonrisa, una mirada ú otro signo cualquiera. Las mugeres , asomadas á sus ventanas, contemplaban con amoroso asombro aquella marcha triunfal de Rama, del que ponderaban sus virtudes, no sin sentirse el alma dulcemente aprisionada. « Rama, decian unas, seguirá el glorioso camino de sus antepasados, y en el que aun les adelantará por sus infini tas virtudes. Nos gobernará como su abuelo y su padre , y aun mucho mejor sin duda alguna. Demos tregua á todos los goces hasta que el jóven príncipe haya sido asociado al trono. » , « Ah! deeian otras, nada hay preferible á la consagra cion del valiente Rama, al que queremos mas que á nues tra propia vida. Regocíjese la reina Kaauzalva de tener un hijo como tú, y que Sita comparta contigo, noble hijo de Raghu el poder y la gloria. Cuando el amor paterno haya cenido tus sienes con la corona ansiada, goza , Rama, una prolongada vida, que ojalá endulce la derrota de tus ene migos! » Tales eran las gratas palabras que llegaban á oidos d el hermoso jóven mientras se dirigía al palacio del ~narra. Ningun hombre, ninguna mugar había que pudiese apartar de él la vista , ni que dejase de tener el alma arrobada por la anagestad y las demás cualidades del héroe. 209 g< Botánica. EL LUPULO. El lúpulo crece naturalmente en Europa en los prados riberenos y en los márgenes de los bosques. Como la hi guera , el moral , el árbol del pan , el cánamo , la hortiga y la parietaria , es sabido que el lúpulo, forma parte de la familia de las urtíceas; sus tallos son recojidos, angulosos, algo ásperos al tacto, encorvados, largos de diez á doce piés y algunas veces mas ; sus hojas tienen una forma re cortada á guisa de un corazon y dentadas como una sierra; algunas reces enteras, á veces divididas hasta una mitad en tres, cuatro y hasta cinco lóbulos. Sus flores unas son machos y otras hembras, de un color verdoso y repartidas en diferentes tallos; las flores machos están dispuestas en pequenos grupos en el remate de las ramas; las hembras nacen en unos conos escamosos y comprimidos que ,forman pequenos hacecillos en el arranque de las hojas. El fruto es un pequeno grano de forma redondeada, algo compri mido, rojizo y está cubierto de una membrana. Se cultiva esta planta en Alemania, F!andes, Inglaterra y Francia, para obtener los conos escamosos que como acabamos de decir, llevan los tallos del lúpulo hembra yen los cuales nacen las flores de aquel sexo. Estos conos des piden un olor que tiene mucha analogía con el del ajo, y su sabor, aunque es muy amargo, no tiene nada de des agradable. La principal aplicacion del lúpulo es su empleo en la fa bricacion de ciertas clases de cerveza , como diremos lue -• -• • - - • _ • • - • •••••• ¦••¦•• % , •-•-• La cosecha del lúpulo go ; pero tambien se emplea, en medicina. Los conos que hemos indicado son las partes del lúpulo que mas se em plean ; las hojas y las ramas apenas tienen utilidad. La opi nion general es que la cerveza en cuya composicion ha entrado el lúpulo, preserva del mal de piedra ; varios mé dicos han creido poder afirmar por las observaciones hechas en Lóndres, que en esta ciudad habla muchas menos per sonas atacadas del mal de piedra desde que se hacia uso del lúpulo. Antiguamente hasta se creia que esta planta tenia la propiedad de disolver los cálculos de la vejiga, TOMO VI. - pero ya hace mucho tiempo que los médicos reconocieron' la falsedad de semejante suposicion. Lo que sí es probado que el lúpulo es muy diurético. En otro tiempo tambien se empleaba esta planta fermentada para calmar los dolo res causados por la gota, las luxaciones y las contusiones; pero entonces se la hacia hervir con cerveza. Se emplean igualmente los conos del lúpulo por la propiedad que tiene su principio amargo de entonizar el estómago ; al efecto se hace disolver aquel principio , ya sea en alcohol ya en agua caliente. Estos estractos del lúpulo por medio del agua ea 27 liente , se preparan comun mente como el té ordinario. Se emplea como remedio para el escorbuto, las enfermedades escrofulosas , la ragua:3 y sobre todo en las enfermedades cutáneas, etc. En algunas comarcas del Norte la tintura alcohólica ó el estracto del lúpulo se prescriben como una especie de adormidera. Tambien en los paises del Norte los retonos del lúpulo, cojidos aun tiernos al principio de la primavera, se sirven en la mesa á modo de espárragos y ton preferencia á estos por ser, segun aquellas personas que están acostumbradas á comerlos, mucho mas sabrosos. En fin, para no omitir ninguno de los principales usos del lúpulo, diremos que la corteza de su tallo da una hi laza grosera que se hace entrar en la confeccion de las cuerdas. Los frutos del lúpulo , por su inmenso empleo en la fa bricacion deja cerveza , forman al presente un ramo con - siderable de comercio y su cultivo ha sido un objeto de preferente atencion para los agrónomos. Recordaremos en pocas palabras los detalles de su cultivo. En una tierra lijera y no obstante muy sustanciosa , al abrigo de los vientos y en una localidad sombría, se co locan, en agujeros espaciados á una distancia de seis piés entre sí, las cepas vivaces sacadas de una antigua planta cion. En el segundo ario se hacen salir nuevos tallos, des pues de haber cortado los primeros cerca del suelo y que alcanzan algunas veces hasta cerca de treinta piés. Dos meses despues de haber florecido, el lúpulo llega á su grado de perfecta madurez. El momento favorable para la cosecha es aquel en que las escamas de los frutos pasan del color verde á una gradacion pardo oscura. Entonces, como lo indica el grabado que acompana este artículo, los tallos del lúpulo se cortan á unos tres piés del suelo y los •tonos se arrancan enseguida. Para conservar los frutos del lúpulo, se les hace secar con rapidez en un horno ó por cualquier otro medio aná logo; y despues á fin de impedir que dichos frutos se re duzcan mas tarde á polvo, se les estiende en aposentos bien secos y en los que circule el aire, donde vuelven á tomar su primitiva elasticidad. Por último, se recogen di chos frutos y se guandsan en sacos. Los ingleses que han perfeccionado el cultivo del lúpulo quizá mucho mas que otras naciones, no se contentan con reunir en haces los tallos del lúpalo, formando densas ma sas, como lo indica el grabado y se verifica en Alemania y otros paises del norte; si no que han sustituido en primer lugar á esta especie de setos unos emparrados ó empaliza das sostenidos por una hilera de'larchas verticales entre lazadas por varias hileras de perchas horizontales. Estos emparrados colocados dando la cara al mediodía, se car gan mas prontamente de hermosos frutos que se recojen con el ausilio de escaleras dobles y á medida que madu ran. En fin , en estos últimos tiempos se ha sustituido á los rodrigones 6 estacas de madera, unas barras de hierro pun tiagudas que favorecen mucho mas la fructifieacion y cuya accion se esplica comparándolas con los para-rayos. Indu dablemente la imensidad de la corriente eléctrica, que aquellas barras hacen circular por la plantacion , debe ace lerar la vegetacion. El cuadro de la cosecha del hipalo que ofrecemos á nues tros lectores, está tomado del natural no habiendo omitido ningun detalle. En Inglaterra sigue á la cosecha una fiesta agrícola que preside una de las trabajadoras que mas se ha distinguido y á la cual se da el pomposo título de reina. Adornada con su mas hermoso traje, la reina elegida por los trabajadores, lleva cenida una corona de lúpulo ; su falda va tambien con guirnaldas de flores de la misma plan ta, con las cuales se forma igualmente un gran ramo que sostiene con su diestra á guisa de cetro. Así como en Fran cia, por ejemplo se celebra con frecuentes libaciones la cosecha del vino en la Gran Bretana que carecen de aquel suave licor que tanto enriquece á las comarcas meridiona les, festejan la cerveza que lo reemplaza y á los que mejor cultivan el lúpulo y recojen con mas provecho y cuidado los frutos que sirven para fabricarla y que tanto nombre le dan entre las cervezas conocidas. Historia. DEL ORtEEN DE LAS LEYES, ARTES, CIENCIAS Y SUS PROGRESOS EN LOS TIEMPOS ANTIGUOS Del primer órden de las leyes positivas.— Del segundo órden de estas mismas leyes llamadas civiles. Nada se puede decir con seguridad de las primeras cons tituc!ones políticas; cuanto se ha escrito sobre este parti cular se reduce á conjeturas. El exceso del desórden hizo .que se pensase en establecer leyes, las cuales son debidas á la necesidad, frecuentemente á los delitos y rara vez á la prevision. Hay bastantes fundamentos para asegurar que las mas de las leyes necesarias á la conservacion de la so ' tiedad tienen casi la misma fecha que esta. Los reglamen tos concernientes á los bienes de los particulares, las leyes penales, las formalidades del matrimonio y el estableci miento de un culto público habrán sido, á nuestro enten der, los primeros objetos en que los legisladores se ocupa sian. El orígen ,del derecho de propiedad es tan antiguo como las sociedades; desde el instante en que se han reunido las familias ha tenido lugar la distincion del TUYO Y mio. Sin embargo, este derecho no fié bien determinado, ni bien conocido hasta despues de la forrnacion del gobierno políti co , y entonces ha sido necesario un cierto órden y coloca cion en los negocios de la sociedad ; se hicieron reglamen tos para asegurar á cada uno la pacífica posesion de lo que disfrutaba, y estos han producido el derecho civil ; pero, como hemos dicho ya, el código civil de los primeros pue blos habrá, sido muy poco dilatado, porque privados los hombres de la mayor parte de las artes no tenían otros bie nes que sus bestias, algunos muebles y utensilios , cuyo uso les era absolutamente indispensable. Siéndoles incógnitos los principales objetos para que han sido instituidas las le yes civiles no tenian necesidad de muchas formalidades pa ra patentizar sus obligaciones, y terminar los litigios: Si tenemos suficientes pruebas para decir que en los primeros tiempos los hombres casi no han tenido leyes ci viles, mayores las hay para asegurar que no ha sucedido así con las penales, pues el establecimiento de estas era in dispensable para reprimir los impulsos y tentaciones, que cada particular regularmente tendría de volverse á su an tigua libertad natural. Es una de las desdichas de la humanidad el que todos los hombres no sean igualmente inclinados al bien y á la justicia. El fin de la sociedad política es asegurar la tran quilidad de los ciudadanos. Ha sido preciso tomar precau ciones para contener los excesos que la podian turbar, la experiencia ha hecho conocer que el apoyo de la- sociedad depende enteramente del poder coactivo , que con castigos ejemplares intimida á los malos y refrena la fuerza de las pasiones, y de aquí proviene la necesidad de leyes penales. Sabemos por las leyes mas antiguas que nos han quedado ser su principal materia los delitos, y aun los mas frecuen tes entre pueblos sin género de policía, como el robo, el homicidio, el rapto, las injurias y en una palabra todo lo que se comete por violencia. No nos es posible averiguar por menor la cualidad de las antiguas leyes penales. La del Talion seria la primera de cuantas se han establecido ; es dictada por la equidad mas sana y natural ; se observaba exactísimamente entre los hebreos, y estamos persuadidos que en este punto Moisés no hizo mas que conformarse con los usos primitivos. Aun los salvages la observan ; los legisladores griegos y ro manos tambien la habian autorizado. Es cierto que su eje cucion podia tener en varias circunstancias inconvenientes grandes y alguna vez imposibilidades, pero para evitar este dano se han imaginado despues castigos y compensacio nes , que reparasen debidamente la ofensa que la ley cas tigaba; entre los hebreos tenemos ejemplos, de los que hablaremos cuando tratemos de las antiguas constituciones de la Grecia. Se puede asegurar que las antiguas leyes penales gene ralmente habrán sido severísimas ; desde los primerostiem. pos se ve á, Thamar condenado al fuego por adúltero; igual rigor se nota en las leyes de los egipcios, de que pronto hablaremos; las de los chinos prueban esto mismo ; y otro tanto se debe decir de las de Moisés ; la blasfemia, la ido latría , la violacion del Sábado, el sortilegio, el homicidio, el adulterio, el incesto, el rapto , el pecado contra la na naturaleza y las violencias contra los padres, se castigaban con muerte, y con un género de muerte cruelísima. Se decia que las leyes de Dracon , uno de los primeros le gisladores de Atenas, hablan sido escritas con sangre; la ley de las doce tablas entre los romanos se hallaba llena de disposiciones cruelísimas, pues á casi todos los delitos im ponia pena capital ; el suplicio de los delincuentes entre los galos se reducia á ser quemados vivos estos infelices en ho nor de los dioses. Las leyes no solo deben asegurar la vida y tranquilidad de los ciudadanos, sino tambien manifestar el estado de los particulares, buscar medios para su manutencion , preca ver todas las causas de discordia y formar el espíritu y co razon de los pueblos, inspirándoles sentimientos propios á mantener la paz y concordia entre las familias. Notamos en todas las naciones cultas dos usos que se deben contemplar como base y fundamento de todas las sociedades políticas; el uno, las formalidades que arreglan la union del hombre con la muger,, que fijan las obligaciones del matrimonio y el estado de los hijos; el otro las ceremonias de un culto público y solemne hecho á la Divinidad Estos dos particu lares han sido los medios mas propios y eficaces , de que los legisladores se han servido para conservar y arreglar los estados , de cuyo gobierno han sido encargados. La inclinacion recíproca que los dos sexos se tienen es el principio que perpetúa y mantiene la sociedad , pero si esta inclinacion escede de ciertos límites, ocasiona muchos males. Antes del establecimiento de las sociedades políticas en el' comercio que entre sí tenian los d os sexos no seguian otra regla que sus apetitos brutales, las mugeres se hacian del primero que las ocupaba, pasaban á los brazos de cual quiera que tenia fuerza para robarlas 46 destreza para sedu - cirlas. Los hijos , que provenian de estos comercios desar reglados , nunca podian saber quienes eran sus padres, solo conocian á sus madres de quienes por este motivo tomaban el nombre. Nadie estaba encargado de su educacion y crianza , por lo que se veian expuestos continuamente á perecer. Semejante desérden no podia dejar de ser perjudicialísi mo; importaba mucho establecer reglas en el comercio de los dos sexos para asegurar la vida de los hijos , y dar mo do de educarlos, lo que se ha podido conseguir sujetando á ciertas formalidades la union del hombre con la muger. Las leyes del matrimonio han puesto freno á una pasion que no quisiera sufrirle; han hecho mas, determinando los grados de consanguinidad que hacen ilegítimas, las alianzas manifestaron, á los hombres que debian reconocer y respetar los derechos de la naturaleza; finalmente ellas son las que patentizando la condicion de los hijos, han perpe tuado ciudadanos al estado, y dado á las sociedades una forma fija y segura. No hay otras que mas hayan contribui do á mantener la paz y union entre los hombres. La institucion de las leyes y formalidades del matrimonio es antiquísima ; la Escritura nos presenta ejemplos del res peto , que ya en los primeros tiempos se tenia á un esta blecimiento tan necesario á la quietud y conservacion de la sociedad. La historia profana depone igualmente esta verdad ; to das las antiguas tradiciones concuerdan en atribuir á los primeros soberanos los reglamentos concernientes á la union del hombre con la muger. Menés, que pasa por el primer monarca de los egipcios, ha establecido la ley del matri monio entre sus vasallos; los chinos dan este honor á Fo-hi, su primer soberano; los griegos confesaban ser deudores de establecimiento tan útil á Crecrops , que debe ser repu tado por el primer legislador de la Grecia. La fábula, cuyo orígen es de la mayor antigüedad , jamás nos presenta sino una esposa legítima ; Júpiter, Osiris , Pluton , etc., no tie nen mas que una esposa. Los cretenses pretendian conser var la memoria del lugar, donde se hablan celebrado las bodas de Júpiter con Juno ; cada ano se celebraba en aquel sitio un aniversario con la fiel representacion de las cere monias que la tradicion decia haberse observado en el ta/ matrimonio. Finalmente en las leyes de todos los pueblos cultos se ve el gran cuidado que los legisladores han tenido en favore cer el matrimonio. Moisés ordené que los nuevos casados estuviesen exentos por el primer ano de ir á la guerra, y dispensados de toda gabela pública; entre los peruvianos ningun tributo pagaban el primer ano los casados. Los antiguos legisladores hicieron mas ; para asegurar los nudos del matrimonio, y hacer este lazo mas respeta ble, decretaron penas contra los que quisiesen turbar su union y concordia. En todos los tiempos y entre todas 1 naciones. cultas fué prohibido el adulterio. Los legisladores eran demasiado instruidos para no conocer cuan contrario es este delito al buen &den y quietud pública ; lo mismo han hecho con el rapto y con el estupro. No se podían to mar demasiadas precauciones contra una pasion ,§ cuyas consecuencias hubieran causado infaliblemente la rraina to talde 1a-sociedad. Pasemos á la institucion .de las ceremo nias religiosas. El establecimiento de un culto público y sole'mne, es sin duda lo que mas ha contribuido á moderar y humanizar los. pueblos , á conservar y fortalecer las sociedades. La existencia de un Sér supremo , árbitro soberano de todas las-cosas, y dueno absoluto de los sucesos, es una de las -primeras verdades que siente y conoce toda criatura inte ligente, y que quiere hacer uso de la razon. De este co nocimiento proviene la idea natural de recurrir en los in fortunies. á aquel Sér todo poderoso, de invocarle en los mayores peligros, y de procurar su gracia y proteccion por actos esteriores de sumiaion y respeto. La religion es ante rior á las sociedades civiles é independiente de todo con venio humano. Pero la depravacion del corazon , la ceguedad del espí ritu y sobre todo la supersticion muchísimas veces han obs •cureeido y trastornado las ideas que el hombre debe tener de la Divinidad ; frecuentemente adoró varios séres , que creia capaces de protegerle. Luego que muchas familias se 'han sujetado á una forma de gobierno político, se conoció -cuan peligroso seria dejar á cada particular en la libertad de formarse una religion á su gusto , por cuya causa se pretendió reunir en un culto público y uniforme todos los homenajes de cada . miembro de la sociedad. a Que nadie tenga en particular nuevos dioses , dicen las leyes romanas, que ninguno adore aun en secreto dioses estranos , á menos que su culto haya sido admitido por autoridad pública.» -Todas las naciones civilizadas han conocido la verdad de este principio, han comprendido fácilmente que ninguna -sociedad podia subsistir sin un culto público. A cualquiera país que še vaya, se hallan altares, sacrificios, fiestas, ce remonias religiosas, sacerdotes, templos y lugares consa grados pública y solemnemente á la Divinidad (I). Por los mas antiguos monumentos de la historia, sabe mos que fueron los primeros soberanos quienes instituye • ron las ceremonias de la religion , y los que arreglaron el culto público, que siempre han hecho á la Divinidad todos los pueblos civilizados. Se ve que en los primeros siglos y aun mucho tiempo -clespues el sacerdocio se halló unido con el cetro en la per_ -sona de los reyes, cuya noticia consta por la Sagrada Es critura, por Hornero y los demás autores profanos, por lo -que seria inútil insistir mas en este asunto. Digamos alguna cosa de ciertos usos particulares, que habrán provenido del -establecimiento de las primeras leyes positivas. La institucion del derecho de propiedad y las leyes del -matrimonio han sido causa de varios usos y costumbres, (1) Las proposiciones y reglas ma3 generales padecen algunas escepci o_ . ,nes. Se nos objetará acaso que varios escritores antiguos y modernos hablan de pueblos , en quienes ningtma senal de relIgion se advierte , pero es pre •clso notar que estos se reducen cuando mas á cinco ó seis, é igualmente de bemos observar que no forman sociedades numerosas; ypreguntarnos, ?este corto nomero de hombres comparado con el resto del género humano puede abolir la regla general, á saber , que una sociedad no puede subistir sin un culto exterior, máxima cuya verdad se confirma por la práctica y ejem p10 de todas las naciones, asi civilizadas como salvajes ? Por otra parte ?no admite pop ventura duda alguna que hayan existido, ó que aun existen so ciedades, en las que no hay culto alguno exterior ? ?Los escritores ó viajan tes citados se hanmantenido bastante tiempo entre los pueblos de que hablan para asegurarnos esta noticia? que se deben considerar como el arígen y base de todas las leyes civiles. N9 debiéramos en rigor hablar de estos usos hasta en el artículo de dichas leyes; pero siendo una serie na tural de leyes políticas , habiendo tenido lugar en todas las sociedades cultas , y habiendo aun precedido á las leyes civiles que fueron creadas solo para perfeccionarlos, nos es forzoso hablar ahora de ellos , para seguir los progresos de los establecimientos que sucesivamente han concurrido á formar los estados y cuerpos políticos. Estos usos parti culares son los que se han observado en los convenios ma trimoniales , sucesiones , contratos , obligaciones y final mente en los juicios. El uso quiere hoy que la muger lleve al marido cierta cantidad de bienes , cuyo usufruto tenga éste durante el matrimonio; lo contrario sucedia entre los antiguos; la costumbre quería entonces que el que se casaba se viese obligado de algun modo á comprar la muger , ya por ser vicios que hacia al padre de la que pretendía, 6 ya por presentes con que regalaba á la misma esposa. Abrahán entrega á Eliecer muchas alhajas magníficas cuando le en.. via á pedir á Rebeca para Isaac ; Jacob por casar cán Ra quel sirvió á Laban siete anos ; Sichen cuando pidió por esposa á Dina , hija de Jacob, dijo á los hijos de este pa triarca : « pedid por su matrimonio cuanto gusteis , y los presentes que querais os los daré muy contento. » Esta costumbre ha subsistido por mucho tiempo en varios pue blos; Hornero hace mencion de ella con bastante frecuen cia. El uso de comprar las mugeres que se pretendian por esposas, se practicaba entre los antiguos habitantes de la India, Grecia , Espana , Alemania, Tracia y Galia ; y aun hoy sé compran las rnugeres entre los chinos, tártaros, pueblos de Tonquin , Pegu , moros de Africa ,.turcos, ha bitantes de Transilvania y salvajes. La division de las sucesiones es uno de los objetos mas importantes de la sociedad ; asunto , que á la verdad solo debió ser interesante en los pueblos cultivadores; pero del que se ha pensado sin embargo en todas las sociedades po líticas, pues vemos qué en los primeros tiempos se han establecido reglas sobre este particular, y parece que en tonces los padres eran duenos absolutos de sus haciendas. Los hijos que Abrahán habia tenido fuera de Sara nada heredan de su padre, quien les excluye de la sucesion por dejar todo su patrimonio á Isaac; aquel patriarca se con tenta con hacer algunas donaciones en vida á los demás hijos. Tarribien vemos que Jacob mejora á José en todas las tierras que habla ganado á los amorrheos. El autor del li bro de Job nota que este santo hombre dejó á sus hijas en herencia una parte igual á la de sus hermanos. Ya entonces el primogénito tenia ciertas prerogativas, de lo que nos da suficientes pruebas la historia de Jacob y Esaú. El derecho de primogenitura sirve de pretesto á La ban para justificarse con Jacob de la traicion que le ha he cho substituyéndole á Lia en lugar de Raquel, que había sido la prometida. Finalmente los mejores escritores de la antigüedad nos aseguran que segun el uso universal y cos tumbre de todas las naciones cultas los primogénitos tenian autoridad sobre sus hermanos. Tambien se debe poner en el número de los mas anti guos conocimientos la invencion de ciertos medios y usos, propios para manifestar los principales actos de la vida civil. Los negocios importantes de la sociedad, como las obli gaciones recíprocas, las ventas, el estado de las personas, la propiedad y cantidad de bienes, los matrimonios, los juicios, etc. en todos los tiempos han tenido necesidad de |
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