12_No. 1 (1 enero 1862), p. 439-453 |
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y5 439 w. sus dias de juventud, le hizo ver levantarse la calavera y di rigirse al cercano cementerio, transformada en un joven lleno de fuerza y vigor. El anciano no pudo ver mas. Cubrióse el rostro con am bas manos , y lágrimas ardientes surcaron sus megillas apa gándose despues en la nieve. Fuera de sí, gritó de nuevo aun mas abatido y desolado. « ! Volved , dias hermosos de juven tud y de vida, volved !... Un Y volvieron , porque todo habia sido un sueno. Se vió jó - ven aun, y lleno de salud; y solo eran verdad sus errores y sus desvaríos. Entonces dió gracias al cielo porque podía aun abandonar la senda del error, y dirigirse por el camino de la virtud á la hermosa tierra de la felicidad. Vuelve tú tambien ! oh lector ! pues aun es tiempo. Este sueno será pronto tu juez inexorable, y cuando llenode amar gura esclames : «Volved, días de juventud!...» no volverán. desenlace inesperado. Era yo el cuarto en un coche de camino : mis otros tres companeros eran un marino , un oficial de tropa, y un joven elegante, hijo de una familia bastante acomodada. Como era natural , la conversacion vino á rodar sobre los peligros á que cada uno de nosotros se habia hallado cspuesto : el ma rino habia naufragado por tres veces ; y cierto día, al dar un abordaje en el mar de las Indias habia caido en el agua á muy pocas brazas de las cavernosas fauces de un tiburon ; en otra ocasion ha.bia volado hasta una altura prodigiosa de re _sultas de la esplosion de un buque de vapor. El oficial, hecho prisionero por un beduino , iba á ser decapitado, y ya pe netraba el fatal yatagan por entre las vértebras de su cuello, cuando vino á su socorro tulla bala que destrozó la cabeza del árabe. — Por lo que á mí hace, senores, dijo el jóven elegante, que hasta entonces habia guardado silencio , jamás he nave gado; tampoco he visto el fuego de los combates, y sin embargo , me he hallado en una situacion mas crítica que cuantas puedan ocurrir ; á lo menos tenia el mérito .de la novedad. No há muchos anos que me. encontraba en Bruselas : em prendedor temerario, ávido de sensaciones violentas, intenté junto con un amigo mio verificar una ascension aereostática. A la hora fijada, mi companero falto á su palabra ; y ya me disponia á abandonar solo la tierra, cuando hé aquí á un desconocido que saliendo del círculo de los espectadores, me suplicó le permitiese acompanarme. Tan activas fueron sus instancias, y tantas sus promesas y juramentos de confor marse punto por punto 4 cuanto le prescribiese, que accedí por fin en admitirle. Entró en la barquilla : inmediatamente hice soltar las amarras, y á los pocos segundos sobrepujába mos ya las cimas de los árboles. Mi companero no manifestó el menor síntoma de inquie tud : iba sentado dentro de nuestro frágil y peligroso asilo con la misma calma y sangre fria que si se hallase en la mas cómoda butaca, procurándose el reposo que exige la digestion de una comida suculenta. Semejante al volátil parecia delei tarse en su elemento. Con objeto de facilitar nuestra aseen sion , vacié un sacó de arena de los que me habia pertrecha do , y esta accion pareció embelesarle , pues me suplicó que me deshiciese del lastre restante. Me resistí ; insistió ; pre gUntéle entonces de qué provenia su empeno en querer re montarse á tanta altura. —Temo que me reconozcan , me contestó. Al pronto creí tener que habérmelas con un ente original, que 'labia emprendido aquel viaje aéreo por efecto de una calaverada , que se sentia con temor de que el suceso lle gase á noticia de algun pariente suyo ; mas yo le aseguré que bien pocha ir descansado, porque desde la tierra no distin guirian su fisonomía. Sordo á todas mis razones, me apremió con nueva vehe mencia á que aligerase la barquilla de su lastre. Yo no podia acceder á su ruego ; nos encontrábamos ya muy elevados; el viento nos impelía hacia la marina , y yo sentia en mis aden tros cierta inquietud : mandéle con toda formalidad que se tranquilizase y se estuviese quieto. Murmuro entre dientes ciertas palabras interrumpidas, y luego ví que arrojaba al aire su sombrero ; quitóse acto continuo la levita y la hizo seguir el camino que recorriera el sombrero. — ! Bien , muy bien ! esclamó : ahora iremos algo mas descargados ; subiremos mejor. Y empezó á desanudar su corbata. — ?Por qué haceis eso ? le grité ; si aunque nos observen con telescopio, no pueden saber desde abajo quién seais. — Que .no os lisonjee mucho esa idea , me replicó ; buena vista tienen en casa del doctor Van-Speen. Así se llamaba un médico que dirigía un establecimiento sanitario célebre, y consagrado especialmente á la curacion de las enfermedades mentales. — Por ventura, le dije ? conoceis al senorVan-Speen ? — Toma si le conozco ! He estado dos anos alojado en su casa, donde se me han prodigado los peores tratamientos ; allí me han sangrado , purgado , rociado con agua fresca , en fin, se me ha atormentado sin cesar. Jamás fui allí dueno de mis acciones : allí vivia como en una mazmorra. Esta ma nana he conseguido escaparme de aquella condenada man sion ; no , no volveré á ella. Ya pueden VV. figurarse cómo me quedaría al oirlo; me ha llaba en companía de un loco , dentro de una débil barqui lla, levantada por un globo aereostático, y á una elevacion de cerca de dos mil varas. Un momento permanecí anonadado , yerto de pavor. Un rapto súbito de mi camarada , una ve leidad funesta de parte suya , una lacha entre nosotros, cual quier accidente , en fin , nos conducía á la perdicion. Él re petia con furor su grito que tanta alarma me causaba: ! mas arriba! mas arriba! ! mas arriba ! y se desnudaba á toda prisa, y en seguida echaba al aire sus vestidos. Yo le mi raba con ojos embrutecidos , sin atreverme á hacerle la mas pequena observación ; pues conocia (fue todo trabajo era perdido, y temia encolerizarle. Pero mi terror llegó á su col mo, cuando no bien se hubo quitado las medias, le vi volverse hacia mí , y mirándome de arriba abajo con ojo fe roz, me dijo : — Aun nos quedan diez mil leguas por andar ; preciso es que uno de los dos se deshaga del companero. Sus cabellos se erizaban , sus manos se contraian : él era por otra parte de complexion mas robusta que la mia , y por lo tanto no me era dable pensar en oponerle resistencia. An tes que vermeen tal estado , hubiera preferido hallarme aban donado á un antropófago , o cara á cara con un tigre en ayu nas ; todo lo que se quiera, antes que contemplarme allá, á la merced de un insensato para con quien eran supériluos los ruegos , las súplicas, las observaciones, los discursos. Sin que siquiera intentára impedírselo, le vi coger y pre cipitar nuestros tres sacos de lastre ; el globo subió entonces con una velocidad mas y mas aterradora ; alcanzaba ya una regio!) á la cual jamás hubiese imaginado poder llegar : la tierra habia desaparecido ; apinados nubarrones iban dando vueltas debajo de nosotros , ascendian sobre nuestras cabe zas, se cernian en derredor ; un irlo mortal embargaba todo mi cuerpo. Y siempre continuábamos subiendo. El loco se mostraba descontento y hablaba consigo mis mo. Nosotros no vamos allá, no vamos allá, susurra ba entre dientes. De repente volvióse de nuevo á mí, y me dijo : — Sois casado ? ?Sois padre ? — No, le contesté. — Por eso no teneis prisa en llegar ; yo tengo trescientas esposas , y cinco mil hijos ; y á estas horas estaría con ellos si el doble peso que arrastra el globo no amainase su vuelo ; tanto retardo me exaspera. — Caramba! repliqué á la aventura, y siempre ansioso de ganar tiempo ; ? pues no deja de ser numerosa vuestra fa milla? ! Cinco mil hijos ? Supongo que á proporeiou de la familia serán vuestros medios de fortuna ? ! Quién piensa en eso ! —? Y habitan todos juntos ? — Sí. Y cada una de mis mugeres tiene un gatito y un loro, y cada uno de mis hijos, un caballo y diez perros. — ! Santo Dios !... Pero... — No hay peros que valgan: tengo un palacio todo de una pieza de cristal de roca , que contiene fábricas de panos y de sombreros, almacenes de todo género, tahonas y otros ar tefactos. tambien hay en él un sin número de fanegas de tier ra de pan llevar, otra porcion de vinas y árboles frutales ; huertas y molinos; una balsa en un patio donde navegan cinco navíos de tres puentes con 5555 canones de á ochenta, y cin cuenta culebrinas rayadas que plantan una bala á la distancia de 1.825,000 millas. — ! Magnífico ! ?Y dónde teneis ese palacio? — ! En la luna ! y allí voy yo, y allí haré un desembarco, luego que me haya librado de tí. Vamos, vete, ? no ves que me estás estorbando ?.. !Bastante tiempo te he sufrido.., fue ra de aquí, y pronto! El globo se remontaba con nueva rapidez. Nada mas oí ; pues á las palabras de aquel furioso se siguió una lucha hor _ ti , do: -,171 „ J„ -7-77; 011/ • )'11 rible , espantosa... Echóse sobre mí, y á su contacto creí que se me habia caído encima una montana ; su aliento abrasador me turbaba ; sus brazos me apretaban el cuerpo como si fue sen un círculo de hierro... por instantes me faltaban las fuer zas... no pocha gritar, ?y para qué? Me hallaba en el inmenso espacio, donde ninguna voz humana podia contestar á la mia ; donde ningun sér caritativo podía acudir á salvarme... cerráronse mis ojos, perdí la cabeza, y... Al llegar á este punto la relacion , resonó un alarido hor rendo; y una violenta sacudida nos arrojó unos encima de otros, casi sin sentido : el coche en que íbamos se había vol cado , y afortunadamente no !labia rodado á un abismo, por que caballos y coche quedaron sujetos en su caida en unas gruesas estacas que habia clavadas en uno de los lados del camino. El conductor, atento al maravilloso relato, habia ol vidado la direccion del carruaje. Los mas salimos bien libra dos con algunas contusiones asaz ligeras ; mas el aereonauta, cuya narracion fuera tan bruscamente interrumpida, sacó un brazo roto , en razon de haberse dado al caer contra una piedra. Dejamos á aquel pobre contuso en el primer lugar donde hicimos alto ; allí se le puso en manos de un cirujano. Desde entonces no he vuelto á saber de él , ni por consiguien - te el resultado del mal paso en que se vió metido. Es lástima, porque el desenlace del drama aéreo no dejaria de ser inte - resante. Por lo no firmado ycomo Editor responsable.— Juan Oliveres. DARCELONA.-1..MPRENTA DE 1), JUAN OLIVERES, CALLE DE ESCUDILLERS, N.° 57.-1861. LA <BILLA. REVISTA Clanga. Y LITERARIA ILUSTRADA , PRINCIPALMENTE EXTRACTADA DE LOS BUENOS ESCRITORES ALEMANES. POR UNA SOCIEDAD LITERARIA. EL ALMA. Sus facultades y operaeíones. por I. 24. lilugslein. VI y último. —De la voluntad humana sensual é intelectual. La voluntad consiste en el conato • del alma por realizar obrando aquello que reconoce como bueno. Este reconoci miento puede ser tambien equivocado , y el bien no existir mas que en la intencion. La voluntad está ligada á la facul tad cognoscitiva, y se dirige al bien. La regla que la volun tad lleva consigo, formulase así : en todo esfuérzate por el bien; Hay voluntad solo en el esforzarse por el bien, pues la esencia de ella consiste en querer el bien. Propendiendo la voluntad'á la realizacion , es preciso tam bien que el bien á que se encamina sea realizable , esto es, sea un objeto posible y menesteroso de la realizacion , por lo cual no ha de ser una cosa dada , sino venidera. Cupidi las opinio venturi boui.—Cic. Una voluntad que reposa en sí misma o está ociosa, escapa á la comprension , pues la vo luntad hállase unida al conato , o mas bien no es otra cosa que esto. La voluntad se diferencia por tanto del deseo , en el que falta el uso de las facultades para realizar lo conocido corno bien. El bien corresponde á la sensacion en un grado muy. principal ; lo bueno agrada. Este recreo , estMsensacion de placer, es el medio con que se escita la potorida de la vo luntad hacia lo conocido por bueno. En la voluntad concur ren como á su centro todas las actividades del alma, la inte ligencia , sensacion y anhelo. La virtud de la inteligencia es la prudencia , que consiste en la esmerada intuicion del bien y del mal. La virtud de la sensacion es la templanza ó reser va , que consiste en la fuerza de la 'sensibilidad para no ser sorprendida por el afecto. Finalmente , la virtud del anhelo es la fortaleza unida con la resolucion. La fortaleza es un valor que vence los grandes peligros, y consiste en la grandeza de alma para no dejarse espantar en ningun riesgo por un miedo que mengua la voluntad. La fortaleza ocupa el justo medio entre la temeridad y la cobar día. La resolucion consiste en una valerosa resistencia contra todos los obstáculos que se oponen al complemento del acuer do de la voluntad : sus contrastes son la terquedad y la con descendencia. La prudencia , templanza fortaleza y firmeza TOMO I. son por tanto los cuatro grandes .puntos cardinales , en que se ejercita la voluntad perfecta , y solo á ella denominaban voluntad los estoicos. Sin la prudencia , la voluntad desem pena el mal lo mismo que el bien ; sin templanza , es arras trada á las acciones indiscretas ; y sin fortaleza ni firmeza, retrocede cobardCy condescendiente, ó degenera en terque dad y temeridad. El contraste del apetito es el aborrecimiento: apetecer y aborrecer son las dos únicas funciones posibles de la voluntad , las formas de su manifestacion. La voluntad apetece el bien y aborrece el mal. Lo que DO es bien ni mal no es apetecido ni aborrecido, y la voluntad en este caso se conserva indiferente. En la voluntad manifiéstase á su modo la retencion polar de la naturaleza , y no hace otra Cosa que buscar y evitar, atraer y repeler ; pero es buscado lo semejante y evitado lo desemejante. La voluntad intelectual esfuérzase no mas que por el bien intelectual , y la sensual por el sensual. Es bueno lo que concuerda con nuestra naturaleza ; pero el hombre reune en si lo finito y lo infinito , la naturaleza sensual y la no sensual , y por tanto hay para él dos suertes de bienes, sensuales y no sensuales , de lo cual nacen la division de la voluntad en sensual é intelectual. Por voluntad sensual entiéndese el anhelo del alma por realizar de hecho y en accion lo conocido como bien sensual. La voluntad sensual no es una regla ó carácter interior ; y en su interior hay correspondencia en toda mutacion al esterior. En toda vicisitud y á pesar de todas las variaciones, la vo luntad se propone un designio sólido , anhela por el bien sensual , é indudablemente hácelo en virtud de la preeision interior de su esencia , rindiendo por tanto su homenaje á una interior regla favorita y aliada. Ningun bien sensual hay que tenga para todos los hombres un precio equivalente ; y por eso cada hombre cifra su felicidad en una cosa diferente: unos en las diversiones, otros en las riquezas, y otros en las distinciones y honores. Ninguna correlacion se halla entre los hombres, mediando entre ellos la mas abierta discrepan 56 N 442 N da ,. y la singularidad. La voluntad sensual tambien es Ila- La pasion es una verdadera enfermedad del alma , por macla particular. La voluntad sensual tiene su fundamento Cuanto mina •en su fondo la libertad , , en cuya prerogativa en la sensacion del yo y en el amor propio consiguiente á , consiste la salud del. alma , y esduye el dominio 'del entendi ella ; y por eso tambien se denomina egoística la •voluntad, miento. La voluntad sensual del apasionado enderézase úni - diciéndose de. ella que es determinada por impulsos egoísti-. camente á la fruicion de un bien , y está enteramente devo cos. La sensacion del yo y su companero el amor propio, nos rada por el anhelo hácia él. Ordinariamente alternan entre proporcionan la conservacion de nuestro yo físico y moral, sí los afectos y las pasiones ; pero unos y otras están diferen por medio de las solícitas necesidades , y originan de esta ciadas por linderos muy marcados. El carácter comun á am suerte un eterno estímulo que nos impele tanto á reconocer bos es ser tina enfermedad del alma ; pero tanto en los afectós lo que alivia la necesidad , cuanto á esforzarnos por la frui- como en las pasiones , son embargados diversos sistemas del don de aquello mismo. alma ; en estas el sistema de la voluntad , y en aquellos el de 'En el instinto se halla tambien el conocimiento de aquello la sensibilidad , • teniendo cada una de estas enfermedades que alivia la necesidad, y á ello vá ligado de un modo firme. una forma diferente , la aguda, que és propia del afecto, y la El instinto impele al recien nacido á buscar el pecho de su crónica, perteneciente á la pasion. El afecto, á la manera que madre ; pues ni por instruccion recibida , ni por esperiencia una enfermedad aguda , nace súbitamente , y es una sorpresa formada , ni de otro modo alguno , se le ha ensenado que el del ánimo : la pasion es como una enfermedad crónica , que. pecho Maternal alivie las necesidades sentidas, y éste conoci- solamente .poco á poco crece hasta un alto grado de energía: miento viene innato y aliado con el nino. El instinto es analo- es como un incendio que paulatinamente se ha propagado go al entendimiento, y como este abarca un conocimiento ab- empezando por una chispa. El afecto , á la manera que la soluto , una ejecncion completa. El instinto por sí sabe lo enfermedad aguda, pasa presto y es de corta duracion ; pero conducente para 'sí ; es un conocimiento independiente de • la pasion subsiste como la enfermedad crónica , y con el tras-. todos los demás , no limitado por ningun otro conocimiento, curso del tiempo vá echando mas Profundas raices. Kant y. 'de consiguiente es absoluto. Su ejecución tambien es de llama por tanto al afecto una embriaguez que se pasa dur naturaleza absoluta.; estando determinada en sí y por Sí mis- tniendo , y á la pasion un delirio que se adhiere á una idea. ma , y vinculada á su conocimiento como la ejecucion del A la manera que la enfermedad aguda ordinariamente hace su entendimiento. Pero el entendimiento sabe de sí mismo, tiene curso en la ausencia de la razon „en esto mismo tiene su . conciencia propia , y el' instinto por el contrario nada sabe esencia el afecto. En el afecto el hombre no sabe lo que hace; de sí , carece de conciencia propia , y de consiguiente es Ha- la razon está. retirada ; de donde nace por un lado la indis mado tambien instinto ciego , o de otros, entendimiento sin crecion y por otro la probidad. Pero la pasion , al modo de conciencia. Al . presentarse el entendimiento se retira el ins- la enfermedad crónica , trabaja en presencia de la razon ; y tinto.. • de ello proviene -que la pasion sea astuta , disimulada y cau . El mundo del instinto es la jurisdiccion de los animales ir- telosa , segun está marcado-en su estampa. racionales ; y en el imperio del ente puramente racional nin- Estos contrastados caráctéres se patentizan tambien por su gun vestigio hay de instinto. En el género humano se mues- respectivo influjo en la salud. A la manera que la enfermedad tra el instinto principalmente en la edad de la ninez y en el aguda cuándo termina en la muerte, tambien el afecto mata estado salvaje , mientras aun no está desarrollado el enten- súbitamente, y Kant decia del afecto que obra como una dimiento. Luego que este se desarrolla se pierde el instinto, apoplegía. La pasion , al estilo de la enfermedad crónica, .solo y se disminuye la violencia que como tal impone al hombro. • lentamente corroe la raiz de la vida ,.y por tanto Kant dice . Con el entendimiento desarrollado se desvanece toda suje- . que obra Como una tisis. Apetecer y. aborrecer son las dos cien, y entra en el lugar de esta la libertad Mas ilimitada. La únicas funciones posibles de la voluntad. Un grado mas alto voluntad sensual no se dirige únicamente á lo reconocido de avidez forma la inclinacion, y un grado mas alto de abor como bueno en la sensacion , sino tambien á lo que se la si- recimiento la aversion. Si la indinacion y la aversion se gue , al recreo lo mismo que al provecho : esta jurisdiccion acrecientan hasta un grado elevadísimo de energía, aquella entera del bien sensual es el objeto para esta voluntad. Hasta se convierte en amor (en su sentido mas lato), y esta en odio. el raciocinio atempérase á la voluntad sensual ,. y es entrela- El amor y el odio son los dos contrastes mas fuertes á que zado con el tejido de *aquella ; pues la percepcion final y la . pueden ser conducidas todas las pasiones.' nocion del medio útil para realizar el fin , es dable solo por Las pasiones que entran en la categoría del amor ofrecen el raciocinio. En el distrito de la voluntad sensual queda tam- entre sí una. íntima diferencia : unas están dotadas de un bien el raciocinio abrazado estrechamente, y. dieta, como escesivo gi ado de viveza, y otras no. Aquellas se denominan ejemplar para conseguir el fin , á los esfuerzos de aquella, ardientes y estas serenas : á las ardientes pertenecen la eleu- . ciertas reglas que toman el nombre de reglas de prudencia. terománía y la erotomanía. Haba . ardorem libido. —Cie. La direccion de la voluntad sensual hacia un objeto deter-- El hombre es un yo, 'cuya sensacion habita en él profunda é minado llámase avidez , y si el objeto es indeterminado se íntimamente. De esta sensacion. provienen todos sus deseos, llama simplemente deseo. Con la frecuente satisfaccionja avi- unos inmediatos y otros mediatos. Proceden inmediatamente dez pasa á costumbre, y se demarnina propension. Si la pro- del yo en el hombre los deseos de la libertad y de la union pension sube á tan alto grado de energía , que cOnsiderada de los sexos : llámaselos por tanto impulsos naturales, por en sí quite al espírli toda libertad , se le dá el nombrOde que impelen como por una fuerza propia y aparecen por sí pasion. La libertad de la accion consiste en su conexion con en el fondo de la sensacion del yo , sin mezcla de ninguna la evidencia del conocimiento. En sentido rigoroso obra li- causa intermedia. El instinto de libertad en el hombreengén bremente solo aquel que cuando obra sabe que obra justa- 'dráse de la sensacion de su yo y del anhelo de permanecer mente ; pero en la pasion la accion está destituida de la evi- un yo ; por tanto el instinto de libertad nada malo es en sí. deneia del conocimiento. El apasionado sabe cuán injustas Solo aquel homIze que carezca del yo, o en quien se hala son las sugestiones de su pasion , y sin embargo, las ejecuta perdido esta sensacion , alargará voluntariamente sus manos subyugado al poder de su pasion : el apasionado es• esclavo á las cadenas de la esclavitud. Pero con la sensacion de mies de su avidez. tro yo sucumbe la de nuestra dignidad humana , y con esta M 443 g< perece todo lo noble y grande. La historia de la esclavitud lbs dá á conocer que en el alma del siervo se borra todo ras go de nobleza, de grandeza., y hasta de humanidad. alas el instinto de libertad en el hombre es bueno, solo en tanto que permanece bajo la férula del entendimiento, y deja de serio cuando se le quita semejante freno , y á discrecion el hombre sigue el apetito y de ningun modo 5 su rezan. Si este apetito llega á un alto grado de fuerza , en que con relacion al mismo sea privada la voluntad de todo arbitrio y el entendimiento de toda dominacion , constituye la eleuteromanía , que es la mas ardiente de todas las pasiones. La elenteromanía en este ardor se muestra como un ins tinto que tanto mas violentamente se desencadena, cuanto mas reprimido haya estado. El hombre libre romperá lag cadenas de la esclavitud con tanta mayor energía cuanto mas apreta dos estén los anillos de su aprisionamiento ; á la manera que en las entraibs de la tierra el aire encerrado revienta , levan tando con tanta mayor fuerza las rocas y colinas , cuanto ma yores son las masas que amenazan estinguir su esfuerzo na tural de espansion. El instinto de la imion de los sexos está corno el de la libertad , fundado en la mas íntima profundidad del alma humana. Ni el ardor del 'mediodía es capaz de con sumir el gérmen de este instinto; ni de matarle la congelacion del norte ; ni tampoco le ahoga la cultura del espíritu , ni le destruye la ferocidad de las costumbres. Es la centella de Promete° , inspirada en todo pecho formado de tierra. El impulso de la union de los sexos no aparece hasta cierta edad en que el hombre ha recorrido sus metamórfosis y llegado al acabamiento de su cuerpo. ELdesarrollo del instinto sensual depende de causas físicas ; pero desarrollado este instinto , se alimenta principalmente con el poder del alma , en cuyo seno es embrutecido ó espiritualizado. Es notorio el influjo que tienen sobre el instinto sexual la sensacion , la imaginacion , el género de vida, etc. El instinto sexual se embrutece cuando pierde todo lo es piritual, y queda solamente la parte bestial; pues consistiendo la verdadera humanidad en la fusion de lo animal y de lo espiritual , si se altera esta forma el instinto sexual degenera , y se reduce á una nueva propension por el placer brutal. El instinto sexual embrutecido deprime y conduce á estrava gancias contranaturales. Entonces el hombre llega durante la satisfaccion del instinto sexual á límites en que puede pasar á la bestialidad , y hasta rebajarse mas que un animal. Aun que el instinto sexual embrutecido permanezca .realmente contenido en los límites de la naturaleza , como erotomanía obra con tal ardor que el entendimiento no es capaz de do menarle. La erotomanía es una de las pasiones tan ardientes corno ciegas. Espone al hombre al sacrificio de su honor, sa lud , reposo y felicidad , pues sacrifica á lo animal todo lo que debe ser sagrado en 'alumno. El instinto sexual espiritualizado es el amor. En el amor cuanto mas lo animal se halla penetrado de lo espiritual, tan. to mas el instinto sexual queda despojado de sensualidad ; pero el instinto sexual es espiritualizado en amor solamente en aquellas almas en quienes hayan nacido el sentido y la sensacion de lo bello , de lo bueno y de lo verdadero. Este sentido y sensacion comunican al instinto sexual su direccion propia , le inspiran un alma ennoblecida , y espiritualizan su esencia. El instinto sexual inundado y penetrado de esta sa cra sensacion, puede quedar enteramente despojado de la sen sualidad. Tal es el amor platónico , el amor del Petrarca para con Laura, que solo en la adoracion halla su goce. En el amor el instinto sexual aparece espiritualizado , el ardor bestial se ilumina con una etérea flama , lo animal retrocede al hálito de la sacra sensacion, y el instinto de la conexion corpórea es sentido como una especie de santo horror , respetando al objeto amado .como á un ente celestial. Pero el in'stinto sexual es un instinto del corazon, y está nutrido entre sus mas re cónditos pliegues. Por tanto la flama del amor penetrará tambien hasta lo hondo del corazon, y este mismo lo espiri tualizará con su sagrado calor. Sabido es que el amor encare ce las sensaciones , purifica los apetitos y ennoblece las cos tumbres. Los gentiles pintaban las Gracias en pos del amor , y en el propio paganismo Venus era representada sentada en un carro al cual iban uncidas palomas. la planta mas noble puede tambien bastardearse, si es colocada en un terreno mal sano ; la bastardía del amor es la concupiscencia. Si el amor se enciende en un ánimo débil y privado de la dignidad del yo , en un corazon que de suyo sea ardiente é irritable fácil mente pollos afectos , y es además nutrido por el influjo de una fantasía fogosa , degenera prontamente y pasa á concu piscencia. El amor que ardia con una sacra flama , entonces se convierte en una tea abrasadora ; y el amor que beatificaba en su sacra sensacion , pasa entonces á ser un doloroso agui jan (pie lastima: Cu pido aparecia con arco y flechas, que cau saban heridas. El amor , que era discreto y perspicaz , se vuelve irreflexivo y ciego : tambien se representaba á Cupido con los ojos vendados. El amor que se movia por un impulso libre , y se inclinaba al objeto adiado , aparece ahora como una cadena de bronce que tiene soldado el corazon con el ob jeto favorito; el enamorado está cual otro Prometeo encade nado.contra la roca. La concupiscencia es una de las pasiones mas ciegas y espantosas , conduciendo. á las mayores y mas difamantes locuras. !la sido pues ingeniosamente represen tada bajo la forma de Hércules vestido de muger , y sentado á hilar con tina rueca. En el caso de desgraciarse termina frecuentemente de un modo horrible en la manía a en el sui cidio. La ambicion de honores, la avaricia, y el prurito del man do , pertenecen á las pasiones serenas. Las avideces de honor, riqueza y dominio , no brotan inmediatamente y por sí de la sensacion de nuestro yo , sino que se desarrollan en él bajo una influencia particular. Pero la vida social fabrica , por decirlo así, esta infernal atmósfera , por cuyo influjo se de sarrollan en la sensacion de nuestro yo las avideces de ho nor, de las riquezas y del dominio. Unicamente en la vida social se cruzan de mil maneras los designios , inclinaciones é intereses de los hombres , y la sensacion de nuestro yo nos impele á que tambien antepongamos nuestro yo en la comu nidad con nuestros semejantes. De consiguiente, con este im pulso únese inevitablemente la tendencia á poseer aquellos medios , en virtud de los cuales nuestro yo queda inaltera blemente situado en la ensambladura social. El honor, el di nero y el poder , se nos presentan como unas firmes pilastras de nuestro yo , y por tanto propendemos á su logro. Como estos apetitos y sus correspondientes pasiones, no se desar rollan mas que hallándonos en comunidad con nuestros se mejantes , han recibido tambien el nombre de apetitos y pasiones sociales. El verdadero honor de un hombre , puede consistir solo en la posesion de aquel bien que le dá un precio eternamente inmutable y universalmente válido, cual es la virtud. La tendencia del hombre al verdadero honor es por tanto propiamente una tendencia á la virtud , y la avidez del honor es la avidez de la virtud. Esta arranca por violencia de todo sér intelectual la consideracion que se dá esteriormente á conocer por palabras ( alabanza), y por acciones ( homeria ge). Alrededor del honrado se presenta entonces una especie de resplandor divino (Nimbus ); honra esterior que como con sideracion de la virtud no puede ser indiferente mas que al libertinage y al vicio. Gloria umbra virtutis est: etiam invi 444, tos comitabitur.—SEN. Gloria virtuti resonat, tamquam ima go.—Cre. Pero esta avidez de los honores, noble en sí, puede tomar un mal rumbo. Si solamente el esplendor de la honra esterior deslumbra la vista del hombre débil , de modo que lucha con ardor por la aureola de la vista 6 su honra este rior, como por un bien en sí apetecible, nace entonces un de seo depravado : la codicia del honor que toma el signo por la cosa. Este deseo exáltase á pasion de los honores cuando la honra esterior se presenta como un bien para los sentidos des lumbrados, que santifican cualquier medio con tal de poder lograr aquella. La pasion de los honores toma el nombre de vanidad si desea ver honrado lo frívolo , y aspira á esterior homenage por una cosa , en que ningun hombre racional po ne aprecio. La codicia de honores, la ambicion de la honra y la vani dad , llevan el castigo en su propio seno, pues aquellos que como dioses pretenden ser adorados por sus semejantes , se abaten hasta la sumision á los mismos, y su dicha y tormento interior son hechos dependientes del arbitrio de los demás. Estos ambiciosos se sienten infinitamente felices con los estra hos testimonios de honra, é infinitamente desgraciados cuando se les rehusan. Les sugieren las acciones mas aborrecibles y vergonzosas , por cuanto la errada opinion de un falso ho nor les ha formado y alimentado el delirio de que solamente con tales acciones puede ser obtenido y conservado su honor espúreo. Las cualidades personales de un hombre, le autori zan á reclamar la estimacion de los otros ; pero si estas re clamaciones son superiores al valor de las prendas , y van acompahadas de pompa esterior , que necesariamente produce en los demás una deduccion inevitable de su pequefiez relati va , se origina el orgullo , pasion generalmente aborrecida. Si semejantes prendas son fútiles ó imaginarias , el orgullo se llama presuncion, pues se da á conocer por un procedimiento que denota un menosprecio á los demás. La presuncion sube hasta el grado de arrogancia, cuando por prendas fútiles en sí se desea un aprecio , en cuya manifestacion es rehusado todo sentimiento de dignidad humana. La arrogancia tiene la ma yor afinidad con el servilismo , pues solamente aquel que ha ya perdido el sentimiento de la propia dignidad de hombre , puede exigir á los demás una estimacion semejante. La pre suncion y la arrogancia son pasiones en sí despreciables y ridículas , así como el orgullo es generalmente odiado , pues ambas se pavonean con prerogativas inútiles y vanas. Tambien son pasiones inconsecuentes en si, pues someten el orgulloso á aquellos mismos sobre quienes pretende ense horearse : basta lisonjear á los .arrogantes para tenerlos á de vocion ; y los aduladores encuentran en ellos su provecho co mo los médicos en los enfermos imaginarios. Estos cuentan enfermedades de que están libres , y las arrogantes virtudes que no poseen. El dinero es el medio universal de permuta; y llámase co dicia el conato apasionado por la posesion del dinero ó de aquellas cosas cuyo precio representa el dinero. Avaritia nio veltemens de pecunia, quasi valde expetenda, in luemns et penitus insita.—Cm. El goce ó posesion del bien deseado es la tumba de muchas pasiones ; pero 'para la codicia es un nuevo pábulo, con el que penetra todavía mas profundamente el fuego de la pasion, y en derredor suyo embarga un ámbito mayor. La codicia es una insaciable avidez, difamante , por cuanto arrastra á todos los vicios y pasiones, á fin de conquis tar el mineral, por lo cual los antiguos la halan grabado con cabeza de animal. Attri sacra fumes, quo non mortalia co gis Peclora?—Vinemo. Cuando la codicia se dirige á la afa nosa conservacion del goce conquistado, del dinero, por ejemplo , etc., toma el nombre de aVaricia. La avaricia es una pasion loca en sí , pues erige en objeto propio de su fin lo que bien mirado es un simple medio ; ape tece el dinero por amor del dinero ; pero tambien lleva con sigo su propia venganza. El castigo de los avaros es el castigo de Tántalo : consumiéndose de sed tienen siempre á la vista una clara corriente , y desmayándose de hambre ven la rama cargada de fruto que con supeso los abruma. In nultum ava ras bonus est, in se pessimus. — SEN. En pos de la avaricia van el temor y el sobresalto. Post equitem sedet utra cura. —1-loa. Es imposible desconocer que en la avaricia y codicia del hombre domina únicamente el deseo de asegurar el yo en en la comunidad social y fundar de este modo un sólido pe destal. Solo en razon á lo que comienza á menguar en el yo el apoyo interior de fuera, aptitud ó crédito , el hombre tra baja para proporcionar con el dinero y riquezas al mismo yo un sustentáculo interior. La avaricia y la codicia son patri monio de la vejez, y si la juventud se contamina de ellas, esto arguye una debilidad é impotencia sentidas por la misma. En la pasion de mando clarísimamente se patentiza el co nato á prevalecer como un yo en la comunidad social. Mas como pueda nacer del esfuerzo de ser un yo, el eSfuerzo do servir como simple órgano .á otros despojados del yo, solo es comprensible por el temor ó repugnancia á la dependencia de los demás. La pasion de mando es injusta por tender á hollar á sus pies la libertad natural del hombre ; pero la sensacion del yo , y con ella el instinto de la libertad son tan profundamente innatos al hombre, que los hijos de la tierra, ni aun por los*rayos de Júpiter debiau estremecerse. La pa sien del mando exige resistencia, y es de consiguiente loca ; mas por efecto de la misma resistencia temida , la pasion de mando, como una culebra, estrecha cada vez mas sus roscas alrededor de la presa , y cifie al hombre hasta que destruye todo sentimiento de independencia, quedando el hombre de gradado hasta ser reducido á un objeto sin voluntad: La pasion del marido es insaciable, y no tiene mas término que el despotismo. La inclinacion hacia alguna, persona ó cosa , nos arrastra á ellas como inicia un bien , y la aversion nos desvía de ellas como de un mal. Si la aversion de un hombre para con una persona , llega á tan alto grado , que aquel esperimenta un placer en el mal de ella , y hasta se verifica un estímulo in terior á desearle su mal , la aversion se llama odio. En la categoría del ódio ocupan el primer lugar las siguientes pasio nes : la emulacion , la envidia , los celos, el rencor , la ven, ganza , etc. La emulacion es el pesar por la posesion que otro goza de un bien sensual , que nosotros de ningun modo habíamos. deseado. Si este bien se halla en el círolo de nuestros anhe los , la emulacion se llama envidia, y toma el nombre dé celos cuando el pesar se nos origina por la preferencia que sobre nosotros una persona amada nuestra , concede á otra. La emulacion y la envidia pueden graduarse solamente en el fondo de un alma impura ; de manera que la 'misma envidia se avergüenza de su propia miseria , y con el desprecio de la persona envidiada , procura ocultarse tras una apariencia de justicia. En la envidia el menor perjuicio es sin duda la pri vacion del sudo y del apetito ; pero el pecado se cubre con el pecado. El odio declarado y permanente contra una perso na que nos ha ofendido , se llama rencor. El rencor es en gendrado por la ira, y de consiguiente ya en su origen es maligno y depravado; es fruto de un trasporte de cólera re primido. El rencor vá unido con la mortificacion nacida de la conciencia que asiste de no haberse dispuesto con tiempo contra la ofensa. El rencor sigue á la cólera y precede á la venganza. El hombre se siente interiormente provocado lo m 445 mismo á la correspondencia del bien , emanado de otro , que á la represalia del mal producido por otro : este irtpulso se llama deseo de venganza, y está fundado en el egoismo del hombre. La satisfaccion de este impulso se denomina ven ganza , y es acompanada de placer al modo que la satisfac cion de cualquier otro impulso egoístico. El aspecto de los mas largos. y espantosos tormentos que se ocasionen al ene migo aprehendido, es para la voluntad el mayor festin , cu ya memoria todavía despues de pasado celebra con regocijo. El deseo de venganza ó impulso á la represalia del mal pro ducido por otro , está fundado en el egoismo del hombre ; y de consiguiente tendrá tanta mayor vehemencia cuanto mas fuerte sea el egoísmo del hombre ; la medida de la ven ganza tomada contra el ofensor , se arreglará siempre á la medida del chismo. Pero el egoísmo es la raiz de toda nuestra existencia sensual , y por tanto el deponer genero samente la idea del mal recibido de otro , muestra un alma despojada en cierto modo de toda sensualidad. El deseo de venganza , por su frecuente satisfaccion , se acrecienta hasta el grado de pasion ; estado temible porque deja arrastrarse.á las mayores crueldades , y en su furor cebase contra inocen tes y culpables. El vengativo impone las asesinas manos has ta en su propio cuerpo , á fin de ocasionar por este medio en la conciencia del ofensor una herida que siempre dá sangre. Entiéndese por voluntad intelectual aquel esfuerzo del al ma para realizar de hecho y en acto lo conocido como bien moral.- El bien moral tiene un precio tan ilimitado é inmu table , como universalmente válido ; y acerca de esto hallan - se acordes todos los pareceres de los hombres : luego hay un bien tan verdadero como general. La voluntad intelectual se llama tambien universal. La voluntad intelectual está basada en la idea del bien , que nos es innata ; pero nosotros no po demos reconocer el bien sin arder en amor por el mismo. La idea del bien llena nuestro corazon con el calor del amor, y én consecuencia determina á ia voluntad á realizar de hecho y en acto lo conocido como bueno , y tambien representar al esterior la idea del bien. La base de la voluntad intelectual es la idea del bien á nosotros innata ; y el impulso á reali zar de hecho y en acto lo conocido como bueno es el amor ; pero este es desinteresado , sin miras ulteriores y sin curar se del agrado ó pesar , utilidad ó perjuicio , que reporte de la accion. La voluntad intelectual es determinada por impul sos desinteresados, La voluntad intelectual pone sus miras solamente en el bien, y quiere al bien por amor al bien, y no por la felicidad que deba reportar para la virtud. La virtud es para ella la suma felicidad , fuera de la cual ninguna otra conoce. Tam poco podemos imaginarnos en Dios ninguna otra felicidad , que fuese una cosa diferente de su santidad. Así pues , como dice. Schelling , obrar la voluntad segun sabe que es justo obrar, es el único bien para el ente racional. Siendo desin teresada la voluntad intelectual es tambien eficaz por sí, pues el amor es perseverante y sufrido; no se deja doblegar por los obstáculos, ni le arredran los peligros. El amor es el al ma de la voluntad intelectual, que por tanto subsistirá y per manecerá igualmente por sí inflexible á los obstáculos, y su perior á todos los temores de peligro. El amor es un gozoso rendimiento á lo sagrado. La voluntad intelectual, cuya alma é interior emocion es el amor, constituye por tanto un pla centero desempeno, un alegre acto de legitimidad, una vo luntad que ni es triste , ni entristece , ni tiene que entablar lucha antes de cumplimentar el bien. Pero al ardor del gozo, que nace del amor , es inherente la mas sublime circunspec cion , porque el amor no es un acaloramiento ó fogosidad, sino una diserecion. El amor ninguna violencia conoce , porque toda sujecion entristece, y el amor siendo un gozoso rendimiento á lo so grado , es libre ; pero esta libertad se une tambien con la ne cesidad , pues el amor es inseparable de la nocion del bien. En el amor están por tanto confundidas entre sí la libertad y la necesidad ; forman una sola cosa. Este amor es el im pulso íntimo de la voluntad intelectual , la cual se mueve tan necesaria como libremente , y tan libre como necesariamente. liase dicho de la voluntad divina que solo puede querer el bien , siendo imposible querer el mal ; y sin embargo, es re putada como la mas libre de todas las voluntades. Como en la voluntad divina puede existir la mas lata libertad con la mas inevitable necesidad , y viceversa, es comprensible sola mente por la naturaleza del amor. Su animacion de la volun tad intelectual es .el amor ; pero este además de ser un rendi miento gozoso , lo es tanabien completo y sin restriccion al bien. La voluntad intelectual es por tanto una potencia ente ramente dedicada'al amor de lo bueno , determinada y de cidida de un modo absoluto por el mismo ; se esfuerza por realizar el bien, y este solo, sin inclinarse á un género ú otro de bien, sino á todo lo conocido como bueno. Donde existe el amor, que depende de un rendimiento completo é ilimita do al bien , no es posible ser forzado á quedar justo á medias sin ser implacable , ni liberal sin ser incontinente , sino que es preciso serlo todo ó nada. La voluntad intelectual está en lazada con el bien por el vínculo del amor, y en virtud del amor que le anima puede querer solamente el bien. Para la voluntad intelectual son por tanto superfluas todas las leyes v preceptos ; pues no necesita de impulso ni móvil alguno para determinarse por el bien. En virtud del amor que ani ma á la voluntad intelectual queda enteramente dedicada al bien , decidida y determinada de un modo absoluto por el mismo bien. La voluntad divina , para querer realizar el bien , no ne cesita de preceptos ni móviles estemos , sino que lo quiere y cumple por un impulso interno ó amor. Una voluntad divina, que necesitase de motivos estemos , cesaría en el mismo ins tante de ser una voluntad divina : esta es la voluntad inte lectual pura. Para la voluntad intelectual ningun imperativo categórico que se vierta por los términos de « tú debes , » tiene sentido ni aplicacion alguna. La voluntad racional cum ple el bien por impulso interior , no lo ejecuta por una fria consideracion al precepto, sino por amor al bien. Si este se resfria , duerme la voluntad intelectual y con ella todo bien. Solamente por el amor se enardece y eleva la voluntad.'La voluntad sensual- se encamina á lo placentero y provechoso , y la intelectual á lo que es bueno en sí, á la virtud.La vo luntad sensual tiene su base én la sensacion de nuestro yo „ que habita dentro de nosotros , y la intelectual en la idea del bien aposentada en nuestro interior. La voluntad sensual es de terminada por un impulso de interés propio, y la intelectual por desinterés , por el amor. Sobre estas dos voluntades del hombre, una de las cuales propende á subyugar la otra, estriba la voluntad espiritual , ó el poder del alma para ordenar con una determinaeion pro pia la mutua relacion de estas dos voluntades. La libertad del alma es aquel alto poder qne.nos recuerda nuestro lina ge celestial , y permite presentir nuestra analogía con Dios ; puesto que semejante libertad es como Dios , superior á todo influjo estrano , y está colocada mas alta que todas las deter minaciones, que no procedan de la misma voluntad intelec tual, y que puedan abrazarse únicamente por sí y en sí mis mas. La voluntad espiritual sin duda obra en un tiempo que trascurre v origina en sí misma vicisitudes naturales ; pero ninguna relacion tiene con el tiempo , no obra de un modo temporal , nada la determina dependiente del tiempo, y ella misma se determina haciéndose superior á toda dependencia causal. Toda accion es determinada por ella , y ella se deter mina solo por sí misma , inclinándose ella misma á su deter .minacion. La voluntad espiritual procede como condicion á todo acto y lo motiva; pero(talla nada precede como condicion, ella es su propia razon suficiente y nada motiva á ella porque es motivo de sí propia. Su esencia y carácter consisten en ser un simple origen, nada mas que origen ó causalidad absoluta. No teniendo la voluntad espiritual relacion ninguna con el tiempo , su accion , la determinacion propia de la voluntad espiritual , ya sea en el predominio del entendimiento ó en el de la sensualidad, prescindiendo de toda nocion de tiempo, no puede ser juzgada tampoco en conformidad á ninguna deter minacion de tiempo. En lo comprensible, así como en todo lo superior á los sentidos, estando todo en eterna é inmediata presencia , no puede ser tampoco reputada la determinacion de la voluntad espiritual como una accion que haya pasado en un tiempo corriente, ni como una accion que pertenezca al tiempo pretérito, sino como un poder actuante, que siem pre dura y prevalece, permaneciendo como presente en todas ocasiones. Así, como del predominio del entendimiento ó de la sensualidad en la determinacion propia de la voluntad es piritual, nacen el bien y el mal, de la propia suerte se declara tambien el carácter del hombre. Decidimos del carácter del hombre si pudiendo referir todas las acciones del mismo á un punto moral de vista , observamos en ellas el permanente pre dominio de una determinacion del alma. Como norma, este' predominio sirve de motivo para todas las acciones del alma, y es además una consecuencia en sí misma de la determina-, cion de la voluntad espiritual del hombre. De consiguiente , el carácter del hombre no es dado con su organizacion , ni tampoco es un tipo ya originariamente impreso en su alma, sino que proviene. de la libre obra de su voluntad , como un resultado del propio alvedrío producido con libertad. Sirve de fundamento al carácter del hombre la libre é independiente • determinacion de la voluntad espiritual , de la cual el carácter no es mas que una espresion permanente: Por tanto no es ad misible carácter alguno en los animales. Habiendo en el hombre una voluntad doble, 6 saber, sen sual y racional , tambien resulta un doble carácter , uno ma lo y otro bueno ; pues en la vida , ó el entendimiento ejerce la supremacía sobre la voluntad sensual , ó es sometido al do minio de ella. En el primer caso todas las acciones del hom bre/llevan el sello de la bondad, y en el segundo el de la mal dad: en el primer caso se conserva un carácter bueno , una determinacion del alma permanente en lo bueno, y en el se gundo caso se origina un carácter malo. Cuando en un hombre de continuo se advierte como determinacion permanente, un bien moral, se le aplica muchas veces reasumidamente el epí teto carácter, y se dice de un modo absoluto que es un hombre de carácter. Así pues , se entiende por carácter bueno el que por escelencia es llamado carácter , así .como al bien moral se le llama bien in sensu eminenti. Por la misma razon al malo se le suele rehusar el epíteto carácter, y se le llama un hombre sin carácter, por cuanto á cada instante varía sus reglas de proceder. Mas á pesar de las reglas variadas, el malo se pro pone inmutablemente un fin constante ; y todas sus acciones pueden ser referidas á un origen, u un solo punto de vista ; todas se encaminan al placer , al provecho 6 felicidad corpó rea. La ley absoluta de su vida es el amor propio. Así como el carácter malo es enteramente modificado en cada hombre ; de la misma suerte el bueno vá constantemente impreso de un modo original. En cada carácter hay una cosa original , que es la individualidad del carácter ; y en el mundo de los carac téres, hay lo que en el de las artes se llama el característico manera. Rafael y Angel representaron á la par lo bello en sus obras ; pero cada uno lo hizo de un modo absolutamente ori ginal , de una manera característica , en las cuales al paso que se reconoce igualmente al artista , se diferencia una de otra. De la propia suerte dos hombres de carácter bueno efectúan á la par el bien ; pero cada cual lo hace de una manera ori ginal. Del carácter debe diferenciarse la índole, y á un ca rácter que no fuese libre se le podría llamar índole. Esta no es mas que, una disposicion moral predominante , la cual ha sido mas bien dada al alma que adquirida por ella : en la ín dole el alma ha sido mas bien trasportada sin ir por sí mis ma ; la índole es para el alma un tono conferido original mente , una disposicion primordial producida en ella. En la índole, dice Eschenmayer, arraigan las propiedades que Ha-. mamos gratitud, benevolencia , magnanimidad , dulcedum bre , etc. Tambien se le ha llamado genio , y se han entendido bajo esta voz muchas propiedades que dimanan de la índole, por ejemplo, la magnanimidad, la dulcedumbre, clemencia, lástima , etc. A la manera que hay carácter bueno y malo, tambien existe buena y mala índole: aquella indica en el alma una situacion originalmente bondadosa, y esta una perversa ; pero la ín dole es buena ó mala solo negativamente , y el carácter lo es positivamente , pues este se despliega con libertad , y aquella por necesidad. Pero aunque la índole no sea obra de la liber tad y sí de la necesidad , y aunque declara un tipo general mente grabado en el alma , hallase tambien bajo la autoridad del entendimiento , que puede refrenar la mala índole, ha ciéndonos duenos de ella , y ennobleciéndola : es accesible á los rayos del entendimiento. En la índole refrenable se diferencia de los animales el hom bre. Tambien el alma de estos es originalmente un tipo gra bado , mediante el cual, un animal es bondadoso y otro de pravado. Mas como su tipo ó contencion de alma es un efecto de fatalidad , tambien resulta por necesidad su disposición que es una violencia impuesta por la naturaleza al animal. Natura quibusdam animalibus ferum dedit , quibusdam subdolum, quibusdam pavidum spiriturn.— SENECA. Electricidad. VI y último.— Desarrollo de la electricidad por contacto, compresion y otras mudanzas mecánicas de los cuerpos, así corno por su accion química. —Electricidad de la atmósfera.— Consideracio nes teóricas sobre la naturaleza de la electricidad. Ya habla tiempo que se presumia , aunque no se 'labia probado que el contacto ó la colision de diversos metales producia un ligero grado de electricidad ; mas Volta fue quien estableció este hecho importante en el ano 1 801. El aparato que empleó en sus investigaciones sobre este asunto , consis • tia en dos discos , el uno de zinc, y el otro de cobre (fig. 44), . >2 447 tE de algo mas de dos pulgadas de diámetro , perfectamente pla nos y con mangos aislantes en sus centros perpendiculares á sus superficies , con cuyo medio se pechan poner en contacto las planchas sin tocarlas con la ma no.-Con esta precaucion se acercaban los discos hasta llegar á contacto , y se separaban despues, manteniendo Fig. 41. los paralelos. En seguida, por medio del condensador se examinaba la electricidad que poseian des pues de esta separacion; y para que los efectos fuesen mas dis tintos, la electricidad producida por muchos contactos sucesi vos se acumulaba en el mismo condensador , teniendo la precaucion de restablecer los discos al estado neutro despues de cada contaCto. Con estos medios se halló constantemente que el disco de cobre cargaba al condensador de electricidad negativa , y el disco de zinc de positiva ; con lo-que se esta bleció como hecho general que estos dos metales aislados en su astado natural afectan estados eléctricos opuestos por' medio de su contacto mútuo , por adquirir el zinc la electri cidad positiva y el cobre la negativa en igual grado. No se ha dado hasta ahora ninguna esplicacion sobre este hecho curioso , que parece que está discorde con todas las leyes del equilibrio eléctrico anteriormente establecidas. La trasmision de la electricidad de un metal á otro durante su contacto im plica la operacion de alguna nueva fuerza no admitida toda vía por ninguna teoría. Mientras que se mantiene el contacto, ni uno ni otro de los metales dá indicacion alguna de su es tado eléctrico , por estar disfrazada la electricidad ; lo mis mo que sucederia con las cubiertas de la botella de Leyden si las pusiésemos en contacto , é incapaces de permitir nin guna trasmision de la electricidad desde un punto á otro , restableciéndolas á ambas en estado de neutralidad. Hay algunos cuerpos que se hacen eléctricos po.r medio .de la presion ; y esta propiedad la posee de un modo muy nota biela variedad trasparente del carbonato de cal conocida con el nombre de espato de Islandia. Segun Hauy, si se aguanta en la mano por dos de sus ángulos opuestos un cristal de este espato de forma romboidal , y se tocan ligeramente al mismo tiempo dos de sus planos paralelos con dos dedos de la otra mano , acercándolo despues á la pequeha aguja del electróscopo , se percibirá una atraccion muy marcada. Si se aplica una presion mas poderosa , los efectos eléctricos serán todavía mas considerables , siendo positiva en todos casos la electricidad. Hauy observa que esta propiedad reside princi palmente en aquellos minerales cristalizados que por medio de la division mecánica pueden reducirse á láminas planas y lisas , tales como el topacio , especialmente la variedad in colora ; el euclaso , la aragonita , el finto de cal y el carbo nato de plomo. Entre las sustancias en las cuales el roza miento eseita la electricidad negativa , hay algunas que solo apretándolas producen el mismo efecto : y de esta especie po denlos citar un ejemplo en el betun elástico, si se le dá la foi'ma conveniente para el esperimento. Becquerel ha descu bierto últimamente que otras muchas sustanciaS , tales como el corcho , la corteza , el pelo , el papel y la madera poseen la propiedad de producir la electricidad por medio de la com presion. Muchas sustancias reducidas á polvo presentan elec tricidad si se echan sobre una plancha metálica aislada. Ben net fué el primero que observó este hecho , despues de haber inventado su electroscopo de hojuela de oro , pues notó que la greda pulverizada en un fuelle y arrojada sobre la tapa dera de un electroscopo comunicaba electricidad positiva al instrumento , cuando distaba el tubo del fuelle unas seis pul gadas de la parte superior del electróscopo , mas á tres pies ele distancia , !a misma corriente de greda pulverizala lo electrizó negativamente. Si se arroja en mayor corriente, esto es , Con un fuelle sin tubo , la electricidad es siempre nega tiva ; y el mismo efecto se observa si se deja caer el polvo desde otra plancha sobre la tapadera del instrumento. Cavan() prosiguió esta investigacion ; pero los esperimentos mas com pletos que tenemos con respecto á la misma se deben á Sin , el cual empleó los dos métodos siguientes.: 4 cernió * los polvos sobre la tapadera de un delicado electrómetro por medio de un tamiz finísimo , que se limpiaba perfectamente despues de cada operacion ; 2.°, poniendo repetidas veces una plancha de cobre aislada en contacto con estensas superficies de polvos esparcidos sobre un pliego de papel seco , y comu nicando la plancha de cobre con el condensador despues de cada repeticion del contacto hasta que le hubo comunicado una carga suficiente. Las sustancias siguientes producen , segun Singer, la elec tricidad negativa si se ciernen sobre la tapadera del electró metro , y son á saber : el cobre, el hierro, el zinc, el estafo, el bismuto , el antimonio , el niquel , el plomo negro, la cal, la magnesia , la balita , la estronciana , la alúmina , la síli ce , el óxido moreno , el cobre , ef óxido blanco de arsénico, el óxido rojo de plomo , el litargirio , el plomo blanco , el óxido rojo de hierro , el acetato de cobre , el sulfato de co bre , el sulfato de sosa , el fosfato de sosa , el Carbonato de sosa, el carbonato de amoníaco, el carbonato de potasa, el carbonto de cal, el muriato de amoníaco, las cenizas de perla comun , el ácido bórico , el ácido tartárico , el crémor de tártaro , el oximuriato de potasa , la potasa pura , la sosa pura , el azufre resinoso , el sulfureto de cal , el almidon y el oropimento. Las sustancias siguientes producen electrici dad positiva bajo la misma circunstancia : la harina de trigo, la harina de ascua, el licopodio , la casia , el cardamomo pulverizado , el carbon , el sulfato de potasa , el nitrato de potasa, el acetato de plomo y el óxido de estallo. El siguien te catálogo manifiesta los resultados de los esperimentos he chos con el contacto de una plancha de cobre ; y las sustan cias diferentes están colocadas segun la electricidad que realmente adquieren , la cual es contraria á la plancha de cobre. Positiva: la cal , la barita , la estronciana , la mag nesia , la sosa pura , la potasa pura , las cenizas de pasta comun , el carbonato de potasa , el carbonato de sosa , el ácido tartárico. Negativa: el ácido benzóico , el ácido bórico, el ácido oxálico , el ácido cítrico , la sílice, la alúmina , el carbonato de amoníaco , el azufre , la resina. Estos esperi meutos produjeron resultados uniformes , despues dé haber los repetido varias veces. El método anterior de escitacion eléctrica no es probable mente sino una especie de rozamiento ; difiriendo. solo de los ejemplos mas comunes por razon del nodo de la esplicacion. Mas en otros casos los efectos eléctricos del contacto se ma nifiestan roas claramente , como cuando echamos limaduras de zinc por los agujeros de una lámina de cobre sobre la cu bierta de un electrómetro. El siguiente esperimento , fundado sobre otro que ideó el profesor Lichtenberg de Gottingen , es una ilustracion elegante de los estados eléctricos opuestos de polvos diferentes.- Con la proeminencia de una botella car gada trácense las líneas que se quieran sobre la superficie de una lámina lisa de vidrio ó de cualquier sustancia resinosa; y luego repítase la misma operacion en otras partes con la proemineneia de una botella cargada de electricidad opuesta. Empólvese despues ligeramente la superficie ya preparada de este modo, por medio de una borla con una mezcla de azu fre .y minio (óxido de plomo encarnado) pulverizados y an teriormente triturados juntos en un almirez. Por el contacto el rozamiento producidos de este modo , el azufre se hace w 448 tl negativo y el minio positivo ; y cada uno de estos polvos , al echarlos sobre la lámina , adherirá á las láminas electrizadas en oposicion , formando una série de disenos rojos y amari llos. Tambien es de observar que las configuraciones afectadas por estos y otros polvos difieren segun la especie de electrici dad que se imprimió en la lámina , pues la electricidad posi tiva produce un diseno parecido á unas plumas, y la negativa es mas bien semejante á estrellas.. La circunstancia mas im portante en esta averiguacion es la conexion entre la electri cidad y las propiedades químicas de la materia. Davy observa que las mas de las sustancias que obran eléctricamente entre sí de distinto modo, son igualmente las que obran química mente cuando sus partículas pueden moverse libremente : así sucede con los diferentes metales, con el azufre y lós meta les, con las sustancias ácidas y alcalinas. De dos metales que sestán en contacto, el que tenga maybr atraccion química para el oxígeno adquiere la electricidad positiva, y el otro la negativa; de modo que si se ordenan como sigue, segun el órden de su oxibilidad , zinc, hierro, estano, plomo, co bre, plata, oro, platina, cada uno se hará positivo al llegar á contacto con cualquiera de los que le siguen en la serie, y negativo con cualquiera de los que le preceden. En los con tactos de los ácidos con las bases , así como de los Cristales de ácido oxálico con cal viva seca, los primeros 'son negati vos y los segundos positivos. Todos los cristales ácidos toca dos por una lámina metálica la hacen positiva, haciéndose negativos los mismos cristales. Los cuerpos que manifiestan efectos eléctricos por sucon tacto mutuo , antes de verificarse la aceion química entre sí, pierden este poder durante la combinacion. Así pues, si se hace que una lámina pulimentada de zinc toque á una super ficie de mercurio seco, y se separan inmediatamente , se ha llará electrizada positivamente , aumentando el efecto en razón del calor ; mas si se calienta de modo que se verifique la amalgama, esto es, que se combine químicamente 'con el mercurio, ya 10 'presentará senales de electricidad. La mis ma analogía se observa con el cobre y el azufre ; y el hieiTo aplicado al mercurio produce mas electricidad que el zinc, por no poder.formar segun las apariencias , bajo las circuns tancias ordinarias, mas combinacion química con el Mercu rio. Por otra parte, no puede haber duda en que la electrici dad se Pone en accion á veces, sinó universalmente, durante la accion química :, ya hemos visto que un ácido seco se hace negativo por el contacto con un metal , el cual por consi guiente se hace positivo. En este caso no se habia verificado ninguna combinacion química, mas Becquerel ha probado que si el ácido está líquido en lugar de estar en forma cris talina seca, y capaz de obrar químicamente sobre el metal, el ácido se hará positivo y el metal negativo. La misma con clusion puede tambien deducirse de los esperimentos de La voisier y Laplace relativamente á la accion del ácido sulfúrico dilatado sobre las limaduras de hierro. Wollaston ha probado tambien con sus esperimentos , que de la oxidacion de los metales nace la electricidad : de donde resultaria que la elec tricidad obtenida en la máquina eléctrica comun dimana principalmente de este manantial. Cuándo empleó por sus tancia frotante una amalgama de plata ó platina, que son metales muy poco oxidables, no pudo obtener ninguna elec tricidad. Una amalgama de estano por otra parte producia una grande cantidad de electricidad. El zinc obra aun mejor que el estano ; mas la mejor para este objeto se hace de zinc y estano, mezcla que se oxida con mayor prontitud que nin guno de los dos metales separados. Para dar otra praeba de que la oxidacion asiste á la produccion de la electricidad se pplocó un pequeno cilindro con su cojinete y conductor en una vasija de tal modo construida que podia mudarse el aire contenido. Despues de haber determinado el grado de escila cion producido' en el aire atmosférico', se sustituyó el ácido carbónico , mas lo pudo renovarse la escitacion , al paso que volvió á producirse inmediatamente al volver á admitir el aire comun. Debemos sin embargo confesar que Davy , en la repeticion de estos esperimentos logró resultados opuestos, pues dice que la máquina obraba igualmente bien con el gas hidrógeno así como en el aire atmosférico , y que aun era mas activa en el gas ácidó carbónico , circunstancia que él, mismo atribuye á la mayor densidad de este gas. La electricidad se desarrolla muchas veces con procederes del todo independientes de las variaciones químicas; lo que es evidente con su produccion , 'por el rozamiento de dos cuerpos de la misma especie , segun ya se ha observado , así. como por la fuerte electricidad que se manifiesta en la sepa racion de la parte del mismo cuerpo. Así pues , si se rompe repentinamente una pieza de madera seca y caliente , se ob servará que las dos superficies separadas se hallan electriza das la una positiva y la otra negativamente, y se percibirá una ráfaga de luz si el esperimento se hace en la oscuridad. El mismo fenómeno se observa cuando se rompen repentina mente las láminas de la mica ( vidrio de Moscovia ) y tambien cuando se rompe una barra de lacre, pues las dos superfi cies de la fractura son respectivamente positiva y negativa. Brewster descubrió que á la fractura de las lágrimas del vi drio no templado, denominadas gotas del príncipe Ruperto, se siguió el desarrollo lumínico eléctrico, penetrando toda la gota, de suerte que su forma fué distintamente visible en la oscuridad, y aun llega á percibirse cuando el esperimento se hace debajo del agua. Existe suficiente motivo para presu mir que la electricidad tiene'una parte esencial en los proce deres del sistema viviente de los animales y vegetales. En la economía animal particularmente se manifiesta la accion de este agente en las operaciones de las secreciones , en las ac ciones de los músculos y de los nervios , y probablemente,en todas las funciones vitales. Hay varias especies de peces que tienen la facultad de acumular grandes cantidades de electri cidad, que pueden descargar á través de los cuerpos conduc tores que sol ponen en contacto con ellos, comunicando de este modo conmociones poderosas. Esta facultad la posee en grado eminente el torpedo, que es una especie de raya, mas tambien existe en el Gymnotus electricus, el Siturus electri c-us , el Trichiurus indicas y el Tetraodon electricus. Siendo el asunto de la electricidad atmosférica mas espe cialmente una ramificacion de la ciencia meteorológica, nos concretaremos/á dar una breve resena de los principales he chos que á ella se refieren. La atmósfera se halla muy gene ralMente en estado eléctrico, lo que puede manifestarse, empleando una barra metálica elevada hasta cierta altura sobre el suelo, y comunicando en su estremo inferior, que debe estar aislado, con un electróscopo. Para reunir la elec tricidad de las regiones superiores del aire , puede elevarse una cometa, cuya cuerda debe estar entretejida con un alam bre delgado metálico para producir la electricidad. Si el elec tróscopo es bastante delicado, indicará ordinariamente el influjo de la electricidad positiva de la atmósfera ; cuya in tensidad aumenta en razon de la mayor elevacion de la capa que se examina. En el estado ordinario de la atmósfera se ha observado que su ,electricidad es constantemente positiva y mas poderosa en invierno que en verano , y de (ha que' de noche. Desde que sale el sol vá aumentando por espacio de dos ó tres horas, y luego disminuye hácia mediodía, siendo generalmente mas débil entre mediodía y las cuatro de la tarde. A medida que vá declinando el sol, su intensidad vá >2 449 E en aumento, hasta que se pone aquel, despues de lo cual dis minuye , y sigue débil durante la noche. En tiempo nublado el estado eléctrico es mucho mas incierto e y cuando hay va rias capas de nubes , que se mueven en diferentes direcciones, . está sujeto á grandes y rápidas variaciones, cambiando á ve ces de positivo á negativo ; y otra vez de este á aquel , en el espaciado pocos minutos. A la primera apariencia de niebla, lluvia , nieve, granizo ó aguanieve , la electricidad del aire es generalmente negativa y muchas veces en sumo grado, mas despues sufre diferentes tránsitos 'á los estados opuestos. Al acercarse una tronada , estas alteraciones de la condicion eléctrica del aire se suceden con una rapidez notable. El con ductor emite poderosas chispas y en abundancia , y es muy peligroso proseguir los esperimentos con él en su estado ais lado. La analogía que subsiste entre la chispa eléctrica y mas especialmente la descarga esplosiva de la botella de Leyden con el rayo y trueno atmosférico, es demasiado obvia para que no la hayan observado los primeros físicos que se ocu paron de la electricidad : Wall, Grey, y mas particularmente el abate Nollet la !rabian ya observado. Franklín estaba tan convencido de los muchos puntos de semejanza entre el rayo y la electricidad , que no pudo dudar de su identidad , y re solvió determinar por medio de un esperimento directo la verdad de esta atrevidacongetura. A este fin imaginó que podia servirle una torre que se estaba erigiendo en Filadelfia, mas mientras estaba esperando que se acabase , la vista de la cometa de un muchacho que la había elevado por diversion, le sugirió inmediatamente un método mas pronto de lograr su objeto. Habiendo construido una corneta estendiendo un panuelo grande de seda sobre dos palitos en forma de cruz, á la primera apariencia de una cercana tempestad , en el mes de junio de 47Zi‘2. , salió al campo acompanado. de su hijo, que era el Itnico á quien habia comunicado su intento. Ha biendo elevado la corneta y unido una llave al estremo infe rior de la cuerda de Cáüa1110 , la aisló atándola á una estaca por medio de seda , y esperó con suma ansiedad el resultado. Mucho tiempo se pasó 'sin dar el aparato ninguna senal de electricidad , á Pesar de haber pasado por encima del paraje en donde estaban una densa nube probablemente cargada de rayos. Ya empezaba Franklin á desesperar del buen éxito, cuando llamó su atencion el erizamiento de algunas fibras sueltas de la cuerda de cánamo , é inmediatamente presentó su nudillo á la llave , y recibió una chispa eléctrica. Sobre cogido del gozo que le inspiró esta evidencia decisiva del grande 'descubrimiento que acababa de hacer , dió un pro fundo suspiro , y convencido de la inmortalidad que daba á su nombre , sintió que no hubiera echado menos la vida si aquel hubiese sido su último instante. Lloviendo luego mu chísimo , se mojó la cuerda haciéndose conductriz en toda su longitud , de suerte que emitia chispas eléctricas en grande abundancia. Sin embargo, debe observarse que un mes antes que Franklin hiciese estos felices esperimentos , algunos filó sofos, y particularmente Delibard y Delors hablan obtenido resultados semejantes en Francia, siguiendo el mismo plan recomendado por Franklin. Mas la gloria de este descubri miento se atribuyearniversalmente á este, pues á sus sugestio nes se debieron los métodos que emplearon para lograrlo. Todos los filósofos de Europa prosiguieron este importante descubrimiento con infatigable anhelo. Los primeros físicos que hicieron el esperimento corrieron muchísimo riesgo en sus esfuerzos para hacer bajar la electricidad de las nubes, segun se rió luego por la fatal catástrofe que en 6 de agosto de 4755 acaeció al profesor Richman de San Petersburgo , cuyo nombre ya hemos citado antes. Este físico había construido un aparato para observar la electricidad atmoSférica, y se hallaba TOMO 1. en su clase en la academia dé ciencias , cuando el sonido de un remoto trueno llegó 'A sus oidos : inmediatamente se fué A su casa , llevándose consigo al grabador Sokolon , para que pudiese delinear las vistas que 'se presentasen. Mientras que estaba embebido en el exámen del electrómetro , se despren dió del conductor aislado un grande globo de fuego , y dió en la cabeza de Richman , y pasando á través de su cuerpo, le privó al instante de vida. Se le observó en la frente una mancha encarnada ,. por donde habia entrado la electricidad: uno de sus zapatos se habia reventado , y parte de sus vesti rlos estaban • charnuscados. Su .compatiero cayó sin sentidos, el marco de la puerta de su cuarto se hizo pedazos, y la misma puerta fué arrebatada de sus goznes. La proteccion que se dá á los edificios contra los efectos del rayo es la mas importante aplicacion práctica de la teoría de la electricidad. Solo tenemos lugar para hacer unas pocas ob servaciones acerca los principios bajo los cuales deben cons truirse los conductores para este objeto. Estos deben estar formados de varillas metálicas , afiladas en el estremo supe rior , y colocadas de modo que sobresalgan unos pocos pies de la parte mas elevada del edificio que deben protejer ; y deben comunicar sin interrupcion hasta descender en el suelo á mayor distancia que los cimientos del edificio. El cobre es preferible al hierro por estar menos sujeto á oxidarse y á la fusion, y por .poseer tambien mayor conductibilidad. El grueso de las varillas debe ser de media á una pulgada de diámetro, y la punta debe estar dorada ó ser de platina para librarla mas eficazmente, evitando se corroa. Una de las condiciones importantes. del conductor [rotector,, que es lo que llamamos pararayos comunmente , es que no exista ninguna interrup don desde el estremo superior al inferior, y es muy conve niente unir con tiras metálicas todos los conductores de plo mo ú otras masas considerables de metal que. tenga el edificio, para formar un sistema continuado de conductores que lleven s la electricidad al suelo por diferentes vias. El estremo inferior de los conductores debe entrar en la 'tierra hasta llegar al agua, ó á lo menos á las capas húmedas. Para proteger las naves, lo mas conveniente son las cadenas hechas de una serie de varillas de hierro unidas, por tener estas toda la flexi--; bilidad que se requiere ; deben estenderse desde el punto mas elevado del mástil hasta el mar, y la 'parte inferior debe apartarse á cierta distancia del costado del buque por medio de una berlinga ó puntal de madera. Se ha observado que el aire de los aposentos cerrados viciado por la respiracion está electrizado negativamente. La esplicacion anterior de los fenómenos relativos á la electricidad •puede prepararnos para discutir algunas investi gaciones interesantes acerca la naturaleza real de este agente poderoso y -misterioso , y la teoría de su operacion. La pri - mera eregunta que se nos presenta es.con respecto A su ma terialidad. A mas de las eficacias mecánicas bien sabidas, que pertenecen á la materia ponderable comun , los fenómenos de la naturaleza manifiestan á nuestra vista otra clase de polen-. cias , cuya presencia , ,aunque suficientemente 'caracterizada por ciertos efectos, no está acompanada de ninguna mudanza apreciable ea el peso de los cuerpos con los cuales están rela cionados. A esta clase pertenecen el calórico , el lumínico, la electricidad y el magnetismo ; cada uno de los cuales respec tivamente produce ciertas mudanzas en los cuerpos materia les , ya de naturaleza mecánica ó química, que es natural considerar como efectos del movimiento comunicado por el impulso de los agentes materiales de especie. tan sutil y tenue que eluden todo nuestro exámen , cuando les aplicamos el contraste de la gravedad ó inercia. Si admitimos la materia lidad del calórico y del lumínico, la analogía nos conducirá D.2 450 K á atribuir el mismo carácter á la electricidad y al magnetis mo, á pesar de ser imponderables. Mas la materialidad de la electricidad se ha apoyado en otra?razones. La sensacion pi cante de la chispa eléctrica , el golpe vivo que acompana á la conmocion , la línea de la luz viva que marca su curso , los variados sonidos que acompanan á su paso á través del aire, y la irresistible furia con que rompe las testuras mas densas, son todas circunstancias que implican la precipitacion de una corriente de fluido que posee una potencia adecuada para producir estos movimientos violentos. ?Podemos pues negar »os á atribuir el carácter de materialidad á lo •que no solo vemos y oimos , sino tambien sentimos ? • Se ha procurado (lar fuerza á este argumento por medio de varios esperimentos , de los cuales se ha •deducido la comu nicacion impulsiva en direccion particular con respecto á la especie de electricidad. La corriente de aire que procede de un conductor puntiagudo, al manar la electricidad de él, parece como si fuese impelida juntamente con el fluido eléc trico. La direccion de su movimiento está aun mas decidida mente indicado por las diferentes apariencias luminosas que acompanan al desprendimiento del fluido de un conductor puntiagudo, ó á su recepcion por el mismo (véase fig . 25). Ya hemos tenido lugar de observar el modo en el que este hecho curioso parece que apoya á la hipótesis de Franklin, que implica la singularidad del fluido eléctrico. El siguiente espeimento fué producido por Cavallo y Singer, en apoyo de la misma opinion. Colóquese sobre la mesa del descargador universal un naipe encorvado longitudinalmente sobre una regla redonda, de modo que forme una cavidad Imeea y ci líndrica, y lo que es todavía mejor, colóquense dos bastones ó barras de lacre paralelas entre sí, de suerte que la union de sus filos redondeados forme una acanaladura. En ella coló quese una bola .de médula de media pulgada de diámetro á poca diferencia, y colóquense los alambres del descargador con sus puntas en la dirección de la acanaladura y A cuatro pulgadas de distancia una de otra, estando la bola á igual distancia de las dos. 41 trasmitir una pequena carga de un alambre á otro, la bola será impelida del alambre positivo al negativo , y este efecto será constante si los alambres rematan en punta, n'as si están abultados en sus estremos , la bola vibrará las mas veces entre ellos , porque la influencia de las superficies atrayentes sobre la bola se opone mútuamente á la regularidad del efecto, y las mas veces hace equívoco el re sultado. La naturaleza y lugar de la perforacion verificada en un naipe por el paso de una carga eléctrica , de lo, cual ya hemos dado noticia, parece que favorecen Aesta misma con sideracion del asunto. El siguiente esperimento manifiesta taenbien que el impulso se comunica con mayor violencia en la direccion del conductor positivo al negativo. Un ligero molinillo con sus aspas hechas de naipe insertas en la cir cunferencia de un tapen dé corcho que gira libremente sobre una aguja, que pasa por sucentro á manera de eje, será puesto en movimiento, presentándole una punta electrizada, y se gun todas apariencias, lo será por motivo del impulso de la corriente del aire que sale de la punta. La direccion del mo vimiento, así como la de la corriente de aire es siempre la misma, ya sea que la punta esté positiva ó negativamente elec trizada. Mas si se si túa el•molinillo sobre un cuerpo aislante, como en la figu ra , y se coloca entre los alambres puntiagudos del des cargador universal , que deben situarse en oposicion uno Fig. 42. á otro lo mas exactamente que se pueda , y á inia pulga da 6 mas distancia de las aspas superiores ; al comunicar , uno de los alambres con •el conductor positivo de una máquina eléctrica , y el otro con el negativo , y al esci tarla , veremos que se moverá el molinillo como si fuese im pelido por una corriente desde el alambre positivo al nega tivo. Si mudamos las comunicaciones al revés , de modo quo varíe la electricidad de cada alambre , será tambien contrario el movimiento del molinillo. Si se coloca verticalMente naipeinsertándolo en un pedazo pequeno de corcho que forme una base de una cuarta parte de pulgada próximamente de ancho , 'para que se sostenga , pero que pueda derribarse al mas ligero impulso ; y se ponen en oposicion entre sí los alambres puntiagudos del descargador universal á una cuarta parte de pulgada debajo del filo superior del naipe que está á igual distancia entre ellos ; al comunicar los alambres con la máquina ó con una botella aislada_ para efectuar una descarga eléctrica , será derribado el naipe y caerá constantemente del alambre positivo hácia el negativo. La determinacion de una corriente de aire electrizado en esta direccion se hace muy sensible con los movimientos del humo ó vapor situado en el círculo de comunicacion 'de la electricidad. Así pues la llama de. una antorcha colocada entre dos bolas de electricidad opuesta, correr?constantemente del lado positivo al negativo. La figura 45 representa dos bolas metálicas huecas de unas tres cuartas partes de pulgada de diámetro, aisladas sobre pilares separados de cristal que las sostienen á dos pulgadas de distan cia una de otra : en la cavidad de cada bola , que tiene la forma de copa, se deboponer un pedazo de fósforo : se coloca una vela pequena cuya llama Fig. 43. está situada hacia el medio entre las dos bolas , una de las cuales comunica con el conductor positivo de la máquina,. y la otra con el negativo. Cuando las bolas están electrizadas se agita la llama, é inclinándose hacia la bola negativa, la calienta luego lo 'bastante para inflamar el fósforo que con tiene, al paso que la bola positiva' se mantiene enteramente fria sin licuarse su fósforo. Al establecer al revés las comuni caciones de las bolas con la máquina, el fósforo de la otra bola se calentará é inflamará, como lo verificó antes el dé aquella. Por mas plausibles que sean los motivos de los cuales, se ha deducido , despues de un examen superficial de estos hechos y esperimentos , que el fluido eléctrico posee momentum • y que se mueve en una direccion particular ; un análisis mas severo de los fenómenos demostrará que de niagun modo pueden garantir una conclusion semejante. Todos les efectos mecánicos que acompanan á la trasmision de la dectricidad pueden en el último caso resolverse en la accion repentina de una potencia repulsiva ejercida entre las partículas de la ma teria situadas en la línea de su curso. Solo son ejemplos par, tieulares de la ley fundamental de la accion eléctrica que los cuerpos cargados de la misma especie de electricidad se repe len uno á otro. Así es que las partículas de aire electrizadas por un conductor puntiagudo son repelidas por dicho con ductor, y lo repelen tambien , y además se repelen una á otra ; y el mismo efecto ocurre, ya sea positivo ó negativo sil estado eléctrico. De este modo puede esplicarse muy natu ralmente la corriente de aire que procede de cualquier punto electrizado. Si es considerable la cantidad de electricidad trasmitida , escita una conmocion mas violenta entre las par tículas, á las que influye á su paso. La intensa energía de su accion repulsiva produce la espansion más repentina y vio lenta de la porcion de aire que ocupa esta línea ; este -aire dilatándose de este modo , debe ser impelido lateralmente contra las partículas circundantes y debe ocasionar su com preson repentina. El desarrollo de calórico y lumínico es la consecuencia necesaria de esta violenta compresion , y el ira pulso vibratorio que se propaga en todas direcciones es el ori gen del sonido que acompana á la esplosion eléctrica. La sensacion producida por el paso de la conmocion eléctrica á través de nuestro cuerpo , es evidente que puede referirse á la impresion hecha sobre los nervios por la misma accion repulsiva. En todo esto no podemos discernir ninguna prueba positiva de la operacion de un agente material estrano al cuerpo mismo , y que obre por impulso mecánico. La mate rialidad pues de la electricidad debe descansar todavía sobre el mismo fundamento que la del calórico ó lumínico. Si la potencia eléctrica ó fluido , si tal queremos considerarla , no obra por su momento mecánico , los argumentos en favor del movimiento de un solo fluido desde el cuerpo positivo al ne gativo , que dimanan de las apariencias de las corrientes de lumínico eléctrico ; la impulsion de una bola de médula ; la perforacion de un naipe ; la rotacion de un molinillo , y la determinacion de la llama de una vela, en una constante di reccion , deben todos ser destruidos , y es evidente que de nada pueden servir para decidir la importante cuestion de si hay dos fluidos eléctricos , ó solo uno. Con todo nos queda todavía que inquirir sobre qué principio pueden esplicarse estas diferencias notables en los fenómenos de la electricidad positiva y negativa de un modo consistente con una ú otra hipótesis. -Examinando detenidamente los fenómenos , parece que pueden esplicarse bajo la suposicion de que el aire ó medio , á través del cual pasa la electricidad , segun el lenguaje de una de las teorías , está mas dispuesto á admitir el paso de la electricidad vítrea que el de la resinosa , ó hablando se guir la teoría Frankliniana , está mas dispuesto á recibir el fluido eléctrico de un conductor cargado que á desprenderse de él , comunicándolo á un conductor poco cargado que lo absorve. Las consecuencias de esta hipótesis son que la elec tricidad vítrea encuentra menos resistencia saliendo de un cuerpo al aire , y es por consiguiente conducida Inicia ade lante con mas prontitud y mas directamente que la resinosa. Esta , encontrando mayor resistencia á su salida , se difunde mas por el espacio circundante. Segun la teoría de Franklin, se seguirán los mismos efectos con referencia á la propulsion del fluido eléctrico desde el cuerpo positivo y su absorcion por el negativo. Es fácil probar que la peculiaridad de los efectos mecánicos de las diferentes especies de electricidad depende de las pro-, piedades del aire, que es el vehículo de su aceion , y no de ningun poder específico del mismo agente, modificando el esperimento descrito en el cual se perforó un naipe barnizado suspendido entre dos conductores en el punto que fué tocado por el negativo. Repitiendo el mismo esperimento debajo el recipiente de una máquina neumática , Tranery halló que á medida que se estrae el aire, el lugar en donde está perforado el naipe por la conmocion eléctrica , se acerca mas á la punta positiva. Cuando la presion del aire se reduce á una mitad , el agujero está en el punto medio entre las dos puntas. En cada descarga se vé pasar una ráfaga desde cada conductor al lugar de la perforacion. Las curiosas senales que.preserr tan los filos de las perforaciones hechas en los pliegos de una mano de papel, ya detalladas, no pueden hermanarse con la suposicion de un impulso mecánico que obra solo en una di reccion , sino que indican la igual accion repulsiva de ambas especies de electricidad , cuando cesa la influencia perturban te del aire. El haberse descubierto otras, sustancias , en las que existe una propiedad semejante , confirma esta hipótesis con respecto á la especie peculiar de obstruccion que el aire opone al paso de la electricidad. Erman , de Berlin , enc.on - tró que la llama del alcohol posee mayor conductibilidad con respecto á la electricidad positiva que á la negativa. El jabon alcalino, al contrario, conduce mejor la electricidad negativa que la positiva , y por consiguiente , puede servir para aislar una débil cantidad de esta , al paso que permite el paso de aquella. El argumento que se objeta siempre á la teoría de un solo fluido eléctrico, es el envolver esta necesariamente la condicion de una repulsion mútua entre las partículas de ma teria comun. Antes de procurar combatir esta objecion , se rá conveniente dar una ilustracion algo mas lata de la supo - sicion de lo que hemos hecho hasta ahora. Con este objeto nos valdremos de la asistencia de unos pocos diágramas ade cuados para ausiliar á nuestro concepto sobre las fuerzas que tienen parte en las acciones mútuas de los cuerpos electriza dos ó neutros. Para mayor distincion supondremos que toda la materia del cuerpo cuyas acciones estarnos estudiando , está concentrada en un pequeno ,espacio , y representaremos esta materia por un cuadrado negro. Del mismo modo , su pondremos que todo el fluido eléctrico contenido en el mismo euerpo.está condensado en un pequeno espacio denotado por un círculo blanco. Las acciones mútilas de la materia ó flui do eléctrico en dos cuerpos adyacentes están espresadas por las líneas que pasan respectivamente de uno á otro ; distin guiéndose las atracciones por líneas no interrumpidas , y las repulsiones por las punteadas. La figura 44 representa un cuerpo 13 en estado neutro de electricidad , con lo cual entendemos decir que la 'cantidad de fluido que contiene existe en proporcion tan exactamente ajustada á la cantidad de r9áteria , que su repulsion para la partícula 1, de electricidad , á cualquier distan cia, equilibra precisamente la atrae cion de la materia en cuanto á aquella misma partícula. Mien tras se mantenga este equilibrio entre las fuerzas que impe lerian á cualquier fluido eléctrico esterno del cuerpo, fuera de él, y hácia él, es evidente que el cuerpo ni adquirirá ni perderá electricidad, sino que permanecerá lo mismo, ya sea que se aislo ó no. La figura 45 manifiesta el estado de las fuerzas que obran entre dos cuerpos neutros semejantes. Se si gue pues de la condicion de neutra lidad , segun se ha definido arriba , que las dos fuerzas atractivas mar cadas por las dos líneas negras son Fig. 45. cada una de ellas igual á la fuerza 'repulsiva entre los dos flui dos indicados por la línea punteada superior. Actuados pues tan solo por estas fuerzas, los dos cuerpos se atraerian uno á otro. La adicion de una segunda fuerza repulsiva entre las dos porciones de materia , segun representa la línea de pun tos inferior, es pues necesaria para esplicar el estado de equi librio que bajo esta circunstancia vemos que realmente se obtiene. Algunos físicos han concebido que suponiendo que la fuerza repulsiva de las partículas eléctricas sea el doble de las fuerzas atractivas de las mismas partículas por la materia, podria esplicarse el equilibrio sin recurrir á la repulsion imí tala de las partículas de la misma , 110 atendiendo á que esta suposicion es incompatible con la del estado neutro de los cuerpos , que es la condicion bajo la cual los estamos exa minando. La repulsion de los cuerpos conteniendo cada uno el doble ...................... Fig 41. oP Ii 11 de la cantidad de fluido eléctrico necesario para la saturacion de su materia respectiva , puede ilustrarse con la >figura 46. Todas las fuerzas representadas por la linea deben conside rarse, -segun la hipótesis, como iguales en cuanto á intensidad ; mas el número de fuerzas repul sivas es como cinco, cuando el de las fuerzas atractivas es solo co mo cuatro ; es evidente pues que prevalecerán las primeras. Se ob tendrá precisamente el mismo re Fig. 46. sultado en el caso de dos cuerpos electrizados negativamente, en los cuales , segun se vé en la figura 47 , la cantidad de materia sea doble de la qne puede saturar el fluido. En el primer ca so la repulsion entre las dos por ciones de fluido que escedian , era la que destruia el equilibrio, mien tras que ahora se produce.el mis mo efecto por la mútua repulsion de las porciones de materia no sa turada. Por último, podemos cale -Fig. hl. gir del examen de la figura 48, en la cual se supone que un cuerpo electrizado positivImente está colocado cerca do otro elec trizado negativamente, que el efecto final estará determinado por la atraccion entre el fluido que escode en el primero y la materia no saturada del último ; compensándose exactamente en tre sí todas las demás atraccio nes y repulsiones. considerable, aunque harto comun, el - Fig. 48. Es un error my imaginar que la condicionsupuesta por Epino , á saber, que las partículas de Materia , cuando privadas de electricidad se repelen unas á otras , se halle en oposicion con la ley de gra vitacion universal establecida por las investigaciones deNew ton : peque esta ley se aplica en todos los casos hasta donde se ha estendido la averiguacion á la materia en su estado or dinario, esto es, combinada con cierta proporcion de fluido eléctrico. Suponiendo que la mútoa accion repulsiva entre las partículas de la materia es mayor en muy corta canti dad que la que subsiste entre las partículas del fluido eléc trico, quedaria una pequena diferencia á favor de la atrae cion de los cuerpos neutros en cuanto uno á otro , que pudiera constituir la misma fuerza que obra bajo el nombre de gravitacion ; y así es que ambas clases de fenómenos pue den comprenderse en la misma ley. Biot ha hecho una obje clon contra la hipótesis de un solo fluido , fundándose en que implica un grado igual de atraccion entre el fluido y todas las especies de materia, siendo así que en el caso de otros agentes, tales como el calórico y el magnetismo, el grado de su atraccion es muy diferente hacia diferentes especies de ma teria. Esta objecion no es aplicable á la hipótesis de dos flui dos , porque se suponen como obrando independientemente de toda atraccion específica en cuanto á los cuerpos que los contienen; por consiguiente, su distribucion en aquellos cuer pos sigue la misma ley cualquiera que sea la naturaleza específica de los materiales de que están compuestos los úl timos.. Llegamos pues á la conclusion de que no hay hecho al guno en la electricidad que no pueda esplicarse por una ü otra de las dos hipótesis mas el decidir hacia qué parte se inclina la balanza de las probabilidades , despues ,de haber tomado en- consideracion los méritos y desméritos respecti vos , quizás toca mas bien al gusto que al juicio del inves tigador. El ser y la vida de las plantas. pór '. flhirbct. HL —De las principales funciones orgánicas de los tiegelales. • Habiendo tratado de las partes mas notables que compo nen la organizacion de las plantas, conviene ahora que es pongamos las principales funciones orgánicas que se ejecutan en aquellos cuerpos vivos mientras gozan de vida activa. Llámanse funciones orgánicas, en los cuerpos vivos, cier tas operaciones de los órganos , las cuales son necesarias ya para la conservacion de la vida del individuo , ya para su regeneracion ó multiplicacion ; operaciones de las cuales re sultan cambios particulares en las partes , y las materias de aquellos cuerpos vivos que no podrian tener lugar sin.aque llas. Es cierto que siendo los vegetales cuerpos verdadera mente dotados de vida, es decir, de aquel órden de cosas en la disposicion , naturaleza y estado de sus partes interiores que los hace existir, están provistos de órganos que ejecutan diversas funciones esenciales á la conservacion de su existen cia, y á la reproduccion ó á la multiplicacion de los indivi duos de cada especie. Las principales funciones orgánicas de estos séres son :la oscilacion de los fluidos ; la secreeion ; la nutricion ; el crecimiento, la generacion sexual ; la multi plicacion por separacion de partes. La oscilacion de los fluidos es para los vegetales lo que la &enlacian para los animales con vértebras. Por una parte y • otra es un movimiento 6 agitacion suficiente de los fluidos esenciales del cuerpo vivo , que los hace subir y bajar , los• lleva á todos los puntos donde lo exige la organizacion, y los pone -en el caso de sufrir de continuo, aunque con mas ó menos prontitud , perpetuos cambios en su estado y natura leza. Aquella agitacion de los fluidos consiste en los vegetales en un simple movimiento' oscilatorio de sus fluidos operado por una causa esterior y no resultante de la contraccion de las partes que los contienen , como en los animales , en los cuales se ejecuta una circulacion mas ó menos completa. He mos dicho antes y creemos con mucho fundamento, que la fibra vegetal no es irritable como la de losanimales ; de don de se sigue que la accion de los fluidos vegetales , no tiene la facultad de escitar movimientos de contraccion en los sólidos que la contienen. Pero si la irritabilidad del corazon y de las arterias puede comunicar á los fluidos esenciales de los ani males, movimientos que los hacen circular , las variaciones alternadas de luz y de temperatura del aire ambiente , en una palabra, las que causan la sucesion constante de los dias y de las noches , ocasionan en los fluidos vegetales movimientos particulares , trasportes alternados Inicia arriba v liúcia aba jo y finalmente exhalaciones y absorciones sucesivas , que , segun hemos dicho , constituyen 10 movimientos vitales de estos seres. La secrecion es una funeion orgánica que se ejerce de una manera evidente en los vegetales.. Ella opera la separaeion fuera de los jugos vegetalizados de la planta , de diversas materias que se .han formado en los fluidos del vegetal , á consecuencia de los cambios que el mismo efecto de la vida les hace sufrir , aunque con lentitud. De las materias separa das por las secreciones vegetales , las unas son evacuadas al esterior , dando lugar á las traspiraciones y exhalaciones propias de aquellos diferentes séres , y las otras , menos VO látiles , son depositadas ya en los utrículos del tejido vesicu lar , a en otros puntos de la planta , concurriendo de este modo al aumento de sus partes. Los aceites , las resinas , las gomas , los mucilagos , las sales , las moléculas vegetales que entran en la composicion de las partes sólidas ó conti nentes de las plantas , todas son materias que el vegetal no ha tomado del esterior , ni ha tornado del suelo , ni de los de más medios ambientes , sino .que los ha formado por. la mis ma aceion de su vida , que han tomado origen en medio de sus fluidos propios 6 vegetalizados , que en seguida la se crecion ha separado de los mismos fluidos. Así pues , se p0- drá decir que todo producto , ya vegetal , ya animal , ha sido formado por un cuerpo vivo cualquiera , y que no puede existir en la naturaleza sino á consecuencia de aquella for macion. En efecto , las materias secretorias que dan los cuerpos vivos , son el producto de la accion orgániCa -de aquellos mismos cuerpos , y no se les encontraría en la naturaleza , si séres dotados de vida no los hubiese» formado. Así que , sin la existencia de los moluscos testamos , y sobre todo de los Dillbel'OSOS papos marinos que forman las madréporas , las miléporas , ele. , la mayor parte de esa abundante mate ria calcárea que se vé en la naturaleza , no existiria. Igual mente sin la existencia de los árboles resinosos , en parte alguna se encoutraria resina reciente , ni resina alterada y modificada por su estancia en la tierra ó en su superficie co mo los suecinos, los gagatos , los diversos betunes •, etc. Formando ellos mismos su propia sustancia , por medio de la accion de sus órganos sobre las materias alimenticias , .cons titu s en necesariamente los léres V1VOS las diversas materias secretorias que se les vé producir : estas materias varían en su naturaleza , y por consiguiente en sus cualidades propias; 1.", segun la naturaleza misma del sér vivo que las forma; y así .es que las producciones vegetales , por lo general , son diferentes de las animales ; 2.0, segun la naturaleza del ór gano que las separa de las otras materias despues de su for macion. Las materias secretorias separadas por el hígado , no son las mismas que las separadas por los rihones ; 5,', se gun la fuerza 6 la debilidad de los órganos del sér vivo y de su acciom Las materias secretorias de una planta joven no son del todo iguales á las de la misma planta muy adulta ; así como las de un niho no son enteramente iguales á las de un adulto; 11.9, segun la integridad de las funciones orgáni cas, sea perfecta 6 se halle mas ó menos alterada : las ma terias secretorias del hombre sano no son del todo iguales las del hombre enfermo; 5.9, segun el calórico que se forma continuamente en la superficie del globo, aunque en Canti dades variables, favorezca y apresure por su abundancia la actividad orgánica de los séres que están penetrados del mismo , ó que por su. mucha rareza , no permita á los órga nos mas que una aceitan débil y lenta. Las materias secreto-, rias de los cuerpos vivos, durante los calores del verano, de ben diferir un poco de las que forman durante los frios del invierno. Las que forman los cuerpos vivos en los climas ca lientes, deben diferir tambien de las que producen el) los cli mas frios. Así , el fresno que da el maná en Calabria , no pu diera producirlo si se cultivase. en Berlin , etc. La nutricion es sin. duda una funeion orgánica esencial á los vegetales; pues sin ella ningun ser vivo podria conservar su existencia durante los términos propios de su duracion. Lo que hace indispensable esta funcion , es sin duda la °ne cesidad que tiene el individno ; 1.", de desarrollar las partes que lo componen ; 2.", de reparar las pérfidas que de conti nuo le hace sufrir la tendencia 6 la descomposicion de sus fluidos esenciales y de las partes no lenosas de su tejido. Componiendo sin cesar la misma sustancia de un cuerpo vi vo, y trasformando los materiales alimenticios en la propia sustancia de aquel cuerpo , la nutrieion lo desarrolla y re para sus pérdidas. Ahora bien ; esta asimilacion , esta tras formacion de inaterias alimenticias en sustancia propia de un cuerpo vivo , ?cómo se opera en los vegetales , y cuáles son los materiales que emplean para este efecto ? La solucion• de este importante problema debe ilustrarnos mucho acerca de la causa primera de tolas las combinacio nes que existen ; pues ya hemos manifestado que la natura leza no tiene en sí tendencia alguna á l'orinar combinaciones directas; que en la aceion orgánica de los seres vivos debe buscarse la causa esencial de la existencia de todas las mate rias compuestas , y que entre los cuerpos vivos , los vegeta les son los que tienen la facultad de formar las primeras com. binaciones de los elementos de los cuerpos. Es cierto como hemos dicho ya, que los mismos vegetales, á favor de su ac eion orgánica ó vital , forman la materia de sus partes sóli das , sus fluidos propios , sus aceites, sus resinas, su mucíla go, su goma, sus ácidos, etc., y que sin ellos el alumbre y la potasa no existirian en la naturaleza. Es cierto tambien que á la manera de los demás seres ViVOS , no se desarrollan ni se conservan sino por medio de la nutricion. ? Pero hace» esen cialmente uso de alimentos compuestos , como los animales? No lo creernos ; nada lo prueba; ha), muchas consideraciones que inducen 6 'pensar , que para su nutrimiento 110 emplean mas que materias simples , 6 todo lo mas, combinaciones del primer orden que tienen lugar (gibe las sustancias simples , cuando una causa esterior las ha modificado suficientemente para esto. Estonces la accion orgánica vegetal consolida la uuion de loc principios de aquellas primeras combinaciones ; y nosotros conocemos sus prodnetos. I,a accion orgánica de los animales complica el seguida y sobrecarga aquellas com binaciones, trasformándolas en su propia sustancia osen ma terias secretorias animales. Los vegetales no tienen canal intestinal, lo que les distingue de todos los animales conocidos ; de consiguiente , no tienen que verificar digestion alguna. El epidermis de su CO! teza ha ce en algon modo las misma funciones que las paredes inter nas del canal intestinal de los animales. En efecto , los poros absorventes de las superficies de las hojas y de las ramas , igualmente que los que terminan las raíces, son comparables los poros absorventes de los intestinos de los animales. Unos y otros poros dan entrada 6 los materiales propios para la nu tricion del individuo. Por esta consideracion , vemos que las materias alimenticias de los vegetales son sustancias fluidas, ó cuyas moléculas no tienen agregaeion alguna. Vemos (am bien que aquellas materias alimenticias , en el momento de ser chupadas por los poros abstsrventes de los vegetales , se hallan en el mismo caso que el quilo animal , cuando los
Descripció
Puntuació | |
Títol | Abeja, La. No. 1 (1 enero 1862), p. 439-478 |
Descripció | Informació addicional del títol: revista científica y literaria ilustrada, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes por una sociedad literaria |
Títol addicional | Revista científica y literaria ilustrada, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes por una sociedad literaria |
Editor | Biblioteca de Catalunya |
Data de publicació | 2008 |
Data del document original | 1862 |
Tipus de recurs | Text |
Format | |
Font | Publicació original: Barcelona : Librería de D. Juan Oliveres, [1862-1870], No. 1 (1 enero 1862)-No. 3 (1 enero 1964) |
Llengua | spa |
Relació | http://cataleg.bnc.cat/record=b1056597~S10*cat |
Gestió de drets | Còpia permesa amb finalitat d'estudi o recerca, citant la font "Ateneu Barcelonès". Per a qualsevol altre ús cal demanar autorització |
Resolució | 150 ppp |
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Definició | 8 bits |
Història de canvis | Imatge original TIFF, sense compressió, a 300ppp |
Descripció de la pàgina
Títol | 12_No. 1 (1 enero 1862), p. 439-453 |
Transcript |
y5 439 w.
sus dias de juventud, le hizo ver levantarse la calavera y di
rigirse al cercano cementerio, transformada en un joven lleno
de fuerza y vigor.
El anciano no pudo ver mas. Cubrióse el rostro con am
bas manos , y lágrimas ardientes surcaron sus megillas apa
gándose despues en la nieve. Fuera de sí, gritó de nuevo aun
mas abatido y desolado. « ! Volved , dias hermosos de juven
tud y de vida, volved !...
Un
Y volvieron , porque todo habia sido un sueno. Se vió jó -
ven aun, y lleno de salud; y solo eran verdad sus errores y
sus desvaríos. Entonces dió gracias al cielo porque podía aun
abandonar la senda del error, y dirigirse por el camino de
la virtud á la hermosa tierra de la felicidad.
Vuelve tú tambien ! oh lector ! pues aun es tiempo. Este
sueno será pronto tu juez inexorable, y cuando llenode amar
gura esclames : «Volved, días de juventud!...» no volverán.
desenlace inesperado.
Era yo el cuarto en un coche de camino : mis otros tres
companeros eran un marino , un oficial de tropa, y un joven
elegante, hijo de una familia bastante acomodada. Como era
natural , la conversacion vino á rodar sobre los peligros á
que cada uno de nosotros se habia hallado cspuesto : el ma
rino habia naufragado por tres veces ; y cierto día, al dar un
abordaje en el mar de las Indias habia caido en el agua á
muy pocas brazas de las cavernosas fauces de un tiburon ; en
otra ocasion ha.bia volado hasta una altura prodigiosa de re
_sultas de la esplosion de un buque de vapor. El oficial, hecho
prisionero por un beduino , iba á ser decapitado, y ya pe
netraba el fatal yatagan por entre las vértebras de su cuello,
cuando vino á su socorro tulla bala que destrozó la cabeza
del árabe.
— Por lo que á mí hace, senores, dijo el jóven elegante,
que hasta entonces habia guardado silencio , jamás he nave
gado; tampoco he visto el fuego de los combates, y sin
embargo , me he hallado en una situacion mas crítica que
cuantas puedan ocurrir ; á lo menos tenia el mérito .de la
novedad.
No há muchos anos que me. encontraba en Bruselas : em
prendedor temerario, ávido de sensaciones violentas, intenté
junto con un amigo mio verificar una ascension aereostática.
A la hora fijada, mi companero falto á su palabra ; y ya me
disponia á abandonar solo la tierra, cuando hé aquí á un
desconocido que saliendo del círculo de los espectadores, me
suplicó le permitiese acompanarme. Tan activas fueron sus
instancias, y tantas sus promesas y juramentos de confor
marse punto por punto 4 cuanto le prescribiese, que accedí
por fin en admitirle. Entró en la barquilla : inmediatamente
hice soltar las amarras, y á los pocos segundos sobrepujába
mos ya las cimas de los árboles.
Mi companero no manifestó el menor síntoma de inquie
tud : iba sentado dentro de nuestro frágil y peligroso asilo
con la misma calma y sangre fria que si se hallase en la mas
cómoda butaca, procurándose el reposo que exige la digestion
de una comida suculenta. Semejante al volátil parecia delei
tarse en su elemento. Con objeto de facilitar nuestra aseen
sion , vacié un sacó de arena de los que me habia pertrecha
do , y esta accion pareció embelesarle , pues me suplicó que
me deshiciese del lastre restante. Me resistí ; insistió ; pre
gUntéle entonces de qué provenia su empeno en querer re
montarse á tanta altura.
—Temo que me reconozcan , me contestó.
Al pronto creí tener que habérmelas con un ente original,
que 'labia emprendido aquel viaje aéreo por efecto de una
calaverada , que se sentia con temor de que el suceso lle
gase á noticia de algun pariente suyo ; mas yo le aseguré que
bien pocha ir descansado, porque desde la tierra no distin
guirian su fisonomía.
Sordo á todas mis razones, me apremió con nueva vehe
mencia á que aligerase la barquilla de su lastre. Yo no podia
acceder á su ruego ; nos encontrábamos ya muy elevados; el
viento nos impelía hacia la marina , y yo sentia en mis aden
tros cierta inquietud : mandéle con toda formalidad que se
tranquilizase y se estuviese quieto. Murmuro entre dientes
ciertas palabras interrumpidas, y luego ví que arrojaba al
aire su sombrero ; quitóse acto continuo la levita y la hizo
seguir el camino que recorriera el sombrero.
— ! Bien , muy bien ! esclamó : ahora iremos algo mas
descargados ; subiremos mejor. Y empezó á desanudar su
corbata.
— ?Por qué haceis eso ? le grité ; si aunque nos observen
con telescopio, no pueden saber desde abajo quién seais.
— Que .no os lisonjee mucho esa idea , me replicó ; buena
vista tienen en casa del doctor Van-Speen.
Así se llamaba un médico que dirigía un establecimiento
sanitario célebre, y consagrado especialmente á la curacion
de las enfermedades mentales.
— Por ventura, le dije ? conoceis al senorVan-Speen ?
— Toma si le conozco ! He estado dos anos alojado en su
casa, donde se me han prodigado los peores tratamientos ;
allí me han sangrado , purgado , rociado con agua fresca ,
en fin, se me ha atormentado sin cesar. Jamás fui allí dueno
de mis acciones : allí vivia como en una mazmorra. Esta ma
nana he conseguido escaparme de aquella condenada man
sion ; no , no volveré á ella.
Ya pueden VV. figurarse cómo me quedaría al oirlo; me ha
llaba en companía de un loco , dentro de una débil barqui
lla, levantada por un globo aereostático, y á una elevacion de
cerca de dos mil varas. Un momento permanecí anonadado ,
yerto de pavor. Un rapto súbito de mi camarada , una ve
leidad funesta de parte suya , una lacha entre nosotros, cual
quier accidente , en fin , nos conducía á la perdicion. Él re
petia con furor su grito que tanta alarma me causaba: ! mas
arriba! mas arriba! ! mas arriba ! y se desnudaba á toda
prisa, y en seguida echaba al aire sus vestidos. Yo le mi
raba con ojos embrutecidos , sin atreverme á hacerle la
mas pequena observación ; pues conocia (fue todo trabajo era
perdido, y temia encolerizarle. Pero mi terror llegó á su col
mo, cuando no bien se hubo quitado las medias, le vi
volverse hacia mí , y mirándome de arriba abajo con ojo fe
roz, me dijo :
— Aun nos quedan diez mil leguas por andar ; preciso es
que uno de los dos se deshaga del companero.
Sus cabellos se erizaban , sus manos se contraian : él era
por otra parte de complexion mas robusta que la mia , y por
lo tanto no me era dable pensar en oponerle resistencia. An
tes que vermeen tal estado , hubiera preferido hallarme aban
donado á un antropófago , o cara á cara con un tigre en ayu
nas ; todo lo que se quiera, antes que contemplarme allá, á
la merced de un insensato para con quien eran supériluos los
ruegos , las súplicas, las observaciones, los discursos.
Sin que siquiera intentára impedírselo, le vi coger y pre
cipitar nuestros tres sacos de lastre ; el globo subió entonces
con una velocidad mas y mas aterradora ; alcanzaba ya una
regio!) á la cual jamás hubiese imaginado poder llegar : la
tierra habia desaparecido ; apinados nubarrones iban dando
vueltas debajo de nosotros , ascendian sobre nuestras cabe
zas, se cernian en derredor ; un irlo mortal embargaba todo
mi cuerpo. Y siempre continuábamos subiendo.
El loco se mostraba descontento y hablaba consigo mis
mo. Nosotros no vamos allá, no vamos allá, susurra
ba entre dientes. De repente volvióse de nuevo á mí, y me
dijo :
— Sois casado ? ?Sois padre ?
— No, le contesté.
— Por eso no teneis prisa en llegar ; yo tengo trescientas
esposas , y cinco mil hijos ; y á estas horas estaría con ellos
si el doble peso que arrastra el globo no amainase su vuelo ;
tanto retardo me exaspera.
— Caramba! repliqué á la aventura, y siempre ansioso
de ganar tiempo ; ? pues no deja de ser numerosa vuestra fa
milla? ! Cinco mil hijos ? Supongo que á proporeiou de la
familia serán vuestros medios de fortuna ?
! Quién piensa en eso !
—? Y habitan todos juntos ?
— Sí. Y cada una de mis mugeres tiene un gatito y un
loro, y cada uno de mis hijos, un caballo y diez perros.
— ! Santo Dios !... Pero...
— No hay peros que valgan: tengo un palacio todo de una
pieza de cristal de roca , que contiene fábricas de panos y de
sombreros, almacenes de todo género, tahonas y otros ar
tefactos. tambien hay en él un sin número de fanegas de tier
ra de pan llevar, otra porcion de vinas y árboles frutales ;
huertas y molinos; una balsa en un patio donde navegan cinco
navíos de tres puentes con 5555 canones de á ochenta, y cin
cuenta culebrinas rayadas que plantan una bala á la distancia
de 1.825,000 millas.
— ! Magnífico ! ?Y dónde teneis ese palacio?
— ! En la luna ! y allí voy yo, y allí haré un desembarco,
luego que me haya librado de tí. Vamos, vete, ? no ves que
me estás estorbando ?.. !Bastante tiempo te he sufrido.., fue
ra de aquí, y pronto!
El globo se remontaba con nueva rapidez. Nada mas oí ;
pues á las palabras de aquel furioso se siguió una lucha hor
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rible , espantosa... Echóse sobre mí, y á su contacto creí que
se me habia caído encima una montana ; su aliento abrasador
me turbaba ; sus brazos me apretaban el cuerpo como si fue
sen un círculo de hierro... por instantes me faltaban las fuer
zas... no pocha gritar, ?y para qué? Me hallaba en el inmenso
espacio, donde ninguna voz humana podia contestar á la
mia ; donde ningun sér caritativo podía acudir á salvarme...
cerráronse mis ojos, perdí la cabeza, y...
Al llegar á este punto la relacion , resonó un alarido hor
rendo; y una violenta sacudida nos arrojó unos encima de
otros, casi sin sentido : el coche en que íbamos se había vol
cado , y afortunadamente no !labia rodado á un abismo, por
que caballos y coche quedaron sujetos en su caida en unas
gruesas estacas que habia clavadas en uno de los lados del
camino. El conductor, atento al maravilloso relato, habia ol
vidado la direccion del carruaje. Los mas salimos bien libra
dos con algunas contusiones asaz ligeras ; mas el aereonauta,
cuya narracion fuera tan bruscamente interrumpida, sacó
un brazo roto , en razon de haberse dado al caer contra una
piedra. Dejamos á aquel pobre contuso en el primer lugar
donde hicimos alto ; allí se le puso en manos de un cirujano.
Desde entonces no he vuelto á saber de él , ni por consiguien -
te el resultado del mal paso en que se vió metido. Es lástima,
porque el desenlace del drama aéreo no dejaria de ser inte -
resante.
Por lo no firmado ycomo Editor responsable.— Juan Oliveres.
DARCELONA.-1..MPRENTA DE 1), JUAN OLIVERES, CALLE DE ESCUDILLERS, N.° 57.-1861.
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